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Cuba


Cuba: Sin Venezuela (III) ¿el camino de China? PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Miércoles, 13 de Julio de 2011 09:50

Por HUBER MATOS ARALUCE

 

Intentar desarrollar en Cuba el modelo chino presenta obstáculos prácticamente insalvables.  Uno de ellos de orden político comercial con los Estados Unidos.  El otro relacionado con el potencial comportamiento del pueblo cubano en una transición de ese tipo.

 

El modelo chino de dictadura de partido y liberalismo económico  no propiciará el estrecho vínculo económico que debe tener la isla con los Estados Unidos indispensable para acelerar su despegue.  La mayoría del exilio cubano, o una parte muy poderosa de este, no aceptaría ese tipo de relación comercial sin un cambio político fundamental en Cuba.

 

El régimen castrista ha intentado infructuosamente que Washington acepte un acomodo que le permita a la dictadura sobrevivir a cambio de una apertura parcial hacia el capitalismo.

 

La insistencia en que se levante el embargo comercial y que se permita a los turistas estadounidenses viajar a la isla ha sido y sigue siendo la punta de lanza de esa estrategia.  Con esa fórmula las posibilidades de éxito del castrismo son remotas.  Pudieron haberse alcanzado a principios del gobierno de Obama, pero ya no.

 

Hay otro aspecto de suma importancia a considerar: Los frutos de una transición en Cuba tienen que verse a muy corto plazo para evitar convulsiones políticas.  En realidad, el país no tiene tiempo.  El pueblo cubano está agotado y sin fe.  La juventud quiere huir de la isla.  La mayoría de la masa trabajadora es empleada por el Estado y los niveles de productividad son bajísimos, etc.  Un cambio, cualquiera que fuera, generaría expectativas irrealizables a  corto plazo.

 

El pueblo tiene una visión muy clara de lo bien que se vive en el exterior, pero no sabe lo duro que hay que trabajar para alcanzar ese nivel.  Tampoco se da cuenta que este se ha logrado como resultado del esfuerzo de generaciones.  Una transición impuesta en Cuba desde arriba creará expectativas sin compromiso ni responsabilidad de parte de la población.

 

Esto obliga a que la fórmula de transición debe ser la consecuencia de una decisión del pueblo.  Eso solo puede lograrse como el resultado de un proceso electoral transparente durante el cual los cubanos conozcan las opciones y se decidan por una de ellas.  Cualquiera que sea el nivel de progreso que se alcance en el tiempo, el pueblo cubano no podrá esquivar la responsabilidad de su decisión.

 

En el caso de China el Partido Comunista ha podido controlar con represión grandes niveles de descontento.  El rápido crecimiento en China lo ha ayudado a amortiguar la insatisfacción de grandes sectores de la población.  Además, el orgullo nacionalista ha sido un factor atenuante.

 

Una democracia puede resistir la frustración en proporción directa al nivel de participación ciudadana en las decisiones públicas.  Pero cualquiera que profundice en el fenómeno chino se da cuenta de la gran preocupación que tienen sus propios dirigentes. En 2007 el Primer Ministro, Wen Jiabao,  declaró que  la economía china era “inestable, desbalanceada, sin coordinación e insostenible”.


Creer que en Cuba durante una transición a la china se va a poder mantener la represión actual o recrudecerla si el proceso no rinde resultados satisfactorios es ilusorio.  En China hay un equilibrio frágil pero al fin y al cabo equilibrio entre reformistas y conservadores. En Cuba los conservadores son un grupo de octogenarios desprestigiados, sin capacidad ni apoyo popular.

 

Raúl y su grupito quieren la permanencia a cualquier costo pero la nomenclatura cubana quiere un cambio sustancial que le permita formar parte de la transición y ser aceptada por el pueblo y la oposición.  Una nomenclatura que sabe que si el país no progresa aceleradamente pasará su vejez en la miseria actual o aun peor.

 

Cuba es una pequeña isla con un pueblo que ha sido obligado a tener paciencia a base de represión pero que sin ella tendrá muy poca.  El modelo chino en Cuba no tiene posibilidad real, aunque los hermanos Castros, sus hijos y demás familiares sueñen con él.

 

 

 

Última actualización el Miércoles, 13 de Julio de 2011 09:55
 
BONO ME HONRA Y EL REGIMEN ME REPRIME PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Martes, 12 de Julio de 2011 12:22

 

Por Dr. Oscar Elías Biscet

Un momento interesante durante el concierto de U2 en el estadio Sun Life, en La Florida, fueron las palabras de la estrella del rock y activista humanitario Bono. Con ellas ha hecho que el mundo tenga una visión más diáfana del estado de neo-esclavitud en que vive el hostigado pueblo cubano.

 

El cantante irlandés Paúl Hewson hacía un llamado de libertad para el pueblo cubano al reconocer en la obra humanista de un hombre el objetivo esencial de libertad de una nación.

 

Bono nos razona concretamente del espíritu de lucha de un ser humano, sus principios, dignidad, profesión, dolor, encarcelamiento injusto, preocupaciones, esperanza, fe, para el futuro de un pueblo.

 

Ante una multitud de más de 73 000 personas la prosa poética del irlandés lo definió con estas conmovedoras palabras: “Un hombre hermoso, un médico que pasó tiempo en las cárceles de Cuba, fue puesto en libertad. Su nombre es doctor Biscet. Yo quiero que lo tengan en cuenta, y quiero dejar saber a todos en Cuba que él es especial y que estamos mirando, estamos mirando. Ténganlo en sus pensamientos. Ténganlo en sus oraciones”.

 

Y estos elogios, aunque me llenan de emoción, no afectan mi psiquis, porque estoy convencido de que su objetivo es salvar a mi pueblo de la dictadura castro-comunista. Los acepto no como un elogio personal sino como un tributo a mi heroico pueblo cubano. Por eso pido a otras muchas personalidades honradas y famosas que imiten la actitud digna de Bono para que mi nación disfrute pronto de plena libertad y de respeto a los derechos humanos de cada uno de sus hijos.

 

El espíritu libre de Irlanda manifestado en el gesto de Bono me hace evocar a muchos irlandeses que murieron por la libertad de Cuba. Como aquellos cincos fusilados en el castillo de Atares, en 1851; o el coronel del Ejercito Libertador  O’Hara, quien escribió en la primera bandera cubana izada en Cárdenas: ¡Primus in Cuba!; o a James J. O’Kelly corresponsal del New York Herald, quien se entrevisto con algunos padres fundadores de la nación en el territorio libre de Cuba y divulgó estas hermosas historias.

 

Mientras el afamado cantante de rock me honraba, los castristas mostraban su resentimiento y su ensañamiento preparando un plan para reprimirme. En el cuartel policial de Aguilera, Lawton, me confeccionaron un expediente delictivo de control con mi fotografía y datos personales. En un intento infructuoso de humillarme me conminan a que concurra a dicho cuartel para firmar un documento de control los primeros cinco días de todos los meses mientras este vigente la licencia extra-penal.

 

Categóricamente les digo a estos personajes cegados por el odio y el resentimiento que no iré a firmar documento alguno que restrinja mi libertad o viole los acuerdos firmados en el documento Iglesia-Estado que sirvió de base a mi excarcelación y a la de mis hermanos de la Causa de los 75. Para ello, me sirve de inspiración y estímulo el espíritu rebelde de Eire, el espíritu rebelde de mis compatriotas irlandeses del Ejercito Libertador y el espíritu de rebeldía de Bono, mi amigo distante en la geografía pero cercano en los principios y en la lucha por los derechos humanos.

 

Finalizo con dos frases de amor y esperanza, una del celebre Martín Lutero y la otra de quien les escribe: “A lo dicho me atengo; no puedo obrar de otra manera: que Dios venga en mi ayuda”. Y la mía: “La libertad solo se encuentra cuando la buscan los hombres dignos”.

 

Dios siga bendiciendo sus hogares y sus vidas.

 

Dr. Oscar Elías Biscet

Presidente de la Fundación Lawton de Derechos Humanos

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Batista y el comunismo en Cuba PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Lunes, 11 de Julio de 2011 12:06

Por Gabriel Astengo

(Despues del bochornoso acto de sumision a favor de la tirania castrista efectuado en Miami, por parte de un pequeño grupo compuesto por asalariados de esa misma tirania, entre los que se encontraban los conocidos agentes Xiomara Almaguer, Edmundo "Inmundo" Garcia y Elena Freyde, es hora de poner los puntos sobre las "ies". Bajo la hipocrita agenda del "amor a sus familiares en Cuba", este grupuzculo de inmorales, ademas de agredir con violencia a algunos de los cubanos patriotas que se oponian a su miserable actitud colaboracionista con el regimen de La Habana, tuvieron la desfachates de gritarle a estos el injustificado mote de "batistianos", ignorando o tratando de desvirtuar la verdadera historia de los vinculos de Batista con los comunistas en Cuba.

LA HISTORIA QUE LOS ALABARDEROS DE LA TIRANIA CASTRO-COMUNISTA NUNCA PODRAN BORRAR

"LOS VINCULOS DE BATISTA CON LOS COMUNISTAS EN CUBA"

Esta es la innegable historia y estas son las pruebas:

El Partido Comunista de Cuba apoyó a Fulgencio Batista, a cambio el PC fue legalizado durante la dictadura e incluso tuvo dos ministros en el gabinete en 1942. A continuación una documentación adicional referente a las relaciones entre Batista y el Partido Comunista de Cuba
En noviembre de 1940 los comunistas apoyaron a los candidatos de Batista para la Asamblea Constituyente en las elecciones.

A cambio de su apoyo, Batista permitió que el Partido Comunista organizara y controlara la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC), el sindicato obrero auspiciado por el gobierno. (Lázaro Peña, Secretario General entonces, tuvo el mismo cargo en el régimen de Fidel Castro).
A cambio de estos favores los comunistas le garantizaron a Batista tranquilidad laboral. De acuerdo con la política del “Frente Popular contra el Fascismo” del Partido Comunista la alianza del Partido con Batista quedó oficialmente consumada cuando el Partido se unió al gobierno de Batista.

Los líderes del Partido Comunista Carlos Rafael Rodríguez y Juan Marinello (que tuvieron altos cargos en el gobierno de Castro) se convirtieron en ministros sin cartera del gabinete de Batista.
Para ilustrar mejor la conexión íntima entre los comunistas y Batista, citamos parte de una carta de Batista dirigida a Blas Roca, Secretario del Partido Comunista: “Junio 13 de 1944

“Estimado Blas:
“Referente a la carta que me enviaste y que nuestro mutuo amigo, el Dr. Carlos Rafael Rodríguez, ministro sin cartera, me entregó, me siento feliz una vez más al expresarte mi firme e inquebrantable confianza en la cooperación que el Partido Socialista Popular [entonces nombre oficial del Partido Comunista de Cuba] , sus líderes y sus miembros me han dado y continúan dándome a mí y a mi gobierno.
Créeme, como siempre, tu cordial y afectuoso amigo
Fulgencio Batista”.

En la campaña electoral, diez candidatos comunistas ganaron asientos en el Congreso y más de cien cargos en los concejos municipales.

Más tarde, los comunistas se unieron a Batista en la condena del ataque perpetrado por Fidel Castro al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953. Asi opinaban los comunistas criollos con respecto a dicho ataque.… "la vida del Partido Socialista Popular (comunista)… ha sido combatir… y desenmascarar las actividades golpistas y aventureras de la oposición burguesa contra los intereses del pueblo…"
(Reportado el 10 de agosto de 1953 en el Daily Worker , órgano del Partido Comunista de Estados Unidos).

 

Es ademas muy justo señalar, que a partir del golpe militar que cerceno el orden constitucional del pais el 10 de Marzo de 1952 y en lo siete años que durara la dictadura de Fulgencio Batista, jamas cayo combatiendo contra esta un solo militante comunista. Muy por el contrario, servian de "soplones" a esa dictadura, como fue el caso de la cobarde delacion y asesinato de cuatro dirigentes universitarios, el 20 de Abril de 1957 en Humboldt 7, en La Habana, donde Marcos Rodriguez, un militante comunista, delatara a las fuerzas policiales de Batista, el escondite de estos. Marcos Rodriguez fue por años apañado en su crimen por Joaquin Ordoqui y Edith Garcia Buchaca, ambos conocidos dirigentes comunistas, que solo fueron "juzgados" cuando se develo toda la verdad sobre dicho caso.

 

http://www.youtube.com/watch?v=v-R-DvYn5tk&feature=channel_video_title

 
METAS OPUESTAS, ¿IDÉNTICOS CAMINOS? PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Lunes, 11 de Julio de 2011 11:55

Por Orlando Fondevila

En los últimos tiempos, estos “felices” e increíbles tiempos en que ha sido posible que un hombre llamado Barack Hussein Obama sea el presidente de los Estados Unidos y otro llamado Raúl Castro sea jaleado como un gran reformador, se ha producido –en lo que a Cuba se refiere- una pasmosa ola de coincidencias entre fuerzas que, a simple vista, podrían parecer antagónicas. Se trata de una ola envolvente de “amor cristiano”, de buenismo reconciliador, de esperanza tan entusiasta como engañosa. Coincidencias en estrategias, en deseos, en proyectos, y también en odios y diatribas. A veces con distintas palabras, y a veces con las mismas. Y lo más curioso, explayando fines distintos, metas opuestas a las que, sin embargo, se pretende llegar por el mismo camino.

Desde la llegada al poder de Barack Hussein Obama se han ido imponiendo, progresivamente, políticas de acercamiento con el régimen de La Habana. Apertura, flexibilización le llaman. Acercamiento, dicen, para favorecer los cambios democráticos en Cuba. Igualmente, el castrismo, ahogado en su propia ineficacia y horror, se ha lanzado a un llamado proceso de “reformas”. Reformas que ningún observador medianamente formado e informado, tanto dentro como fuera de la Isla, sea cubano o extranjero, considera que realmente estén enfocadas a la solución del desastre económico que ha significado el castrismo. Amén de que se quedan sólo en la minucia económica. Ni un solo paso en las reformas políticas. A no ser que se quieran  aceptar como tales las recientes excarcelaciones de presos políticos, la mayoría posteriormente deportados, como nos ha querido vender el Gobierno español y la Iglesia cubana. Una auténtica operación de lavado de cara del régimen y de limpieza política. Sin que, por otra parte, se clausuren las puertas rotatorias de las prisiones políticas cubanas, como ha apuntado acertadamente Sylvia Iriondo.

. La tiranía castrista se propone, ¿alguien lo duda?, eternizarse en el poder. Es la pretensión de siempre. Solo que ahora se halla ante una situación mucho más compleja que nunca antes. Hace rato que no puede contar con el maná que caía en aquellos venturosos tiempos de la URSS, en los que se pitorreaban del embargo yanqui, que por entonces no era tanto “el criminal bloqueo”. Por otro lado, China nunca ha sido fiable. No lo fue la del “viejo chocho” Mao (Castro dixit), ni lo es la actual de los mandarines- mercaderes. ¿Y cómo estar seguros con el locuaz payaso venezolano, tan inestable, impredecible y que además se les ha enfermado?

Los Castro son cualquier cosa, menos tontos. Saben que su única salvación pasa por la aquiescencia de los Estados Unidos. Turismo norteamericano en primer lugar, añadiendo todos los negocios que sean posibles. Así, de empresario a empresario-comisario, en condiciones de “igualdad”. Pero, como no son tontos, saben que para conseguir este billete a la eternidad dictatorial, necesitan, de modo imprescindible, anular al exilio cubano que se ha mantenido militantemente hostil a la tiranía. Por eso el castrismo ha inundado de emigrantes, de diaspóricos desideologizados a lo que llaman la “comunidad cubana en el exterior”. A montones los vemos en Miami, en Madrid y en casi cualquier país del mundo. No se trata de castristas propiamente, sino de cubanos que, hijos de aquel sistema que les ha apabullado éticamente, nada saben ni quieren saber de patriotismo, ni de ideales de libertad, ni de decoro ciudadano. Seres que,  en tanto desarmados ética y políticamente, constituyen el caldo de cultivo propicio para todos los manipuladores.

Lo cierto es que Castro ha movido por años, vía chantaje emocional , vía engaños, o por el simple trámite de la estimulación de la codicia, a una importante masa de sus exiliados, incluyendo algunos de los líderes de su oposición. Así, convenientemente preparado el terreno, y con la circunstancia favorable de la presidencia de Barack Hussein Obama, el castrismo ha logrado que la “emigración” en Estados Unidos se haya convertido hoy, por el procedimiento de visitas de cubanos y de remesas, en el principal sostén de su precaria economía. Pero no es suficiente, necesita desmotar el embargo, o lo que queda de él, en su totalidad. Lo quiere todo, sin por supuesto ofrecer nada sustancial a cambio. Quiere todo el turismo americano. Quiere negocios de todo tipo, con todo el mundo, pero singularmente con exiliados o emigrados cubanos. De forma que, con intereses económicos en la Isla (siempre controlados por la tiranía) pasarían de ser, de opositores o candidatos a opositores, a cómplices o, en el mejor de los casos, mansos ciudadanos. En fin, colaboradores.

Y aquí se presentan las extrañas coincidencias. Pretendidos líderes e intelectuales del exilio quieren lo mismo que la tiranía, pero según afirman, por razones contrarias. Melosos llamados a reconciliar a la familia cubana, política de tendido de puentes, turbios intercambios culturales, reclamos infantiloides de que no somos como ellos, que nada es peor que el aislamiento, etc.,etc. No me refiero únicamente a personajes y personajillos como Carlos Saladrigas, o Max LesniK, o Alejandro Armengol,o Arturo López Callejas (alias López Levy), o Ed(in)mundo García y tantos otros que hacen legión. No, estos son secuaces o emisarios del castrismo, los más de ellos sin disimulo. No, lo peor es que son muchos aquellos que desean realmente que las cosas mejoren en Cuba y que, o obstante, sucumben a los cantos de sirena del pensamiento débil. Aquellos que creen, a estas alturas, en Alicia en el país de las maravillas.

De lo que se trata es de una construcción intelectual que Hannah Arendt  denominó como la banalización del mal. Son los que no ven la verdadera naturaleza totalitaria del régimen castrista. No tienen conciencia de que la tiranía castrista es el mal absoluto. Son aquellos que conceden la posibilidad de que el régimen, o algunos dentro de sus estructuras de poder, puedan estar interesados en llevar a cabo una transición democrática. Aquellos que ven reformistas por todas partes. Reformistas que, caso de haberlos, sólo asomarán la cabeza cuando no vean otra salida. Lo que yo llamo proto-reformistas. O también los que, en una rara ilusión conceptual cercana al marxismo, consideran que el inicio de reformitas económicas, por rácanas que estas sean, conducirán inevitablemente, allá en el final de los tiempos, a las libertades y derechos político- sociales.

Nos llaman a la reconciliación de la familia cubana, sin condenar explícita y claramente a quienes la han destruido, más allá aún que separado. Reparten culpas, todos -hemos -cometido -errores, señalan. Es como si se le pidiera a los judíos a reconciliarse con los nazis, o a los rumanos represaliados y hambreados a reconciliarse con Ceacescu y la Securite. Es decir, reconciliación entre víctimas y verdugos, olvidando agravios y crímenes, y que sigan mandando los victimarios. Pues no.

Se enternecen algunos y defienden poéticamente la idea de “tender puentes”. Pues no. Que sepamos, en una guerra lo que se hace es volar puentes, no tenderlos.

Y se nos ponen humanistas y cristianos radicales y dicen que no se puede presionar al régimen porque quien más sufre las consecuencias es el pueblo, como si hubiera mayor sufrimiento que soportar por más de medio siglo un régimen totalitario. Y lo que falta si triunfan las ideas de los conciliadores.

Estos extraños enemigos del castrismo afirman querer la desaparición del régimen, aunque coinciden con las vías y métodos de quienes quieren salvarlo. Por eso no se alarman con las políticas de apaciguamiento de Barack Hussein Obama y José Luis Rodríguez Zapatero, sino que por el contrario, les exigen más gestos. No se irritan con el Senador John Kerry y su política de obstrucción a que se destinen recursos a la oposición democrática cubana. Y por eso se indignan y montan en cólera con la propuesta del Congresista Mario Díaz Balart para que se limiten los medios financieros que recibe el régimen.

En fin, que son muchos los que no entienden que en política no todos los caminos conducen a Roma. En otras palabras, que no cualquier vía sirve para alcanzar la libertad.

Última actualización el Lunes, 11 de Julio de 2011 11:58
 
Cuba: Sin Venezuela ¿el camino de China? (II) PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Sábado, 09 de Julio de 2011 09:46

Por HUBER MATOS ARALUCE

 

El futuro de Cuba hoy depende de si Hugo Chávez se muere o sobrevive.  Si muere dependerá entonces  de  si quien lo sustituye en Caracas va a seguir sosteniendo al régimen castrista en el poder.  La tiranía en la isla parece tener prevista una alternativa.  Si es el modelo chino están equivocados.  Estas son algunas de las razones:

 

Desde hace más de tres décadas la estrategia de China a partir del liderazgo de Deng Xiaping fue abrir las puertas al capitalismo a un paso acelerado sin que el Partido Comunista cediera el control del poder.  La estrategia castrista pretende tomar el mismo camino en cámara lenta, sin comprender que el contexto histórico y geopolítico de Cuba es completamente diferente.

 

China era y es muy importante para el mundo capitalista. Cuba no lo es. Guangzhou, la tercera ciudad de China tiene 12 millones de los 1300 millones de habitantes de China.  En toda la isla de Cuba viven un poco más de 11 millones de personas.

 

Hace tres décadas China despertó un gran interés en el mundo capitalista. Entonces con una población de 1200 millones de habitantes, con un extenso territorio y una posición estratégica privilegiada se podía abrir un inmenso mercado.  China dentro de la economía de mercado podía transformar el mapa comercial del mundo.  Lo ha logrado.

 

Cuba, ni comunista ni capitalista,  no tiene ni tendrá remotamente esa importancia.   Nuestro país puede seguir en la miseria por otro medio siglo o prosperar bajo una democracia sin que esto represente ninguna ventaja o desventaja estratégica de importancia para ninguna otra nación.

 

El error de Raúl Castro y su grupito ha sido creer que la Cuba que ellos controlan es algo así como el ombligo de  Latinoamérica o del mundo.  Los castristas parecen no haberse dado cuenta de que la guerra fría ya es historia.  En su  subconsciente siguen creyendo tener el apoyo de una potencia como lo tuvieron por tres décadas de la URSS.  Los Migs soviéticos en Cuba debían estar en un museo y sus tanques también.

 

Por esa prepotencia los castristas perdieron la oportunidad que les Obama  les brindó.  Sin conocerlos, el presidente estadounidense al principio de su gobierno les tendió la mano casi incondicionalmente.  Lo rechazaron.  Ahora el Presidente está ante una difícil reelección y no le queda tiempo ni capital político para arriesgarlo con Raúl Castro.

 

Ya no es la URSS la que los sostiene en el poder en Cuba sino la subvención venezolana,   pero Caracas no es Moscú.   Venezuela es un país en permanente agitación y, aunque Chávez no muera, nadie sabe hacia adonde va.

 

La verdadera importancia de Cuba para los Estados Unidos no se debe a sus once millones de habitantes ni a sus 114,000 kilómetros cuadrados, se debe al exilio cubano. El poder político y económico de los exiliados cubanos en los Estados Unidos se toma en cuenta en la compleja aritmética política de ese país.   Además, los cubanoamericanos  han establecido extensas relaciones en los Estados Unidos durante medio siglo.

 

La importancia de la relación es a la inversa.  Los Estados Unidos son sumamente importantes para Cuba.  El despegue económico de la isla dependerá totalmente de su acceso al mercado de los Estados Unidos.  En consecuencia son los Estados Unidos los que pueden condicionar esa relación de acuerdo con el respeto a los derechos humanos en Cuba.

 

El interés esporádico del mundo actual está principalmente relacionado con lo que puede pasar en la pintoresca isla de Cuba.   Un país que está en la quiebra después de que por medio siglo el régimen se pasó alardeando de sus éxitos y al mundo le pareció bien creérselos.

 

La China tendrá a Taiwan y Cuba tendrá a Miami, hasta ahí las coincidencias.  El castrismo en Cuba como el comunismo en Corea del Norte son anacronismos en un mundo que está al mismo tiempo diseñando y construyendo un nuevo Renacimiento cinco siglos después de aquel que transformó a la humanidad.

 

Continuará…

Última actualización el Sábado, 09 de Julio de 2011 09:59
 
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