Faezeh Hashemi deberá pasar seis meses presa por sus proclamas contra el Gobierno de Ahmadinejad. Su padre, Akbar Hashemi Rafsanjani, presidió el país por ocho años y hoy es un referente de la oposición

Hashemi, de 41 años, es periodista, defensora de los derechos de las mujeres y admiradora del pensamiento de Nelson Mandela, Martin Luther King y Gandhi. En 1998, un año después de que su padre abandonara la presidencia de Irán, fundó el diario feminista Zan, que le valió la crítica de los sectores más conservadores de la sociedad.

En 2009, formó parte de las protestas en contra del fraude electoral cometido por el actual presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad.

La sentencia del juicio por su participación en los levantamientos fue definida el martes, aunque, según su abogado Gholam Alí Riahi, lo que realmente molestó al régimen fueron una serie de entrevistas que concedió a noticieros internacionales, en las que denunciaba el abuso de poder. Hashemi tiene 20 días para apelar el veredicto.

Hace dos años, el candidato opositor, Mir Hossein Moussavi, se proclamó legítimo vencedor de las elecciones presidenciales, mientras que Ahmadinejad se atribuyó la victoria y se negó a abandonar el poder.

Cientos de personas se volcaron a las calles para defender su voto. Día a día, las manifestaciones se hicieron más numerosas y la respuesta del régimen, más violenta. Nació, así, un amplio movimiento opositor que, por primera vez, desafiaba abiertamente a los líderes musulmanes.

Esas manifestaciones fueron silenciadas por la policía antimotines, las milicias islámicas y los Guardianes de la Revolución. El balance fue sangriento: 70 muertos. La víctima más emblemática fue Neda Soltani, una joven de 27 años, que recibió un tiro en el pecho. Su agonía fue filmada por un manifestante. Las imágenes dieron la vuelta al mundo y la convirtieron en el símbolo de la resistencia democrática.

La agencia oficial IRNA lo dio por hecho, pero una autoridad naval lo desmintió. Señaló que las pruebas de armamento de largo alcance "se harán en los próximos días"

Mahmoud Mousavi, Comandante de las Fuerzas Navales de Irán, negó este sábado la veracidad de los reportes periodísticos de tres medios diferentes, entre ellos la agencia oficial de prensa del Estado, IRNA, que afirmaban que las pruebas misilísticas ya se habían realizado.

"El ejercicio de lanzamiento de misiles se llevará a cabo en los próximos días", dijo Mousavi, saliendo al cruce de lo afirmado por la agencia semi oficial Fars, Press TV y la mencionada IRNA.

"Todos los misiles tierra-mar, mar-mar y tierra-aire, así como los cohetes de hombro serán probados en los próximos días" le dijo Mousavi a Press TV.

Los diez días de ejercicios militares en el Golfo Pérsico inciados el sábado de la semana previa coinciden con la creciente tensión entre Teherán y Occidente, que no tolera la escalada armamentística y sospecha seriamente sobre los planes nucleares de la administración liderada por Ahmadinejad.

Su gobierno defiende las pruebas como muestra de su decisión para estar loistos en caso de recibir un eventual ataque de parte de Israel o Estados Unidos.

En base a la evolución armamentística del país, Occidente amenaza con ampliar sanciones a Teherán. Para no ser menos, Irán manifestó que de concretarse las medidas bloqueará el estrecho de Ormuz, vía por la que circula el 40 por ciento del tráfico petrolero mundial. Desde Washington ya advirtieron que no toleraran la obstrucción.

En el caso de que las vías diplomáticas fracasan en su objetivo de impedir el desarrollo de armas en el país islámico, desde EEUU y Jerusalén no descartan una intervención bélica.

Durante este año, tanto la Armada como la Guardia Revolucionaria probaron misiles en diferentes ejercicios bélicos durante los meses de junio y julio, que pretendían ser una demostración de fuerza dirigida a Occidente.

El cuestionado mandatario iraní anunció, además, que visitará durante la segunda semana de enero a sus pares de Venezuela, Cuba y Ecuador. También asistirá a la asunción del reelecto mandatario nicaragüense Daniel Ortega

El Consejo de Seguridad envió sus condolencias a los familiares de las víctimas y el pueblo en general, pero no al Gobierno sirio. El viernes, el ataque terrorista a dos edificios gubernamentales dejó cuarenta muertos y cerca de 150 heridos

Tras horas de negociaciones, los miembros del máximo órgano de decisión de la ONU expresaron "su más profundo pésame y sus más profundas condolencias a las víctimas de esos abominables actos, a sus familias y al pueblo de Siria" en un comunicado acordado por unanimidad.

El comunicado emitido este viernes por el Consejo de Seguridad divergió de otros que el máximo órgano de decisión de la ONU emite habitualmente ante atentados terroristas y, en este caso, las condolencias fueron transmitidas a los familiares de las víctimas y al pueblo sirio en general, pero no a las autoridades ni al Gobierno de Damasco.

La capital siria fue escenario de dos ataques suicidas con coche bomba que estallaron de manera casi simultánea en el distrito de Kafar Souseh, cerca de dos edificios de la Seguridad y la Inteligencia sirias.

Al menos 44 personas, entre civiles y agentes de seguridad, murieron y 166 resultaron heridas, según las últimas cifras difundidas por el Gobierno sirio, que insiste en que los actos violentos de los últimos meses son obra de supuestos grupos armados terroristas.

En el comunicado del Consejo de Seguridad, el máximo órgano internacional de seguridad reitera, como es habitual, que "el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones constituye una de las amenazas más graves contra la paz y la seguridad internacionales", y muestra su compromiso con la lucha antiterrorista.

Además, los miembros del Consejo recordaron que "todos los Estados deben garantizar que las medidas que toman para luchar contra el terrorismo cumplen con sus obligaciones bajo el derecho internacional", en particular con las leyes de derechos humanos.

La negociación de este texto se demoró más de lo habitual porque el tema de Siria es especialmente delicado en el Consejo de Seguridad, debido a las distintas visiones existentes en el órgano sobre el papel que debe desempeñar la ONU para tratar de detener la represión.

Los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU siguen enfrascados en negociaciones sobre un proyecto de resolución sobre Siria presentado por Rusia la semana pasada, después de que en octubre Moscú y Pekín ejercieran el veto sobre un texto de condena a Damasco presentado por los países de la Unión Europea (UE).

Varios miembros del Consejo acusaron esta semana a Rusia de retrasar las negociaciones sobre ese texto, aunque el embajador ruso, Vitaly Churkin, señaló que su delegación trataba de unir a su texto algunas ideas del resto de miembros del Consejo bajo una versión actualizada de su proyecto de resolución. Sin embargo, señaló que le sería "imposible" no incluir "referencias a la violencia de los opositores extremistas" o meter en el texto un embargo de armas, como sí reclaman los diplomáticos occidentales, para quienes las ideas de Rusia se quedan cortas.

"Hasta ahora las apuestas de Rusia son insuficientes", declaró ante la prensa el embajador de Alemania, Peter Wittig, quien señaló que hasta ahora no han visto sus enmiendas en el texto ruso, por lo que exhortó a Rusia a "actuar de acuerdo con la urgencia que merece la situación y con menos lentitud".

Se espera que las negociaciones sobre el texto ruso, que hasta ahora han sido a nivel de expertos, no de embajadores, continúen en los próximos días, aunque el Consejo de Seguridad no tiene prevista ninguna actividad hasta enero, cuando Rusia dejará la presidencia rotatoria del órgano.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió este viernes de nuevo el fin "inmediato" de "toda forma de violencia" en Siria y subrayó la "urgente necesidad" de que las autoridades sirias pongan en marcha "un proceso de cambios políticos creíbles, incluyentes y legítimos que cumplan con las aspiraciones de su pueblo".