Las 78 personalidades cubanas que homenajearon al Parlamento Europeo por sus acciones contra la dict

Numerosas personalidades de Cuba homenajearon al Parlamento Europeo por sus acciones contra ...

Mientras impulsan la reforma agraria en Brasil, crecen los conflictos por la tierra y los más afecta

El martes, el lobby del agronegocio en la Cámara de Diputados aprobó ...

Venezuela: el penúltimo via crucis, Por Beatrice E Rangel

Los inicios del Siglo XXI venezolano serán recogidos por la historia como ...

El director de la agencia atómica de la ONU advirtió que Irán está a “semanas, no meses” de poder ar

En recientes declaraciones a Deutsche Welle, Rafael Mariano Grossi, director de la ...

Censura no Brasil pode resultar no impeachment de Alexandre de Moraes?

No programa de hoje, Deltan Dallagnol e os advogados Fabiana Barroso e ...

Notícias: Latinoamérica Democrática
El silencio de Rousseff y Lula PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 18 de Noviembre de 2013 08:41

Tanto la presidenta Dilma Rousseff como su antecesor, el expresidente Lula da Silva han preferido el silencio a las críticas al Supremo, como algunos esperaban, tras el anuncio de que los condenados del mensalão empiezan a entrar en la cárcel.

Un silencio con simbolismo democrático que no les debió de ser fácil si se tiene en cuenta que han empezado a apresar a personajes de primera plana de la formación política en el Gobierno, el Partido de los Trabajadores (PT). Entre ellos dos personas emblemáticas: José Dirceu, fundador con Lula del partido y su primer ministro de la Casa Civil, una especie de primer ministro, lo que era Rousseff antes de llegar a la presidencia.

De hecho, Dirceu que fue el gran artífice de la llegada al poder del sindicalista Lula, estaba, desde el primer momento preconizado para ser el candidato del partido a su sucesión. Dirceu había sido varias veces presidente y hombre fuerte del PT.

Con él entrará en la cárcel otra figura emblemática de entonces, José Genoino, que era el presidente del PT cuando estalló el escándalo del mensalão. Genoino fue también una figura clave de la formación política creada por Lula después de la dictadura militar y es aún hoy diputado federal.

Había dentro del partido quienes defendían la tesis de que se había tratado más bien de un proceso “político y sin pruebas” para intentar neutralizar la experiencia progresista del primer Ejecutivo de izquierdas del país.

Y esperaban una reacción pública de crítica al Supremo y un gesto de solidaridad de Lula y de la presidenta Rousseff a sus viejos compañeros de partido que siguen considerándose “presos políticos” y no “políticos presos”, como cabe en una democracia.

Tras una reunión de dos horas de Dilma y Lula, a la que asistieron el ministro de Justicia, Eduardo Cardozo, el de Educación, Aloizio Mercadante -preconizado como posible nuevo ministro de la Casa Civil-, el recién reelegido presidente del PT, Rui Falcâo y el director-presidente del Instituto Lula, Paulo Okamoto, la respuesta escogida por la mandataria y el exmandatario, fue un gesto de democracia. Rousseff, a su estilo, escogió el silencio en sentido literal y ni siquiera en su cuenta de Twitter, siempre muy activa, escribió una palabra sobre el asunto.

Lula escogió el silencio de las palabras. Para él no hablar es imposible. Habló, pero para responder a los periodistas que insistían en arrancarle un juicio sobre la decisión del Supremo de encarcelar a sus viejos compañeros y amigos, con la ya célebre frase del papa Francisco pronunciada en el avión en julio pasado a la vuelta de la visita a Brasil, “¿Quién soy yo para juzgar a los homosexuales?

Al salir de la reunión del Palacio del Planalto, abordado por los periodistas, Lula les dijo enseguida que no hablaría sobre el tema. La consigna concordada era el silencio. Ante el aprieto de los reporteros para que lo quebrara, se limitó a acogerse a la frase del papa y dijo: "¿Quién soy yo para emitir cualquier juicio o insinuación sobre la Corte Suprema?”. Y volvió a enfundarse en su silencio.

Un silencio, el de ambos, dos políticos claves de este país, que refuerzan la convicción, a veces perdida por parte de la opinión pública, de que, en Brasil, se respeta la separación de poderes y que incluso en los momentos dolorosos como este, prevalece la defensa de los valores democráticos sobre los intereses partidarios por fuertes que sean y por mucho que puedan doler.

Tomado de EL PAÍS; ESPAÑA

 
Brasil: Goulart recibe 37 años después de muerto los honores negados por la dictadura PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Viernes, 15 de Noviembre de 2013 09:37

goulart exequias

Los restos mortales del expresidente brasileño Joao Goulart, derrocado en 1964 y fallecido en Argentina hace 37 años, recibieron a su llegada a Brasilia las honras fúnebres reservadas a un jefe de Estado que le fueron negadas en su día por la dictadura militar.

El ataúd del líder izquierdista conocido popularmente como “Jango”, exhumado la víspera en un procedimiento que busca determinar si fue envenenado como parte de la Operación Cóndor, fue recibido en la Base Aérea de Brasilia en una ceremonia encabezada por la actual mandataria, Dilma Rousseff.

Goulart es hasta ahora el único de los brasileños que llegaron a la Presidencia muerto en el exilio y era el único que, según fuentes oficiales, no fue homenajeado en la época de su fallecimiento con “el ritual concedido a todos los jefes de la Nación”.

Ello debido a que el régimen militar que lo despojó del poder en 1964 y que gobernó el país hasta 1985, pese a que permitió la repatriación del cadáver, tan sólo autorizó que fuese sepultado en Sao Borja, su ciudad natal, próxima a la frontera con Argentina y sin honores.

La omisión fue reparada hoy con una ceremonia militar de cerca de 25 minutos, sin pronunciamientos y en la que también estuvieron presentes los expresidentes José Sarney (1985-1990), Fernando Collor (1990-1992) y Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), así como las principales autoridades de los poderes Judicial y Legislativo.

“Esta ceremonia que el Estado brasileño promueve hoy con la memoria de Joao Goulart es una afirmación de nuestra democracia. Una democracia que se consolida con este gesto histórico”, aseguró Rousseff en un mensaje en su cuenta en Twitter.

La mandataria dijo estar viviendo “un día de encuentro de Brasil con su historia” gracias al “gesto del Estado brasileño para homenajear al expresidente y su memoria”.

Tras un complejo proceso de exhumación que se prolongó por cerca de 18 horas en Sao Borja, el ataúd fue colocado en una urna funeraria especial en la que fue transportado a Brasilia a bordo de un avión de la Fuerza Aérea Brasileña.

El féretro, cubierto con la bandera brasileña y la faja fúnebre reservada a los jefes de Estado, fue cargado por militares mientras una banda interpretaba el himno nacional.

Igualmente fueron disparados 21 cañonazos e izada la bandera de Brasil mientras el cortejo fúnebre pasó revista a tropas de las tres fuerzas militares.

Tras las honras militares, Rousseff, junto con la viuda de Goulart, María Thereza Goulart, se acercó al féretro para depositar un ramo de flores.

“Él (Jango) no tuvo este momento ni una autopsia. Creo que podían haberlo hecho (el homenaje) pero nadie fue capaz. Creo que este reconocimiento es un acto de coraje que él merecía”, aseguró la viuda.

Para la ministra de la Secretaría de Derechos Humanos, María do Rosario Nunes, testigo de la exhumación y que acompañó los restos hasta Brasilia, la ceremonia de recepción fue un acto de “rescate histórico, justicia y valorización democrática”.

Rousseff recordó las “circunstancias aún no aclaradas” en las que murió el expresidente.

La exhumación fue ordenada por la justicia precisamente para la realización de exámenes que permitan establecer si Goulart murió de ataque cardíaco, como se informó hace 37 años, o si fue envenenado como parte de la Operación Cóndor.

Los restos del exmandatario fueron trasladados con escolta policial hasta la sede de la Policía Federal, donde serán realizados los exámenes periciales.

Goulart murió en 1976 en un hotel de la localidad argentina de Mercedes supuestamente víctima de un ataque cardíaco, según consta en un certificado de defunción expedido sin la respectiva autopsia.

Esa versión fue desmentida hace cinco años por un exmiembro del servicio secreto uruguayo, que aseguró que Goulart fue envenenado por agentes de varios países en el marco de la Operación Cóndor.

Otros testimonios de exagentes de organismos de inteligencia de países de la región también sustentan la hipótesis de que Jango fue envenenado como parte del plan coordinado por los regímenes militares del Cono Sur en los años 70 y 80 para eliminar opositores.

Esos testimonios y una petición de la familia, que siempre sospechó del envenenamiento, obligaron a la Fiscalía a abrir una investigación en 2007 para determinar las causas de la muerte y a solicitar la exhumación del cadáver.

Tomado de INFOLATAM/EFE

 
Juicio por corruptelas en tiempos de Lula llega a nueva fase de apelaciones y prisiones PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Miércoles, 13 de Noviembre de 2013 08:41

lula da silva

La Corte Suprema de Brasil decidirá a partir de mañana si ejecuta de inmediato las sentencias (cárcel) de los 25 condenados por los escándalos de corrupción que, en 2005, pusieron en jaque al Gobierno del entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

En agosto pasado, durante la primera fase de apelaciones de este sonado proceso que comenzó hace siete años y que aún no concluye, el Tribunal Supremo decidió que doce de los reos ya condenados tendrán derecho a un nuevo juicio, que será celebrado durante el primer semestre de 2014.

Los otros trece sentenciados han podido presentar unos últimos recursos, que la corte analizará a partir de mañana en una nueva fase de apelaciones, y que en caso de ser rechazados llevarían a la ejecución de las sentencias.

Entre quienes se encuentran en esa última situación figura el exdiputado Roberto Jefferson, condenado a siete años de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero.

Jefferson fue quien, en 2005, denunció las corruptelas en que estaba inmerso el Partido de los Trabajadores (PT), de Lula y su sucesora y actual presidenta, Dilma Rousseff, que llevaron a lo que la prensa local ha calificado de “juicio del siglo”.

El caso se refiere a un red de corrupción tejida por el PT en 2002, cuando Lula ganó por primera vez las elecciones, y que según consideró probado la corte sirvió para financiar campañas y sobornar a dirigentes de cuatro partidos que le dieron al Gobierno la mayoría parlamentaria que las urnas le habían negado.

Los más prominentes implicados en las corruptelas han obtenido el derecho a otro juicio, pues en algunas de las múltiples imputaciones en su contra fueron considerados inocentes por al menos cuatro de los once miembros del Supremo.

Esa garantía legal favoreció a doce de los condenados, entre quienes están algunos emblemáticos personajes del proceso, como el exministro de la Presidencia José Dirceu, quien en la época era considerado la “mano derecha” de Lula, el expresidente del PT José Genoino y el antiguo tesorero de esa formación Delubio Soares.

Dirceu fue condenado a diez años y diez meses de prisión, pena que fue de seis años y once meses para Genoino y de ocho años y once meses para Soares.

En esos tres casos, las condenas fueron aplicadas por los delitos de corrupción activa y asociación ilícita, y el nuevo juicio sólo se centrará en la segunda acusación, por lo que los reos no pueden aspirar a más que una reducción de penas.

También a inicios del año próximo será juzgado nuevamente el publicista Marcos Valerio Fernandes, considerado como el “operador” de la red de corrupción que desviaba recursos públicos hacia dos de sus empresas de propaganda, que a su vez los entregaban luego al PT.

Fernandes recibió la pena más dura del proceso (40 años, cuatro meses y seis días de prisión) por los delitos de lavado de dinero, corrupción, evasión de dividas y asociación ilícita.

Igual que Dirceu, Genoino, Soares y otros ocho condenados, el año próximo sólo será juzgado nuevamente por ese último delito, con lo que también no aspira a más que intentar suavizar su condena.

Tomado de INFOLATAM/EFE

Última actualización el Jueves, 14 de Noviembre de 2013 12:21
 
Los comunistas chilenos se preparan para llegar al Gobierno con Bachelet PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Sábado, 16 de Noviembre de 2013 09:38

El Partido Comunista chileno, que es parte del conglomerado que apoya la candidatura de Michelle Bachelet, la Nueva Mayoría, espera con especial atención los resultados de las presidenciales de este domingo 17: si la expresidenta gana en primera vuelta, como pretende el bloque, la colectividad realizará un Comité Central una semana después para definir su ingreso al Gobierno. El paso sería histórico, ya que los comunistas han estado en la oposición hace 40 años y no han vuelto a La Moneda desde la Administración del socialista Salvador Allende (1970-1973).

“Las tres principales reformas de Bachelet no se habían planteado en 23 años en Chile”, señala el presidente de los comunistas, el diputado Guillermo Teillier, para explicar este giro político.

El proceso de integración del PC a la oficialidad del centroizquierda ha sido un camino complejo y se ha tardado años. En la dictadura, el partido se mantuvo en la oposición apoyando el camino armado a través del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), que en 1986 organizó el fallido atentado contra Augusto Pinochet. La apuesta fue diferente a la que tomaron todos los otros partidos que habían conformado la Unidad Popular de Allende, entre ellos el socialista. En 1990, la colectividad consideró que no estaban dadas las condiciones para generar un pacto de gobernabilidad entre el centro y la izquierda y, liderados por la dirigente Gladys Marín, apostó por un camino testimonial que, en la práctica, produjo su aislamiento político.

Con la muerte de Marín en 2005, el PC emprendió una estrategia paulatina para retomar el papel institucional que había cumplido hasta 1973. Cuatro años después, en 2009, diferentes pactos instrumentales con la Concertación le permitieron al partido regresar al Congreso con tres diputados. Entre ellos Teillier, que en los años ochenta fue jefe militar de los comunistas.

Desde 2005, los comunistas han seguido una estrategia paulatina de acercamiento a la dimensión institucional

Bachelet les abrió espacios en su primer mandato, entre 2006 y 2010, como no lo hizo ningún otro Presidente de centroizquierda desde 1990. Los invitó a ceremonias oficiales en La Moneda, los incluyó en giras presidenciales y los gestos abrieron un camino de diálogo que durante algunos años hubiesen sido impensables. El jueves pasado, en el cierre de campaña de la exdirectora de ONU Mujeres, Teillier estaba sentado a cinco puestos del expresidente Ricardo Lagos y junto a los principales asesores de la candidata y líderes de la Nueva Mayoría. Los dirigentes del PC estaban junto a figuras emblemáticas de la Democracia Cristiana, un partido que pertenece a la Internacional Demócrata Cristiana, como el Partido Popular español, y que ha tenido históricamente un sello anticomunista.

El Comité Central que tendrá el PC en diez días será casi un gesto simbólico, porque es improbable que decidan marginarse de un Gobierno, después de su largo recorrido hacia el establishment. En el círculo de Bachelet dan por hecho que los comunistas entrarán a La Moneda de la mano de la pediatra y que integrarán su gabinete, aunque este hecho no marcará la carta de navegación de su mandato. Probablemente, señalan las mismas fuentes, no ocupen carteras de primera línea, sino que secretarías de Estado vinculadas a las áreas sociales. La decisión, en cualquier caso, está sólo en manos de Bachelet, que sabe que el respaldo ciudadano le pertenece a ella y no a los partidos que la apoyan.

Bachelet no ha integrado al PC a su rebaño por simples gestos simbólicos: necesita sumar fuerzas en el Parlamento para realizar las reformas profundas que contempla su programa y, sobre todo, que los comunistas le echen una mano con el control de los movimientos sociales, pese a que han perdido influencia desde las protestas de 2011. El partido sabe que su gran capital está en la calle, por lo que no abandonarán su ascendiente en el activismo sindical y estudiantil. Es “perfectamente posible” que los comunistas mantengan su influencia en el movimiento social y conformen paralelamente un Gobierno, explica Teillier.

El PC tiene tres diputados y cuatro nuevos postulantes a la Cámara, entre ellos la exlíder de los estudiantes Camila Vallejo, cuya elección es altamente probable. La geógrafa de 25 años ha mantenido lejanía con Bachelet y ha apostado en diferentes episodios a actuar con cierta autonomía de la cúpula de su partido, lo que se podría replicar desde el Congreso.

Tomado de EL PAÍS; ESPAÑA

 
La derecha chilena, un desastre sin paliativos PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Jueves, 14 de Noviembre de 2013 12:24

matthei

El centroderecha chileno ha acumulado grandes derrotas desde 1989, pero quizá ninguna como las de 2013 va a mostrar tan a las claras sus grandes debilidades y carencias. Las virtudes de la figura de Evelyn Matthei (una mujer de carácter, carisma y experiencia) no han bastado para remontar el penoso espectáculo que ha dado la Alianza.

(Especial para Infolatam por Rogelio Núñez)-. Los errores propios explican la mala elección que va a hacer la coalición que está en el poder desde 2010, tras haber permanecido 20 años en la oposición (1990-2010). En realidad, Michelle Bachelet, a la defensiva y sin arriesgar mucho, ha podido pasar por la campaña electoral “de rositas”, es decir, sin prácticamente recibir ningún daño, ni perder intención de voto.

La candidata de la izquierda, de Nueva Mayoría -la antigua Concertación- ha visto cómo se peleaban entre sí los demás candidatos y como la propia derecha se metía en numerosas batallas y peleas internas.

Varios han sido los problemas exhibidos por la candidatura y la candidata del centroderecha a lo largo de estos penosos meses de campaña.

Falta de liderazgo

Ese ha sido uno de los principales problemas de la coalición oficialista. En un año de campaña y precampaña ha perdido tres candidatos y ha tenido que sacar de prisa un cuarto para acudir a las urnas.

SANTIAGO (CHILE), 01/10/2013.- EFE/Felipe Trueba

La candidata presidencial chilena de la Alianza, Evelyn Matthei

En 2012 nadie dudaba que la pelea por la presidencia sería entre Bachelet, por la izquierda, y Laurence Golborne o Andrés Allamand en la derecha.

Cuando se iban a celebrar las primarias un escándalo hundió a Golborne quien renunció a participar y su lugar fue ocupado por Pablo Longueira.

Allamand parecía ser el destinado a encabezar la candidatura pero sorpresivamente fue derrotado por Longuerira en las primarias.

Como recordaba Navia, “la noche del 30 de junio trajo noticias preocupantes a toda la derecha. Bachelet arrasó en las primarias de la Concertación, con el 73% de los votos, superando ampliamente a sus tres rivales.  La sorpresivamente alta participación en esa contienda favoreció a la Concertación. Tres de cada cuatro votos emitidos fue para candidatos de esa coalición. Bachelet consiguió más votos que el doble de la suma de los votos recibidos por Longueira yAllamand.  Las primarias confirmaron el altísimo apoyo electoral a Bachelet.

“Para empeorar las cosas -continuaba Patricio Navia-, Allamand no quiso dar gestos de unidad en la Alianza. Aunque fue a saludarlo, no quiso aparecer en público al lado de Longueira. Los conflictos en la Alianza se siguieron sucediendo en las dos semanas y media que han transcurrido desde las primarias”.

El centroderecha ha tenido cuatro líderes en 2013: Laurence Golboerne, Andrés Allamand, Pablo Longueira y Evelyn Matthei

Cuando el aparato partidista del centroderecha empezaba a arrancar para empujar su candidatura, Longueira renunció sumido en una profunda depresión.

Y así se llegó a la elección de Evelyn Mattei en el mes de julio, a solo cuatro meses de los comicios. Ciertamente levantó muchas esperanzas por su condición de mujer, por su extensa experiencia, por su carisma y su fuerza.

El analista Ascanio Cavallo que aseguraba en julio que era “la candidata más competitiva” de todas las que había barajado la derecha, en octubre no tenía más remedio que confesar que “en las discordias en que fue designada Matthei -un gobierno con baja popularidad, una coalición sumida en reyertas, unas listas parlamentarias con gruesos vacíos y un sentimiento general de desánimo-, ningún candidato podría haber acometido esta empresa con mayor éxito. Por si algo faltara, la agenda de septiembre fue copada por el aniversario del Golpe de Estado y puede haber contaminado las opiniones electorales, que era el peor de los escenarios para una candidatura de derecha”.

Falta de credibilidad

Efectivamente, el mes de septiembre fue un desastre para la Alianza que no fue capaz de prevenir lo que se le venía encima ni coordinar una postura única y coherente.

Evelyn Matthei ronda el 20% de la intención de voto

Los 40 años del golpe de Estado de Pinochet mostraron divergencias entre el gobierno de Sebastián Piñera (muy crítico con el papel de la derecha durante la dictadura) y la propia derecha, en especial UDI, pero también la misma candidata.

Evelyn Matthei llegó a sostener, de forma políticamente no correcta pero sobre todo en un contexto poco afortunado, que Chile es el único país donde “un gobierno no democrático le puso fin a su período con una elección”…

… y que así “entregó el país de forma decente”, en el 25 aniversario del plebiscito del ‘No’, que marcó el final de la dictadura de Augusto Pinochet en 1988.

“Eso fue un hito y sigue siendo un hito en todo el mundo. No conozco ningún otro gobierno de fuerza que haya hecho una elección y haya entregado el país de forma decente como se hizo en Chile”, concluía Matthei.

“Creo que Piñera no mató a Matthei, pero puso los últimos clavos al ataúd. Ella iba a la baja antes que el Presidente dijera las cosas que dijo en el mes de septiembre”, asegura el analista político y académico Patricio Navia en una entrevista en la Revista Cosas.

“Tuvimos un gobierno tan malo que tuvo que asumir una junta militar. Todos saben que los militares no buscaron llegar al gobierno, fueron buscados por ciudadanos y políticos”, reiteró Matthei quien ha reconocido que se siente “profundamente orgullosa por el rol que ese día (5 de octubre de 1988) jugó su padre, el general Fernando Matthei, comandante del jefe de la Fuerza Aérea de Chile e integrante de la Junta Militar de Gobierno.

“Creo que Piñera no mató a Matthei, pero puso los últimos clavos al ataúd. Ella iba a la baja antes que el Presidente dijera las cosas que dijo en el mes de septiembre”, asegura el analista político y académico Patricio Navia en una entrevista en la Revista Cosas.

Divisiones internas

Ante la falta de liderazgo y las divisiones internas, los dos pilares que sostienen a la coalición de centroderecha, Renovación Nacional y la UDI, decidieron salvarse ellos antes que apoyar una candidatura presidencial inviable a todas luces desde septiembre.

9-5-2013. Santiago de Chile. Fotógrafo: Alex Ibañez

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, acompañado de Evelyn Matthei

Han jugado a conservar sus posiciones en el legislativo y no han contribuido demasiado a que Matthei remontara.

Tampoco Piñera ha sido un factor positivo pues está mirando más a 2017 que a la actualidad. Busca no solo volver a ser presidente, como Bachelet, sino a reconstruir desde la cenizas a la derecha.

De nuevo Patricio Navia señala que “tanto la UDI como RN estaban viendo cómo ganar las primarias, más que las posibilidades de ganar la presidencial. No fue la mejor decisión de la derecha y hoy están pagando su error. Hoy uno podría pensar que Piñera está más preocupado de dañar a la UDI que de sumar votos para al derecha, porque quiere ser candidato y le conviene que la UDI no tenga un buen resultado electoral”.

Matthei ha tratado de poner el foco en lo que ella considera que es el peligro que contiene la propuesta de Bachelet de romper con el consenso político chileno y poner en riesgo la gobernabilidad y prosperidad con tantos cambios. Pero su mensaje no ha calado en el electorado.

En esa misma línea, el analista Héctor Soto apunta que “el daño puede ser mayor porque hoy la derecha está desmotivada y en un estado de confusión alarmante. La candidata, que era la llamada a liderar en esta etapa, no remonta y -cosa increíble- hasta el día de hoy sigue con ruido en su comando. Y el Presidente, que es el líder natural del sector, hizo las cosas de tal manera que -más increíble todavía- optó no por aglutinar el rebaño, sino por dividirlo. Y difícilmente de la división puede salir algo bueno”.

Para Patricio Navia, “Hoy el punto de referencia de la derecha es Piñera, no Pinochet. Esto es muy importante y útil… Piñera fue aprendiendo a golpes y en el futuro la derecha va a ser mucho más diversa”.

Y Ascanio Cavallo concluye que “el caso más agudo en los pasados 23 años se produjo en 1993, cuando nadie dudaba del triunfo de Eduardo Frei Ruiz-Tagle. La derecha obtuvo allí el peor de sus resultados, con 24,4% para Arturo Alessandri y 6,1% para el independiente José Piñera. En la fase final de aquellos comicios, la derecha dejó de preocuparse de Alessandri y se dedicó intensamente a salvar el mobiliario en el Parlamento, donde se veía tan amenazada como en la Presidencia. La situación de Bachelet, en un momento en que tres cuartos de los chilenos creen que será la próxima Presidenta, semeja mucho la de Frei en esa elección”.

El futuro de la derecha

El centroderecha se dirige hacia el barranco. Perder en primera vuelta sería un desastre pero pasar al ballotaje con 20 puntos de diferencia con respecto a Bachelet no dejaría a la coalición con mejor imagen.

Quizá lo único positivo es que del desastre salga una renovada y modernizada coalición y que aproveche el regreso al desierto para cambiar, algo que, por cierto, no hizo la Concertación lo cual no va a ser obstáculo para regresar al poder, eso sí de la mano del carisma de Bachelet.

En ese futuro mucho tendrá que decir el actual presidente Sebastián Piñera a quien el modelo actual de centroderecha no le gusta.

“Hoy el punto de referencia de la derecha es Piñera, no Pinochet. Esto es muy importante y útil…Hoy lo hace un poco más, y Cecilia Pérez es una de las figuras más populares de su gabinete, quien representa mucho más la diversidad de la derecha que los ministros del primer gabinete. Piñera fue aprendiendo a golpes y en el futuro la derecha va a ser mucho más diversa. La UDI no ha podido dejar atrás el legado de Pinochet y su problema es explicar lo inexplicable”, apunta Navia.

Tomado de INFOLATAM

 
«InicioPrev1301130213031304130513061307130813091310PróximoFin»

Página 1302 de 1433