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Cuba


'Corriente y comida' también es 'Patria y Vida' PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Sábado, 23 de Marzo de 2024 12:00

Participantes en la protesta del 17 de marzo de 2024 en Santiago de Cuba.

Por RAFAELA CRUZ.-

Es difícil encontrar una revolución de esas que han cambiado el destino de una nación o de la humanidad toda, que no haya cuajado a partir del infortunio económico aglutinador de grupos humanos que en común solo tenían la miseria y la desesperanza en el sistema.

Desde la inconformidad fiscal de las Trece Colonias a los pasteles de María Antonieta, ha sido la economía —la mala economía específicamente— lo que ha impulsado movimientos que luego se elevaron liderados por élites ilustradas que pensaban un poco más allá de su estómago… aunque tampoco mucho más allá, sino mírese a los patricios separatistas que no decidieron que ser cubano y español era incompatible hasta que no tuvieron la quiebra encima.

Sin embargo, por salir a la calle a pedir corriente y comida han sido criticados los santiagueros por otros cubanos que cuando no llegan se pasan, y parece que solo quedan satisfechos si en la Isla nos empinamos reclamando valores sublimes como la libertad o la democracia, pero no el sancocho que desesperadamente necesitamos para aliviar el hambre de nuestros hijos.

"En cuanto les tiren dos cucharones de sancocho y les pongan media hora de luz se acaba todo y se vuelven a erizar", publicó Zoé Valdés, aparentemente asqueada por las prosaicas masas que se manifestaban por corriente y comida.

Pero lo sublime es generalmente lujo de élites con el pan seguro cada día; élites que, sin embargo, nada pueden hacer sin masas que les secunden. Pero las masas no siguen ideas, al menos no al principio; a las masas las excitan el hambre y la miseria, las ausencias concretas que posteriormente son llenadas por ideas abstractas como patria e independencia que, supuestamente, llevadas a la práctica alejan desdichas materiales.

El castrismo debe su longevidad a mantener desconectadas las ideas que se le oponen de las masas que pondrían músculo y martillo para derrocar a un Gobierno que monopoliza desde las bayonetas hasta los productos de la libreta. El totalitarismo, siempre ejercido en nombre de ideas colectivistas supuestamente solidarias, es en esencia el más individualista de los sistemas políticos, pues dedica toda su energía a mantener a los individuos aislados entre sí, solo conectados por y para el Estado.

Todas las organizaciones nacidas como contrapartida al poder centralizado —sindicatos, partidos, agrupaciones estudiantiles, profesionales, regionales, cooperativas de distinta índole, hermandades, parlamentos— bajo el totalitarismo son tentáculos de ese único poder, insertados en la sociedad para absorberle vitalidad e independencia. La ausencia absoluta de sociedad civil es la marca del totalitarismo, y también lo que lo hace prácticamente imposible de derrocar desde dentro.

Y es que el totalitarismo "enfría" a las sociedades a tal punto que, para "calentarlas" y hacerlas estallar contra sus tiranos, requieren dosis más altas de presión, de ahí que el pueblo cubano aguante resignado —porque está "enfriado"— afrentas que en otros lares conducirían a sunamis populares que, rápidamente y para que no se extingan, son capitalizados y liderados por estructuras cívicas ya existentes y autónomas, como movimientos obreros, estudiantiles, de propietarios o étnicos, nada de lo cual existe en Cuba.

En una sociedad totalitariamente subyugada, la única forma de generar calor revolucionario es aumentando en unos cuantos pascales la presión de la miseria. Solo cuando la vida es materialmente inaguantable, insufrible, cotidianamente invivible, las masas se alborotan. Si no se llega a esos extremos sencillamente vivirían una situación que, en vez de ser negra con pespuntes grises, seria gris con pespuntes negros, cuestión de matices de miseria mientras una casta parasitaria yace tranquila sobre colchones de tonfas y chivatos… El castrismo ha desaprovechado cada oportunidad que ha tenido para no destruir completamente al país y ha llevado al pueblo al extremo, el extremo redentor donde los cólicos del hambre comprenden mejor la teoría política y se pasa rápidamente de "corriente y comida" a "Patria y Vida".

Que las masas salgan exigiendo sancocho es exactamente lo que se espera cuando acontece la absoluta quiebra física y moral de un sistema aún apuntalado por inercias totalitarias, pero debilitado por el esfuerzo de transformar la tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto en un inmundo estercolero.

El reto real es lograr conectar a la masa que desde el 11 de julio de 2021 se descubrió enardecida, con un liderazgo que encause ese maremágnum espontáneo, que solo a veces desborda en manifestaciones, pero que espera latente en el aire enrarecido del lodazal de sudores y basureros de esquina de cualquier ciudad cubana.

Muy probablemente no hay manera de arreglar el cortocircuito entre liderazgo —oposición estructurada— y pueblo que ha sabido crear el castrismo, con lo que estas manifestaciones, aunque catárticas, sirven principalmente para erosionar el corazón de la bestia, el núcleo de un sistema compuesto por diferentes intereses viles que colisionan en las altas esferas de un régimen mafioso cuya cúpula está compuesta por lo peor del sistema, los mas ruines, los dispuestos a cualquier traición o crimen, los ambiciosos sin escrúpulos que han sabido escalar el poder castrista no para salvar la Revolución, sino a ellos mismos. Así que cuando puedan escoger —cuando los dinosaurios estén extintos— escogerán salvarse y terminarán de desmontar un régimen que, gracias a manifestaciones de "Patria y Vida" y "corriente y comida", ellos saben que está muerto y pudriéndose, y ellos son cualquier cosa menos gusanos.

DIARIO DE CUBA

Última actualización el Sábado, 06 de Abril de 2024 11:17
 
El rescate ruso de Cuba se evapora PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Viernes, 15 de Marzo de 2024 18:38

El canciller ruso Lavrov y Raúl Castro dialogan en La Habana.

Por EMILIO MORALES.-

Mientras Cuba se apaga, las esperanzas sembradas por el PCC de un rescate financiero ruso a raíz del anuncio de que Cuba adoptaría el modelo ruso, se han desinflado a la velocidad en que un merengue sobrevive en la puerta de un colegio.

Después de más de un año de que Miguel Díaz-Canel anunciara que Cuba adoptaría el modelo ruso para su economía, todo ha quedado en el anuncio. En la práctica, nada serio y tangible se ha concretado hasta ahora. Las expectativas creadas por el régimen de que Rusia venía al rescate financiero no han sido más que una gran decepción para el propio régimen cubano. A quienes pensaron que la ayuda rusa iba a llegar de forma inmediata y que significaría un salvador alivio financiero, no les ha quedado más remedio que guardar sus expectativas en el closet y poner los pies en la tierra para entender que el sistema no es salvable ni por los rusos.

Al paso de los meses esas expectativas se fueron apagando a medida que se producían viajes de funcionarios rusos y cubanos en ambas direcciones, los cuales han terminado con más acuerdos militares que comerciales. El globo comenzó a inflarse cuando Miguel Díaz-Canel hizo una gira pedigüeña en diciembre de 2022 por varios países aliados (Rusia, China, Argelia y Turquía) rogando ayuda financiera.

La gira tenía el propósito de resolver siete problemas medulares clave que presentaba la crisis cubana:

  1. La reconstrucción de la matriz energética.
  2. Terminar con la escasez de alimentos.
  3. Terminar con la escasez de medicamentos.
  4. Recuperar la industria turística.
  5. Recuperar las industrias del país, incluida la industria azucarera, para incrementar las exportaciones.
  6. Recuperar los ingresos por concepto de exportación de servicios médicos.
  7. Detener el creciente descontento de la población.

La gira fue un fracaso. Ninguno de los socios aflojó la billetera para extender nuevas líneas de crédito. Lo único que consiguió Díaz-Canel fue el perdón de intereses de la deuda y la posposición del pago al principal por dos años. Por lo que las condiciones y los factores que generaron la crisis multisistémica que vive el país se mantendrían activas con la perspectiva de que empeorarían en el futuro sino se hacen profundas reformas económicas. De hecho, eso es lo que ha ocurrido desde entonces.

El acercamiento a Rusia

En el periplo, uno de los destinos visitados fue Rusia. Díaz-Canel fue de perro faldero a lamerle las botas a Putin y darle su apoyo en su genocida invasión a Ucrania. Su intención era que, a cambio, el régimen recibiera una ayuda financiera que los ayudara a tomar un respiro.

Los rusos comenzaron la puesta en escena de la ayuda solicitada enviando al empresario Boris Titov, comisionado presidencial para la Protección de los Derechos de los Empresarios de Rusia para iniciar los contactos y establecer el acercamiento con las autoridades cubanas. Desde el comienzo Titov comprendió que invertir en Cuba sería una misión imposible. La precariedad primitiva y arcaica del retorcido sistema legal cubano iba a ser una barrera que había que derrumbar si en verdad iban f a invertir en la Isla. De lo contrario, sería un ejercicio prácticamente inútil.

Lo primero que dejó entrever el experto ruso a las autoridades cubanas fue que tendrían que hacer una profunda reforma de mercado o sería imposible hacer inversiones. Para el experto ruso estaba claro que el marco legal cubano era extremadamente rígido, que el país estaba en ruinas y gran parte del comercio interno era dominado por el mercado negro. En ese escenario, su apuesta era entrar al mercado cubano de forma directa, sin la mediación de empresas estatales cubanas, con la prerrogativa de poder fijar precios de forma independiente para poder competir por la principal fuente de divisas que entra a manos de la población cubana: las remesas que envían los exiliados.

Con este diseño de entrada al mercado cubano, Titov se convertía en el manejador de la "cubastroika", al ser designado presidente del Consejo Empresarial Rusia-Cuba. En su estrategia de enganche, Titov vendió mediáticamente que el think tank Instituto de la Economía de Crecimiento Stolypin asesoraría una transición de la estatalizada economía cubana hacia el libre mercado, algo que solo tenía sentido si la inversión rusa a realizar en la Isla fuese estatal, estando entonces el Kremlin preocupado porque la Isla fuese capaz de honrar sus deudas.

Hasta el momento, solo se han acercado empresarios del sector privado (los oligarcas) a husmear las "oportunidades rusas en la Isla". En la práctica, del sector estatal ruso no ha salido un centavo. Hay que recordar que Putin le perdonó a Cuba 29.000 millones de dólares en 2015, a raíz del deshielo con EEUU, quedando como deuda unos 3.000 millones que Putin dio la orden de que se usaran como capital ruso para invertir en la Isla. Desde entonces esa deuda no se ha saldado. ¿De verdad Miguel Díaz-Canel pensó que solo con el apoyo incondicional a Rusia por su invasión genocida a Ucrania significaría borrón y cuenta nueva para volver a recibir cientos de millones de dólares? Su genuflexa inocencia hoy le está pasando factura sien piedad: no hay inversiones en Cuba, hay más inflación, más apagones, menos comida, menos petróleo, más pobreza y más descontento ciudadano.

En mayo de 2023, el propio Titov especificaba que además de la concesión gratuita de tierras nacionales por 30 años —más tiempo que a los propios cubanos— y garantías arancelarias y de repatriación de capitales, los potenciales inversores rusos necesitarían preferencias fiscales, políticas de personal independiente a la legislación cubana y acceso preferencial a contratos con el Estado. Así las cosas, el castrismo contra la pared, al parecer estaban dispuestos a dar lo que los rusos pidiesen. Sin embargo, a poco más de un año de que se anunciara la cubastroika, han sido más los proyectos y deseos que las realizaciones palpables.

¿En qué ha quedó la "reforma de mercado" que apadrinaría el Instituto para la Economía del Crecimiento Stolypin?

Hasta ahora no ha trascendido nada importante de ello. Sin embargo, por el poco movimiento que se ha visto es comprensible que la parte rusa está siendo muy cautelosa en lo que se refiere a tomar decisiones de hacer inversiones millonarias en Cuba. Ellos saben perfectamente que el régimen cubano no es un socio confiable en términos económicos. Por otro lado, se han percatado de la precariedad del modelo cubano y de la mentalidad primitiva a la hora de hacer negocios por parte de la nomenclatura cubana.

En ese sentido, no encaja el viejo y obsoleto modelo económico cubano con el modelo ruso. Esta disparidad no permite un avance más rápido en las negociaciones. Es por ello que todo queda en especulación y en promesas que no parece que vayan a cumplirse. En realidad, el verdadero acercamiento ha sido en el plano geopolítico militar, en el juego de la nueva Guerra Fría, desatado a partir de la invasión rusa a Ucrania, y comprobado en la práctica con el espaldarazo que ha dado el régimen cubano a Rusia enviando mercenarios cubanos a la guerra y poniendo a disposición el territorio cubano para recibir visitas de bombarderos y submarinos rusos portadores de armas nucleares.

Los empresarios rusos no confían en el sistema legal cubano. En varios de los preacuerdos rubricados en varios memorándums de entendimientos firmados con las contrapartes cubanas, las empresas rusas contratan a terceras partes para que los ayuden a redactar los contratos y a entender las leyes cubanas, pues no confían en la parte cubana.

Lo cierto es que desde que Titov hizo su primera visita a la Isla, en términos prácticos pocas cosas han ocurrido en el ámbito económico y comercial. Se ha creado una empresa en El Mariel para el almacenamiento y distribución de mercancías, pero hasta ahora nada se mueve en ese almacén. Se han conectado los bancos rusos con los cubanos para permitir el uso de las tarjetas rusas en la Isla.  Se ha firmado un MOU con vistas a explorar las posibilidades de invertir en la producción y elaboración de azúcar. Pero de ahí no ha pasado. Lo más trascendente ha sido el incremento de los números de vuelos desde Rusia a Cuba, lo cual ha significado un aumento del turismo ruso en 3% en comparación con el año anterior. Han ocurrido acercamientos para explorar inversiones en el sector energético, pero nada concreto hasta el momento. Ya ni siquiera petróleo ruso llega a Cuba.

Al parecer, el complicado sistema legal cubano ha resultado ser uno de los principales obstáculos para la aprobación de las facilidades que solicitó la contraparte rusa para poder comenzar a canalizar los proyectos de inversión. La falta de pericia y la poca iniciativa de la parte cubana de romper con los viejos esquemas legales y comerciales que todavía amordazan a la economía cubana constituye una barrera que le está serruchando el piso a los empresarios rusos. Este es el candado que lastra el avance de la penetración comercial rusa en el mercado cubano. Ni siquiera ha habido un enganche serio con GAESA. Al parecer los oligarcas del holding militar cubano no están dispuestos a compartir la piñata con los empresarios rusos.

Por otra parte, tampoco hay mucho que ofrecer. El mercado cubano está seco de divisas, y las pocas que llegan a través de las remesas y el poco turismo que arriba al país el régimen cubano no está dispuesto a compartirlas. No existe un mercado estable, ni creciente, que garantice el retorno del capital que se requiere invertir en el país, ni siquiera en el largo plazo. En este escenario los rusos tampoco están haciendo muchos esfuerzos por invertir en Cuba, un país extremadamente endeudado, que le debe a todo el mundo (incluso a ellos: 3.600 millones que quedaron como deuda cuando le perdonaron 29.000 millones de dólares en 2015). Con ese fantasma gravitando en el ambiente comercial, más los juicios que se llevan a cabo en Londres por dos acreedores contra Cuba por falta de pago, no cesa la desconfianza de la parte rusa a la hora de desembolsar las sumas millonarias que requiere la ruinosa economía cubana.

Conclusión

A más de un año del anuncio a bombo y platillo de la cubastroika, no hay señales tangibles de ayuda rusa a la alicaída economía cubana. El régimen continúa atrapado entre la espada y la pared. Mas que una estrategia mediática del PCC para sembrar optimismo y falsas esperanzas, la cubastroika revela la gran incapacidad y mediocridad que tiene la nomenclatura cubana, que le impide tomar decisiones para salir del atolladero en el que están metidos. No es solo con los rusos, al régimen cubano le cuesta mucho cambiar las leyes para engranarse en el comercio que hoy practica el mundo enteros. Y esta no es la primera vez que el régimen cubano tira por la borda la oportunidad de atraer inversiones. La etapa del deshielo, bajo la presidencia de Obama, fue la gran oportunidad perdida para cambiar el giro de la rueda, y no lo hicieron.

Tampoco van a hacerlo con los rusos. La nomenclatura cubana no se adapta a vivir en la mentalidad del mundo comercial que rige hoy las relaciones comerciales internacionales, ellos están enquistados en una edad primitiva. Cambiar las leyes que rigen el mercado cubano como están exigiendo los rusos traería muchos reclamos por parte de los países occidentales que todos estos años han invertido en la Isla y se han endeudado con la esperanza de que el régimen cubano haga en algún momento los cambios que la economía necesita para transformarse.

Los rusos han tratado, pero no han podido materializar nada importante desde el punto de vista económico. El embajador de Moscú en La Habana ha moderado las expectativas generadas con la cubastroika. En este sentido, ha dicho que "cualquier proyecto tiene perspectivas cuando es interesante para ambas partes". A esto habría que sumar el cubo de agua fría vertido por el canciller Lavrov en su reciente visita a la Isla, cuando en una conferencia de prensa respondiendo a una pregunta sobre los resultados de la cubastroika expresó: "Hace tiempo se formalizaron las bases legales para aumentar las relaciones (…) Hemos confirmado la intención de realizar otra reunión de la Comisión de Cooperación Interparlamentaria Ruso-Cubana en los próximos meses". La realidad muestra, sin embargo, que nada concreto ha sucedido.

El drama de la cubastroika confirma que las economías parásitas son engendradas por gobiernos parásitos, donde no hay espacio ni para amigos ni para enemigos. El tiempo va pasando, la crisis en Cuba sigue escalando y apretando el cuello de los cubanos, y los rusos comienzan a aburrirse del marasmo del régimen cubano y ponen miras para invertir en otros mercados donde el capital no tenga trabas para rendir frutos y reproducirse.

DIARIO DE CUBA

Última actualización el Miércoles, 20 de Marzo de 2024 13:35
 
Raúl Castro: el general en su derrota PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Miércoles, 06 de Marzo de 2024 20:01

Raúl Castro.

Por RAFAELA CRUZ.- 

Si se mezcla cobardía patológica con nulidad intelectual se obtiene un Raúl Castro. Lo de este general con más estrellas en la charretera que tiros disparados en combate —su comandancia en Segundo Frente fue un campismo popular— rayaría lo patético si no fuese porque mientras él vive en los mejores cayos de Cuba, el pueblo se rompe los callos buscando qué comer.

Su difunto hermano —protagonista principal de la ruina del país—, aunque atesoró una ristra de desastres suficiente como para encabezar la enciclopedia universal del fracaso, al menos tuvo habilidad para sobrevivir prostituyéndose políticamente, monetizando su virulenta ideología y exportando su método totalitario. Pero Raúl, ni eso.

El general heredó el poder con ínfulas de reformador, despertando ilusiones de una Cuba más abierta y dinámica. Su círculo cercano confirmaba su admiración por China y él, atrevido, en arranque de coraje revolucionario, declaró que todo cubano iba a tomar la leche que quisiera, epopeya inaudita bajo cualquier socialismo.

Pero en vez de lograr la asombrosa hazaña de la leche por todas partes, esta isla de Raúl, su Cuba de vacas secas merodeando llanuras de marabú, su Cuba bloqueada para la leche en polvo, pero no para los carros de Policía, ha tenido que "establecer prioridades dentro de las prioridades" y terminar solo asegurando leche para los menores de seis meses y "el 50% del consumo a los niños que tienen dietas por enfermedades crónicas". El general ha sido derrotado en la batalla de la leche.

La otra y probablemente la mayor apuesta de este gran líder del comunismo internacional es la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, cuya "ubicación geográfica en la ruta de los principales flujos de transportación marítima de nuestro hemisferio", estaba seguro que propiciaría su consolidación "como una plataforma logística de primer orden a nivel regional", según sus triunfales palabras inaugurales.

Diez años después y habiendo endeudado al país hasta las trancas, en la zona hay solo 64 negocios, y en toda una década ha captado apenas 3.340 millones de dólares, cifra que palidece de vergüenza ante los alrededor de 4.000 mil millones de inversión extranjera que anualmente capta República Dominicana. La batalla del Mariel ha sido su mayor derrota.

Y es que el general, que padece síntomas claros de anencefalia, no comprende que lo que valoriza la situación geográfica de Cuba no es su cercanía a México, Guatemala o Haití, sino las escasas 90 millas náuticas que la separan del mercado más potente del mundo, algo que, sin embargo, no vale nada si tu política cierra las puertas a tal paraíso comercial.

Si estás fajado con los yanquis, da igual construir un puerto de aguas profundas al norte de Cuba o al sur de la Antártida, el comercio internacional va a ignorarte de igual manera.

Debía saber el general, entonces, que el éxito del Mariel no dependía de cuantas grúas modernas instalasen sus mal pagados ingenieros, ni del calado al que se drague el canal de atraque, sino de que los diplomáticos cubanos no fuesen percibidos en Washington como cómplices y aliados de los mayores enemigos de Occidente.

Y puede que supiera todo eso, pero es demasiado cobarde Raúl para abandonar a aquellos compinches que le aplauden el seguir siendo faraón de una isla que se derrumba, pero faraón al fin.

Ni leche ni Mariel. Raúl y sus secuaces, carentes del magnetismo de Fidel y desorientados ante una izquierda poco preocupada ya por la lucha de clases, están cada vez más solos, fosilizados como misil de la guerra fría en un museo que nadie visita, una reliquia aislada en una urna polvorienta, incapaz de conectar con la modernidad.

La política errática producto del miedo y carente de objetivos por falta de inteligencia, ha sido la nota dominante de esta era rauliana, colofón perfecto de un régimen que comenzó engañando a millones, se mantuvo asesinando a miles, que está cercano a desaparecer extrañado por nadie, gracias a Raúl y sus derrotas.

DIARIO DE CUBA

Última actualización el Martes, 19 de Marzo de 2024 13:08
 
En Cuba sí que hay una crisis humanitaria PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Domingo, 03 de Marzo de 2024 19:26

Por ROBERTO ÁLVAREZ QUIÑONES.- 

¿Cuál es la definición internacional de crisis humanitaria? Con total exactitud no hay ninguna. El consenso en Naciones Unidas y entre los expertos es que hay una crisis humanitaria cuando un país o región sufre conflictos armados, desastres naturales, o el deterioro de la economía causa altos niveles de mortalidad y malnutrición, contagio de enfermedades, o falta de agua potable.

Esa amalgama a priori parece adecuada, pero está incompleta. Por eso nadie en el mundo considera que en Cuba hay una crisis humanitaria. Sucede lo mismo que con "Estado fallido", se aplica la tesis del poeta español Ramón de Campoamor: "todo es según el color/ del cristal con que se mira".

Mal asunto. No puede haber distintas coloraciones para conceptuar algo tan serio como el hambre y la malnutrición prolongada de seres humanos, la miseria extrema masiva, la muerte o agravamiento de enfermedades por falta de medicamentos. Y todo eso está ocurriendo en Cuba ahora mismo.

Y como todas las crisis humanitarias no tienen la misma magnitud, a mi modo de ver se hace imperativo establecer gradaciones. Clasificarlas como de categoría (A) las de gran magnitud, (B) las de mediana intensidad; y (C) las de baja intensidad. O a la inversa, o como se les quiera llamar.

La de Cuba quizás podría considerarse como B, o C, comparada con otras peores, pero crisis humanitaria al fin.  La izquierda, hoy más gramscista que marxista, influye o domina infinidad de medios de comunicación, gobiernos y la burocracia de la ONU, y abrumadoramente se sigue hablando de Cuba a los acordes ya desafinados del mito inventado por Fidel Castro de la "revolución cubana", humanista, socialista, en la que no puede haber tragedias sociales.

Pamplinas. En Cuba hay gente que muere de hambre causada por una desnutrición crónica prolongada, o aguda, que deteriora fatalmente el sistema inmune, causa un debilitamiento extremo imposible de revertir en la Isla por falta de alimentos, medicamentos y suplementos dietéticos.

Pero el régimen de Raúl "el Cruel" las oculta. Atribuye esas muertes a otras causas, como hizo cuando la pandemia. Reitero aquí que una prima hermana mía y su esposo murieron de Covid-19 en julio de 2021 en Ciego de Ávila, pero el certificado de defunción dice que murieron de asma. Ninguno de los dos jamás padeció de asma.

Son terribles los reportes de periodistas independientes acerca de personas, sobre todo ancianas, en harapos, demacrados, visiblemente desnutridos, extremadamente delgados. No pocos se desmayan en las calles.

Ancianos cubanos desfallecen en la calle, abatidos por el hambre

Recientemente, en La Habana, un anciano de 83 años llamado Rafael, llorando, casi sin voz, medio desfallecido, le dijo al periodista Javier Prada: "Mi'jo, en la bodega no hay nada, en mi casa no hay nada". Rafael no había desayunado, no había comido la noche anterior y no recordaba si había almorzado el día anterior.

Como promedio los cubanos de a pie comen una sola vez al día y muy poco. Muchas veces ninguna, como Rafael. El desayuno ya no existe. Y lo poco que comen tiene bajísimo valor proteico, calórico y vitamínico.

Más del 90% de los cubanos vive en la extrema pobreza. Para el Banco Mundial hoy viven en la extrema pobreza quienes tienen un ingreso inferior a 2,15 dólares diarios, el doble del ingreso promedio actual en Cuba, donde el salario promedio es de unos 4.200 pesos mensuales, 34,14 dólares al cambio oficial de 123 pesos por un dólar, o sea 1,13 dólares diarios.

Pero eso es nominal. Realmente el ingreso promedio es de 14 dólares mensuales al cambio de 300 pesos por dólar en el mercado monetario callejero. El salario mínimo no llega a los 7,00 dólares, las pensiones de los jubilados no alcanzan los 5,00 dólares mensuales.

El sistema de salud pública está prácticamente colapsado. Muchas personas mueren, se enferman de gravedad, o empeoran de sus males por falta de medicamentos y de la atención médica necesaria.

Cientos de miles de ciudadanos viven en casuchas o chozas improvisadas sin suministro de agua, ni alcantarillado, ni electricidad, en barrios rodeados de aguas negras. La otrora deslumbrante ciudad de La Habana se cae a pedazos, se desploman más de 1.000 casas o edificios al año. Pululan los basureros nauseabundos en las calles, y personas harapientas buscando algo de comer, o para vender y poder comprar algún alimento.

La mayoría de las personas no huele bien. Carecen de productos para el aseo personal, y para lavar los platos en los que comen. Hay masivos apagones diarios debido al abandono del Gobierno ante la obsolescencia de la vetusta industria energética, y por falta de combustible.

Muchos ciudadanos se trasladan a pie, o en carretones por falta de transporte debido a la escasez de combustible, de vehículos y piezas de repuesto.

Bandas de criminales asesinan a cualquiera en la calle para robarle el teléfono, o asaltan y saquean viviendas, autobuses, trenes y automóviles. Constantemente hay salvajes feminicidios.

Imaginemos que en Uruguay o Argentina ocurriese lo mismo

Ahora hagamos una abstracción muy ilustrativa. Imaginemos que en Uruguay o Argentina ocurre lo mismo que en Cuba.  Muy probablemente sería clasificada como crisis humanitaria. De entrada, por pura sorpresa y asombro, por tratarse de una desgracia inesperada en dos de los países de mayor nivel de vida en América Latina, que azotados por una súbita gran desgracia se han desplomado y necesitan ayuda internacional.

Pues bien, Cuba en 1958 junto a Uruguay y Argentina conformaba la tríada de naciones con más alto nivel de vida en América Latina. El ingreso per cápita cubano duplicaba al de España y superaba al de otros seis países de Europa. O sea, si no hubiese sido sovietizada, Cuba estaría entre los países de Latinoamérica con más alto nivel de vida, y posiblemente más cerca del Primer Mundo que los demás. Y si no lo está y su gente pasa hambre ha sido igualmente por una gran desgracia, solo que esta vez no súbita, sino que tiene ya 65 años de edad.

Si al socialista secretario general de la ONU, Antonio Guterres, o a los también izquierdistas Tedros Adhanom, director de la OMS, y Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, o a los presidentes Gustavo Petro, Lula, o López Obrador, o a la mayoría de los gobernantes de Africa y Asia, les preguntan si en Cuba hay una crisis humanitaria lo negarían. Dirían que las "dificultades" que tiene Cuba son causadas por el embargo de EEUU.

No solo los conflictos bélicos y las catástrofes naturales provocan crisis humanitarias. Y tácitamente así lo considera la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), al informar que hay en el mundo 235 millones de personas que necesitan asistencia humanitaria, y casi la mitad de ellos vive en países en los que no hay guerras.

Sin pan hasta fines de marzo

Otro detalle: según la FAO, entre otros factores el hambre en los países pobres de Asia y Africa aumenta "debido al rápido crecimiento de la población" y hay más bocas que alimentar. En Cuba hay cada vez menos bocas que alimentar con la emigración masiva, y el hambre sigue aumentando. ¿Por qué? La FAO no ha dicho ni pío al respecto.

No hay guerra en Cuba, pero ahora mismo no hay pan en las bodegas, hasta fines de marzo, lo cual agravará el hambre de mucha gente. El país necesita que México y Venezuela le regalen el 66% del combustible que consume, que periódicamente lleguen a puertos cubanos barcos con alimentos donados. Y si no hay muertes masivas por hambre es porque la diáspora envía a la Isla miles de millones de dólares y paquetes de alimentos.

Hace unos días de Brasil llegó al puerto del Mariel un barco con leche en polvo, arroz, maíz y harina de soja, por valor de 50 millones de dólares, todo pagado por el régimen medieval de los Emiratos Árabes Unidos. También de China, Vietnam, Rusia, y otros países arriban barcos con alimentos donados. Y desde EEUU, el ogro que la "bloquea", la Isla recibió en 2023 donaciones humanitarias por más 36 millones de dólares.

Conclusión: no importa el color de los cristales, en Cuba sí hay una crisis humanitaria. Y si por ahora no es de gran intensidad, lo será si la comunidad internacional la sigue ignorando, y si no se sanciona a la mafia gubernamental que la causa, cada vez con mayor impunidad.

DIARIO DE CUBA

Última actualización el Domingo, 17 de Marzo de 2024 22:58
 
Lección castrista de ordeño a distancia PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Sábado, 02 de Marzo de 2024 12:40

Una gasolinera en La Habana.

Por RAFAELA CRUZ.-

Como jamás han temido el disgusto de un pueblo sojuzgado, el castrismo acaba de aprobar la dosis más "agresiva" del paquetazo socialista que está aplicando con fórceps, pero sin vaselina. Subir precios a combustibles y electricidad es un evento sísmico cuyas ondas pulverizarán lo que queda de valor al peso y multiplicarán por cero la exigua dignidad de una nación —en la isla o emigrada— mayormente cómplice de sus verdugos.

Después de lograr que la alimentación del país la paguen los que se fueron, sin pudor alguno, maniobra ahora el castrismo para que paguen además el combustible. En Punto Cero o donde sea que tengan su guarida los dueños de este archipiélago, ya no les importa guardar las socialistas apariencias más allá de los balbuceos incoherentes de ministros títeres que aparecen en TV explicando, con seriedad pitagórica, la imposible cuadratura del círculo de reducir la inflación subiendo precios.

Para enmendar olvidos y comprender lo que va a suceder, refresquemos el cuento de la buena pipa del castrismo y las ventas en dólares, una artimaña que repiten como estribillo pegajoso —pegajoso como el napalm— que dice así: "venderemos solo una parte pequeña de X en divisas, para poder financiar las ventas de X en moneda nacional, porque lo que nos importa es el pueblo trabajador, que nadie se alarme ¡jamás dolarizaremos!"… y seis meses después, zasss, solo se puede encontrar X pagándola en dólares.

Pero lo "hermoso" de esta nueva puñalada trapera es cuánto la pensaron, lo bien que la prepararon con inmisericorde alevosía para causar el mayor daño posible en el bolsillo de esos que ni queremos ni necesitamos. El castrismo, para refinar el efecto de la medida, debe haber consultado a economistas y psicólogos.

La jugada está en cómo van a cobrar, los medios de pagos aceptados para comprar combustible en divisa son las tarjetas Visa, Mastercard, las rusas MIR, de prepago emitidas por BANDEC, AIS, Viajero y la nueva tarjeta Clásica que vende Cadeca.

Pero la trampa no está en con qué se puede, sino en con qué no se puede pagar, y no se puede con las tarjetas MLC o las cuentas bancarias en divisas congeladas a miles de cubanos —muchos de ellos médicos de misión— hace ya cuatro años.

El castrismo, con desparpajo, parece dar por zanjado el atraco que perpetró a los incautos que tenían dólares y euros en bancos estatales y, otra vez, ni los devuelve ni permite a los titulares canjearlas por bienes y servicios. El Gobierno se comporta como abusón de patio de colegio, solo que en este caso el abusón es además el director de la escuela.

Pero excepto para aquellos que fueron robados —que tampoco es que hayan protestado mucho—, lo de las cuentas congeladas es agua bajo el puente, pero lo de las tarjetas MLC es otra historia, esa es herida abierta a punto de gangrenarse ¿Cómo es posible que tarjetas que se recargan con divisas desde el exterior sean aceptadas para adquirir alimentos, pero no para adquirir combustibles?

Esa pregunta la hicieron reiteradas veces a CIMEX, en foro abierto por esta empresa militar en Cubadebate, cuando se anunciaron los nuevos precios de combustibles y electricidad; pero la "inquietud" fue repetitivamente respondida —copy and paste— con una lista de los medios autorizados más una sencilla frase: "las tarjetas MLC no estaban concebidas para esto".

Y aunque los foristas ingenuos no comprendían y continuaban preguntando, la respuesta era cierta y acertada, pues las tarjetas MLC están concebidas para lo que podemos describir como "atraco alimento"; el "atraco combustible" va aparte. Si se permitiese usar las tarjetas MLC para ambas cosas, el consumo de ambos bienes —alimentos y combustibles— se dividiría, pues los emigrados que las recargan pedirían a sus familiares que distribuyeran la remesa habitual entre ambos tipos de bienes.

Pero el castrismo es demasiado rata inmunda para que ese detalle se le escape y, para sortearlo, han recurrido —de manera totalmente injustificada más allá de su avaricia— a segmentar el mercado haciendo que el dinero que vale para comida no valga para gasolina, imponiendo medios de pagos independientes para alimentación y combustibles.

Ahora será difícil que desde Miami —en Cuba se cree que allá todos son ricos y prósperos— le digan a la familia: "caballero, de los 200 que mando mensuales, cojan algo pa' combustible". ¡Qué va! Habiendo medios de pagos diferenciados el emigrado está forzado a ser quien ponga ese "algo" para combustible, mientras difícilmente tendrá gandinga para decirle a su hambreada familia que le reducirá lo que envía para alimentación.

Es verdaderamente complicado encontrar en los anales de la humanidad otro amo que haya llegado a niveles de tan exquisito refinamiento cuando de exprimir a su dotación se trata. Para encontrar algo similar, más que libros de historia habría que consultar manuales de ganadería intensiva. Aunque es muy dudable que ni siquiera allí se encuentren técnicas tan avanzadas para ordeñar desde La Habana, ubres en Miami o Madrid.

DIARIO DE CUBA

Última actualización el Jueves, 07 de Marzo de 2024 12:36
 
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