El ex primer ministro británico, Tony Blair, aseguró este sábado que hubiera invadido Irak para derrocar al dictador Sadam Husein independientemente que el país árabe ocultara o no armas de destrucción masiva, argumentando que el hecho de que Sadam Husein empleara armas químicas contra su propio pueblo le hacía acreedor a ser expulsado del poder.

Blair, que el año próximo comparecerá ante la comisión Chilcot para explicar su papel en la invasión internacional de Irak en 2003, consideró que, con armas de destrucción masiva o sin ellas, se sentía justificado para aprobar la invasión del país árabe. "Me hubiera seguido pareciendo adecuado derrocarle (a Sadam Husein). Obviamente, hubiéramos tenido que emplear argumentos diferentes sobre la naturaleza de la amenaza", explicó.

"La verdad es que no me imagino cómo de bien estaríamos con él (Sadam Husein) y sus dos hijos en el poder, sé que es muy difícil de entender y lo comprendo perfectamente", añadió en una entrevista a la cadena BBC que se emitirá en su integridad el próximo domingo.

En ella, el ex primer ministro afirmó que "simpatiza" con los opositores a la intervención británica, quienes asegura que tenían "perfectas razones" para criticar el apoyo de Reino Unido. "Pero al final, era yo el que tenía que tomar la decisión", recordó.

Blair decidió amparado "por la percepción que tenía de Husein como amenaza a la región". "(Husein) empleó armas químicas contra su propio pueblo, y eso era obviamente el pensamiento más importante que yo tenía en mente", declaró. El dictador iraquí estaba acusado de haber empleado armas biológicas contra los separatistas kurdos y durante la guerra con Irán, en los años 80.

"Una de las cosas que aprendes cuando eres el líder de un país es que tienes la responsabilidad de tomar decisiones. Algunas de ellas difíciles, algunas de ellas muy controvertidas, algunas de ellas muy amargas. Es parte de lo que implica ser un líder", explicó.