La 40 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) introdujo en su agenda la posible readmisión de Honduras en su seno, al anunciar la creación de una “comisión de alto nivel” que estudie el caso, y oficializó así el contencioso que ha eclipsado todos los demás debates.

La cuestión, que ha dividido a los países americanos en los últimos meses, mereció un debate de varias horas durante la jornada del lunes, que finalmente se plasmó en una brevísima resolución cuyos términos son todo un ejemplo de consideración diplomática.

Honduras fue suspendida el 4 de julio de 2009 de la OEA por el golpe de Estado que derrocó el 28 de junio de ese año al entonces presidente Manuel Zelaya.

Los 33 países que aprobaron la resolución subrayaron “que la situación de Honduras es de interés para todos” y que “es necesario que los países miembros cuenten con mayor información sobre el actual estado del proceso político hondureño”.

Con estas premisas, resolvieron “conformar una Comisión de Alto Nivel cuyos miembros serán designados por el Secretario General (José Miguel Insulza) que analice la evolución de la situación”, y esa comisión “presentará, a más tardar el 30 de julio, sus recomendaciones a la Asamblea General”.

No hay más detalles, ya que la composición de la comisión, sus fechas de trabajo y la posibilidad de que viaje o no a Honduras queda sujeto a las negociaciones y gestiones que ahora emprenda Insulza.

Desde Tegucigalpa, el canciller hondureño, Mario Canahuati, dijo que esa futura comisión y el informe que ésta haga deberán ser “coherentes” con lo que está haciendo el Gobierno del presidente Porfirio Lobo, cuya legitimidad es contestada en casi toda Suramérica pero aceptada por EE.UU., Canadá y la mayor parte de Centroamérica.

“Esperamos que al final los resultados -de la comisión de alto nivel- sean positivos, simplemente coherentes con las acciones que está tomando el presidente (Lobo) para que eventualmente el tema de la OEA simplemente sea parte de la historia y que podamos ser incorporados”, dijo Canahuati a la radio HRN.

Destacó que Lobo está dando pasos para un diálogo nacional, el fortalecimiento de la paz y la reconciliación, a lo que se suman otras acciones como la creación de la Comisión de la Verdad, en mayo pasado, y la protección de los derechos humanos, aunque organismos privados afirman que no se respetan las garantías individuales.

Sin embargo, el ex presidente Manuel Zelaya pidió hoy a las personas que ocuparon cargos en su Gobierno que no colaboren con la Comisión de la Verdad que indagará lo ocurrido antes y después del 28 de junio de 2009, cuando fue derrocado.

Aunque se encuentra exiliado en República Dominicana, distribuyó un comunicado en su país en el que alertó de que con la Comisión de la Verdad “se pretenden manipular las causas y los terribles efectos del golpe de Estado, en un falso intento por aliviar sus consecuencias mediante el reconocimiento internacional”.

Sin embargo, el reconocimiento internacional no parece ganado con la mera formación de una comisión de la OEA, ya que los 33 países participantes en la Asamblea que ayer y hoy se celebra en Lima han dejado muy claras sus diferentes visiones al respecto.

Los países centroamericanos, que con excepción de Nicaragua reconocen al Gobierno de Lobo, han multiplicado en el foro de Lima sus mensajes de que urge normalizar las relaciones con Honduras precisamente para contribuir al fortalecimiento de la democracia.

Ayer lo subrayaron Guatemala y El Salvador y hoy fue el canciller panameño, Juan Carlos Varela, quien abogó por el pronto regreso de Honduras para que la región centroamericana pueda “avanzar”.

Pero, así como hizo ayer Ecuador al recordar el pedigrí golpista del actual Gobierno de Porfirio Lobo, hoy la secundó Venezuela: su representante, Francisco Arias, criticó a la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, por haber pedido ayer “oír las razones” del Gobierno de Tegucigalpa.

Para Arias, este intento de “oír las razones de los golpistas, de quienes con el poder y la fuerza imponen sus designios” es un claro ejemplo de cómo “algunos pretenden hacer impune el último golpe de estado contra el presidente legítimo Manuel Zelaya”.

Con este panorama, no queda nada claro en qué va a cristalizar la “comisión del alto nivel”, toda vez que las posturas del continente con respecto al gobierno de Honduras parecen todavía irreconciliables.

Lobo asumió el poder en Honduras en enero pasado, tras ganar los comicios de noviembre de 2009, convocados desde antes del golpe de Estado, pero que varios Gobiernos consideran que se llevaron a cabo en medio de una ruptura del orden constitucional.

Por: Javier Otazu
Vía EFE