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Viernes, 18 de Febrero de 2011 15:11 |
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Por Juan Carlos León
Se cumple el primer aniversario del cruel asesinato de Orlando Zapata Tamayo. En diversos lugares del mundo se llevarán a cabo marchas de solidaridad este 23 de febrero en recordación a uno de los héroes más grandes que ha tenido la Cuba contemporánea. Miami también dirá presente en este recordatorio simbólico.
OZT no vaciló un instante en sacrificar su propia vida con tal de llamar la atención de la comunidad internacional. Gracias a su valiente gesto muchos prisioneros de conciencia están con sus familiares hoy. Su madre, Reina Luisa Tamayo, nunca más pudo tener a su hijo de regreso en casa, sin embargo, esta valerosa mujer no se ha callado un instante gritándole a los cuatro vientos el horrendo crimen que cometió la dictadura castrista con su ser querido.
Los que hemos tenido la oportunidad de ver el documental “¡Zapata vive!”, dirigido por Wenceslao Cruz y producido por Pedro Corzo, podemos entender mejor por qué OZT se ganó el respeto y admiración de sus compañeros de lucha. Un albañil negro oriental emigró hacia la Habana y revolucionó en corto tiempo a la disidencia interna capitalina. Siempre fue un líder y un modelo a seguir por los que verdaderamente desean la libertad de nuestra querida y anhelada patria.
Zapata Tamayo fue el fundador a principios de los años dos mil de la Peña de la Disidencia, un lugar en el Parque Central de la Habana donde las personas se reunían para discutir temas de política actual. En la Primavera Negra del 2003 él fue uno de los 75 disidentes que fueron arrestados y condenados a largas sentencias de prisión por el solo hecho de pensar diferente a los hermanos Castro.
¡Zapata vive! Y vivirá siempre en las mentes y corazones de todos los cubanos, tanto los que viven en la isla, como los que formamos parte de la diáspora. Su muerte por causa de la huelga de hambre no fue en vano y tarde o temprano los responsables de tan vil asesinato tendrán que rendir cuentas ante la justicia de los hombres y la divina.
Todos a la marcha este 23 de febrero en honor a la memoria de Orlando Zapata Tamayo, una víctima más en la interminable lista de crímenes cometidos por los dictadores Fidel y Raúl Castro.
¡OZT vive!
Juan Carlos León
Miami, FL., USA
http://bitacoraparticipativa.blogspot.com |
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Un Fidel Castro “disidente” escribe sobre Egipto |
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Escrito por Fuente indicada en la materia
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Miércoles, 16 de Febrero de 2011 12:05 |
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Por Jorge Hernández Fonseca
Haciendo “de tripas corazón” el dictador mayor cubano ha escrito una contradictoria reflexión sobre los sucesos de Egipto, que terminaron con la caída de la dictadura de su homólogo Hosni Mubarak. En realidad, lo que ha hecho el dictador cubano es tejer una pieza confusa, que nos permite leer entre líneas críticas solapadas al programa actual que sigue su hermano Raúl en el gobierno de la isla. Todos hemos visto como los generales de Raúl han caído “con esa fuerza más” sobre los hombres de Fidel y hasta ahora no había habido respuesta de parte del dictador mayor. Esta “reflexión” del anciano déspota es la primera andanada escrita sobre la pugna, al extremo que ya Raúl la mandó a eliminar de la versión digital del Granma de hoy 15 de Febrero.
Lo que aparentemente es un análisis sobre los acontecimientos de Egipto, es parcialmente un panfleto anti norteamericano sobre los hechos asociados al acuerdo de paz de Camp David entre Israel y Egipto, sumado a aseveraciones que supuestamente demuestran que la rebelión egipcia fue motivada por “derrocar al principal aliado de Estados Unidos, que oprimía y saqueaba a su propio pueblo, era enemigo de los palestinos y cómplice de Israel” ya que “sería un error imaginar que el movimiento popular revolucionario en Egipto obedece teóricamente a una reacción contra las violaciones a sus derechos más elementales” señalando además que estos “derechos elementales” (de los egipcios) son “cuestiones formales”. Es decir, la rebelión en Egipto fue hecha para derrocar un aliado de EUA y no por las violaciones de sus derechos.
Como que el objetivo central del artículo del anciano dictador es criticar lo que está haciendo Raúl en el gobierno, Fidel Castro no presta la debida atención al texto sobre Egipto y se contradice flagrantemente. Cuatro párrafos antes había escrito todo lo contrario: “la población (egipcia) demandaba (con las protestas) respeto a sus derechos más elementales” Pero ¿cómo? ¿Es un error imaginar que luchaban por sus derechos más elementales? o ¿demandaban respeto a sus derechos más elementales?
Esta contradicción básica en el panfleto del dictador mayor, sólo es explicable porque la tesis que subyace en su artículo es otra diferente a los hechos asociados a lo sucedido realmente en Egipto. El dictador a la defensiva, lo que hace con su reflexión es señalar entre líneas cómo la corrupción egipcia (podemos mentalmente hacer un paralelo con la cubana) producto de sus relaciones con Estados Unidos (léase, lo que Fidel nunca ha querido hacer y que los generales de Raúl se proponen hacer y han comenzado a ejecutar) es lo que realmente rechaza el pueblo y no que se le violen sus “derechos elementales” como siempre él hizo antes.
Pero la reflexión vuelve al ataque y se aproxima cada vez más a la situación cubana actual cuando escribe: “Los pueblos no desafían la represión y la muerte ni permanecen noches enteras protestando con energía por cuestiones simplemente formales (los derechos elementales). Lo hacen cuando sus derechos legales y materiales son sacrificados sin piedad a las exigencias insaciables de políticos corruptos y de los círculos nacionales e internacionales que saquean el país”. Es decir, a los pueblos no les importa que le nieguen sus derechos, lo que les indigna es que sus gobernantes se pliegan a las exigencias de políticos corruptos y círculos nacionales e internacionales que saquean al país, estocada a los generales de Raúl, porque Fidel sabe que ese es el camino ‘equivocado’ elegido por Raúl y sus generales.
Pero Fidel dice más: “El índice de pobreza afectaba ya a la inmensa mayoría de un pueblo combativo, joven y patriótico… ¿Cómo podrían conciliarse la elevación imparable de los precios de los alimentos con las decenas de miles de millones de dólares que se atribuyen al presidente Mubarak, y a los sectores privilegiados del gobierno…? Esta referencia es directa a los nuevos métodos neo liberales adoptados por Raúl, lanzando a la calle millón y medio de trabajadores y aumentando los precios “imparablemente”, mientras circulan informaciones de los millones acumulados en el exterior por Raúl su familia y sus generales, aspecto que debe ser de amplio dominio de Fidel Castro desde hace muchos años.
Es una verdadera aberración el que un dictador con más de medio siglo de “ejercicio” se atreva a escribir un análisis apoyando los reclamos de libertad del pueblo egipcio. Resultaba extraño que el anciano dictador no se hubiera referido al tema y ha venido a público a hacerlo para asestar un cañonazo a las huestes de su hermano, que no sin razón han mandado a desplazar del Granma de hoy la mencionada “reflexión”, en la que adopta una posición “disidente”.
El texto de la “reflexión” así como la nueva y flamante salida pública del dictador a reunirse con intelectuales cubanos y extranjeros en la Feria del Libro, son escaramuzas de la guerra sorda que libran ambos hermanos encabezando grupúsculos de poder con intereses irreconciliables. Este será un choque de trenes apocalíptico, que de producirse, traería sin dudas una revuelta sin paralelos en la historia de la Nación cubana.
15 de Febrero de 2011
Artículos de este autor pueden ser consultados en http://www.cubalibredigital.com
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Última actualización el Miércoles, 16 de Febrero de 2011 12:08 |
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Un recuerdo de la represión cubana |
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Escrito por Fuente indicada en la materia
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Miércoles, 16 de Febrero de 2011 10:12 |
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Por Andrea Sambuccetti
Era el 13 de marzo del 2008. Estaba comiendo una croqueta, creo que de jamón, metida en un pan un poco duro en un bar de la calle Neptuno al 800 en La Habana, Cuba. En ese momento tenía el pelo negro, larguísimo. Y un miedo terrible. Iba a conocer por primera vez a Laura Pollán, la líder de Damas de Blanco.
Venia cubriendo la "Primavera Negra" casi desde sus inicios para periódicos de la Argentina, incentivada por mi amigo Gaby Salvia, de CADAL. Y de los 75 presos, había escrito pilas de artículos, tanto, que seguro estaba "marcadísima" para el gobierno que recién comenzaba de Raúl Castro.
Respiré hondo. Y me lancé. Tenía que caminar sólo una cuadra. Era tan fácil...y tan difícil. En la puerta de la casa de Laura había varios vehículos policiales, agentes de seguridad, movimiento y tenía que meterme como si fuera una cubana más. Y sabe Dios, que no lo parecía...
Al final, entré sin problema. Charlé durante horas con Laura y otras mujeres de blanco. Durante esa merienda, entre jugo de naranja y pan relleno, se grabaron en mi memoria palabras que no pude olvidar: ''Por favor, quiero que se sepa que mi marido está mal de salud, necesita atención médica urgente, neurológica y nadie hace nada'', "A mi esposo le falta 40% de su estómago y una porción de duodeno", ''Por pensar distinto, a mi esposo lo encarcelaron en Camagüey y lo trasladaron a La Habana, en condiciones que son infrahumanas, está con presos comunes, con ladrones, con asesinos, con violadores, debió compartir la celda con un caníbal".
La dueña de casa iba y venía. Hasta que me invitó a pasar a su habitación. Pidió un cuaderno. Y escribió: ''No puedo decirte todo, pero vamos a marchar todos estos días hasta el 18''. Después, en voz alta me dijo: "Andrea, disculpá que tome estas medidas, pero es que encontré hasta un micrófono escondido aquí mismo''.
A Laura le pregunté en aquel momento, cuáles fueron las últimas palabras de Héctor Maseda Gutiérrez, su esposo, antes de que se lo llevaran preso. Me contó: ''Cuando se lo iban a llevar, le pidió al oficial -eran las 12.30 de la noche- que le dejara conversar conmigo. Me planteó que no debía tener vergüenza, que pensara que él iba preso por sus ideas, que no era un violador, un ladrón o un asesino, y que estaba dispuesto a asumirlo hasta las últimas consecuencias. Yo le planteo al mundo que mi esposo fue condenado a cadena perpetua, porque Maseda tenía 60 años cuando lo condenaron y el promedio de vida en Cuba es de 76 años, por lo tanto lo condenaban a morir en la cárcel''.
Acordé volver a ver a Laura. Y fueron de hecho, varias veces más que la vi. Pero tenía que regresar. Y si había podido entrar, no tenía idea de cómo iba a hacer para poder salir de su casa.
Lo hice despacito, como si nada ocurriera. Pero esta vez, comenzaron a seguirme los agentes de seguridad. Me dije: Andrea, que se te ocurra algo por favorrrrr. Y se me ocurrió meterme en un local doblando una esquina. Y logré despistar así.
Ese comercio era una peluquería. Y como tenía que volver a ver a Laura sin llamar tanto la atención, me eché el tinte de "moda" y me corté el pelo. Salí de color caramelo y rulos. Y en el camino hacia el hotel, de donde luego me "sacaron amablemente" hacia otro... intercambié ropa.
Todas las veces que la vi después a Laura, lo hice de blanco. Recuerdo que hasta marché por el centro habanero con gladiolos en la mano pidiendo por la liberación de sus esposos sin que me detuvieran.
Antes de despedirme, Laura me obsequió un libro. El de Héctor. Estaba dedicado, a mano. Y me emocioné mucho. Representaba un tesoro para mí, no sólo por el mérito de haber sido escrito íntegramente en la cárcel e impreso por fuera -como símbolo de que la lucha por la libertad vencía cualquier barrera- sino que además, lo tenía en mis propias manos y lo iba a guardar para siempre.
A mi regreso hacia Argentina, en el aeropuerto de La Habana, abrieron mi valija y me quitaron todo lo que el gobierno cubano consideró que debía quitar: material, tapes, agenda, revistas. Y el libro de Héctor. Me dejaron en cambio un ejemplar de Granma y dos de Juventud Rebelde.
Estaba indignada. Y triste. Había perdido el regalo de Laura. Hoy prendí la tele y me enteré que liberaron a Héctor. Y vi ese abrazo que se dio con Laura después de 8 años de no verse. Eterno. Mágico. Fuerte. Nunca debió haber faltado.
Y yo, recién ahora, siento que me devolvieron el regalo de Laura.
Andrea Sambuccetti es una periodista y psicóloga argentina. Trabajó en Ámbito Financiero e Infobae.com. Actualmente desarrolla su tarea periodística en los Estados Unidos
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Escrito por Fuente indicada en la materia
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Lunes, 14 de Febrero de 2011 13:06 |
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Por León de la Hoz
Los cubanos siempre tenemos una película de espías en la moviola. La que nos ha salido de las manos de Julian Assange era de esperar ya que la historia de espías reales e inventados, a lo largo de las relaciones de la Revolución Cubana con los Estados Unidos, ha sido probablemente más larga que cualquier otra del siglo veinte. En cada americano hay un hipotético espía para el gobierno cubano y viceversa, además de un inmigrante para los yanquis. No les falta toda la razón a ninguno de los dos gobiernos que han incubado una paranoia que trasciende los límites de la higiene mental. Por esa regla nadie es inocente ni está exento de ser espiado o reprimido. Yo recuerdo a un diplomático español que donde veía un cubano veía un espía, da igual que fuera amigo íntimo o no, persona respetable o no. Y como en Madrid hay tantos cubanos terminó con una camisa de fuerza.
Un día en La Habana --durante una fiesta en la casa de un embajador extranjero, amigo durante y después de su trabajo, entrañable coleccionista de libros, buena, inteligente y querible persona-- otro amigo, antiguo diplomático cubano, con un vaso de whisky en la mano, me dijo con un susurro al oído: Ten cuidado con lo que dices, todos los diplomáticos son espías. De esa forma era imposible amasar una amistad como en cualquier lugar de vida normal por las cosas que habitualmente une a los amigos. Luego, cuando salí de La Habana, también se sucedían las historias de espías o las opiniones o las reservas que los otros tenían de terceros o de uno mismo. Comprendí que las películas de espionaje, la persecución, la represión y el miedo habían calado tan hondo en la sicología social del cubano, de dentro o de fuera, que nos costaría Dios y ayuda salir de esa escenificación de la guerra fría llena de espías y contraespías.
Hay gente que se alarma cuando oye estas revelaciones salidas de Wikileaks, como si todavía viviera en Cuba, y en ocasiones puede ser alguno desempeñando una gran actuación de espía en el reparto de un bando u otro, o los dos. A veces, cuando alguien me dice que tenga cuidado porque se sospecha que otro puede ser un espía, me río porque no sé qué interés puede tener para un gobierno cubano, americano o español, lo que habla un escritor que vive libre y dice o publica lo que piensa. La paranoia colectiva no tiene límites y refleja la falta de libertad y la represión como el instrumento que nos obligó a una manera de estar en la oscuridad e instalados en la doble moral para sobrevivir. No es una ficción. Las paredes, los teléfonos, los amigos, tienen oídos y descubren a otros nuestros sentimientos reales e ideas diferentes a la norma. La enfermedad ya la conocemos y todos nos visto obligados a padecerla aunque hay quienes no terminan la curación.
Las revelaciones de Assange no prueban la existencia de espías, sino los comentarios de oficiales del servicio norteamericano sobre cubanos e instituciones del exilio, sin embargo tales comentarios que forman parte del trabajo diario de información para estructurar las relaciones y los pasos de futuro, se han convertido para algunos en señales inequívocas sobre personas que conocemos y hemos respetado, ya sea porque se les señala creando la duda sobre ellas o porque las caracterizan negativamente. Lindo favor se le hace al gobierno cubano que tiene su mejor aliado en la mediocridad del exilio, siempre listo para tirar heces a su espejo.
Ya lo he dicho, me da igual quien pueda ser o no espía, que seguro los habrá buenos, malos y mediocres. Ojalá tuviéramos los cubanos una KGB de Putin o un Graham Greene. No le presto atención a la chismografía de los despachos oscuros de la diplomacia, ya que tengo mi propio juicio de las personas que conozco. Y no me importa lo que piensan los diplomáticos ni los espías que también tendrán su panteón de cretinos. Vendrá la democracia y se ventilará ese país con la luz de la libertad bien entendida, con el paso del tiempo nos curaremos de la paranoia a la que nos han inducido y con la cual hemos vivido haciéndonos daño mientras repetimos el síndrome del reprimido, reprimir al vecino.
Tal vez lo peor no sean los espías, sino los mediocres, los oportunistas, los cobardes, los hijos de puta, los delatores, los traidores, los censores en democracia y los dogmáticos que no han aprendido a vivir en libertad y conviven con nosotros o esperan su momento dentro de la isla. Y los que hay en cada familia que tendrá que unirse y reencontrarse con un país destrozado moral, ética, económica y políticamente. Un país enfermo del cual no sabemos cuánta porquería habrá sumergida bajo los sótanos de la libertad. Un país al cual le hará falta un sicoanálisis y un buen equipo de terapeutas para salvarlo. Y, sobre todo, una familia fuerte, paciente, comprometida con los suyos, donde apoyarnos para empezar a labrar el futuro desde un presente oscuro, de traumas, crueldades y estupidez.
No hay que escandalizar con el oficio más viejo del mundo. La misma historia de la literatura está plagada de escritores espías como Chaucer, Quevedo, Marlowe y Defoe. Yo espero, por lo menos, que un día la vida nos sorprenda con un Graham Greene, Somerset Maugham, John Le Carré cubanos. Como diría Chesterton en El hombre que fue jueves, una novela que todo cubano debería leer, el enemigo siempre es de los nuestros, y en la cúpula del poder no hay quien no sea un traidor. |
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