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Cuba


Flores de madera PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Martes, 31 de Enero de 2012 15:18

Por YOANI SÁNCHEZ.-

La celda de castigo es estrecha, tiene un metro y medio de ancho por dos de largo, hace frío y ni siquiera hay una manta para cubrirse. Por el hueco que sirve como excusado, a ras de suelo, sale de vez en cuando una rata y mira con curiosidad al hombre que yace acurrucado. Afuera se escuchan gritos, ruidos metálicos y el barullo general de la prisión de Aguadores, una de las más temidas del oriente cubano. Esta escena, común en nuestro sistema penitenciario, volvió a repetirse a principios de enero y tuvo como protagonista a un joven de 31 años. Se llamaba Wilman Villar Mendoza y fue detenido el 14 de noviembre de 2011 mientras participaba en una protesta antigubernamental por las calles de Contramaestre, su pueblo natal. En imágenes difundidas con posterioridad a su fallecimiento, se le ve a la cabeza de un grupo portando la bandera cubana, mientras los atónitos transeúntes no saben si sumarse o reprimir a los manifestantes. Probablemente los recuerdos de aquella marcha pasaron una y otra vez por su cabeza mientras temblaba entre las húmedas paredes del calabozo, pero eso nunca podremos confirmarlo. Porque de aquel lugar solo salió -ya moribundo- en dirección al hospital y finalmente hacia una tumba en el cementerio.

A Wilman Villar lo mató usar su cuerpo como plaza pública de la indignación en Cuba

La práctica de hacer pasar por criminales a los activistas no es nueva

Villar Mendoza, el preso que recién falleció a consecuencia de una huelga de hambre, se ganaba la vida haciendo trabajos de carpintería y albañilería. Su especialidad eran esas espigadas y hermosas flores de madera que los turistas compran para llevarse como recuerdo de esta isla. Un tallo y seis pétalos tallados con la paciencia de quien sabe que el tiempo en Cuba no vale mucho, que los minutos no lo harán ni más próspero ni más feliz. Le daba forma a un trozo de cedro, por horas y horas, rumiando así parte de esa frustración que entre los jóvenes de provincia es siempre mayor. En septiembre de 2011 esa misma inconformidad social lo llevaría a formar parte del grupo opositor Unión Patriótica de Cuba. Para la propaganda oficial se trataba de un delincuente común que incluso había golpeado "brutalmente" a su esposa en julio del año pasado. Pero demasiados testimonios -incluyendo el de su propia mujer- apuntan a que tales insultos solo tratan de matar su imagen una vez fallecido su cuerpo.

En Cuba -al decir de un amigo- "nadie sabe el pasado que le aguarda", pues los antecedentes penales de los ciudadanos están determinados también por su comportamiento político. Al no existir una separación de poderes que independice el aparato judicial de la rama partidista, los considerandos de corte ideológico influyen en el prontuario criminal de cada cual. Se ha sabido de generales que han dispa

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rado contra sus amantes, ministros sorprendidos en desfalcos millonarios e hijos de papá enrolados en diversos delitos, que jamás han sido llevados ante un tribunal. Pero cuando se trata de un opositor, basta que haya comprado una bolsa de leche en el mercado negro, peleado con su mujer o aparcado mal el auto para ser tenido como culpable. El Código Penal no incluye ninguna figura por "delito político", de manera que los incómodos son juzgados siempre por terceras causas. Justamente eso le ocurrió a Wilman Villar Mendoza, quien se resistió a un arresto policial el 7 de julio de 2011 después de un incidente doméstico. "Casualmente" solo sería procesado por esta causa cuatro meses después, cuando participó en una protesta contra el Gobierno. Al apresarlo, un oficial le gritó frente a varios testigos: "ahora sí te vamos a desaparecer", y así lo hicieron.

La práctica de hacer pasar por criminales a los activistas no es nada novedosa. En febrero de 2010, cuando Orlando Zapata Tamayo murió después de 85 días sin probar alimentos, el propio Raúl Castro afirmó públicamente que se trataba de un delincuente común. Olvidaba entonces que siete años antes, en el libro Los disidentes, hecho por periodistas oficialistas para justificar los encarcelamientos de la primavera negra, aparecía referido Zapata Tamayo con foto, nombre y dos apellidos. Juguetear con la historia y reacomodarla tiende a crear esas contradicciones... puesto que ningún Gobierno ha podido predecir nunca "el futuro que le aguarda".

Afortunadamente un prontuario delictivo no puede explicar todas las actitudes que un hombre llega a asumir en su vida. Presentar a Villar Mendoza solo como un marido colérico que golpeaba a su esposa no aclara entonces por qué se dejó morir sin probar alimentos. Acusarlo de preso común pretende reforzar esa idea tan maniquea de que en Cuba no hay personas decentes, patriotas y respetuosas de las leyes que además estén en contra del Gobierno. De ahí la catarata de insultos que ha llovido sobre la memoria del fallecido y el interés oficial de hacer pasar su activismo cívico como una forma de "limpiar" algún historial delictivo. Un reciente editorial del periódico Granma llega a asegurar que tampoco existió la huelga de hambre. No explica, sin embargo, cómo alguien de 31 años se deterioró tan rápidamente en dos meses de encierro hasta el punto de morir en un hospital por "fallo multiorgánico". Existe además el testimonio de familiares y amigos que visitaron a Villar Mendoza en la cárcel para convencerlo de que volviera comer, pero sin lograr que él dejara de repetir "¡Libertad o muerte!" Como desmentido a la versión oficial, aparecen también los innumerables reportes del ayuno que desde mediados de diciembre aparecieron en medios noticiosos del exilio y en las cuentas de Twitter de activistas locales. Internet muestra lo que la prensa cubana esconde.

Según la declaración de Maritza Pelegrino, su esposo dejó de alimentarse el propio 24 de noviembre cuando fue condenado a cuatro años de privación de libertad. Interrumpió la huelga el 23 de diciembre porque sus carceleros le hicieron creer que estaría en la lista de los presos indultados por el general Raúl Castro. Pero regresó a la inanición seis días después, al comprobar que todas aquellas promesas eran simples mentiras, sucios ardides. Amarrado y desnudo lo pusieron entonces en la celda de castigo donde contrajo la neumonía que lo mataría. Llegó al hospital el 13 de enero y los doctores advirtieron a la familia que solo un milagro podría salvarlo. Menos de una semana después ya no respiraba.

A Wilman Villar lo mató la tardía intervención médica y la negligencia de quienes debieron velar por él en la prisión. Acabó con su vida un sistema que ha cortado todos los caminos pacíficos, cívicos y electorales para que los ciudadanos influyan en el derrotero nacional. Lo convirtió en cadáver un aparato judicial plagado de irregularidades y de preferencias de corte ideológico, donde un opositor político es tenido por culpable de cualquier delito con pocas posibilidades de probar lo contrario. No fue solo la falta de comida o de agua la que provocó el triste desenlace del 19 de enero pasado, sino el tener que usar el cuerpo como plaza pública de indignación, en una isla donde protestar está prohibido.

Al morir, Wilman Villar Mendoza tenía dos hijas, de cinco y siete años. Su madre todavía no sabe cómo explicarles lo ocurrido.

Tomado de EL PAÍS, MADRID, ESPAÑA

Yoani Sánchez es periodista cubana y autora del blog Generación Y. © Yoani Sánchez / bgagency-Milán.

Última actualización el Martes, 31 de Enero de 2012 15:23
 
JOSÉ MARTÍ, SEGÚN LA ÚLTIMA PATRAÑA DE FIDEL CASTRO PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 30 de Enero de 2012 16:34

Por Comandante Hueber Matos Benítez.-

Fidel Castro acaba de publicar otra de sus llamadas reflexiones.  En  La fruta que no cayó, el dictador trata una vez más de desfigurar la historia de Cuba para justificar sus errores y sus mentiras.

Voy a comentar sobre su afirmación de que los Estados Unidos proclamaban la anexión de Cuba para demostrar cómo el dictador tergiversa la historia sobre este tema.  Vamos a ver claramente  la falsedad de su afirmación cuando dice que estábamos condenados a no existir como nación. Nos daremos cuenta de cómo  trata de manipular el juicio de Martí sobre estos asuntos para hacerlo su aliado, cuando en realidad la opinión de José Martí desmiente lo que hoy afirma Fidel Castro.

Según él dictador, nuestro país estaba destinado a desaparecer como nación.  Lo cito textualmente:

“Cuba se vio forzada a luchar por su existencia frente a una potencia expansionista, ubicada a pocas millas de sus costas, que proclamaba la anexión de nuestra isla, cuyo único destino era caer en su seno como fruta madura. Estábamos condenados a no existir como nación”

La figura de su panfletaria reflexión: La fruta que no cayó, se infiere de una carta privada escrita por John Quincy Adams* a Hugh Nelson, el “embajador” de los Estados Unidos en España en la cual le comenta:

“Hay leyes de gravitación política, como de gravitación física, y Cuba, separada de España, tiene que gravitar hacia la Unión…No hay territorio extranjero que pueda compararse para los Estados Unidos, como la isla de Cuba…ha venido a ser de trascendental importancia para los intereses políticos y comerciales de nuestra Unión.”

Lo que plantea, en una carta privada, el entonces Secretario de Estado de los Estados Unidos es que: por gravitación política, Cuba separada de España, se inclinaría hacia  los Estados Unidos.  Fidel Castro escribe que los Estados Unidos “proclamaba la anexión de nuestra isla”. No hay en ese siglo ninguna proclamación de los Estados Unidos de que Cuba va o debe llegar a ser territorio estadounidense.

La política oficial, la proclamada, por los Estados Unidos sobre sus países vecinos fue la Doctrina Monroe el 3 de diciembre de 1823. En esta, inspirada por el propio John Quincy Adams, los Estados Unidos les negaba el derecho a las naciones europeas a apoderarse de ningún territorio o a interferir con ninguna nación en este continente.  La Doctrina Monroe les brindó seguridad a los independentistas latinoamericanos.   La mayoría de nuestros países ya había alcanzado la independencia.

Nadie debe interpretar nuestra afirmación como que somos inocentes y que desconocemos que los Estados Unidos estaban poniendo una barrera a los imperios europeos y defendiendo sus intereses y ambiciones en el continente americano.

Pero la Doctrina Monroe tienes dos filos.  Uno para los europeos y otro para Washington. No era  fácil a los Estados Unidos negarles el derecho a los europeos y al mismo tiempo apoderarse de países en este continente.  José Martí lo sabía y de esto comentaremos luego.

Cuando John Quincy Adams escribió sobre su ley de gravitación política, no podía imaginarse que tres cuartos de siglo después, a finales del siglo XIX, la lucha de los mambises y la simpatía que ésta logró entre los propios americanos, haría muy difícil que una vez que Cuba alcanzara su independencia, nuestro  país se convirtiera en parte de los Estados Unidos.

Es cierto que otros políticos norteamericanos de ese siglo vieron en Cuba un gran potencial económico y trataron de comprarle Cuba a España en más de una oportunidad.  Pero de esto a la proclamación de la que habla Fidel Castro hay un largo trecho, que él utiliza para deformar la historia ante quienes no la conocen.

Haciéndose el experto sobre el tema, Fidel falsamente afirma ahora que, estábamos condenados a no existir como nación por las ambiciones expansionistas de los Estados Unidos. Para tratar de demostrar su afirmación el dictador utiliza a José Martí, primero diciendo una verdad para luego insertar su mentira. Veamos.

En la irreflexión Fidel habla de:

“la gloriosa legión de patriotas que durante la segunda mitad del siglo XIX luchó contra el aborrecible coloniaje impuesto por España a lo largo de 300 años, José Martí fue quien con más claridad percibió tan dramático destino”.

Con este párrafo queda claro que la lucha de los cubanos no fue contra los Estados Unidos, sino contra España por la independencia.  Es al final de esta cita, cuando dice que fue José Martí quien vio con más claridad tan dramático destino. Es cuando Fidel distorsiona a José Martí y a la historia.

¿Cuál dramático destino es el que dice Fidel que vio José Martí?

Pues el destino de que los Estados Unidos se iban a apoderar de Cuba en aquellos tiempos.

Para demostrarlo, Fidel cita a Martí cuando el apóstol escribió que tenía el propósito de:

“… impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso.”

En la cita que acabamos de leer está todo muy claro.  Martí dice que la independencia de Cuba impediría a tiempo la expansión de los Estados Unidos por las Antillas.  Martí no expresa preocupación porque los Estados Unidos se apoderen de Cuba una vez que esta sea independiente.

La solución de José Martí para evitar que los Estados Unidos se extiendan en las Antillas es la independencia de Cuba, porque si Cuba gana su independencia,  ya como una nación soberana, los Estados Unidos no solo no pueden apoderarse de ella, sino que no podrán extenderse sobre las Antillas.

José Martí no niega las ambiciones expansionistas de los Estados Unidos. Lo admite, pero Martí reconoce que el freno a estas ambiciones es la independencia de Cuba.

Y lo dicho por José Martí tiene sentido.  En los Estados Unidos había intereses que querían que, Cuba como colonia de España, pasara de alguna forma a ser parte de los Estados Unidos.   También en los Estados Unidos había una contrapartida a estas ambiciones expansionistas.

La mayoría de los dueños de periódicos estadounidenses y una parte del pueblo estadounidense apoyaba la guerra de los mambises contra España y el derecho de Cuba a su independencia.

Muchos estadounidenses simpatizaban con la independencia de Cuba y no estaban a favor de escamotearles la soberanía a los cubanos.   Además no era fácil, para el país que había proclamado la Doctrina Monroe, invadir una república independiente y apoderarse de ella.

Para que el tema quede claro, repito la cita de José Martí que usa el propio dictador Castro en su escrito.  Esto dice Martí:

“… impedir a tiempo con la independencia de Cuba…”

Para evitar que los Estados Unidos:

“se extiendan por las Antillas …y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso.”

Mas visionario no puede haber sido José Martí.  Para él, mientras Cuba fuera una colonia española había ese peligro. España en esos momentos estaba en la quiebra económica y su imperio ultramarino se había desplomado.

Cincuenta años antes de que Martí se preocupara por la expansión de los Estados Unidos en las Antillas, la entonces Republica de Texas había sido anexada por los Estados Unidos en 1845. Y en 1803 los Estados Unidos le habían comprado a Francia los dos millones de kilómetros cuadrados que formaban el territorio de Luisiana.  También La Florida había sido negociada entre Estados Unidos y España en 1819 en el tratado Adams-Onis, por el que la Florida pasó a los Estados Unidos y se delimitó el territorio con lo que es hoy México, parte de lo que era conocido entonces como Nueva España.

El peligro que veía Martí es que, mientras Cuba fuera una colonia española, por una guerra o bien por una compra, nuestro país podía pasar a manos de los Estados Unidos y este país podía extenderse por las Antillas. Es significativo el peso que da Martí, en el contexto antillano y latinoamericano, a la independencia de Cuba como un freno al expansionismo de los Estados Unidos.

Así que: La fruta que no cayó, no cayó por la visión de José Martí y por el sacrificio de los mambises y del pueblo de Cuba.

Fue  tal la legitimidad ganada por los mambises y reclamada por el pueblo de Cuba que, a pesar de la Guerra Hispano-americana, en la que los Estados Unidos derrotaron a España, los Estados Unidos no pudieron quedarse con Cuba como lo hicieron con Puerto Rico  y con Filipinas.

Aunque los revolucionarios filipinos declararon la independencia en 1898 los Estados Unidos no la reconoció sino hasta el 4 de julio de 1946, en que entregaron la soberanía a los filipinos sin necesidad de una guerra.

En el caso de Cuba se alcanzó un grado importante de  independencia en 1902.  De ahí en adelante les tocó a los cubanos luchar para derogar la enmienda Platt (1934) y poco a poco alcanzar su soberanía.

Y todo esto mucho antes de que apareciera Fidel Castro en escena y mucho antes de que él traicionara la revolución cubana y convirtiera a Cuba en un apéndice del comunismo soviético, comprometiendo la soberanía alcanzada a la URSS en sus designios estratégicos y su pugna con los Estados Unidos.

En: La fruta que no cayó, Fidel Castro una vez más ha mentido. Ha citado a José Martí sin darse cuenta de que el propio Martí desmiente su argumento demagógico.

Comandante Huber Matos Benítez

Miami, 28 de enero de 2012

*John Quincy Adams: sexto presidente de los Estados Unidos (1825-1829). Secretario de Estado del presidente James Monroe (1817-1825). Diplomático, Senador y Congresista. Hijo de John Adams, uno de los “padres fundadores” de los Estados Unido y su segundo presidente.

Última actualización el Jueves, 02 de Febrero de 2012 19:36
 
BRINDIS POR UN TIRANO PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 30 de Enero de 2012 02:35

Por Blas O. Vera.-

Incansables y estoicos; acechando amaneceres; Interminablemente arrastrando mediodías; durante lentos y encostrados años; fuimos rengueando las insoportables fechas, sin dejar de testicular firmes, al secar el llanto por las cien mil patadas.

Adoloridos y maniatados,
Rumiando cóleras,
vimos como la bestia
le arrancaba a la patria
trozos y trozos de bandera
y como con burla desfachatada
se limpiaba sus patas con ellos.

Pero a pesar de la larga asfixia,
a pesar de la prolongada tortura,
aun con llagas y cicatrices,
en memoria de
Su Excrecencia el Tirano
desde ahora y por siempre,
aun en las canas de la patria,
en la feliz fecha de su muerte
repicaran alegres las campanas
para celebrar el día
del JUBILO NACIONAL.

Atrincherada en el cofre del patriotismo
una verde botella de licor
aletea impaciente
con su corona de corcho
la feliz responsabilidad
del primer brindis
por la partida del tirano.



Ráfagas de sudores sangrantes,
himnos y luchas inmolantes
le sembraron y abonaron
la esperanza suprema
de ser el signo inicial
de la visceral celebración
por el amanecer de
LA GRAN PRIMAVERA .

En este nuevo nacimiento
triturando amos y cadenas,
en lugar de llanto,
el alma nacional
emitirá un enardecido grito
de VIVA LA PATRIA LIBRE.

Y millones de ecos,
Millones de abrazos,
Millones de brindis
harán infinita
la explosión espiritual.

Y millones de gargantas inflamadas
sin respiro ni cansancio
sin cesar gritaran
LIBERTAD – LIBERTAD – LIBERTAD.

Última actualización el Viernes, 03 de Febrero de 2012 10:35
 
Wilman y Malleza: Robles y Rosas PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Domingo, 29 de Enero de 2012 14:05

Por Pedro Corzo.-

El experimento castro guevarista no solo se impuso cambiar el sistema socio político cubanos, sino modificar la naturaleza humana y por esa razón  iniciaron un proceso enfocado al ciudadano que ellos identificaron como la creación del hombre nuevo.

Estatización de la enseñanza. Adoctrinamiento político en las escuelas desde los primeros grados. Creación de los Pioneros. Escuelas al campo. Becas en el extranjero. Expediente político para cada estudiante. Depuración sistemática de los profesores. Disminución de la influencia de los padres y muchas medidas más que tenían como fin forjar un sujeto listo para acatar los mandatos que procedieran del Olimpo castrista.

La idea era forjar ciudadanos modelos. Hombres y mujeres que soportaran estoicamente todos los sacrificios en la instauración y defensa del socialismo. Pensaron en  un ciudadano de mentalidad colectivista, trabajador, sin ambiciones personales y listo para dar la vida por los ideales  que promovía la revolución triunfante.

Mientras fueron niños y todavía la utopía parecía posible, gobierno  y muchos padres, impulsaron a sus hijos a formar parte del paraíso prometido. Obediencia, defensa de las consignas y silencio ante los atropellos dell prójimo que no aceptaba el discurso oficial.

Aquellos niños crecieron y se convirtieron en hombres y mujeres sin contacto directo con la libertad y el derecho.

Con el paso de los años, los mandantes que ya envejecían, creyeron encontrar el relevo en sujetos como Roberto Robaina y Felipe Pérez Roque, entre otros, que  sirvieron mas por oficio que por convicción,  y de ahí la defenestración que padecieron, pero también hay, sin garantizar sus compromisos políticos  futuro,  gente como Maidelys González, dirigente de la Unión de Jóvenes Comunista de Cuba que planteo en un discurso que " la tibieza y la falta de identidad del  militante  son factores que ponen en peligro la continuidad histórica
de la revolución''.
Otros muchos callaron, sirvieron en silencio o simplemente rechazaron la cadena. Crecieron germinando dentro de ellos,  quizás imperceptiblemente, hasta el día que un factor catalizador lo desencadenó, la convicción de que todo ciudadano es libre y soberano y con pleno derecho a decidir sobre su destino.

Por suerte para Cuba la decisión de actuar, echar andar y cambiar el país, la han tomado muchos de esos jóvenes, al extremo que mencionarlos a todos no es posible.

Orlando Zapata Tamayo, Wilman Villar Mendoza, Ivonne Malleza Galano y  Sara Marta Fonseca, todos nacidos después del triunfo de la Revolución, educados en sus escuelas, formados en el despotismo pero conscientes que tienen pleno derecho a ser libres no solo han puesto en juego su precaria libertad, sino que también han estado dispuestos a arriesgar la vida e inmolarse,  como hicieron Zapata y Wilman.

La prisión de Malleza Galano, liberada el mismo día que sepultaban a Wilman, muerto como consecuencia de una huelga de hambre en protesta por los abusos del régimen, no es la primera vez, desgraciadamente tampoco será la última, que una mujer cubana va a la cárcel por defender su derecho a opinar y manifestarse.

Wilman Villar Mendoza, tenía 31 años.  Casado y dos hijas.  Su esposa Maritza Pelegrino,  Dama de Blanco,  no pudo verle antes de morir, y como sino fuera suficiente, la maquinaria propagandística del castrismo, con la asistencia de sus  defensores en el exterior, inició una campaña de descredito contra un joven que fue sancionado a cuatro años de cárcel por participar en una protesta contra la dictadura.

Los esbirros no soportan la entereza moral de sus cautivos. Cuando Wilman protestó con una huelga de hambre  por la injusta sentencia, fue aislado, remitido a una celda de castigo sin ropas, desprovisto de todo, menos de su entereza moral.

La muerte Wilman no es la primera, al menos otros trece prisioneros políticos cubanos, incluido Zapata, murieron por las mismas causas que él entrego la vida y puede que no sea el último, porque recurrir a la huelga de hambre como un gesto de supremo sacrificio ante el totalitarismo castrista, es una práctica a la que los prisioneros políticos cubanos recurren con mayor frecuencia.

La huelga de hambre se ha ido convirtiendo en la mente de la oposición cubana  en una protesta suprema ante la voluntad criminal del régimen y también  contra el egoísmo  de quienes no quieren ver ni escuchar,  ni  en Cuba ni en el extranjero, la dura realidad del castrismo.

Última actualización el Domingo, 29 de Enero de 2012 14:07
 
La Conferencia del PCC, ¿herramienta de cambio u obstáculo a las reformas? PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Sábado, 28 de Enero de 2012 11:27

Por Arturo López Levy.-

En el año 2011, el gobierno de Raúl Castro empezó algunos de los “cambios audaces” que piden diversos sectores en la isla, aunque para la mayoría de los cubanos son todavía insuficientes, demasiado lentos y más que todo, tardíos. El liderazgo cubano ha acertado en diseñar una transición escalonada a un modelo de economía mixta pero no parece consciente de los costos de una gradualidad excesiva, ni de la urgencia de acompañar ese proceso con una reforma política más profunda, aun cuando no implique una transición a la democracia multipartidista. Es irónico pero entre tanto llamado a cambios, el documento base de la primera conferencia nacional del Partido Comunista de Cuba (PCC), a celebrarse a finales de enero, es expresión por excelencia de la vieja mentalidad.

(Especial para Infolatam).- Entre las reformas políticas más importantes está la aprobación por el VI Congreso del PCC de límites de mandato a dos períodos de cinco años para los más altos cargos del estado cubano. Tal paso fue combinado con la creación de la controlaría general de la república como agencia anticorrupción. Son reformas significativas en el camino a una forma de gobernar más institucionalizada, imprescindible ante el fin del liderazgo carismático que representaron las cuatro décadas y media bajo gobierno de Fidel Castro. Es imperioso un régimen consultivo de estado por derecho, donde al menos en determinadas esferas de la vida nacional, particularmente las económicas, la ley será el principal referente, por encima de las consideraciones políticas coyunturales.

Los cuellos de botella de la propia reforma económica apuntan la necesidad de una presidencia moderna del Consejo de Estado, separada de las funciones directas de gobierno (para lo cual sería necesario enmendar el artículo 74 de la constitución que plantea la unificación en un sólo cargo de las presidencias de los consejos de Estado y de Ministros). Tal dinámica ayudaría a realizar la propuesta de separar las funciones políticas del PCC de las directas de gobernar a todos los niveles.

Una dirección más colectiva e institucionalizada, con una relación menos vertical con los gobernados, requiere una asamblea nacional más activa, poderes municipales y provinciales más ligados a los problemas de su región, y una mayor profesionalización técnica y transparencia en la rendición de cuentas a la población de la administración del estado. Descentralizar es fundamentalmente una reforma política.

Entre las reformas políticas más importantes está la aprobación por el VI Congreso del PCC de límites de mandato a dos períodos de cinco años para los más altos cargos del estado cubano.

La reforma económica en curso requiere también un ajuste político en la relación entre el Partido Comunista y el creciente pluralismo social, económico y cultural. A nivel de membrecía, el Partido Comunista no puede hablar de representar a toda la sociedad en ausencia de políticas dirigidas a  los nuevos sectores sociales como los cuentapropistas y nuevos propietarios agrícolas.

También tiene el reto de lidiar con las consecuencias de pobreza, desigualdad, marginalidad y racismo que se han agudizado por la posposición de los cambios necesarios por casi dos décadas, y la dinámica de mercado inevitable a la transición hacia una economía sustentable. En un contexto de mayor apertura comunicacional y de información, con la expectativa irrealizada de mayor conectividad a internet a partir de la conexión con el cable venezolano, se requiere un tipo de política pública y regulación distinta al mando vertical de la economía de comando

Si quiere atraer a la flor y nata de las nuevas generaciones de cubanos, el PCC tendrá que crear espacios de competencia interna, por lo menos con elecciones a sus comités directivos (municipal, provincial y central) en las que el número de candidatos sea mayor que el de miembros electos para paulatinamente llegar a la situación en la que al menos dos candidatos compitan por cada posición. Lo mismo podría decirse de las elecciones a los poderes locales del estado, donde la participación de gran número de electores es hoy mera formalidad, sin decidir entre propuestas relevantes a su vida cotidiana.

Frente a esos retos, el documento base para la conferencia del PCC a finales de enero de 2012 pide orden y exigencia, pero no enuncia a dónde quiere llevar a la nación ni qué cambios en el proyecto político del PCC se necesitan para tal propósito. Peor, el documento ni menciona el crecimiento del abstencionismo, votos nulos, en blanco, y divididos, discrepantes con los llamados oficiales al voto unido en las elecciones del poder popular, sin proponer políticas para dialogar con los crecientes segmentos apáticos de la población, particularmente jóvenes, alejados de la ideología y hasta de la gestación de consensos.

Enviar al Vicepresidente Machado Ventura, provincia por provincia, diciendo que los cuadros deben adoptar otra “mentalidad” sin crear los mecanismos institucionales y de incentivos para que ocurra, no es renovador. Para generar un debate crítico sobre políticas públicas, sobre la economía, o cualquier esfera de la sociedad se necesitan transparencia, y espacios para un análisis, donde la búsqueda sea por la solución racional que genere más beneficios a la población, no la comodidad de compartir en grupo una creencia, a favor o en contra del mercado o de lo que es la política oficial.

En el documento base, la creciente pluralidad ideológica en la población cubana, particularmente, en el sector nacionalista, brilla por su ausencia. Muchos de los que constituyen la base potencial de un partido martiano (referido al héroe nacional José Martí), meta a la que la dirección histórica parece aspirar, se manifiestan a diario a favor de aglutinarse en torno a metas de industrialización, desarrollo, orden y unidad nacional, eludiendo la tradicional visión marxista de lucha de clases.

En la discusión de esos temas, el partido gobernante en Cuba ignorara a su propio riesgo que en amplios sectores de la sociedad civil cubana, en la isla y en la diáspora, el discurso heroico está agotado. Las comunidades religiosas, por ejemplo, tienen proyectos sociales de matriz ideológica no marxista, que expresan un deseo de normalización. No solo temas de bienestar económico, sino también libertades civiles como la de viajar y acceder a internet aparecen en la cima de múltiples encuestas independientes de opinión.

Un tema particularmente relevante es la renovación generacional del Buro Político, centro nodal del poder cubano, y donde la presencia de jóvenes, negros y mujeres es mínima. Aparejado con esas ausencias está la incapacidad del partido gobernante para generar entusiasmo en al menos un segmento significativo de los sectores emergentes en la Cuba actual, particularmente entre muchos jóvenes de la Habana donde emigrar al extranjero se ha convertido en la primera opción deseada.

El PCC necesita balancear la exigencia política de no alimentar falsas expectativas, que no podría cumplir a corto plazo, aun si tuviera las condiciones óptimas, con la generación imprescindible de credibilidad en segmentos significativos de la población, a los cuales sólo podrá movilizar proponiendo cambios sustanciales al sistema político vigente. La narrativa nacionalista de Cuba como país que desafía la imposición norteamericana del embargo y la ley Helms-Burton son grandes movilizadores en la Cuba actual, pero no bastan para generar consenso con generaciones que han crecido bajo la realidad fatigante de escasez, no sólo de bienes materiales sino de sueños realizables.

El período presidencial de Raúl Castro será medido por su capacidad para hacer sustentable el legado político de la revolución de 1959, en la ausencia del liderazgo carismático de Fidel Castro. A casi cinco años de iniciado su primer período presidencial, el menor de los Castro debería dar señales no sólo sobre las nuevas políticas, sino sobre aquellos comprometidos a implementarlas (Para el final de su segundo periodo, Raúl Castro tendrá 85 años y José Ramón Machado Ventura, su primer vicepresidente, tendrá 86 años de edad). ¿No sería conveniente institucionalizar ya que el presidente no pueda ser sustituido por otro miembro de su familia ni por ningún militar en activo? A juzgar por su documento base, es difícil saber si la Conferencia del PCC es un instrumento para las reformas o un obstáculo más.

Infolatam
Denver, (Estados Unidos), 16 enero 2012

 
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