Escrito por Fuente indicada en la materia
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Domingo, 05 de Diciembre de 2010 12:45 |
Por Jorge Hernández Fonseca
Las revelaciones aparecidas en un site de internet –Wikileaks-- y vehiculadas en varios periódicos de tirada mundial asociadas a la publicación de más de 250 mil documentos clasificados de la diplomacia norteamericana, han revuelto al mundo informativo y causado dolores de cabeza a más de un gobierno (amigo y enemigo de EUA) a lo largo y ancho del mundo.
A pesar de lo anterior, estimo que las revelaciones del site Wikileaks son más “escandalosas” que importantes. En realidad, para nada ponen en peligro la seguridad de los Estados Unidos, ni tocan asuntos verdaderamente sensibles del gobierno norteamericano. Parece que hubieran sido cuidadosamente revisadas como para causar “bochorno” en personalidades extranjeras y en algunas (seleccionadas a dedo) personalidades norteamericanas. Esto apunta hacia dentro.
Antes de entrar al análisis de lo que considero al respecto, quiero decir que el mundo se regocija de ver desnuda a la principal potencia mundial, incluso como una lección de lo que puede suceder (en otros aspectos) en el país más poderoso de la tierra. En un mundo globalizado y tecnológicamente entretejido en red, nadie es inmune, ni impune. Es una lección.
En política, nada es casual. Que una persona de repente quiera que el mundo sea transparente y no comienza su tarea por casa, siempre será sospechosa de “terceras intenciones”. Una especie de “Madre Teresa de Calcuta” de la información (de los otros, no de él) no puede tener sino intenciones diferentes a la que dice tener. Esa candidez hay que dejarla para otros campos de la vida social (religión) nunca para la política, sobre todo para la política norteamericana.
Que hay un plan maestro detrás de esta supuesta “transparencia” (contra EUA) a pocos deben caberle dudas. Si el objetivo fuera “la transparencia”, debería haber sido comenzando por casa y haciendo transparente todo lo que es relevante, en todo el mundo (no sólo en EUA) y en este sentido hay mucho que informar. Se trata de un ataque a fondo contra la primera potencia mundial y con objetivos definidos, lo cual sería interesante ver analizado a fondo, cosa que escapa a mis posibilidades, limitadas por la información disponible. Sin embargo, allá vamos.
Los documentos muestran el enfoque íntimo de funcionarios destacados en países, fungiendo como diplomáticos. Si bien poco de lo publicado hasta ahora era público, todos sabíamos que ese es el lenguaje –poco más poco menos-- de los documentos e informaciones confidenciales de los diplomáticos de todos los países, no sólo de los diplomáticos norteamericanos. Es el secretismo antropológico de la intimidad del grupo, la misma que llevó a una simple familia en el interior de EUA a querer engañar “al mundo” con aquel globo volando (supuestamente con un hijo de ellos) para ganar notoriedad, en el supuesto que “sólo la familia sabía del secreto”.
A pesar del actual ser un escándalo internacional, que ha hecho reaccionar a diversos jefes de estado a lo largo y ancho del globo, la acción tiene como objetivo algún proceso interno, dentro de los propios Estados Unidos. Lo anterior queda más claro por el hecho de comenzar a demostrase que la obtención de los documentos no ha sido a través de la “inteligencia digital” como se quiere hacer ver para desviar la atención, sino de personas dentro del aparato de EUA, que se prestaron (probablemente por dinero, mucho dinero) a entregar los documentos.
Esto significa que, además del Wikileaks --parte visible de este verdadero “iceberg”-- hay otros personajes (los principales) detrás del escándalo. Estos elementos adicionales podríamos clasificarlos en dos grandes “familias’: los financiadores y los interesados. En muchos casos, ambas categorías coinciden y los financiadores son los propios interesados.
Ya acabó la guerra fría, por lo que difícilmente veríamos a Rusia ahora detrás de algo así. Países del campo chavista pudieran estar detrás del financiamiento, sobre todo cuando de inicio Ecuador ofreció “asilo político” al dueño de Wikileaks, pero rápidamente dio marcha atrás. En cualquier caso, es claro que hay mucho dinero detrás de una campaña como esta, quizá dinero de los periódicos que tuvieron la primicia, o de otra procedencia interesada en las consecuencias de lo que resultará de este escándalo, sobre todo dentro de EUA.
En cuanto a los objetivos de las filtraciones, es difícil no colocar al presidente Obama como un potencial objetivo principal, por dos razones básicas: primero, es el responsable de todo lo que sucede en su gobierno y las consecuencias, al final del proceso de revelaciones en andamiento, pudiera ser inculpado de manera directa; segundo, Obama está ahora sometido a presiones diversas, sin haber todavía tomado posesión el nuevo y adverso Congreso norteamericano.
Una segunda personalidad, esta vez sí mencionada desde el inicio de las revelaciones, la Secretaria de Estado Hillary Clinton, podría ser el blanco de los ataques, teniendo en cuenta que se ha planteado que substituirá al Secretario de Defensa (que pasa a retiro) o por las razones de la antigua rivalidad con el propio presiente Obama durante la campaña primaria. Sea como sea, Hillary se ha apresurado a anunciar su retiro de la vida pública. ¿Casualidad?
En cualquier caso, parece poco probable que detrás de los objetivos del escándalo esté alguno de los partidos tradicionales en EUA. El estilo y la forma de los acontecimientos tienen poca relación con los Demócratas o Republicanos, incluso porque sería muy difícil desmarcar sus culpas en lo que sucede en un país que tradicionalmente ha relevado los partidos en el poder.
El contexto analizado, a largo plazo, tendrá más trascendencia que saber que algún funcionario de EUA piense que “Hugo Chávez está loco”, o que “los sauditas quieren el bombardeo de Irán”. Algo se mueve dentro de los Estados Unidos y sus reflejos vienen a través de revelaciones que en realidad no afectan sus intereses básicos en el aspecto estratégico.
Wikileaks ha anunciado una arremetida contra las “instituciones financieras”. Sería interesante ver si estas revelaciones afectan a grupos determinados, o son dirigidas contra todo el sistema. Adicionalmente, sería interesante ver si hay revelaciones sobre el sector energético (el petrolero específicamente) para tener una idea más cabal de la “transparencia” que proclama.
4 de Diciembre de 2010
Artículos de este autor pueden ser consultados en http://www.cubalibredigital.com
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Domingo, 05 de Diciembre de 2010 12:41 |
Por MARZO FERNÁNDEZ En dias como estos, en que todos los cubanos dignos recordamos a nuestros guerreros, la venerada Santa Barbara con su afilada espada y al inolvidable Antonio Maceo, heroico general con mas de 28 heridas en el cuerpo; tenemos que tener mas que presente sus historicas ensenanzas -que todos los cubanos, sin excepcion- un dia estudiamos y admiramos. No es permitido para ningun cubano bien nacido olvidar a Maceo, y menos cuando de la patria se trata. Si hoy desgraciadamente hay cubanos que quieren pactar con los que oprimen y esclavizan a nuestra querida patria -que tratan por todos los medios de aceptar un Zanjon con los Castros- Tambien hay muchos mas que son Protestantes de Baragua, jamas podremos olvidar que "la libertad no se mendiga, se conquista con el filo del machete" asi nos ensenaron y educaron nuestros mambises. En mi opinion, todos los escenarios de lucha son buenos y necesarios, a todos los que de una forma u otra, luchan contra el castrocomunismo tienen mi irrestricto apoyo, sin excepcion, los enemigos son los Castro. Desde la Internet, los medios de comunicacion, la prensa, la radio. la tv, marchas, huelgas de hambre: todas las batallas son dignas y valerosas, lo importante es luchar contra ese maldito sistema. Pero, en mi opinion la "guerra" se gana en la calle, como lo han venido haciendo las valerosas y admiradas mujeres "LAS DAMAS DE BLANCO" que han desafiado sin ningun tipo de miedo, al colosal y sanguinario aparato represivo del regimen. Esa es la mujer cubana, para ellas todo mi respeto y admiracion. La situacion nacional, se va calentando por hora, la caldera sigue cogiendo cada vez mas presion, el clima es explosivo. La crisis total del sistema es mas que evidente, nada escapa de la misma, desde la vivienda, la alimentacion, el transporte, el vestuario, la salud publica, etc. Todo esta en una crisis terminal. Lo vemos en manifestaciones populares -como en Santa Clara- y recientemente "el paro" de los cocheros en Bayamo. Cuidado mucho cuidado con Bayamo, acuerdense de "AL COMBATE CORRER BAYAMESES QUE LA PATRIA OS CONTEMPLA ORGULLOSA" cuidado con la "tierra caliente". Esa es la historia y la historia tarde o temprano se repite. El gobierno trata por todos los medios de "salvar el socialismo" que no es nada mas que aferrarse al poder absoluto y lleno de prebendas que han disfrutado por mas de 50 anos, y para ello, no vacila en aplicar medidas draconianas, desde incrementar los precios de los productos basicos, clausurar comedores, hasta dejar sin empleo a mas 1 millon de trabajadores. La crueldad no tiene limites, cuando se trata de proteger a una dictadura militar, que se ha aduenado del patrimonio nacional. Ahora es el momento de darle el "tiro de gracia" al moribundo modelo socialista, la bestia esta herida de muerte y desgraciadamente algunos mal nacidos de -aqui de y de alla- tratan de salvar la condena irremediable de la historia. LA HISTORIA LOS CONDENARA POR LADRONES Y ASESINOS. Hay que acabar de una vez por siempre, con la ignominia; tenemos que recuperar la libertad. Ahora mas que nunca debemos honrar con el todo corazon a Maceo, y recordar a Mariana, cuando le decia a su hijo mas pequeno " empinate que la patria necesita hombres en el campo de batalla" No hay opciones "hay que darles el tiro de gracia" |
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Sábado, 04 de Diciembre de 2010 14:12 |
Por Huber Matos Araluce
En el siglo XVI floreció la transición, iniciada a finales de la Edad Media, que conocemos con el nombre de Renacimiento. En esta nueva etapa, en la que el individuo se convertiría en el eje de todo, un médico y astrólogo escribió profecías que han llegado hasta nuestros tiempos. Las predicciones de Nostradamus son todavía polémicas, en parte porque las traducciones parecen haber tenido la intención de validar sus conjeturas. A pesar de todo, aquel barbudo, envuelto en un halo de misterio, no pasó a la historia como un cínico.
La versión cubana de Nostradamus, sin duda, sí lo es; Fidel Castro desde 1960 pasó anunciando el futuro próspero, justo y feliz que esperaba al pueblo cubano. Veintiséis años después llegó a la conclusión de que el fracaso de sus predicciones se debía a que lo que se había hecho por un cuarto de siglo en Cuba no era el verdadero socialismo. Así, el sábado 26 de diciembre de 1986, armado de este descubrimiento, con absoluta certeza y sin ni un ápice de vergüenza lanzó otra revelación: “Ahora sí vamos a construir el socialismo"
La nueva revelación también resultó errada. Veinticuatro años después, el miércoles 17 de noviembre de 2010, en un encuentro con un grupo escogido de jóvenes, Castro admitió que: "Entre los muchos errores que hemos cometido todos, el más importante fue creer que alguien sabía de socialismo o que alguien sabía cómo se construye". De esta forma, el individuo que manejó el país durante medio siglo como una finca de su propiedad, eludió de nuevo su responsabilidad por el segundo fracaso.
Pero su afán por las profecías no tiene límite. Ahora quiere que se le reconozca que en el 2006 dijo que la revolución podía destruirse “Si no conseguimos poner fin a muchos vicios: mucho robo, muchos desvíos y muchas fuentes de suministro de dinero de los nuevos ricos”. Quiere que le reconozcan méritos por su visión apocalíptica. En su afán de sabelotodo admite lo que está sucediendo. Lo cierto es que cuando advirtió sobre los peligros ya el sistema estaba carcomido hasta los huesos.
Hace unos meses también vaticinó con absoluta certeza – fecha incluida – el inicio de una guerra atómica entre Irán y los Estados Unidos, que acabaría con el mundo que conocemos. Cuando las explosiones nucleares y la contaminación radioactiva no se dieron y el planeta no se destruyó, alegó que la inexactitud de la fecha se debió a que un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores había dejado de mandarle una información que era importante.
Las profecías de Castro no se limitan a las descritas. En muchos temas él se considera un visionario, aunque en realidad ha demostrado que es un charlatán. Es un hombre de caprichos y de una soberbia imperial. Por eso insiste en los errores y al final alguien que no sea él tiene que ser el culpable. Eludió su responsabilidad al dirigir por 26 años un socialismo que admitió que fue un fraude, como farsa también ha sido también su segundo intento. Ahora apoya una “actualización” del fracasado modelo.
¿Cínico o loco? De las dos cosas un poco. |
Apuntes para un ensayo de revisión histórica (II) |
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Miércoles, 01 de Diciembre de 2010 10:02 |
Por Huber Matos A. y Juan F. Benemelis
La etapa que bautizaron en Cuba como “período” especial” merece un examen riguroso. Después de tres décadas, Cuba deja de orbitar en un mundo que ha desaparecido, el socialista. Cuba, la niña mimada de los soviéticos, se ha quedado huérfana (1990).
Es en estas circunstancias cuando la validez del mito revolucionario castrista comienza a fracturarse profundamente. Lo especial de este período fue que el pueblo tuvo que hacer un aterrizaje forzoso en la realidad. Hasta ese momento habían disfrutado niveles de vida que no correspondían con el estado de la economía cubana.
Durante treinta años de tutelaje y protección, la URSS puede haber invertido en la “revolución cubana” aproximadamente 100,000 millones de dólares de aquellos tiempos. Una suma en extremo significativa para una isla con 114,000 kilómetros cuadrados, cuya población había crecido de seis millones en 1959 a un poco más de diez millones de habitantes en 1990.
Los gastos de los soviéticos en ayuda militar y el financiamiento de aventuras guerrilleras y terroristas, más las guerras africanas, hay que contabilizarlos por aparte. No debe escapar al historiador la importancia de estas dos inversiones fallidas –la civil y la militar– por parte del Kremlin. Hay que indagar en qué grado contribuyeron a la crisis final del imperio soviético.
Los cálculos del costo de la guerra en Afganistán en que incurrió la URSS se han estimado en aproximadamente 8,200 millones de dólares anuales, durante nueve años. Independiente de las destructivas repercusiones sicológicas y políticas de esta guerra en la moral de los rusos, el costo económico total de la dictadura castrista fue mayor.
Además de las importantes relaciones comerciales con sus congéneres marxistas, durante esas tres décadas el gobierno castrista mantuvo relaciones comerciales con todos los países del mundo salvo con los Estados Unidos. El comercio entre Cuba y las democracias industriales de Occidente estuvo amparado, en una u otra forma, por su relación con el socio soviético.
De 1990 en adelante la dictadura tenía el reto de demostrarle al pueblo cubano que podía sobrevivir y prosperar en el concierto del mundo libre, sin el cordón umbilical que le habían financiado en forma permanente los famosos “logros” de la revolución tan admirados en el mundo.
El desafío que tenía el régimen no sólo era mantenerse en el poder, sino sostener los niveles en educación, salud, subvenciones alimenticias, etc. Tenía que legitimarlos como autóctonos. Tareas que requería una dosis de visión y de liderazgo excepcional. El tiempo ha demostrado que no pudo ser.
Durante el “período especial”, Castro, lejos de considerar cambios a su modelo, incorporando reformas como las iniciadas por Gorbachev, trató por todos los medios de aislar a los cubanos de la influencia de los procesos de democratización que experimentaban los países ex comunistas. Desmanteló en Cuba todos los modestos esfuerzos de reforma que se habían puesto en práctica y centralizó aun más en su persona todas las instancias del poder.
Cerró los mercados campesinos y nombró a un general a cargo de la industria azucarera. Comenzó a intentar zafras salvadoras, propios de su manía faraónica. Los resultados fueron desastrosos. Al final, buscando una presunta eficiencia, desmanteló parcialmente esta industria. Así Cuba, que fue uno de los principales productores de azúcar en el mundo, tuvo que llegar a racionársela a sus habitantes y finalmente, a importarla.
Cuando se analice la reacción de Castro ante los acontecimientos que llevaron a la desaparición de la URSS, no será difícil llegar por lo menos a dos conclusiones:
Primero, Castro no entendió que las decisiones tomadas por Gorbachev y respaldadas por un sector importante de la nomenclatura soviética fueron resultado de una larga búsqueda al estancamiento relativo en que se encontraba la URSS respecto al mundo occidental. Los comunistas reformadores habían llegado a la conclusión de que el modelo marxista-leninista estaba agotado y que insistir en el proyecto original aceleraría la decadencia del bloque soviético.
Segundo, él tampoco comprendió que, de continuar aplicando en Cuba el fracasado modelo del mundo comunista, llevaría al país a las mismas circunstancias o a otras peores. Era una cuestión de tiempo, tarde o temprano el modelo fracasaría también en la isla. Gorbachev públicamente advirtió al los dirigentes del bloque socialista del alto precio de no hacer los cambios a tiempo. Castro no solamente no le hizo caso, sino que también lo rechazó.
La URSS tenía enormes recursos propios. Entre ellos era uno de los mayores productores de petróleo del mundo. Cuba, por el contrario, tenía una dependencia especial de la URSS y del mercado socialista. En el caso cubano ambas eran agravantes adicionales que no podían pasarse por alto; había que encararlas con pragmatismo.
Fidel Castro, en su obsesión por el poder, no pudo o no quiso ver que, sin una apertura que sustituyera la permanente inversión que la URSS había estado haciendo por tres décadas en la economía cubana, ésta iría deteriorándose hasta llegar a un punto en que la magnitud de recursos necesarios para enderezar la situación no estaría al alcance de Cuba.
No entendió que Cuba, cualquiera que fuese su bandera ideológica, tenía que prepararse para competir en el mercado mundial, en esos momentos en que el mercado socialista había desaparecido ante sus propios ojos.
Continuará…
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Última actualización el Miércoles, 01 de Diciembre de 2010 11:30 |
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