LOS VIAJES Y EL 'VIAJETEO' |
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Jueves, 08 de Agosto de 2013 21:14 |
Por Santiago Cárdenas.- CON LA LLEGADA A MIAMI DE ANTUNEZ Y SU SEÑORA SE CIERRA --POR AHORA -- EL CICLO DE LOS VIAJES DE LOS DISI -OPOSITORES "MAYORES",,INAUGURADO HACE UNOS MESES POR ELIEZER AVILA, YA DE RETORNO EN CUBA.
QUE MAGNOS OPOSITORES VIAJEN A MIAMI Y RETORNEN A LA ISLA NO ES ALGO NUEVO EN NUESTRA HISTORIA RECIENTE.
DESDE EL SIGLO PASADO SUCEDIO CON ELIZARDO SANCHEZ , EN LA CERCANIA HISTORICA DE AQUELLA OSCURA "PREMIACION DE MEDALLEO" POR EL G2 ; Y LOS DOS VIAJES DE OSWALDO PAYA EN EL MARCO DE GESTIONES FAMILIARES Y DE LA RECOJIDA DE UN PREMIO, EN EUROPA
POSIBLEMENTE HAYA OTROS EJEMPLOS QUE NO RECUERDE EN ESTOS MOMENTOS.
(EL DERECHO A ENTRAR Y SALIR A LA PATRIA ES INALIENABLE PARA CADA SER HUMANO)
TAMPOCO ES " NUEVO " , LO QUE TODO EL MUNDO CONOCE : DESDE 1959 EL REGIMEN CUBANO UTILIZA LOS VIAJES COMO STATUS DE PRIVILEGIOS , A SU FAVOR, Y EN FORMA MAGISTRAL .Ellos han tenido todo el tiempo y la impunidad de la historia , AL UTILIZAR UN MAQUIAVELISMO DE CINCO ESTRELLAS., SELECCIONANDO CASO POR CASO ,PARA CADA SALIDA, OBSERVANDO CON LUPAS Y MICROSCOPIOS, AL VIAJERO SELECCIONADO.
SIEMPRE LOS HAN AUTORIZADO A SU ARBITRIO, COMO UN PREMIO A CONDUCTAS COMPLACIENTES Y......... NEGATIVAMENTE , COMO UN CASTIGO , PARA QUIENES NO SE PLIEGAN A SU DICTADOS .
LOS VIAJECITOS ( ME ESTOY REFIRIENDO A LOS DE LA TOUR DISIDENCIA Y NO A LAS VISITAS FAMILIARES ) SON UNA DIVISION MAS ENTRE LOS CUBANOS . LOS QUE PUEDEN Y LOS QUE NO PUEDEN ,ENTRE LOS QUE ACCEDEN A LA TARJETA BLANCA -- AHORA EL CUNITO EN EL PASAPORTE -- Y LOS QUE NUNCA PODRAN OBTENERLO.
!!!! TODO ESTO HA CAMBIADO EN NUESTRO ENTORNO , EN UN ABRIR Y CERRAR DE OJOS , DE UN TIRON !!!!.
EL CAMBIAZO , POR LO RADICAL , SE ASEMEJA UN ACTO DE PRESTIDIGITACION DE LUCIFER ANTE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL, DONDE SON BIEN ACOJIDAS CUALQUIERA DE LAS JUGADAS MAGICAS DE LOS TIRANOS.
LAS CONSECUENCIAS REALES TODAVIA NO ESTAN A LA VISTA.TODO HA SIDO TAN RAPIDO QUE TENDREMOS QUE ESPERAR UNOS MESES O AGNOS ,PARA SABER SI REIR O LLORAR , ANTE UN DISIDENTE PROTESTANDO EN LA HABANA EL LUNES Y CONVERSANDO ANTE LA TV DE OSCAR SEVCEC O PEDRO HAZA EL VIERNES.CURIOSO. INEDITO.
CLARO ESTA, NO SE PUEDE GENERALIZAR Y COMO DICE LA ESCRITURA : " LOS CONOCEREIS POR SUS FRUTOS ".......
POR EL MOMENTO ,,LA VICTORIA ES PARA EL RAULOPARTIDO
HAY TRES COSAS QUE PARA MI , EN ESTOS MOMENTOS QUEDAN CLARAS. PRIMERA , QUE LOS PARTICIPANTES EN LA TOUR DISIDENCIA NO SE " PLANTARAN" BUSCANDO LA IGUALDAD EN EL TRATO MIGRATORIO PARA TODOS LOS CUBANOS ( LA ESTIRPE DE ANGEL DE FANA SE FUE A VOLINA) .
SEGUNDO : QUE SUS OPINIONES COMENZARAN A SER TAMIZADAS , DIRIAMOS QUE CONDICIONADAS , MODELADAS, POR EL PERFUME DE LOS JETS Y LAS ADUANAS DE LOS AEROPUERTOS.
Y TERCERO QUE - SI SON SERIOS - NO PUEDEN CONTINUAR DICIENDO ANTE EL EXILIO Y EL MUNDO , QUE SON , O ESTAN PERSEGUIDOS .
DE ESTO , A UN ESPACIO - UN LUGARCITO- EN EL PARLAMENTO CUBANO PARA UN PARTIDO DE OPOSICION , NO HAY MAS QUE UN PASO.
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Última actualización el Jueves, 08 de Agosto de 2013 21:16 |
Sindicalismo por cuenta propia |
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Martes, 06 de Agosto de 2013 09:20 |
Por Yoani Sánchez.-
La Oficina Nacional de la Administración Tributaria (ONAT) abre sus puertas y hay decenas de personas aguardando desde muy temprano. Una empleada explica a gritos dónde debe ubicarse la cola para cada trámite, aunque pasados breves minutos la confusión volverá a reinar. En un buró, sin un ordenador, otra funcionaria escribe a mano los detalles de cada caso atendido. La pared tras sus espaldas está manchada de humedad, el calor es insoportable y a cada rato alguien la interrumpe para pedirle unas planillas. Una institución que recauda anualmente millones de pesos en impuestos, sigue con los pies de barro de la precariedad material y la mala organización. Locales congestionados, trámites interminables y falta de información, son sólo algunos de los problemas que lastran su gestión.
Sin embargo, los tropiezos no terminan ahí. La inexistencia de mercados mayoristas estables y con productos diversificados, frenan también al sector privado. Los inspectores llueven sobre las cafeterías, restaurantes y demás negocios autónomos. La huelga o cualquier demostración pública para que se reduzcan los gravámenes, siguen terminantemente prohibidas. De los cuentapropistas se espera que contribuyamos al presupuesto nacional, pero no que nos comportemos como ciudadanos dispuestos a reclamar. El único sindicato permitido, la Central de trabajadores de Cuba (CTC) intenta absorbernos en sus encorsetadas estructuras. Pagar una mensualidad, participar en esos congresos donde poco se logra y desfilar apoyando al mismo gobierno que despide a miles de empleados; a eso quieren reducir nuestras acciones colectivas. ¿Por qué no se crea y legaliza una organización propia, no manejada de forma gubernamental? Una entidad que no sea polea de transmisión desde el poder hacia los trabajadores, sino a la inversa.
Lamentablemente la mayoría de los cuentapropistas no repara en que la independencia salarial y productiva, tiene que venir aparejada con la soberanía sindical. Muchos temen que al menor atisbo de exigencia se les retire la licencia o se tomen otras medidas contra ellos. Por eso callan y aceptan las ineficiencias de la ONAT, la incapacidad de importar materias primas desde el extranjero, los excesos de los inspectores y otros tantos obstáculos. Tampoco las organizaciones de la emergente sociedad civil han logrado capitalizar las necesidades de este sector y ayudarlo a alcanzar representatividad. La necesaria alianza entre grupos sociales que comparten inconformidades y demandas, no acaba de concretarse. Así que nuestra reivindicaciones laborales siguen postergadas, entre el miedo de algunos y el descuido de otros.
Tomado de GENERACIÓN Y
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Martes, 06 de Agosto de 2013 08:47 |
Por Carlos Alberto Montaner.-
No hay nada que los tiranos teman más que al humor. Suele olvidarse que la primera publicación que resultó clausurada en Cuba fue Zig-Zag. Se trataba de un gracioso semanario, ilustrado con excelentes caricaturas, que en 1959, entre risas y bromas, a los pocos meses de inaugurado el manicomio, hacía las críticas más severas a la dictadura estalinista que comenzaba a arraigar.
Leopoldo Fernández, Tres Patines, debió exiliarse al poco tiempo..
Leopoldo Fernández, Tres Patines, debió exiliarse al poco tiempo, porque en una obra de teatro bufo aparecía en escena junto a diversos cuadros de personajes importantes, y entre ellos estaba uno con la foto de Fidel Castro. Leopoldo lo tomó entre las manos y, riendo, exclamó: “déjenmelo, que éste lo cuelgo yo”. Tuvo que escapar a galope.
En la España de Franco no se podía caricaturizar al Caudillo, ni hacer la broma más inocente en torno al personaje. La Codorniz, que era un semanario humorístico de derecha, pero inteligente, pícaro y punzante, como corresponde al género, fue multado por publicar un parte del tiempo que decía: “en España reina un fresco general proveniente de Galicia”. Con Franco no se podía jugar.
La clave de esa actitud está en la forma en que se ejerce el poder en las tiranías. El jefe se impone por el miedo. Como explica Maquiavelo en El Príncipe, la obediencia no se debe al amor, sino al terror, y éste siempre es solemne. No es una cuestión del corazón, sino de la vejiga.
Además, ésta es la forma de ejercer la autoridad que disfruta el simio Alfa instalado en la cúspide. Le gusta intimidar a sus subordinados y siente un enorme placer cuando tiene pruebas de que sus enemigos le temen. Para eso manda. Ahí radica su goce.
Para este tipo de psicópata, que dedica la vida a ascender hasta la cima, la recompensa emocional se encuentra en percibir los efluvios de una muchedumbre que se le entrega en medio de una mezcla de sentimientos encontrados en la que prevalece el miedo. Es como el padre o el cónyuge abusador: su placer está en ver el pavor en los ojos del otro.
En Cuba, la dictadura fusiló al general Arnaldo Ochoa y al coronel Tony la Guardia por diversas razones, pero la más grave, a juicio de Fidel Castro, fue la grabación que le entregó la inteligencia en la que se escuchaba a estos personajes burlándose y haciendo chistes sobre “el Viejo”. Habían perdido el temor reverencial que Castro exige y esa actitud era imperdonable. Por eso los mató. Ya no lo “respetaban” y, dentro de la lógica del poder dictatorial, esa actitud es la antesala de la conspiración.
Guillermo Álvarez Guedes, desde el exilio sembró de chistes a Cuba, como quien coloca minas en un campo enemigo
Hace pocos días murió Guillermo Álvarez Guedes. Fue un excelente comediante que desde el exilio sembró de chistes a Cuba, como quien coloca minas en un campo enemigo. Su humor irreverente era explosivo y el régimen lo temía, pero no podía evitar que los casetes circularan de mano en mano. Incluso, ellos los escuchaban y reían, pero a escondidas, porque un buen revolucionario no podía rendirse ante un adversario gracioso y entregarle algunas carcajadas. Los buenos revolucionarios sólo pueden reírse del imperialismo yanqui. Pobre gente.
Termino con una anécdota que nos contó Armando Roblán, otro gran comediante y humorista cubano muerto en enero pasado. Como es casi increíble, doy fe de que me hizo el relato en presencia de la escritora Olga Connor, en su acogedora casa de Coral Gables.
Roblán tenía, entre otros talentos, el de la imitación. En 1959 imitaba a Fidel estupendamente. En los teatros y la televisión, se ponía barbas y un uniforme verde oliva, e imitaba al entonces joven Comandante, incluida su voz gangosa de adolescente afónico, cargada con una ligera entonación del oriente de la Isla. Algunos despistados hasta lo aplaudían porque daban por sentado que era el mismísimo Máximo Líder, como ya se le decía adulonamente.
Una tarde, Roblán recibió una misteriosa llamada telefónica. Era una dama apasionada que quería tener una cita íntima con él. Roblán era joven y soltero, así que la citó en un sitio público para saber si la mujer se parecía a su voz bella y seductora, o si era una broma, o acaso una señora con bigote y 500 libras de peso.
Era una muchacha preciosa. Quería, en efecto, acostarse con él, pero le puso una curiosa condición. Tenía que colocarse la barba postiza y hablarle en la cama como si fuera Fidel.
–¿Qué hiciste? –le pregunté.
–Cedí en todo. Me pasé la tarde haciéndole el amor mientras ella se excitaba cuando yo gritaba: ¡Fidel, seguro, a lo yanquis dales duro!
El humor a veces tiene unas inesperadas consecuencias.
Tomado de INFOLATAM
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Sábado, 03 de Agosto de 2013 01:50 |
Por Pedro Corzo.-
El golpe militar del 10 de marzo de 1952, desencadenó en Cuba una serie de acontecimientos que derivaron en un proceso insurreccional, que culminó con el establecimiento de un sistema político que situó al país en pleno escenario de la Guerra Fría.
El golpe, de una manera u otra, afectó la vida de todos los ciudadanos al extremo que es posible que si Fulgencio Batista y sus acólitos no hubiesen producido el "cuartelazo", Fidel Castro no habría tenido las oportunidades que le brindó un régimen que interrumpió un proceso constitucional, en el que hubieran sido elegidos democráticamente cuatro presidentes de manera consecutiva.
Pero Fidel Castro, que desde sus tiempos de pandillero, contó con una pequeña corte de incondicionales, nunca disfrutó de la confianza popular para lograr una de las muchas posiciones electas a las que siempre aspiró, ya como presidente de la Federación Estudiantil Universitaria, la presidencia de la Facultad de Leyes o Representante a la Cámara, esta última se vio truncada por la acción que protagonizó el hombre del 4 de septiembre de 1933, nunca se vio respaldado por el voto popular.
Es de suponer que Castro recibió con agrado el golpe militar. Sus muchos fracasos en las lides electorales le convencieron que era más fácil luchar con las armas que participar en una contienda electoral en la que el perdedor desaparecía sin gloria y el ganador, tenía que someterse periódicamente a la voluntad popular.
Las nuevas condiciones políticas del país fueron el caldo de cultivo para que Castro se proyectara a dimensiones qué ni sus asociados más íntimos, eran capaces de imaginar. Su ambición desmedida, un aguzado sentido de la oportunidad, la audacia que le caracterizaba, una absoluta falta de lealtad a los compromisos contraídos, su tenacidad y talento político, maduraron y fortalecieron en la medida que demandó el liderazgo que él mismo se impuso y que logró gracias a su naturaleza cruel y despiadada.
Evaluando el ataque y la personalidad del individuo que lo gestó y condujo, se puede concluir que fue una jugada arriesgada de todo ó nada, un escalón más en procura de una imagen de héroe que todo lo podía y a todo vencía y a quien la derrota solo servía como trampolín para otro combate.
Castro, que se había fogueado entre gánster, actuaba como "guapo de pandilla", peleaba, corría riesgos pero estaba listo para salvar la vida, su audacia era complementada con un aguzado sentido para cambiar de bando en el momento oportuno, que nunca le falló en las traiciones que le infligió a grupos como el MSR o a la UIR.
Le protegió el obispo de Santiago de Cuba, Enrique Pérez Serante y más tarde el teniente del ejército, Pedro M. Sarriá Tartabull. El proceso judicial al que fue sometido le fue favorable, habló todo lo que quiso, acusó al régimen y dictó un documento de compromisos políticos que le igualaban de un golpe, con los líderes políticos de la nación.
A pesar que el ataque al Cuartel Moncada fue un rotundo fracaso por lo mal planeada y organizada que estuvo la operación por quien después se auto titularía Comandante en Jefe, y a quien sus sicarios han gustado presentar a través de los años como un excepcional estratega militar, los sobreviviente del asalto han logrado imponer un régimen que ha llevado a Cuba a la destrucción moral y material.
La crisis política que padecía la nación fue la coyuntura ideal para que en el país se estableciera una dictadura carismática-ideológica, al extremo que sería irracional negar que el primero de enero de 1959 y los meses siguientes, fueron jornadas luminosas para la mayoría de la población, mientras las minorías eran victimizadas.
Pero el terror y sus consecuencias, el miedo y la parálisis social, no tardaron en difundirse. El país se fue hundiendo económicamente. Se escindieron amistades y familias. La miseria, cárcel, exilio y la muerte, fueron derivaciones que afectaron a toda la sociedad.
Sesenta años después del Moncada y a cincuenta y cuatro del triunfo de la revolución, hay muy poco de lo que se pueda enorgullecer el castrismo.
En la isla se ha establecido una nomenclatura que ha disfrutado sin interrupción del poder absoluto, que ha degradado tanto a la nación que el propio Raúl Castro, el otro arquitecto de la dictadura, no tuvo otra alternativa que criticar públicamente.
Raúl, el hermano de Fidel, el hombre que ponía más argamasa en cada ladrillo sobre el que se sostiene la estructura del totalitarismo, dijo: “Hemos percibido con dolor, a lo largo de los más de 20 años de período especial, el acrecentado deterioro de valores morales y cívicos, como la honestidad, la decencia, la vergüenza, el decoro, la honradez y la sensibilidad ante los problemas de los demás”.
La realidad es que la vagancia, irresponsabilidad, la vulgarización del lenguaje, las costumbres y la masificación, exterminaron al ciudadano. La corrupción, el abuso de poder y el cisma provocado por el sectarismo moral e ideológico impulsado por el castrismo, han alcanzado niveles nunca imaginados.
El totalitarismo es el principal responsable de la casi generalizada corrosión moral de la nación, en consecuencia no se puede confiar que un proceso de Sucesión comandado por el dictador designado pueda conducir al país a la libertad y la democracia.
No hay cambios posibles bajo la férula de Raúl Castro, porque han construido una sociedad que salvo excepciones, ha perdido las esperanzas.
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