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Cuba


Confieso mis intolerancias PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Viernes, 19 de Julio de 2013 12:00

Por José Prats Sariol.-

Ahora resulta que las víctimas somos intolerantes: no aplaudimos el reformismo del castrismo tardío como solución para Cuba. Daría risa, si no fuera diabólico.

El último truco es un grotesco monumento a la astucia. Tan grotesco como los nuevos apellidos del "patriciado criollo": los Castro Espín y los Castro Soto del Valle, los Guevara, los Cienfuegos…, dignos bocados para cierto historiador heráldico, de rimbombante estilo.

Y se han lanzado con todo: cónsules dando conferencias en Miami sobre repatriaciones y compras de casas, autos e inversiones en cooperativas; giras autorizadas para disidentes, con suave aterrizaje y vigilada tolerancia; apoyo a evangelizaciones conciliatorias de la Iglesia Católica y otras congregaciones cristianas, con el "amor todo lo puede" de bandera para incautos; invitaciones a artistas, escritores y deportistas residentes en el extranjero; mensajes a Washington sobre control policíaco y mediático de las masas y seguridad caribeña contra los narcos y capitales sucios…

La élite del poder apuesta a que su continuidad parezca el menor de los males. Y lo está haciendo muy bien. Por lo pronto sus oponentes aparecemos como conservadores de una confrontación antigua, intolerantes de los nuevos tiempos, aires, arreglos jugando golf, donde tal vez hay invitaciones para apellidos llenos de pátina o riqueza: Céspedes y García Menocal, Bacardí, Saladrigas, Díaz Balart, Lobo, Zayas, Mas, Goizueta, Fanjul …

En realidad, no me gusta ni el sustantivo (tolerancia) ni el verbo (tolerar). Suelen alojar un barniz hipócrita que tapa prejuicios, dogmas, discriminaciones. Sacan una pezuña demagógica por debajo de la saya de la abuelita buena, como ahora Raúl Castro y sus "Lineamientos"; como puede leerse en el discurso de Díaz-Canel al clausurar el congreso de la Unión de Periodistas, donde repite lo de dentro de la revolución todo, es decir, un nuevo ropaje para la anciana censura, tras una poco verosímil autocrítica al Partido.

Prefiero encasquetarle el prefijo: Soy intolerante con las religiones fundamentalistas, las dictaduras y caudillos, la pederastia, el racismo, la homofobia, el sexismo en sus vertientes machistas o feministas, los fanatismos políticos de cualquier signo, las leyes injustas, las salvajes desigualdades económicas que avergüenzan al planeta. Y no me da pena, más bien todo lo contrario, defender mis tajantes intolerancias: Decir que con ellos —los Castro y su pelotón— nada.

Como apenas me represento a mí mismo, puedo darme ese lujo, por lo general no apto para políticos, empresarios, diplomáticos, funcionarios. Pago, desde luego, el precio. A veces muy caro, como el exilio cuyas letras aún me cobran.

No toleré a un viejo amigo gay, lingüista noruego, cuando comenzó a andar en Cuba con menores de edad, allá por los 90 del siglo pasado. Rompí la amistad. Pongo mis límites morales, cercas donde no dejo pasar al único partido que su misma ley autoriza, fronteras a quienes transitan a un capitalismo despiadado, sin sindicatos autónomos.

Me fui de una casa en Puebla, en México, cuando el dueño habló de los pobres como haraganes, indios churrosos y analfabetos que están así por falta de voluntad y apego a sus costumbres enfermizas. Me fui tras decirle que su punto de vista era intolerable.

No tolero en silencio el actual disfraz reformista de la dictadura cubana. Señalo a los guerrilleros sobrevivientes, generales y familia cercana, como nuevos empresarios inescrupulosos. Pero entiendo a los que por necesidad, oportunismo, creencia o ingenuidad, aceptan, sonríen o celebran el engaño final, el colofón al estilo ruso o sandinista.

¿Por qué tendríamos que creer en una rectificación de fondo, de extirpar las raíces del sistema, cuando ni siquiera ellos lo dicen? ¿Por qué aceptar una transición con los mismísimos demoledores del país? ¿Por qué en las postrimerías sí y en medio siglo no?

Soy un intolerante. No permito que me tupan las entendederas con argumentos donde al final va a resultar —como dice Raúl Castro en sus últimos discursos a públicos cautivos—que la "revolución" ha sido víctima de la ingratitud, la picardía, la vulgaridad y la siesta de los cubanos.

Ah no. Entiendo a los gobiernos que circundan a Cuba, muy en particular al de los Estados Unidos y al de México. Sus intereses —se sabe— son los suyos, incluyendo negocios turísticos, agrícolas, industriales. Razono los de la comunidad cubana de Miami, cuyos cambios sociales, económicos, demográficos y culturales en las dos últimas décadas, giran hacia el fin del embargo, constituirse en una emigración como la mexicana de Los Ángeles, de pachucos a yucas, boniatos, ñames.

Comprendo la amenaza de un baño de sangre o un éxodo masivo tras una crisis de gobernabilidad. Comprendo la miseria del arroz con averigua y el espanto de las venganzas, la diferencia entre lo real y lo anhelado. Pero me asquean las negociaciones donde tú me manipulas a mí y yo a ti, hasta que nos ponemos de acuerdo en cómo manipular a la mayoría.

Ese toma y daca recuerda el "Aé, aé, aé la Chambelona", el choteo caracterizado por Jorge Mañach que asoma en algunas estampas de Eladio Secades. Infecta, desmemoriza, se parece a aquellas historias de Inglaterra que Chesterton ridiculizara.

Va a ocurrir. Quizás ya está ocurriendo. Tal vez sea el mal menor. Pero no me pidan que calle. Mucho menos que salude. No sé jugar golf. No podría colar la bolita ni en Varadero ni en Miami Springs. Confieso un apego cariñoso, testarudo, a mis intolerancias.

Romado del DIARIO DEL CUBA

 
EL PERIODISMO EN CUBA PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Viernes, 19 de Julio de 2013 11:36

Por Raúl Fernández Rivero.-

Los cambios importantes necesariamente tienen por comenzar por reconocer la magnitud de la situación actual.

Esto es cierto en la vida personal, en una empresa, en una ONG, o en un estado,

Es imposible reconvertir una crisis social, económica o administrativa, sin que antes todos entiendan cuales son los problemas, cuál es su causa, que responsabilidad compete a cada grupo o persona en la problemática, para poder después tomar -en conjunto- las acciones correctivas.

Así pues todo debe comenzar por un análisis descarnado.

Con relación al caso, que más que un problema o varios, es un tema de sistema integral, que arrastra consigo más de 50 años de destrucción de la independencia del análisis, del concepto  politizado de la verdad, de la libertad de prensa y opinión, del miedo a la censura o al castigo y despido, y en resumen: de una prensa estatizada controlada en cada línea y cada frase por cientos de ignorantes,  funcionarios que protegen sus intereses personales y no a la república, que piensan que ocultar la verdad es defender la revolución. O mejor aún saben que solo mintiendo pueden proteger la estructura de un partido y un Gobierno corrupto, incapaz, y pervertido.

Al leer las declaraciones del Congreso de Periodistas de Cuba, muchos pensarán -tanto en Cuba como fuera de ella- que se ha dado el paso primero: reconocer en sus términos y trascendencia el problema.

No lo creo, solo hay que ver los últimos programas de la Mesa Redonda, para convencerse que se sigue ignorando, con una doble o triple moral, las verdaderas razones de los problemas, tanto nacionales como internacionales y que la visión -más partidista que ideológica- priva en cada tema tratado. Y el esfuerzo intelectual por explicar lo imposible con argumentos del siglo pasado.

Lo mismo ha sucedido con el discurso de Raúl Castro en la Asamblea, dice que han detectado 191 problemas de indisciplina, chabacanería, falta de solidaridad, delictuales, y de indiferencia ante el daño a la nación. O sea que después de 54 años sabemos que cosas estamos haciendo mal.

No se llega a ese estado de nivel de estudios altos ( lo cual discuto) con bajo nivel cultural, al que se refiere el General, por obra y gracia de un pueblo sospechoso de indiferente y que opina que robar al estado no es delito. Legamos a este amargo nivel de desmoralización social que ha relatado el General Presidente, Secretario General del Partido, del Comité, del Buró, Comandante en Jefe de las FF.AA. y otros muchos cargos más, precisamente por Estado Centralizado personalista, por la economía centralizada e híper dirigida. De nuevo lo mismo, es el Sistema que ha demostrado fallar en todas sus facetas. Se detectan los problemas y los mismos autores del desastre, los causantes de lo que sucede pretenden ser analistas y correctores de sus propios errores y dificultades, pero sin variar la base de todo el embrollo: El Sistema marxista que implantaron contra viento y marea y ahora no saben cómo abandonar ni como corregir, porque el propio Sistema engendra sus errores, sus deficiencias y que trae como soluciones más errores y deficiencias.

En cualquier otra nación, se pediría la renuncia a todos los autores del cataclismo, porque quien describe los males es precisamente su autor.

Última actualización el Viernes, 19 de Julio de 2013 11:57
 
Misiles de azúcar PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Jueves, 18 de Julio de 2013 13:31

Por Yoani Sánchez.-

El Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) acaba de ser desmentido. A sólo pocos días de esa cita de informadores oficiales, la realidad los ha puesto a prueba… y han fallado. Ayer, la noticia de que a un buque con bandera de Corea del Norte, proveniente de La Habana, le habían encontrado misiles y demás material bélico en sus bodegas, saltaba a las primeras planas de muchos diarios internacionales. En Panamá, lugar donde se detectaron las armas, hasta el propio presidente del país envío vía Twitter el reporte de lo sucedido. A sabiendas de que en estos tiempos que corren ya es casi imposible censurar –para el público nacional- un hecho de semejantes dimensiones, hoy nos hemos despertado con una escueta nota del Ministerio de Relaciones Exteriores. En tono autoritario explica que tal armamento “obsoleto” –pero funcional- iba con destino a la península coreana para ser reparado. No aclara, sin embargo, el por qué para ello era necesario esconderlo en un cargamento de azúcar.

En un momento en que los periódicos dan lecciones de que los gobiernos no se pueden salir con la suya en cuanto al secretismo, es penoso –cuando menos- el papel conformista de la prensa oficial cubana. Mientras en España varios diarios han puesto en jaque al partido gobernante al publicar las declaraciones de su ex tesorero; en Estados Unidos el caso Snowden llena portadas y se le piden explicaciones a la Casa Blanca sobre la invasión de la privacidad de tantos ciudadanos. Resulta inconcebible que esta mañana, el ministerio de las Fuerzas Armadas en Cuba y su homólogo de Exteriores no estén siendo interpelados por los reporteros y compulsados a rendir cuentas. ¿Dónde están los periodistas? ¿Dónde están esos profesionales de la noticia y la palabra, que deben obligar a los gobernantes a declarar, a los políticos a no engañarnos, a los militares a no comportarse ante los ciudadanos como si fueran niños a los que se les puede mentir constantemente?

Dónde quedaron los acuerdos del Congreso de la UPEC, con sus llamados a quitar trabas, abolir silencios y hacer una labor informativa más pegada a la realidad. Una nota breve y a todas luces plagada de falsedades, no es suficiente para explicar el acto de mandar –a escondidas- armas a un país que las propias Naciones Unidas han advertido de no ayudar con tecnología para la guerra. No van a convencernos de su inocencia con los años de antigüedad del armamento, las cosas que producen horror nunca caducan del todo. Pero, como periodistas, la lección más importante a sacar de toda esta “crisis de los mísiles de azúcar” es que no podemos conformarnos con que las instituciones se expliquen a golpe de breves notas, que no pueden ser cuestionadas. Tienen que hablar, tienen que explicar… y mucho.

Tomado de GENERACIÓN Y

 
Azúcar y misiles: de General a General PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Miércoles, 17 de Julio de 2013 12:54

Tomado del Blog del CID.-

 

Cuando a finales de junio el General norcoreano Kim Kyok Sik llegó con una delegación a Cuba era de suponer que algo se estaba tramando entre ambas dictaduras.  Además, que otra cosa se podía deducir de las palabras de este general cuando en La Habana dijo:


“ambas partes se han informado de la situación de sus países y han intercambiado ideas para impulsar las amistosas relaciones de los dos ejército y los dos pueblos de los dos países”.


Dos semanas después de esta visita, el barco norcoreano Chong Chong Gang fue detenido en Panamá en su viaje de regreso desde Cuba.  En el barco iba una carga de azúcar y debajo de ésta, el régimen castrista admite tardiamente que iban 240 toneladas de armamento.


Hasta este momento el equipo militar ha sido identificado, en forma preliminar y mediante fotos, por la firma inglesa especialista en armamento HS Jane como misiles soviéticos tierra aire y una unidad de control de fuego por radar RSN-75. Se asume que el destino es Corea del Norte, pero esto es pura especulación.

Despu
és de 24 horas de silencio la dictadura castrista declaró que se trataba de equipo obsoleto de la era soviética enviado a Corea del Norte para su reparación y que incluía a dos baterías antiaéreas, nueve misiles desarmados y dos aviones Mig-21.

Ante este argumento se abre la interrogante de por qué este equipo en lugar de a Corea del  Norte, no se  mandó a reparar a Rusia.  ¿Ademas, por qué se escondió?

Es sospechoso el silencio guardado por Corea del Norte y    el hecho de que el capitan del barco norcoreano se trató de suicidar cuando fue descubierto el contrabando. Hasta la tripulación se resistió a facilitar la inspección.



Es un poco infantil que la tiranía castrista haya creído que los Estados Unidos no iban a darse cuenta de ese movimiento de misiles de Cuba a un barco norcoreano.  Es evidente que se demoraron 24 horas en decir que era material para reparación porque no sabian que hacer hasta que a alguien se le ocurrió la excusa.

Por mucho que quieran justificar el ridículo internacional, el General Raúl Castro y el General Kim Kyok Sik han sido agarrados in fraganti.


Es un delito transportar armamento  militar por el Canal de Panamá sin su debida declaración y la carga del Chong Chong viola una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas prohibiendo la importación y exportación de este tipo de armas a Corea del Norte.

Ante estas violaciónes, hemos de esperar absoluto silencio de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), de la cual Raúl Castro asumió la presidencia en el este enero pasado, tal y como han venido haciendo con los atropellos que se cometen en Cuba contra el pueblo y la oposición democrática.

El barco pudo haber llevado cohetes tierra aire soviéticos que los dispara una persona. El régimen castrista tiene de estos mortíferos misiles personales que pueden destruir fácilmente aviones de pasajeros en vuelo. En manos de grupos terroristas con los que Cuba y Corea tienen estrechas relaciones este tipo de misil puede causar estragos la aviación civil en el mundo.


Este escándalo debía servir de advertencia a quienes en la Unión Europea están maniobrando para que la Posición Común  se reemplace por una política más conciliadora hacia la dictadura en Cuba.

El régimen castrista puede haber explorado con Corea del Norte la posibilidad de adquisición de armamento nuclear y en vista del trasiego que acaba de ser descubierto en Panama, un dia podriamos despertanos con una noticia que puede resultar muy grave para los Estados Unidos y para Latinoamérica.


El castrismo es un régimen terrorista que apoya a otros regímenes terroristas y secuestra rehenes para negociarlos; ojalá que algunos empresarios y políticos que en los Estados Unidos insisten en un arreglo con la tiranía, comprendan que en Cuba controlan el poder un grupo de individuos violentos y sin escrúpulos.

 
¡España y Portugal sí, Cuba No! PDF Imprimir E-mail
Escrito por Tomado de INFOBAE   
Lunes, 15 de Julio de 2013 11:05

Por Jorge Castañeda.-

Las protestas en Brasil contra el alza del precio del transporte, el sobregasto para el Mundial, los Juegos Olímpicos y la corrupción generalizada han llevado a un gobierno sensible a buscar respuestas novedosas. No todas han prosperado; la mayoría de los legisladores rechazaron la propuesta de Dilma Rousseff de celebrar un referéndum sobre una reforma política. Otra de las ideas principales, el programa llamado “Mais Médicos”, ha suscitado controversias por varias razones, entre ellas el trabajo obligatorio, la no especialización y el enviar a miles de galenos a zonas lejanas sin su consentimiento.

Uno de los aspectos más interesantes, aunque no el más importante, de esta propuesta de expandir los servicios de salud en Brasil ha sido la de importar entre 6 y 13 mil médicos del extranjero. Brasil padece un déficit serio en esta materia: un médico para mil habitantes, mientras que Argentina tiene 3,2 y México 2. Desde el mes de mayo, antes de las protestas callejeras, el gobierno anunció que negociaba con Cuba un acuerdo para traer aproximadamente 6 mil médicos de la isla. Poco después, el ministro de Salud, miembro del partido gobernante de izquierda, aliado cercano del régimen cubano, declaró que no prosperó esa idea, ya que “descartamos buscar médicos cuyo tiempo de formación no sea reconocido en nuestro país, como ocurre con la Escuela Latinoamericana de Medicina en Cuba”.

Poco después, el Consejo Federal de Medicina de Brasil manifestó su oposición a importar médicos cubanos, por razones estrictamente técnicas: “Cuba gradúa médicos en escala industrial con formación incompleta [...] según los parámetros de Brasil, los cubanos no podrían siquiera realizar procedimientos banales, como una traqueotomía”. Cuando a finales de junio se relanzó la propuesta de traer médicos del extranjero, el gobierno de Rousseff intensificó sus negociaciones con España, Portugal y Argentina, y descartó a los cubanos.

El relato más preciso de esta discusión apareció en el principal diario de Brasil, Folha de Sao Paulo, que informó el 8 de julio: “Brasil paralizó las negociaciones con Cuba para traer 6 mil médicos cubanos [...] y debe lanzar en esta semana un programa para atraer profesionales extranjeros tratando a España y Portugal como países ‘prioritarios’ [...] El Ministerio de Salud informa que decidió atraer médicos como ‘personas físicas’, individuales, y no considerar la oferta de un contingente entero hecho por el gobierno cubano, en el modelo vigente en Venezuela [...] De esta manera, el ministerio evita abrir un flanco de críticas en la implementación de un programa que de por sí tiene críticas [...] Hay motivos para recular. Más allá de la sensibilidad del régimen de Cuba -aliado del gobierno y del PT y blanco de los conservadores-, el motivo principal es que las misiones cubanas son aclamadas por el trabajo humanitario, como en Haití, pero no escapan de críticas de activistas de derechos humanos [...] En el modelo de Venezuela, Cuba funciona como una empresa que subcontrata y proporciona profesionales. El gobierno contratante le paga a La Habana por los servicios y los médicos sólo reciben una parte [...] La regla disciplinaria en Venezuela, vigente en 2010, incluye pedir autorización para pernoctar fuera, y la obligación de informar sobre citas galantes [...] ‘No vislumbro esa solución para Brasil. No es compatible con las leyes del trabajo brasileñas y la Constitución’, dijo el procurador general del Ministerio Público del Trabajo, José de Lima Ramos Pereira [...] El que se haya desistido Brasil es un revés para La Habana, para quien el envío de los médicos al exterior es su mayor fuente de divisas y desea ampliarla…”.

La revolución cubana mejoró la salud de la isla por lo menos hasta finales de los ochenta. Otra cosa es la supuesta excelencia de los médicos cubanos en comparación con otros. Y sobre todo, otra cosa es la manera en que el castrismo los “exporta”, los “alquila” o los “vende”. Según dicen las autoridades de un país muy amigo de Cuba.

 

 
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