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Lecciones de Venezuela para los cubanos |
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Escrito por Indicado en la materia
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Martes, 23 de Abril de 2013 09:00 |
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Por Huber Matos Araluce.-
Muchos cubanos se compadecen por la suerte de los venezolanos y les brindan consejos sobre lo que ellos deben o no deben hacer. Son actos de buena fue basados en nuestra terrible experiencia con el comunismo castrista. Quizás convenga aprovechar la oportunidad para aprender de los venezolanos cómo es que ellos enfrentan al chavismo.
a) La primera lección que tenemos que asimilar de estos latinoamericanos que se parecen tanto a los cubanos, es que ante el peligro de perder su país han superado las diferencias de todo tipo y se han unido.
¿Cómo lo han logrado?
Tal vez se vieron en nuestro espejo y comprendieron que si seguían el camino de los cubanos estaban perdidos. Pueden haber aprendido de nuestro error y del alto precio que hemos pagado y no quieren repetirlo. Lo extraño es que nosotros no hayamos hecho lo mismo en tanto tiempo y continuemos sin enmendarlo.
Puede ser que la unidad entre los venezolanos se haya facilitado por otras razones. Tal vez tenga orígenes culturales, puede que sean menos individualistas que los cubanos, y por esta razón les haya sido más fácil ponerse de acuerdo.
Podría ser una manifestación de madurez política. Antes de Hugo Chávez los venezolanos vivieron varios gobiernos democráticos, en los cuales la tolerancia entre partidos políticos rivales fue parte de su vida diaria.
El tema puede servir para que otros con más capacidad y conocimiento lo estudien; nos podrían ayudar a entender cuáles han sido las razones por las cuales los venezolanos han logrado la unidad política que nosotros no hemos podido conseguir.
b) De la unidad de los venezolanos se desprende otro asunto de similar importancia. Fácilmente los cubanos atribuimos nuestro fracaso ante el castrismo a la falta de unidad. Hay toda una argumentación autocrítica que convierte a la falta de unidad en la clave y responsable de la tragedia del último medio siglo. El mea culpa ignora que Fidel Castro recibió el apoyo soviético y también desconoce unos cuantos factores más que forman parte de este complejo asunto.
La creencia de la unidad como la solución y salvación en la lucha contra la dictadura es un error que justifica la inacción y la frustración en demasiados cubanos. El caso venezolano nos demuestra que aun unidos el castro chavismo es un adversario difícil.
Si seguimos creyendo que la unidad de los cubanos es la solución final, el día en que la logremos podemos caer en el pesimismo, como resultado de un diagnóstico superficial y una solución simplista.
Aun unidos los cubanos, como los venezolanos, tendremos por delante una tarea compleja porque en la solución hay que tener en cuenta otros factores importantes.
c) Otra lección que podemos aprender de los venezolanos es cómo están lidiado con la hipocresía, la cobardía y el cinismo de un grupo de líderes políticos en el mundo.
Los dirigentes venezolanos manejan esta situación con habilidad. Ellos enfatizan a quienes sí los respaldan. Los cubanos, que hemos sido saturados de la indiferencia-complicidad de muchos de esos líderes, fácilmente caemos en el derrotismo. A nuestro favor está el hecho de que más de medio siglo de lucha tiene sus consecuencias.
La indiferencia de políticos y pueblos demócratas ante las desgracias de otras naciones han sido parte de la historia. El 3 de febrero de 1941, cuando Hitler estaba a menos de cinco meses de lanzar una ofensiva contra Rusia que implicaba el genocidio masivo de millones de personas, se dirigió a sus generales y les dijo:
“Cuando la operación Barbarrosa comience, el mundo va a sostener la respiración y no va a hacer ningún comentario”.
Los venezolanos han manejado la ausencia de solidaridad con mucha cautela, casi convencidos de que tarde o temprano lograrán el apoyo de los indiferentes, quizás nosotros podamos hacer lo mismo.
Los cubanos no somos exactamente unos cavernícolas en este sentido, pero aprender un poco de los venezolanos nos podría servir.
d) Otra útil experiencia de los venezolanos es que, aunque ellos escogieron a Henrique Capriles como el dirigente de la Mesa Unidad Democrática, no lo han convertido en un salvador, elegido o líder único. Lo han apoyado en dos elecciones nacionales, lo respetan y lo admiran, pero no lo “adoran”.
Nosotros los cubanos cometemos con bastante frecuencia el error de esperar a un salvador, y cuando creemos que ha aparecido lo adornamos con todos aquellos atributos que queremos que tenga. Esa idolatría tan enraizada en nuestra cultura política nos ha traído desastres y decepciones.
Tal vez somos tan autosuficientes que solo podemos aceptar el liderazgo de una especie de dios viviente, por lo que el líder del momento o es un sol o es estiércol.
Esta actitud nos lleva fácilmente a comparar a los dirigentes cubanos de diferentes organizaciones de oposición democrática con el arquetipo del “salvador” que esperamos. Como ninguno da la talla, entonces los criticamos y los descartamos.
A la persona en cuestión, lejos de aceptar que puede aportar algo, la consideramos un verdadero peligro en la lucha por la democracia en Cuba.
Tomemos nota porque no son pocas las cosas que lo cubanos podemos aprender de los venezolanos en la lucha por la democracia: han logrado la unidad que nosotros no hemos podidos alcanzar; saben que la unidad es un requisito en la lucha pero no es la solución; no caen en el derrotismo ante la indiferencia o complicidad de muchos dirigentes extranjeros y han evitado la idolatría.
Por Huber Matos Araluce
Fuente Cubanalisis
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Última actualización el Martes, 23 de Abril de 2013 09:06 |
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La historia de Cuba está de luto |
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Escrito por Indicado en la materia
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Sábado, 20 de Abril de 2013 10:57 |
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Por Pedro Corzo.-
El exilio cubano ha sido pródigo en personas que día a día testimonian su compromiso con la democracia en su país y uno de los que más y mejor ilustraran en el futuro esa obligación fue el historiador Enrique Ros.
Su intenso trabajo investigativo y la dedicación en la recopilación y redacción del material obtenido, lo convirtieron desde el punto de vista de muchos conocedores de la realidad cubana, en el historiador más prolijo y fecundo del exilio.
Fue el primero en darse cuenta que era necesario establecer una coordinación histórica de todo el proceso de lucha contra la dictadura. Sus libros recogen diferentes etapas de la causa democrática cubana, pero también demuestran ampliamente la estrecha relación entre cada una de ellas y en que medida el proceso se internacionalizó.
Por otra parte tuvo la visión de ahondar aspectos de la historia de la Cuba pre revolucionaria, que adolecían de falta de información. Sus libros sobre Vicente García y Fidel Castro y el Gatillo Alegre, por solo citar dos, reflejan la seriedad de su trabajo y la profundidad con la que abordaba cada tema.
Ros está entre los pioneros en la desmitificación de Ernesto Guevara.
Con su trabajo sembró lo que las futuras generaciones de cubanos cosecharan, el resultado de una intensa investigación que le permitió escribir libros que ilustraran a todo aquel que quiera conocer como fueron los duros años de enfrentamiento a la dictadura, pero también la medida en la que numerosos isleños se labraron en pocos años, un espacio propio en la sociedad mas rica y competitiva del mundo, Estados Unidos.
El investigador que con mayor calado ha trabajado en la influencia de los cubanos americanos en la política de Estados Unidos, enfatizando en los que han servido a esta nación como políticos electos, ha sido Enrique.
Por otra parte hay que destacar que Enrique Ros llegó a la investigación histórica después de haber contribuido al pasado que ayudó a compilar. No se aisló para crear. Fue un hombre activo social y políticamente, también era un amigo excepcional que predicaba con la bondad y comprendía y aceptaba los errores y defectos de los demás.
Son contados los historiadores que compartieron con los protagonistas de los acontecimientos que años mas tarde compilara. Vivió intensamente la destrucción de la democracia en Cuba y nunca dudó asumir su responsabilidad como ciudadano, aunque eso implicara numerosos riesgos y peligros.
Ross fue de los pioneros en la lucha contra la dictadura de los hermanos Castro. Dirigió el Movimiento Demócrata Cristiano en la isla junto a José Ignacio Rasco y Jesús Angulo, entre otros.
Posteriormente fue el primer coordinador del Frente Revolucionario Democrático dentro de la isla, Rogelio González Corzo. Mientras Ros, ocupó esa posición dirigió numerosas actividades conspirativas que tenían como objetivo el derrocamiento de la dictadura.
Partió al exilio cuando continuar la lucha en la isla le fue imposible, pero en el exterior siguió honrando su compromiso.
En los días previos a la expedición de la Brigada 2506 participo en una expedición a Cuba que se malogró. Nunca dejo de luchar y cuando las alternativas de confrontación a la dictadura castrista fueron cambiando, asumió el liderazgo de un frente fundamental para el futuro como se ha apuntado: Recoger los hechos, organizarlos y darle a todo interesado la oportunidad de conocer el pasado para evitar cometer los mismos errores en el futuro.
Pero hay un aspecto en la fecunda vida de Enrique Ros que merece una connotación especial y fue que con su ejemplo y dedicación formó a su hija Ileana Ros-Lethinen, la primera cubana y primera mujer hispana que llegó a la Cámara de Representante de Estados Unidos.
La congresista con orgullo reconoció que su padre, había sido desde del inicio de su carrera el director de su campaña política, y es que Enrique era un hombre con un talento excepcional para llegar a las personas, ganarse el cariño y la confianza de todos los que conocían, condiciones que retribuía con una amistad incondicional y profundo respeto sin importar procedencia social o tolda política.
Enrique Ros honraba con su amistad. Nunca dudó en ayudar a todos los que querían incursionar en la historia de Cuba. Sus consejos eran sabios y justos y por ese motivo para todos los que le conocimos será por siempre un hijo inolvidable del pueblo cubano. |
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Escrito por Indicado en la materia
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Domingo, 14 de Abril de 2013 13:57 |
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Por Jorge Hernández Fonseca.-
Cada uno de estos “Pinos Nuevos” de nuestra época, como se auto-calificó José Martí en su famoso discurso frente a Maceo y Gómez, deben tener un lugar en el sitial opositor consensual.
Los Pinos Nuevos
Jorge Hernández Fonseca
13 de Abril de 2013
Yoani Sánchez, a su paso por el exilio de Miami, si bien no se constituyó en una unanimidad total, al menos puede decirse que dejó una valoración extraordinariamente positiva en la capital de la oposición al castrismo. No fueron diferentes sus éxitos previos en Nueva York y Washington durante su visita a Universidades, a la Casa Blanca y al Congreso de los Estados Unidos. No obstante lo anterior --y a pesar de haber pasado el examen en EUA con nota sobresaliente-- ha dejado cierta polémica asociada a su posición. En Brasil hay una frase que ilustra la situación actual del debate sobre Yoani Sánchez: “Toda unanimidad es burra”.
En ese mismo Brasil, país en el que Yoani iniciara su largo periplo internacional, no hay medias tintas –y aunque podemos decir que el Coloso del Sur no es el representativo del exilio cubano-- todos los cubanos que vivimos en este gran país somos unánimes en afirmar que la cubanita ha dejado una imagen más que positiva sobre la sociedad cubana de hoy, habiendo quebrado el esquema edulcorado que “vende” la dictadura castrista en Sudamérica sobre lo que todavía llaman “revolución cubana”. El autor ha escrito varios artículos respecto a este tema.
Con relación a Rosa María Payá, que ya visitó España, viajó a Washington y ahora visita la capital del exilio cubano, Miami, puede decirse también que lo ha hecho de manera casi unánime, si se tiene en cuentan que la joven líder cubana representa también los intereses específicos asociados a las líneas del Movimiento de su padre, lo que hasta cierto punto limita el reconocimiento, por la complicada visita del propio Oswaldo Payá a Miami hace unos años.
A nadie escapa el hecho de que la lucha contra la dictadura que nos oprime precisa de cierta representación común, que personifique y dé rostro visible al consenso, con vistas a estructurar la defensa de nuestros intereses comunes como País, como Nación y como Estado. La multiplicidad de organizaciones y partidos políticos opositores de dentro y fuera de la isla, si bien demuestra la pluralidad del pensamiento que disiente de la filosofía y la práctica castrista, es un escollo a la hora de concretar la definición de la representación de la oposición política cubana en la palestra internacional. Yoani Sánchez, según mi punto de vista, por su ausencia de compromiso partidario y sus cualidades comunicacionales, se torna una personalidad ideal para formar parte importante del núcleo representativo de la oposición como un todo.
Haciendo un análisis introspectivo puede decirse que la oposición cubana se ha organizado en diversos partidos y movimientos con vistas a la toma del poder político, de manera muy similar a como se hace en países democráticos, donde las fuerzas políticas se disputan el poder en elecciones libres. En la Cuba actual no debe ser así, porque la lucha de inicio debe hacerse para oponerse a una filosofía de País, de Nación y de Estado, tres conceptos que están por encima del Gobierno, aunque desde el poder esos conceptos pueden ser afectados. Primero que todo hay que cambiar la filosofía instaurada a la fuerza por un partido-estado. En Cuba no debe nadie tener derecho de confundir la Nación con sus propios ideales, como ahora se hace.
Es por esa razón que la lucha actual debe ser encabezada por un consenso entre los luchadores políticos por una Cuba Nueva, independientemente de cuál organización o partido se hará con el poder político futuro, lo que debe siempre ser decidido en elecciones libres. Hay organizaciones opositoras que luchan desde posiciones donde aceptan la actual Nación-Estado Partido. Es su derecho, pero no es la lucha a la que nos referimos. La realidad es que la lucha inicial no es para gobernar el estado-partido actual, sino para cambiar la filosofía del Estado, de la Nación y del País, que están por encima del Gobierno y de los partidos. Por eso, la lucha debe ser liderada por un grupo de consenso no partidario. Después de arrebatarle el poder a la dictadura, habrá tiempo para los partidos dentro de las reglas del juego libre y democrático.
Algo como lo anteriormente descrito fue la tarea de Nuestro Apóstol José Martí a fines del Siglo XIX cuando quiso cambiar el estatus del estado-colonia cubana a una República Independiente. Asociado a esta similitud entre la situación que se presentó ante Martí y la que se nos presenta ahora, hube de escribir un artículo donde colocaba a Yoani Sánchez en ese escenario, salvando las distancias históricas, las diferencias personales, cualidades y herramientas de lucha. Expresaba en mi artículo la oportunidad que se nos presentaría si Yoani Sánchez decidiera asumir como suya la tarea de congregar a la oposición de dentro y fuera de la isla, con vistas a iniciar una caminada representativa ante ese Mundo que le ha dado tanto crédito. Su intento inicial en Miami, llamando al exilio y la isla a juntarse como Pueblo, como Nación y como País fue muy bien recibido por la generación histórica que luchó contra el castrismo.
Hermanos de lucha que discordan con algunas de las ideas expuestas antes, han acuñado la palabra “yoanimanía” como siendo un término que describe “un estado de indebido deslumbramiento ante las cualidades de la bloguera cubana, que realmente no tiene”. He leído artículos donde se ataca la palabra “unidad” porque “el Apóstol nunca la empleó” y se me tilda de “fanático” “por comparaciones (de Yoani Sánchez) que han llegado hasta el Apóstol”. Como este ataque a Yoani me involucra por partida doble, quiero dar mis argumentos sin calificar los hermanos de lucha que de mí discrepan, porque ejercen así su derecho a la diferencia.
En mi artículo “El Verdadero Destino de Yoani Sánchez” hice un paralelo entre la situación que se presentó en la década de los años noventa del Siglo XIX ante José Martí y la que se nos presenta a todos nosotros hoy, los opositores políticos actuales a la dictadura castrista, una oposición fragmentada. Abogué por la necesidad de que algún contemporáneo “tome la bandera” de la representación consensual de la oposición al castrismo, y que junto a un grupo de personalidades representativas de lo mejor del espectro político opositor actual, creen un núcleo representativo con vistas a iniciar una lucha con un rostro definido. Expresé en el artículo que “Yoani Sánchez no es José Martí, ya lo sabemos, pero tiene ante sus ojos igual tarea que Martí”. ¿Hay comparaciones en cuanto a cualidades personales? o ¿las comparaciones fueron asociadas a la similitud de la tarea a realizar? Dejo la respuesta a cada cual. Reconozco ante los que sobre este tema escribieron, que tienen el derecho de hacerlo.
En defensa de mi razonamiento quiero agregar lo siguiente: José Martí es un símbolo para todos los cubanos. Símbolo que recoge lo mejor de sus luchas y el halo luminoso de su extraordinario talento político, intelectual, poético y literario. Sin embargo, no es necesario semejante cúmulo de atributos para acometer la tarea que la oposición tiene delante. Ningún opositor debe aspirar a ser un símbolo --como lo es José Martí-- para darse a la tarea de congregar voluntades en un haz de objetivos únicos, con vistas a crear una masa crítica representativa de nuestra oposición política, hoy dispersa, hipercrítica y poco creyente en las posibilidades de los hombres y mujeres que se nos presentan con cualidades excelentes para la representación colectiva, como lo es para mí Yoani Sánchez, Rosa María Payá, Eliézer Ávila, Berta Soler, Orlando Pardo Lazo, por solo citar los jóvenes que han podido viajar al exterior.
Antes de escribir sobre la tarea unitaria a ser ejecutada perentoriamente por la oposición al castrismo, hube de escribir otro artículo sobre “El problema Generacional” asociado a las diferencias de enfoque con Yoani Sánchez. Decía que mucho de lo que escuchamos por boca de Yoani son enfoques diferentes a los nuestros por existir una diferencia generacional real, pero que no debe dividirnos. Agrego aquí un paralelo histórico que debemos tener en cuenta para los que recusan que se hable de José Martí en las circunstancias actuales. Martí fue rechazado por la generación anterior de patriotas que lucharon contra la colonia. Antonio Maceo y Máximo Gómez, como sabemos todos, rechazaron duramente a José Martí y sus ideas, no porque se oponían a ellas, sino porque eran ‘diferentes’, nacidas de generaciones ‘diferentes’.
Además de Yoani Sánchez, hay muchos opositores lúcidos y potencialmente magnetizantes de la nueva generación --como los mencionados antes-- los que han causado una verdadera revuelta dentro de nuestro exilio, como “sangre fresca” en un cuerpo envejecido por el tiempo. Sin embargo, cada uno de esos verdaderos “Pinos Nuevos” de nuestra época (con estas palabras rememoramos a José Martí y su famoso discurso cuando se auto-calificó de “pino nuevo” frente a Maceo y Gómez) que deben tener un lugar en este sitial opositor consensual.
Para este intento unificador de todos los espectros políticos a representar, es necesario tener un compromiso solamente con la causa general de la democracia y la libertad para la isla, por encima de un determinado programa, proyecto, organización o movimiento específico, ya que la lucha ahora es por una Nueva Nación un Nuevo País y un Nuevo Estado, ¡una Cuba Nueva!
El momento para --desde una organización específica-- presentarse como “la” opción de poder opositor para el ‘Gobierno’ de la isla, todavía no ha llegado a la política cubana. Ese momento será cuando hayamos podido derrotar la dictadura, sea a través de la lucha interna, sea a través de las presiones externas. Sólo una fuerza de consenso común entre todas las organizaciones y partidos existentes conseguirá el apoyo interno y externo que necesitamos para la instauración de la Nueva República, libre y soberana, emulando el intento de la oposición en Venezuela, o lo hecho por los opositores en Siria, en circunstancias de guerra.
Sabemos que los generales de Raúl planean secuestrar el proceso de transición para sus fines. Para ello cuentan con una organización monolítica y sumamente organizada, con fuerza represiva y militar. En cuanto a nuestra oposición al castrismo, el escudo cubano muestra simbólicamente el camino a seguir con el “haz de guías” que tiene nuestro escudo en su centro, como soporte firme de la República junto al lema que lo explica: “En la unión está la fuerza”.
Artículos de este autor pueden ser encontrados en http://www.cubalibredigital.com |
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Última actualización el Lunes, 22 de Abril de 2013 16:46 |
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Escrito por Indicado en la materia
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Viernes, 05 de Abril de 2013 11:16 |
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Por Santiago Cárdenas.-
Los que limpiamos su unto sebaceo al nacer, -- es un decir, -- la vimos gatear y disfrutamos de sus primeros balbuceos, no salimos del más grande asombro por el éxito que ha conseguido Rosa María Payá en el extranjero, llevando la investigación de la muerte de su papá, a las más altas instancias internacionales. Rosita: Puedes estar tranquila; misión cumplida.
Bonita, de mirada serena, preparada intelectualmente, y con valentía de tres pares, la genética esta vez no nos defraudó. Te quiero y te admiro, niña linda.!!!
Ahora, al menos teóricamente, La Payá tiene que enfrentarse a decisiones difíciles, que solo ella, y ningún asesor o consejero, puede decidir; yo diría, que ni a insinuar. Rosa María está en la encrucijada. La más difícil de su corta vida.
Lo primero es definir si se queda en la isla, o se marcha al extranjero. Ambas opciones son válidas, pero desgarradoras......... Si opta por quedarse tiene que enfrentarse al heroismo cotidiano frente el terror nuestro de cada dia-- no a una muerte rutilante y oferente de un instante --- sino al acoso y la persecucion, que los energúmenos , terroristas y torturadores " cientificos", se encargarán de recordarle en cada minuto de su existencia. Su propia identidad estará en juego. Y esto será válido para su novio, su esposo y sus futuros hijos.
?? Tendra una joven de veintitantos años entereza, valor, agallas y balance emocional para soportar esto ?? Desde dentro, que es el lugar natural, y el más valioso para la lucha, --donde otros cientos de cubanos , a su misma edad optaron por permanecer, pagando bien caro la osadia -- es donde se puede reorganizar el movimiento desde sus actuales escombros, renunciar a posiciones --que no se heredan, ni se asumen por osmosis,--para retar , alli mismo, a déspotas y dictadores, con serenidad y audacia, continuando el ejemplo pacífico de Oswaldo.
La salida definitiva, tambien posible, no le dará descanso --(los elegidos nunca lo alcanzan)-- , pero, al menos es un marco más adecuado ,-- para continuar con el encausamiento de los asesinos. También un respiro para su familia, me refiero a la "nuclear", que paradójicamente pasó a liderear insensiblemente, sin proponerselo.
Quedándose o exiliándose, siempre estará en pie la opción fundamental: la de las prioridades. Las mismas que la apremiaran, al final del dia. ? Continuara Rosita con su actual vehemencia, esclareciendo un asesinato, que tiene todas las de pasar a la historia como uno de los tantos crimenes politicos famosos, pero insolubles, dadas las circunstanctas especiales que rodean este caso ? O, ? Asumirá un papel más destacado en la defensa de los derechos humanos, la libertad de los prisioneros y el cambio definitivo del sistema politico y social de nuestra patria ? Es bien dificil decidir entre una demanda personal muy sentida, justa y necesaria, y el servicio a todo un pueblo.
En otras palabras: Rosa Maria: ? Denunciante o anunciante ? ? Investigadora-fiscal o politica? El tiempo lo dirá. Ninguna de las cuatro acepciones anteriores, la descalificará , ante los ojos de sus amigos y de su pueblo. Repito, será una decisión soberana, que nadie podrá asumir por ella.
En todo caso, está en juego el legado de su papá, que de no asumirlo, caerá en el olvido, como sucedió con los líderes cristianos más destacados de nuestra historia: Frank y Jose Antonio.
Debemos advertir que ese avance o cambio de direccion hacia lo politico- social, de efectuarse, seria una lucha ciclopea. En primer lugar, para deslindar los campos con la iglesia, cada dia con mas tuflllo a "nacional", plagada de comisarios,- al decir de Oswaldo- que intentan competir con el mensaje laical enviado por Payá, el más coherente de la historia eclesial cubana.
Luego, recontruir un movimiento desde las ruinas, sin presencia eficaz en la isla y en el exilio. Y, por ultimo, pastorear una " familia extendida ", vigilante e hipersensible, que desde la modorra de su proverbial inactividad, interpreta cualquier crítica política como un asunto personal, interviniendo, además, en cada decisión de importancia. Ordenar este embrollo, no es tarea fácil, ni allá, ni aquí.
Rezo cada día por Rosa Maria. A veces pienso que esta tarea es demasiado fuerte para una persona gracil, que transpira delicadeza y bondad , con una pizca de ingenuidad. Pero, ......? saben una cosa ?. Soy optimista y pongo mi confianza en las heroinas. Y lo digo en plural, porque conozco a Ofelita.
Santiago Cardenas. |
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Última actualización el Viernes, 05 de Abril de 2013 11:58 |
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