La caravana de Henri Falcón fue agredida por un presunto grupo oficialista con armas de fuego y, bombas lacrimógenas. En otro hecho asesinaron a uno de sus escoltas

Falcón, que busca la reelección como gobernador del estado de Lara en los comicios regionales del 16 de diciembre, denunció a la prensa que mientras realizaba un recorrido proselitista en el noreste de Barquisimeto, lo atacaron tanto a él como a sus simpatizantes.

"Fuimos embestidos. En varias oportunidades tratamos de evadir a los grupos oficialistas que nos intentaron interceptar durante el recorrido", denunció Falcón al canal de noticias Globovisión.

El gobernador indicó en un comunicado de prensa que en el incidente resultaron heridas seis personas, pero no precisó qué tipo de lesión presentaban.

El gobernador le puso nombre y apellido al responsable de la agresión: afirmó que sus agresores estarían vinculados al candidato oficialista y ex gobernador de Lara Luis Reyes.

En otro hecho, un escolta de Falcón, Jaiker Rodríguez, de 23 años, fue asesinado al llegar a su casa en el oesta a la capital estatal. Recibió dos disparos, uno en la espalda y otro en el cuello. Su muere fue confirmada por el candidato a alcalde de Caracas, Ismael García, en su cuenta de Twitter.

Según El informador, dos sicarios lo abordaron en una moto y, tras dispararle, le robaron su arma reglamentaria. Rodríguez fue trasladado a un hospital, donde fue operado, pero no sobrevivió a la intervención.

"Son dos hechos aislados", aclaró el gobernador según Globovisión, y detalló que Rodríguez disfrutaba de su día libre al momento de ser acribillado.

Sin embargo, el secretario de gobernación, Teodoro Campos, señaló: “No es posible que en menos de 2 horas de haber ocurrido el atentado al gobernador Henri Falcón, asesinen a uno de sus escoltas al llegar a su casa”. Y exigió una investigación.

El Centro Wiesenthal repudió los actos de violencia contra una sinagoga en Caracas y lamentó la falta de protección policial. Acusan al mandatario de "incitar el odio contra los judíos"

La sinagoga de Maripérez de la capital venezolana, que ya había sido profanada en enero de 2009, fue agredida el 22 de noviembre, luego del acuerdo de cese del fuego entre Israel y Hamas.

Manifestantes lanzaron pirotecnia contra el edificio, mientras entonaban consignas como “judíos asesinos, judíos malditos, dejen de matar gente inocente”, además de cánticos contra el Estado de Israel.

Shimon Samuels, director de Relaciones Internacionales del Centro Wiesenthal, observó que “la reincidencia pone en evidencia la indiferencia, incitación o, peor aún, política gubernamental”.

"¿Dónde estaba la protección policial prometida por el presidente Hugo Chávez?”, cuestionó Samuels, quien advirtió que “las circunstancias remiten demasiado al pogromo hitleriano de la Kristallnacht en noviembre de 1938”.

“Los ataques antisemitas en la Venezuela de Chávez fueron señalados como abusos contra los derechos humanos por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA”, explicó Sergio Widder, titular de la entidad para América Latina.

“Esta nueva agresión debe comprometer a la OEA a intervenir para asegurar una investigación seria y el procesamiento de los responsables”, agregó Widder.

“El apoyo declarado de Chávez a Hamas, Hezbollah e Irán es una activa incitación al odio contra los judíos en cualquier lugar. La ‘Declaración contra el Antisemitismo’ formulada por el Centro Wiesenthal y adoptada por el Parlamento Latinoamericano, con el apoyo de la delegación parlamentaria de Venezuela, obliga moralmente a su gobierno a una política de tolerancia cero para el odio antijudío”, concluyeron ambos en un comunicado.

El Centro Simon Wiesenthal es una organización judía internacional de derechos humanos con más de 400.000 miembros en todo el mundo. Tiene status de ONG ante la ONU, la UNESCO, la OEA, la OSCE, el Consejo de Europa y el Parlamento Latinoamericano.

El ministerio de Defensa de Colombia confirmó que fueron liberados. Y acusó a la guerrilla de tener una doble moral ya que aseguraba que no tenían un solo rehén en su poder

Colombia informó el jueves que fueron liberados cuatro chinos que habían sido secuestrados hace 17 meses por las FARC, en un aparente gesto de buena voluntad de la fuerza guerrillera, que esta semana anunció un cese unilateral al fuego en medio de un diálogo de paz con el Gobierno.

La liberación de tres ingenieros petroleros y su traductor, los últimos rehenes de alto perfil en poder del grupo, se produjo el miércoles en una zona selvática del municipio de San Vicente del Caguán, en el suroeste del país, en donde fueron entregados al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

"Podemos confirmar que las FARC entregaron a la Cruz Roja cuatro ciudadanos chinos que mantenían secuestrados desde junio del año pasado", informó a la prensa el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón. Los extranjeros trabajaban para una contratista de la petrolera Emerald Energy cuando fueron secuestrados por rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.

El jefe de la delegación en Colombia del CICR, Jordi Raich, dijo que aunque los extranjeros liberados gozan de buena salud, uno de ellos presenta problemas de motricidad que no detalló.

"Nosotros los recibimos (a los rehenes) de un grupo de personas vestidas de civil y desarmadas", aseguró Raich, quien se abstuvo de mencionar a las FARC como responsables del secuestro o la liberación de los chinos, que fueron trasladados desde San Vicente del Caguán a Bogotá en un avión.

Pero el director de la Policía Nacional, general José Roberto León, aclaró que todas las evidencias e información de inteligencia permiten establecer con veracidad que fueron las FARC.

Gobierno celebra la liberación

La entrega a los rehenes se produjo en la misma semana en que el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las FARC iniciaron en Cuba una negociación de paz, el más reciente esfuerzo para poner fin al conflicto interno de casi cinco décadas que agobia el país sudamericano y que ha cobrado miles de vidas.

Santos celebró la liberación de los extranjeros y anunció a través de su cuenta en Twitter que se comunicó con el embajador de China en Colombia. "El secuestro es algo que no se debe repetir nunca más", aseguró el mandatario.

El grupo rebelde se comprometió en febrero de este año a suspender el secuestro, que según fuentes de seguridad es una de sus principales fuentes de financiación junto al narcotráfico.

La liberación de los cuatro extranjeros se dio pese a que insistentemente las FARC aseguraron que no tenían un solo secuestrado en su poder, después de que anunciaron la suspensión de esa actividad ilegal.

"Hoy las FARC vuelven a mostrar su verdadera cara. La de una organización mentirosa y traidora. Después de anunciar con bombos y platillos, a través de medios nacionales e internacionales, que no tenían un solo secuestrado", afirmó Pinzón en la web del Ministerio de Defensa.

"Este hecho demuestra una vez más que las FARC no tienen ningún respeto por el pueblo colombiano y por la comunidad internacional, a quien engañan de manera compulsiva para posteriormente tener que reconocer con cara dura su engaño", agregó.

El Gobierno dijo no tener información de si la liberación se produjo después del pago de un rescate y el embajador de China en Colombia, Wang Xiaoyuan, aseguró no saber quién mantuvo secuestrados a sus compatriotas.

Las FARC también declararon el lunes, en el comienzo de la negociación, un cese unilateral del fuego -el primero en más de una década- y argumentaron que con la medida buscan facilitar el avance del diálogo.

Pero un día después, el Ejército denunció que los rebeldes violaron la tregua con ataques cometidos en el departamento del Cauca y otras zonas del país sudamericano de 46 millones de habitantes.