APOYO A MÉDICOS CUBANOS 11 97078-4610 E-MAIL: medicoestrangeiro@amb.org.br |
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Escrito por Indicado en la materia
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Domingo, 23 de Febrero de 2014 12:25 |
Para proteger la libertad y la integridad de los profesionales traídos de otros países por el Gobierno Federal a través del Programa Más Médicos, la Asociación Médica Brasileña (AMB) ofrece oficialmente el PROGRAMA DE APOYO AL MEDICO EXTRANJERO.
El objetivo de la organización es cumplir con los médicos, tanto de Cuba y de otras nacionalidades que necesitan orientación, si hay insatisfacción en Programa Mais Medicos, con las condiciones que se enfrentan, así como deseen buscar refugio/asilo. La Asociación Médica Brasileña ofrecerá gratuita y confidencialmente:
- Envío de folleto con procedimientos paso a paso que se deben seguir en el mismo lugar en que actúa;
- Los abogados de todos los procedimientos legales para la petición de refugio / asilo político en el país;
- Curso de Preparación revalidate examen;
- Clases de portugués;
- Apoyo de las ONG en la salvaguardia de los derechos individuales del médico.
Si usted es un médico extranjero y está en situación de riesgo en Brasil, pida ayuda al PROGRAMA DE APOYO AL MÉDICO EXTRANJERO DE LA AMB por el número (11) 97078-4610 o del correo electrónico
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PROGRAMA DE APOIO AO MÉDICO ESTRANGEIRO
Visando a proteção da liberdade e integridade dos profissionais trazidos de outros países pelo Governo Federal através do Programa Mais Médicos, a Associação Médica Brasileira (AMB) disponibiliza oficialmente o PROGRAMA DE APOIO AO MÉDICO ESTRANGEIRO. O objetivo da entidade é atender médicos, tanto de Cuba como de outras nacionalidades, que necessitem de orientação caso haja insatisfação no Programa Mais Médicos pelas condições a que estão submetidos, assim como desejem solicitar refúgio/asilo político. A Associação Médica Brasileira vai oferecer de forma sigilosa e gratuita:
Envio de cartilha com passo-a-passo dos procedimentos a serem seguidos na própria localidade onde está atuando;
- Assessoria Jurídica durante todos os trâmites legais para pedido de refúgio /asilo político no país;
- Curso preparatório para o Exame Revalida;
- Aulas de português;
- Suporte de ONGs voltadas para garantia dos direitos individuais do médico.
Se você é um médico estrangeiro e encontra-se em situação de risco no Brasil, solicite ajuda do PROGRAMA DE APOIO AO MÉDICO ESTRANGEIRO DA AMB por meio do nº (11) 97078-4610 ou pelo e-mail
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COLUMNA DEL DIRECTOR Jorge H Fonseca |
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Miércoles, 19 de Junio de 2013 15:45 |
La Primavera Brasileña
¿Por qué el Gigante brasileño --que hace unos años viene asombrando al mundo por sus logros económicos (pasó a ser la sexta economía mundial), políticos (es una democracia pujante y plural) y sociales (tiró más de 40 millones de brasileros de la pobreza)-- se lanza masivamente a la calle a protestar, en prácticamente todas las grandes ciudades de este enorme país?
La Primavera Brasileña
Jorge Hernández Fonseca
19 de Junio de 2013
¿Por qué el Gigante brasileño --que hace unos años viene asombrando al mundo por sus logros económicos (pasó a ser la sexta economía mundial), políticos (es una democracia pujante y plural) y sociales (tiró más de 40 millones de brasileros de la pobreza)-- se lanza masivamente a la calle a protestar, en prácticamente todas las grandes ciudades de este enorme país?
Esta pregunta pasa por la mente de todos los analistas políticos mundiales --e incluso de los brasileños más informados-- por la complejidad de su respuesta y los muchos factores en juego dentro de un país, tradicionalmente pacífico, que muy pocas veces ha entrado en guerra y que internamente se dice más permisivo social y políticamente que el resto de sus vecinos.
Para aclarar el panorama de lo que sucede --visto desde el exterior resulta una incógnita muy difícil de descifrar-- aportaré algunos elementos, de un observador que vive en Brasil hace más de 20 años y que se desarrolla en el área del análisis político cubano y latinoamericano en general. Primero hablaremos los hechos concretos, para después considerar otros elementos.
Las manifestaciones se originaron en la Mega-urbe San Pablo, con la decisión del alcalde de la ciudad, Fernando Hadad, militante del PT --partido de la presidenta Dilma Rousseff y de Lula da Silva y considerado como “el delfín” de este partido para una disputa por la presidencia del país, después de la venidera candidatura a la re-elección de la actual presidenta Rousseff-- decidió aumentar el valor del pasaje de ómnibus urbano en cierta fracción, que “colmó la copa” de una población con serios problemas de movilidad urbana, en un contexto crítico nacionalmente.
La primera manifestación –pequeña y de corte pacífico-- se escenificó en San Pablo, en la importante Avenida Paulista y fue fuertemente reprimido por la policía, que hizo uso de una fuerza desproporcionada contra unos pocos manifestantes. No está claro todavía si la represión causó una reacción de depredación y rotura de vidrios, servicios de teléfonos y terminales de agencias bancarias, o si la represión fuerte se dio como consecuencia de este vandalismo. Se afirma que la manifestación fue mayormente pacífica, junto a un “grupúsculo” agresivo.
Una segunda manifestación fue convocada al día siguiente, con una participación mucho mayor, y con la aparición de un grupo organizado, que desde tiempo antes luchaba por lo que llaman “pase libre”, una organización estudiantil que quiere pasaje libre para los estudiantes. Este factor introdujo además la presencia estudiantil en las manifestaciones. La policía se preparó para esta segunda manifestación y detuvo a muchos manifestantes antes del inicio por motivos poco creíbles. La represión de esta segunda manifestación fue también excesiva, con periodistas presos o heridos con balas de goma y golpeados innecesariamente por la policía.
De esta manera, las protestas en San Pablo se extendieron a Río de Janeiro de forma preventiva (antes que les aumentaran los precios de los pasajes) y de ahí se extendieron a otras grandes ciudades, donde los problemas de movilidad urbana son críticos en la actualidad. Adicionalmente, las protestas se extendieron hasta las inmediaciones de los nuevos estadios donde se escenifica la Copa de las Confederaciones de fútbol, ganando destaque internacional.
El lunes 17/06 hubo coordinaciones y más de 20 grandes ciudades brasileñas llevaron a sus calles cientos de miles de ciudadanos “indignados” con el “estado de cosas”. Una protesta que comenzó con el incremento del costo del pasaje de ómnibus, rápidamente se convirtió en un “pliego de demandas” asociadas a la corrupción, la impunidad, la falta de atención con la educación, con la salud pública, con el alto costo de vida, la inflación y la subida de los precios.
La presidenta Rousseff, basado en la virulencia de determinadas acciones protagonizadas por los protestantes (el asalto a el edificio de la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro, donde cientos de manifestantes tomaron y destrozaron todo lo que encontraron en el edificio, a pesar de estar fuertemente custodiado por policías armados, los que retrocedieron ante los cocteles molotov y el empuje del desborde masivo de manifestantes enardecidos) se vio en la necesidad de referirse a los hechos, dándole la razón a los manifestantes, en un intento por enfocar lateralmente las protestas nacionales que tenían lugar y que todavía continúan.
En paralelo --como se ha dicho-- Brasil lleva a efecto una competencia de fútbol, “La Copa de las Confederaciones”, en cuya inauguración el pasado domingo 16/07 la presidenta Rousseff fue víctima de una gigantesca “rechifla” por parte de los asistentes al juego inaugural, lo que da el tono social del estado de ánimos de la población brasileña ante sus representantes políticos.
Así las cosas, y en el momento que escribo estas líneas, las manifestaciones generalizadas en todo Brasil --y que hasta ayer martes 18/07 se producían durante la noche-- han comenzado a producirse durante el día, cerrando carreteras e inmovilizando grandes áreas de la geografía brasileña. El día anterior, el alcalde de San Pablo, origen de los disturbios, se reunió con representantes de los manifestantes y consejeros de la alcaldía, perdiendo la oportunidad de cortar el origen de las protestas anunciando la rebaja de los pasajes (como ya han hecho otras alcaldías importantes de manera preventiva) y se mantuvo en su posición de fuerzas.
En líneas generales, estos son los hechos. Han dejado un rastro de personas heridas y presas, grandes pérdidas de bienes materiales depredados --públicos y privados-- y un sentimiento de revuelta en toda la población brasileña indignada, tanto con el “estado de cosas” previo a las manifestaciones, como con el torpe manejo que las autoridades han hecho de la crisis.
Pasaré a enumerar algunos antecedentes a esta crisis, en lo que al transporte urbano respecta:
- El sistema de transporte urbano en las grandes ciudades de Brasil es pésimo, sobre todo en las horas picos. Faltan trenes, metros y ómnibus confortables y baratos;
- La política económica del gobierno actual ha enfatizado en incentivar la compra de carros individuales (reduciendo los impuestos a los fabricantes transnacionales, que se han enriquecido con las medidas gubernamentales) lo que ha llevado en paralelo al colapso de la movilidad urbana, sin las inversiones necesarias en infraestructura vial;
- Las empresas de transporte urbano brasileñas son administradas por empresarios que se enriquecen ilegalmente y no hacen las renovaciones de la flota de ómnibus que la legislación manda, en perjuicio de una población que tiene que sufrir las consecuencias;
En paralelo a este panorama, la organización del la Copa del Mundo de fútbol el año venidero y de la actual Copa de las Confederaciones, ha implicado en un gasto excesivo (más de 15 mil millones de dólares) construyendo muchos nuevos estadios, con fuertes sospechas de desvío de recursos, por lo que el valor de los ingresos deja fuera de los campos deportivos al fanático medio brasileño --tan amante del fútbol-- lo que aumenta el trauma con los gastos excesivos.
Adicionalmente, se presenta antes el pueblo brasileño un ejemplo de corrupción e impunidad, cuando un grupo de altos cargos del gobierno de Lula da Silva, habiendo sido condenados a penas de cárcel en el pasado año (durante el juicio del “mensualón”) disfrutan de total libertad e impunidad basado en el hecho de que son “personas influyentes”, algunos de los cuales han sido incluso promovidos a escaños en el Congreso Nacional de manera impune y traumática.
El 2014 venidero es año electoral, donde el PT se juega la presidencia de la República ante el segundo partido en la disputa, el Partido Social Demócrata, PSDB. Esta posible pugna jugó cierto papel en el inicio de las protestas. El alcalde de San Pablo, Fernando Hadad, es militante del PT y el gobernador del estado, Geraldo Alkimin, es del PSDB, lo que originó de inicio, acusaciones de personeros del PT contra la acción de la policía de San Pablo (comandadas por el PSDB) en lo que se vio como una disputa en la que el PT, partido del alcalde que aumentó los pasajes y se niega a disminuirlos (lo va a tener que hacer a la fuerza) y el gobernador, intentando tirar réditos por la crisis, que muy rápidamente extrapoló el terreno de esa ciudad.
Enumeramos a continuación otros temas que tienen un peso relativo en la crisis actual:
- La economía brasileña bajo Rousseff ha sido manejada erráticamente y en la actualidad Brasil presenta problemas de bajo crecimiento, inflación en alta, explosión de precios, alza del dólar y poco nivel de inversión nacional y extranjera, complicando el panorama;
- Hay insatisfacción generalizada por las imposiciones de la FIFA (Federación Internacional del Fútbol) ha sometido a las autoridades brasileñas durante la organización de los eventos futbolísticos, que han pesado demasiado en el bolsillo del brasileño medio, que ve la soberanía del país mancillada en inexplicables episodios;
- Brasil es uno de los países del mundo que más impuestos toma de sus ciudadanos (casi el 40% del PIB brasileño es para pagar impuestos) siendo que la población recibe muy poco retorno en servicios de infraestructura, seguridad, educación o salud pública;
- Después de hacer campaña masiva contra las llamadas “privatizaciones” escenificadas por el anterior gobierno social-demócrata, el gobierno actual del PT ha comenzado a privatizar de manera poco transparente grandes sectores de la economía brasileña;
- Obscuros manejos en el área legislativa y judicial, a todos los cuales el partido de gobierno, PT, se oponía cuando era oposición, pero que ahora incentiva en el gobierno.
Las respuestas a toda esta problemática es compleja en su solución. Sin embargo, algunas lecciones podemos extraer de lo que está sucediendo en el Brasil de Lula da Silva --en pleno proceso-- como siendo válidas para la situación cubana, salvando las distancias:
Primero: El mayor partido marxista de la izquierda democrática latinoamericana –tomado como referencia muchas veces por la izquierda opositora cubana-- está totalmente encerrado en contradicciones sin solución en el área social, precisamente el área que más dicen defender. No basta con ser marxistas o decirse “socialistas” para solucionar los problemas sociales.
Segundo: La solución de los problemas sociales son relativamente independientes del color del partido en el poder; ni la derecha, ni el centro, ni la izquierda, tienen la llave de la solución de los problemas que enfrentan los gobiernos --como paradigmáticamente se ha visto con el fracaso socialista cubano-- y ahora con los serios problemas que enfrenta hoy el PT en Brasil, con un alcalde “socialista” que aumenta el costo del pasaje de ómnibus (y se niega a bajarlo) y una presidenta que no sabe qué hacer con el grave problema que tiene entre sus manos.
Artículos de este autor pueden ser encontrados en http://www.cubalibredigital.com
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Última actualización el Martes, 23 de Julio de 2013 12:57 |
COLUMNA DEL DIRECTOR Jorge H Fonseca |
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Escrito por Indicado en la materia
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Miércoles, 20 de Marzo de 2013 19:06 |
Yoani Sánchez y el Problema Generacional Cubano.-
Un artículo reciente del Comandante Huber Matos, opositor encima de cualquier sospecha y luchador incansable por la libertad y la independencia de Cuba, nos acaba de entregar --desde una generación incluso anterior a la de Fidel Castro-- un artículo maravilloso sobre el tema que tratamos en este análisis. El tratamiento justo y correcto que el Comandante Huber Matos hace de las posiciones de Yoani Sánchez, Rosa María Payá, Eliézer Ávila y Bertha Soler, es un monumento al desprendimiento sectario que todos los cubanos dignos deberíamos imitar.
Yoani Sánchez y el Problema Generacional Cubano
Jorge Hernández Fonseca
20 de Marzo de 2013
Que la dictadura dinástica de la familia Castro tiene problemas generacionales, ya todos los cubanos lo sabíamos. El nombramiento reciente de un “extraño en el nido” como segundo al mando de Raúl, ocasionó más sorpresas que análisis, porque después de la defenestración de Carlos Lage y Felipe Pérez Roque, todos centraban su atención en los vástagos herederos de Raúl, en la certeza de que los vástagos de Fidel estaban fuera del pareo sucesorio.
La dictadura castrista, además de ser dinástica es reconocidamente militar y el designado como segundo hombre de Raúl al frente del gobierno, no lo es. Como no lo es ninguno de los hijos o nietos de Fidel, muy diferente a como sucede en la familia de su hermano. Es por eso que se da por seguro que la sucesión dinástica en adelante se daría por la vía sanguínea de Raúl, incluso sin necesidad de que el “elegido” (a dedo) sea necesariamente militar, su familia lo es.
La oposición política a los hermanos Castro sin embargo se cree (nos creemos) inmune a este tipo de consideraciones generacionales. Se habla poco --o no se habla nada-- de problemas generacionales en el seno de la oposición política cubana, dentro y/o fuera de la isla. No obstante creernos inmunes al aspecto generacional que sufre la dictadura que combatimos, los opositores --como buenos cubanos al fin y al cabo-- también tenemos nuestro (fuerte) problema generacional, y con él, el deber del análisis para no proceder como lo hacen Fidel y Raúl, que obvian este importante aspecto que los corroe lentamente por dentro y los destruirá.
La aseveración anterior ha quedado muy clara --desde mi personal punto de vista-- con los injustos ataques que la bloguera cubana Yoani Sánchez ha venido sufriendo por parte de sectores del exilio opositor, analizando determinadas declaraciones de Yoani y si estas la “califican” como opositora “consecuente”, o incluso, si es una opositora “real, a toda prueba”.
No quiero detenerme en el mérito (o no) de los criterios que Yoani ha ido expresando a lo largo de su recorrido iniciado en Brasil --donde personalmente pude acompañarla y escuchar de sus propios labios diversos conceptos y enfoques, diferentes a los que tradicionalmente yo hago en mis artículos de opinión-- pero que indiscutiblemente tenían (y han continuado teniendo a lo largo de su recorrido por otros países) el sello netamente opositor a la dinastía Castro, a la falta de libertades por ellos implantada en Cuba, así como a su condición represiva e totalitaria.
Repensando esta mi experiencia personal con Yoani Sánchez y las opiniones vertidas en el seno de la polémica contra algunas de sus declaraciones --y con la constatación de que los argumentos expresados contra Yoani, la mayoría de las veces estaban contaminados por un enfoque equivocado con relación a lo que realmente había dicho, o al tono y la forma como lo había manifestado-- he llegado a la conclusión que, lejos de la mala fe --cosa que descarto en personas honestas que la critican-- hay un problema generacional que también nos aqueja.
Como dije antes, no voy a analizar el mérito de si Yoani tiene o no tiene razón, incluso porque nadie --mucho menos yo-- se puede dar el lujo de monopolizar la atribución de ser “el gerente general” de las “autorizaciones” que cada opositor debe tener para expresar su condición de tal. Yoani es joven y por tanto, es muy rebelde. Que lo diga si no la policía política que la trata de acosar, policía que muchas veces resulta “acosada” por la bloguera. La realidad es que las nuevas generaciones opositoras, como Yoani, como Rosa María Payá, como Eliézer Ávila, tienen criterios opositores muy diferentes a los nuestros, de una generación anterior.
No es que por ser jóvenes tenga razón y la generación anterior esté equivocada. El análisis es que debemos ser abiertos a la aceptación de otros puntos de vista, aunque no lo compartamos, y no ver cada posición como siendo “no opositora” o lo peor, ver a un infiltrado en nuestras filas. La mayoría de las veces que creemos haber detectado a un infiltrado en nuestras filas lo que estamos haciendo es dando un crédito a la policía política cubana que no tiene, haciéndola más abarcadora de lo que realmente es, incrementando nuestro miedo y magnificando el enemigo.
De manera que, no solamente la dictadura hereditaria de los hermanos Castro padece del problema generacional, también la oposición política al castrismo adolece del mismo mal y es necesario estar consciente de ello, para poder salir adelante exitosamente. Ni Pérez Roque ni Carlos Lage son (ni eran) opositores. Simplemente pensaban muy diferente a los envejecidos dictadores cubanos y por ello los “eliminaron”, erróneamente para el proceso sucesorio en el seno de la dictadura comunista que nos oprime. Un error que perjudica la sucesión castrista.
Afortunadamente Cuba cuenta con una reserva inagotable de patriotismo y amor a la Patria. Un artículo reciente del Comandante Huber Matos, opositor encima de cualquier sospecha y luchador incansable por la libertad y la independencia de Cuba, nos acaba de entregar --desde una generación incluso anterior a la de Fidel Castro-- un artículo maravilloso sobre el tema que tratamos en este análisis. El tratamiento justo y correcto que el Comandante Huber Matos hace de las posiciones de Yoani Sánchez, Rosa María Payá, Eliézer Ávila y Bertha Soler, es un monumento al desprendimiento sectario que todos los cubanos dignos deberíamos imitar.
No estoy haciendo un llamado a concordar con estos líderes de la disidencia interna. Cada uno de nosotros, --tal y como lo tiene el Comandante Huber Matos, fundador de una de nuestras aguerridas organizaciones opositoras --el CID-- y sin renunciar a sus líneas, principios y directivas-- debemos pasar a reconocer el mérito que tienen la sangre joven que se ha inyectado en el espectro opositor y que en el caso específico de Yoani en Brasil (y del resto del Mundo, como bien ha apuntado esa gloria de Cuba que es Paquito de Rivera) le ha hecho el daño más devastador a la dictadura castrista, denunciando creíblemente sus desmanes, ineficiencia y represión, sin pronunciar siquiera una sola vez en Brasil la palabra “dictadura”.
Desde estas líneas hago un llamado a la cordura, sobre todo a aquellos que por militar en altos cargos de organizaciones democráticas cubanas, tienen por ello el deber de aceptar que “hay vida inteligente” fuera de nuestras cabezas y que de la misma manera que nuestra generación se insurgió valientemente contra la dictadura (al costo de más de 9 mil fusilados y entre 300 y 400 mil jóvenes condenados a largas e injustas penas de cárcel) la generación joven opositora actual tiene el derecho (nadie puede pretender monopolizarlo) a decidir sus posiciones políticas.
Es por todo lo anterior que Yoani Sánchez tiene que tener derecho a intercambiar en paz (en público, o en privado) sus puntos de vista con los luchadores democráticos cubanos de épocas anteriores que residen en Miami. Es por eso que Yoani Sánchez debe beber en la fuente de antiguos luchadores por la libertad de la isla, como son los expresos políticos (que están abiertos a recibirla en la “Casa del Preso”) a intercambiar puntos de vista con Huber Matos, Comandante de la lucha contra la dictadura de Batista y héroe de la lucha contra el castrismo, en la certeza de que la lucha de las nuevas generaciones contra el totalitarismo no es más que la continuación de una lucha mucho mayor del todo el pueblo cubano por su libertad y la conformación de un futuro democrático sin dueños de mentira ni salvadores de la patria.
Artículos de este autor pueden ser encontrados en http://www.cubalibredigital.com
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Última actualización el Miércoles, 08 de Mayo de 2013 09:17 |
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COLUMNA DEL DIRECTOR Jorge H Fonseca |
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Escrito por Indicado en la materia
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Jueves, 18 de Julio de 2013 10:34 |
CUBA: LA DEFENSA DE LA DIFERENCIA
Yo defiendo una historia diversa, contada por ejemplo a partir de la música cubana, que comience con la Contradanza, se continúe con el Son y el Danzón. Que se entrelace con la Trova, el Bolero, la Guaracha y el Mambo. Que me hable del “cha, cha, chá”, la Nueva Trova, el Pilón y el Mozambique.
CUBA: LA DEFENSA DE LA DIFERENCIA
Una Pequeña Gran Nación
Por Jorge Hernández Fonseca
Brasil, Julio de 2013
Existe un mar de diferencias entre la sociedad civil cubana y sus actuales gobernantes, así como entre los escritores del exilio y los de la isla. La sociedad civil de dentro y fuera de la isla está repleta de talentos individuales, mientras los políticos son torpes, erráticos y autoritarios. Los intelectuales del exilio por su parte no responden --como grupo-- a las líneas trazadas por ningún partido político y mucho menos pretenden uniformidad ideológica, como son obligados a hacer los “oficialistas” que viven dentro de la isla. En el exterior, los intelectuales cubanos se comportan como personas adultas y maduras, que han hecho de su filosofía íntima, personal y propia --y por tanto única-- el micro universo que se admira en las obras de los que tienen alguna cosa diferente que decir.
La rica historia de nuestro país no puede continuar siendo contada únicamente a través de la secuencia de gobiernos y acontecimientos políticos. Yo quiero leer una historia de Cuba cuya concatenación sea múltiple y orgánica, pero que sea diferente a la simple historia política y además distinta a la orientación oficial. Que sea abarcadora de la profusa realidad nuestra. Que tome como base cualquiera de los múltiples y ricos escenarios que nos brinda la sociedad civil, verdadera actora de los hechos que marcan y marcaron históricamente la sociedad cubana y donde la política --a pesar de importante-- ni siempre fue protagónica, y muy pocas veces fue vocera o representante real de lo mejor de nuestra historia.
Yo quiero una historia diferente, donde no solamente sea relevante la “Enmienda Platt”, la “intervención americana”, la guerra de los liberales del Perico o la dictadura de Machado. Donde no solamente tenga destaque la revolución del 33, la Constitución del 40, los gobiernos auténticos, o el asalto al cuartel Moncada. Que no continúe atada a la Sierra, a Girón; al Escambray y al Llano. Lejos del abrazo con la Unión Soviética y de la disputa y reconciliación con Estados Unidos. Que no se ate únicamente a los nombres de los políticos, gobernantes u opositores.
Yo defiendo una historia diversa, contada por ejemplo a partir de la música cubana, que comience con la Contradanza, se continúe con el Son y el Danzón. Que se entrelace con la Trova, el Bolero, la Guaracha y el Mambo. Que me hable del “cha, cha, chá”, la Nueva Trova, el Pilón y el Mozambique. Preferiría una historia que nos diga lo significativo de Sindo Garay, del trío Matamoros, de Ernesto Lecuona, Enrique Jorrín y Pérez Prado. Que hable de Celia Cruz y Silvio Rodríguez, de Willy Chirino y Pablito Milanés. Que narre como fue necesaria la presencia de un norteamericano con vía libre en la isla, para tirar del anonimato a “Buena Vista Social Club” y sus estrellas limpiabotas, con historias de vida con más de 90 años en sus personajes estelares y únicos.
Defiendo una historia diferente. Sería delicioso saber nuestra secuencia nacional siguiendo el rastro a la Zarzuela, culta y criolla, Cecilia Valdez y María la O. Conocer el nacimiento de nuestro teatro bufo: el Negrito y el Gallego; el Alcázar, el Teatro Nacional y Pototo y Filomeno. Las comedias en vivo, compañías y artistas ya olvidados, que se burlaban de políticos y militares, negros y blancos, justos y pecadores.
Prefiero una historia que nos guíe a través de la rica plástica cubana, tanto del “hurón azul” como de Wilfredo Lam. De los perfiles de Portocarrero y las pinceladas multicolores de Amelia Peláez. De la Cuba vegetal de Tomás Sánchez y los gallos de Mariano. Preferiría una historia que además nos lleve por los caminos de la arquitectura cubana, desde la colonial hasta las microbrigadas, pasando por todo el mar de realizaciones de la ciudad de la Habana, desde la arquitectura clásica y la barroca, hasta la rica amalgama moderna, que incluya la post modernidad y nos explique el eclecticismo que caracteriza a lo criollo.
Que nos hable del Morro, el Malecón, del Castillo de Atarés y el puente de Bacunayagua. Que nos explique la Rampa y el Focsa. Haciendo justicia al mismo tiempo a Quintana y a Pimpo. Que vaya al interior a apreciar la Catedral de Santiago de Cuba, la iglesia de Remedios y la glorieta de Manzanillo. La belleza de Cienfuegos, los jarrones de Camagüey, la Torre de Iznaga y los puentes de Matanzas.
Quiero una historia contada a través de los campeonatos de pelota entre el Habana el Almendares, el Cienfuegos y el Marianao. Donde las épocas se cuenten a partir de que el Cienfuegos ganó su primer campeonato. O de la victoria de los Industriales o los Orientales. Que nos hable de Capablanca y Font, Bertha Díaz y Figuerola, pero que no olvide a Rafael Fortún, Orestes Miñoso y al "cobrero" Alarcón. Que destaque igualmente al Duque Hernández, a Juantorena y Dayron Robles.
Necesitamos una inyección de historia contada a partir de las obras literarias, desde “Espejo de Paciencia” hasta “Antes que Anochezca”; que nos haga llorar con la poesía de Gertrudis Gómez de Avellaneda, hasta los versos de fuego y plata de Belkis Cuza Malé. Que nos hable tanto de “Generales y Doctores”, como de “Te Di la Vida Entera”, que cuente las épocas con los detalles de la Habana nocturna de “Tres Tristes Tigres” y culte el barroquismo inigualable de “Paradiso” y el atrevimiento de Heberto Padilla.
Me gustaría leer la historia de nuestra religión. Del sincretismo entre Santa Bárbara y Changó; de la virgen de la Caridad del Cobre y Obatalá; de San Lázaro y las visitas del Papa. De la renovación del espiritismo, el renacimiento de la iglesia católica en sus fieles, y la equivocación de su jerarquía. De los colegios de La Salle y los Maristas, hasta La Progresiva de Cárdenas, con su banda gigante, rítmica y malabar pasando por los Escolapios de Guanabacoa.
Estamos faltos de la continuación del trabajo de Moreno Fraginals y su Ingenio, que detenga el cruel aborto del trabajo azucarero. Esa es la historia de una parte importante de la sociedad civil de cubana, del movimiento obrero azucarero, su trabajo y su saber. La agricultura y la industria de la isla, así como su olor, sabor y alegrías. Economía, sociedad y tecnología, lejos del mangoneo oficial y el cierre de los ingenios.
Prefiero algo diferente, como la historia de nuestra danza, desde el baile popular a la danza clásica. Desde el Danzón y el Bolero hasta el Casino coreográfico y universal. Que nos recuerde “Para Bailar” sin olvidar al Ballet Nacional de Cuba. Que lleve dentro el carnaval de La Trocha, de los Hoyos y el Cocuyé, la Conga y la Comparsa.
Me gustaría leer una historia que tome como base la creación de nuestras Universidades, comenzando en el Seminario de San Carlos y su implantación posterior en la Colina universitaria. Que nos diga cómo se iniciaron las Universidades de Oriente y Las Villas y su posterior universalización desbordando la isla de Maisí a San Antonio, sin dejar de incluir a la olvidada y truncada Universidad de Villanueva.
Una historia que nos cuente las novelas cubanas de radio de los años 40 y 50 y como llegaban hasta Colombia. De lo que sentía el pueblo cubano que seguía “El Derecho de Nacer” de “Mamá Dolores” y Albertico Limonta. Del “agua de Clavelito” y “La Guantanamera”. De cómo perduró “Nocturno”, “Alegrías de Sobremesa” y la “Tremenda Corte”. La televisión de los años 50 de los hermanos Mestre y de Pumarejo. De Jueves de Partagás y “La Pregunta de los 64,000 pesos”. De “Telecine” y “La Revista de la Mañana”. De la plástica y la propaganda del cartel cubano. De las ediciones masivas y las lindas portadas de sus libros policromos.
Daría cualquier cosa por ver las películas de Rosita Fornés, con Pérez Prado, Tongolele y Blanquita Amaro. Las cintas épicas de la revolución, con “Memorias del Subdesarrollo” como bandera, junto a “Manuela” y “Fresa y Chocolate”, viendo la mano firme de Gutiérrez Alea detrás de la pantalla. Sería imaginable y haría historia, una película de Juan Carlos Tabío estrellada por Andy García y Cameron Díaz.
Me gustaría leer la historia a partir de recortes de los periódicos, fundados en la isla hace más de 150 años, cual colchón de retazos verdadero y diverso. Desde los opúsculos de Fasciolo hasta las versiones oficiales de la colonia. Desde el “Diario de la Marina” y “Prensa Libre”, hasta “El Mundo” y “Excélsior”. Desde “Zigzag” y “Pa'lante”, hasta “Melaito”, pasando por “Revolución” y “Granma”. Me gustaría leer periódicos donde se hable por igual de médicos famosos y artistas en tránsito. De ingenieros destacados y políticos cumpliendo su deber.
De economistas trabajando y deportistas siendo entrevistados. Con destaques a madres, esposas, hijos y estudiantes. Con poesía, literatura y letras de música sin compromisos panfletarios. De chistes y muñequitos, con crucigramas, adivinanzas y sorteos, sin la mirada insomne del “Gran Hermano” en cada página.
Quiero leer una historia de secuencia civil, que no sea dirigida por ejércitos o partidos políticos. Donde se destaquen Chicharito y Soperiras y Pototo y Filomeno en su verdadera dimensión cubana. Donde le hagamos una estatua a Jesús Díaz y otra a Heberto Padilla, no menos grande que la de Nicolás Guilllén.
No serán los partidos políticos los que salvarán a Cuba de la crisis moral en que está sumida. Uno de ellos se ha erigido en juez supremo y vean hasta donde hemos llegado. Ni siquiera podemos tener una discusión civilizada sobre literatura, televisión, industria azucarera, poesía, deporte, arquitectura, danza, radio, plástica, cine o teatro. La sociedad civil está asfixiada en la isla. Sólo cuenta la política --y en nuestro caso-- la política de un sólo partido, irrevocable y personal, que ha secuestrado nuestra identidad nacional para hablar por nosotros un relato de mentiras.
Un país sin sociedad civil no tiene futuro… ni siquiera presente. El estado-partido no puede suplantar la creatividad inherente a cada célula social --libre y responsable-- de los hombres y mujeres que la componen y que históricamente nunca le debieron a nadie. Lo exigió nuestro prócer Mayor: "no se dirige un país como se manda un ejército".
No es mucho pedir un simple gesto hacia la sociedad civil cubana, ahora que el mundo exterior apoya a Raúl --y sólo a Raúl-- (ignorando al sufrido pueblo de Cuba). Ahora que Obama se dispone a negociar con la dictadura en nombre de los “sagrados intereses norteamericanos”, para que eche un vistazo hacia las gentes que ha creado esa pequeña gran Nación con el talento y el concurso de todos sus hijos y que de manera simple sólo quieren enarbolar en libertad y “la defensa de la diferencia” con sus políticos actuales.
Artículos de este autor pueden ser leídos en www.cubalibrediigtal.com
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Última actualización el Miércoles, 18 de Septiembre de 2013 12:42 |
COLUMNA DEL DIRECTOR Jorge H Fonseca |
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Escrito por Indicado en la materia
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Lunes, 06 de Mayo de 2013 08:15 |
La Oposición Política cubana de inicios de 2013: Un Análisis
Atisbos informativos nos quieren inducir a pensar que alrededor de Raúl Castro hay un celero de “marxistas honestos” que luchan por reformar “el modelo cubano” para llevarlo por caminos más eficientes, económicamente hablando.
La Oposición Política cubana de inicios de 2013: Un Análisis
Jorge Hernández Fonseca
5 de Mayo de 2013
El maniqueísmo que todavía permea la política cubana del siglo XXI está haciendo estragos en amplios sectores de la creciente oposición política al castrismo. Una oposición que inicialmente fue “de derechas” por razones obvias, avanzó rápidamente hacia el centro político en la medida que la llamada “revolución” se mostraba incapaz de “generar bienes y servicios” desde el gobierno y que el desastre socialista actual ha extendido a todo el espectro político nacional, incluyendo a una gran parte de los intelectuales marxistas isleños, junto a católicos militantes “revolucionarios”, en una sopa de difícil digestión que pretende “salvar” de los escombros una supuesta “buena voluntad social original” que ya no aparece por ningún lado.
Los cubanos, ávidos de análisis lúcidos sobre el potencial camino hacia la democracia, leemos artículos de autores opositores de las más variadas tendencias, en algunos de los cuales sobresale el maniqueísmo “izquierdo-derechista” de manera destacada. Esta tendencia es resaltada sobre todo en opositores que recién abandonan el campo gobiernista, o en aquellos que, desde posiciones marxistas intentan “perfeccionar” el descalabro evidente. Se trata, según esos enfoques, que se cometieron “errores” de detalles, sin ver el estrepitoso fracaso que ha hundido la Nación cubana en el peor de los abismos al que se la ha llevado en los aspectos social, económico y moral. Con tal de “separarse” de la “derecha” a la que detestan, continúan atados al lenguaje simbólico y maniqueo de la dictadura que ahora dicen abandonar.
Atisbos informativos nos quieren inducir a pensar que alrededor de Raúl Castro hay un celero de “marxistas honestos” que luchan por reformar “el modelo cubano” para llevarlo por caminos más eficientes, económicamente hablando. Nada se habla sin embargo del aspecto político, y en paralelo, el “matonismo fidelista” continúa en alta haciendo estragos entre los opositores pacíficos (¿será que lo merecen por ser “de derecha”?) los que son salvajemente golpeados y encarcelados. Hay una evidente contradicción básica en esta ecuación, que los opositores marxistas achacan a sectores dictatoriales dentro el gobierno oponiéndose a los “cambios”. ¿Sectores dictatoriales fuera del alcance de la mano de Raúl Castro?... sólo Fidel Castro.
Otro grupo de opositores marxistas no raulistas detallan una visión menos comprometida con la dictadura actual, pero continúan con el mismo lenguaje simbólico de “mafia de Miami” y “derecha reaccionaria”, en el supuesto de que las nuevas generaciones de opositores “de izquierda” son los que tienen “la” razón y no el “viejo exilio”. Esta “tercera posición opositora” critica a “unos y otros” (léase, a los castristas recalcitrantes y al “exilio de derecha”) echando mano la misma dicotomía que siempre usó el castrismo contra los demócratas que lo enfrentaron, mientras dicen combatir la tendencia de oponer “revolución-contrarrevolución”, utilizada ampliamente por la dictadura desde sus inicios, y usada también ahora que los “contrarrevolucionarios” a los que critica son nada menos que opositores marxistas.
Este razonamiento anterior nada tiene que ver con la sangre joven opositora que ha hecho irrupción en el exilio cubano cual “pinos nuevos”, ninguno de ellos con rezagos marxistas, ni con las mismas voluntades reformistas que el grupo de Raúl Castro y sus pretensiones de capitalizar el momento de fracaso del “modelo cubano”, que tanta penuria nos cuesta. Pena que se trate de opositores “individuales” destacados, que todavía no representan a “la” oposición.
Todo este escenario se refuerza con la constatación sorprendente y actual de la exportación castrista hacia la Venezuela de Nicolás Maduro (lo llevó en su maleta a Caracas de regreso de su visita a la Habana) del método “matonista” implantado hoy en la Habana y descrito antes (golpizas indiscriminadas, no importa que sea en pleno Parlamento) contra opositores pacíficos. Siendo así, ¿Cuál es la verdadera voluntad de cambios hoy en Cuba? No se trata de que los cambios lleguen o no a la esfera política, se trata de la imposición en Venezuela del “método castrista” a base de palizas sangrientas, “como en Cuba”. ¿Cómo puede defenderse negociar con un régimen que funciona a base de golpizas contra sus opositores, y que además lo exporta?
Se argumenta que es Fidel y no Raúl quien está detrás del “matonismo” implantado en la Cuba de hoy y en la Venezuela post-Chávez. Pero resulta muy difícil asimilar que semejante método bárbaro haya sido aceptado por los hombres de Raúl en Venezuela, en caso de que dentro de la isla no haya consenso para su aplicación indiscriminada, siguiendo la línea fidelista de que “lo que conquistamos por la fuerza, por la fuerza tienen que quitárnoslo”, extendido ya a Caracas.
Comprendo que para un intelectual marxista comprometido con el andamiaje teórico de esa corriente filosófica resulta muy difícil achacar a esos mismos postulados el proceder del socialismo cubano. Comprendo también que con una mentalidad de izquierdas quiera analizarse el fracaso socialista cubano a la luz de “detalles” debido a “errores” que pudieran haberse evitado y no a los enunciados de una filosofía que, diciendo que era una ciencia (y no lo es) creó una ingeniería social para el éxito de la cual no había conocimientos comprobados, resultando en un voluntarismo dictatorial que fusiló a todo el que de verdad se le opuso.
En este etapa de la lucha por la democracia para la isla, cuando ya no es necesario demostrar que el socialismo fracasó en Cuba (aunque muchos en el campo opositor insisten en continuar sugiriendo “fórmulas” socialistas) los opositores tenemos el deber de clarificar los objetivos básicos de la oposición política cubana para no derivar en discusiones interminables. En este sentido creo que se debe partir de un enunciado básico: “Un gobierno dictatorial, que ha cercenado todas las libertades, que ha fracasado en el aspecto económico, que ha fracasado en el aspecto social, dividiendo la sociedad cubana (más de dos millones de exiliados) y que ha fracasado en el aspecto ético-moral, debe terminar”. Basado en un enunciado de ese tipo y no sobre discusiones maniqueas debe decidirse la base opositora honesta para una Nueva Cuba.
Sabemos que, a pesar de que tanto EUA como Europa incentivan un gobierno democrático en la isla, hay intereses norteamericanos, españoles y europeos en general, que tienden a darle al gobierno de Raúl Castro cierta sobrevida basado en argumentos de valores diversos. Para el análisis de esas estrategias foráneas habrá que estar preparados con principios firmes. La lucha del pueblo cubano no es sólo para que los cubanos de dentro de la isla tengan un plato de comida, ni solamente para que los exiliados cubanos puedan viajar a la isla cuando lo deseen. La lucha es para mucho más que eso: es para desmontar una dictadura que impide ahora que todo nuestro pueblo disfrute de una amplia libertad política, económica y social y para que todos tengamos igualdad de derechos, sin sentirnos parias dentro de nuestra Patria.
Para la lucha democrática deberíamos aceptar como válidas todas aquellas fuerzas opositoras, de la derecha, del centro y de la izquierda, sin las exclusiones a que estamos acostumbrados a leer: la derecha calificando de “fidelismo sin Fidel” a la izquierda opositora, o la izquierda marxista calificando la derecha opositora de “cavernícolas”. Todo lo anterior, siempre y cuando ambas acepten que el gobierno de los hermanos Castro, su partido e Instituciones, tienen que ser demolidas totalmente para conformar una sociedad nueva y diferente, dentro de la cual cada cual participe en la vida política futura defendiendo sus postulados. Si bien no es deseable ahora el triunfo de una derecha revanchista, menos deseable sería el triunfo de “otra” izquierda.
Será esa oposición política –dicho así, de esa manera directa-- la que nos indicará el camino propio de las Naciones libres. Nuestra lucha no es para suceder en el poder a un determinado gobierno cambiando algunas de sus leyes. La lucha es para derribar el actual gobierno, que ha secuestrado al Estado cubano sometiéndolo al albedrío de un partido discriminatorio. Para romper con la actual constitución de mentiras y crear una Nación diferente en nuestro territorio. Para re-hacer rodas las actuales leyes discriminatorias, con vistas a que generen una Patria soberana para todos sus hijos de dentro y fuera de la isla, desterrando el castrismo de nuestra tierra. El postulado básico de la oposición debe ser: ¡Libertad! sin subterfugios marxistas asociado a supuestos “logros” y sin el mangoneo raulista asociado a sus “cambios”.
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Última actualización el Miércoles, 08 de Mayo de 2013 09:18 |
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