Raúl Castro debió aprender del ejemplo de su padre |
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Escrito por Indicado en la materia
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Domingo, 01 de Septiembre de 2013 18:28 |
Por Carlos Alberto Montaner.-
¿Qué tiempo demorará Raúl Castro en descubrir que por el camino emprendido no aumentará la productividad de los cubanos, ni generará más riquezas, ni conseguirá aliviar la catástrofe dejada por su hermano? ¿Dos años? ¿Cinco? ¿Qué dirá para tratar de explicar su fracaso? El embargo ya no es una buena excusa. Nadie la cree. Acaso puede serle útil la cínica observación de Ramiro Valdés, cuando dijo que los cubanos padecen el "síndrome del pichón" y esperan que el papá Estado les ponga los alimentos en la boca. (Decir eso tras más de medio siglo de experimento comunista es un hiriente sarcasmo.)
Ya se sabe, porque el mismo Fidel lo ha comentado siempre entre sus allegados, que Raúl no es una persona muy leída, aunque es un administrador organizado. En todo caso, para entender lo que había que hacer en Cuba, Raúl no tenía que examinar las obras de los grandes economistas, sino mirar cuidadosamente el ejemplo de su padre Ángel Castro, quien llegó a Cuba como un pobre campesino gallego semianalfabeto, conscripto en el ejército español, repatriado a España tras la derrota del 98.
D. Ángel regresó a Cuba al principio de la República, y con su esfuerzo, astucia e intenso trabajo se convirtió en millonario en aquel bronco país destruido por los horrores de la guerra.
Primero, ¿por qué Ángel Castro volvió a Cuba? Porque se dio cuenta de que era una tierra de oportunidades. Había muchas más de las que encontraba en España.
Segundo, ¿cuál era la principal característica de su personalidad? Tenía el fuego y la imaginación del emprendedor. Veía una oportunidad y la exploraba.
Como tantos empresarios natos, no tenía capital, ni conocía una palabra de gerencia o de finanzas, pero sabía hacer negocios intuitivamente. Se movía en una dirección, o en otra, porque el capitalismo es tanteo y error, hasta que hallaba una actividad rentable y la explotaba.
Tercero, nadie le decía lo que tenía que hacer. Nadie le limitaba su esfuerzo ni le ponía trabas. Así, poco a poco, aquel gallego rudo y laborioso, fue desarrollando actividades empresariales relacionadas con la agricultura y el comercio.
Cuando murió en 1956 de una hernia estrangulada, dejó una fortuna de seis millones de dólares, que hoy serían unos ochenta, varias empresas organizadas y decenas de empleados que devengaban un salario en una de las zonas más pobres y alejadas de Cuba. Ángel Castro había prosperado al ritmo vertiginoso con que lo había hecho el país que lo acogió y con su esfuerzo había beneficiado al conjunto de la sociedad.
Mientras Ángel Castro trabajaba sin descanso, educó a sus hijos en buenas escuelas de La Habana, menos a Ramón, que le interesaba más el trabajo en la finca, y al propio Raúl, que no tenía madera de buen estudiante y vivía encandilado por su hermano Fidel, quien lo arrastró a las más delirantes y destructivas aventuras.
Su hermana Juanita, en cambio, sacó la veta empresarial del padre, o aprendió de su ejemplo, y siendo una niña ya había creado un cine comercial en los predios familiares, naturaleza psicológica que acaso explica por qué en el exilio desarrolló con éxito una pequeña actividad farmacéutica que le proporcionó una vida digna de clase media alta. Cuando se jubiló y la vendió, se convirtió en una persona rica, con una vejez asegurada y sin dificultades económicas.
Raúl debió haber aprendido que la prosperidad individual y colectiva se crea con la libertad, no con las reglas impuestas por los burócratas, y que el crecimiento de la sociedad es el producto del orden espontáneo que van generando con sus decisiones las personas que tienen el ímpetu empresarial y las urgencias de destacar y ganar dinero.
Es decir, exactamente lo contrario de lo que él está haciendo. Raúl pudiera haber revisado el Índice de Desarrollo Humano que publica Naciones Unidas todos los años, y habría encontrado que así conducen sus actividades los 25 países más prósperos y felices del planeta, pero, si ese esfuerzo intelectual le parecía excesivo, es triste que ni siquiera haya sido capaz de aprender del ejemplo de su padre. Ahí estaba encapsulada toda una lección de economía.
Tomado del DIARIO DE CUBA
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LA EXTRAÑA MUERTE DEL GRAL. MENDIONDO |
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Escrito por Indicado en la materia
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Sábado, 31 de Agosto de 2013 11:02 |
Por Marzo Fernandez.-
He estado analizando con mucho interés las noticias sobre la muerte del Gral. Pedro Mendiondo Gómez, acaecida el pasado 25 de agosto, y confieso que surgen muchas interrogantes, sobre el hecho en sí y sobre todo con la informaciones relacionadas con el caso:
a] No se ha dado—ni lugar ni hora—del accidente.
b] No se ha informado la causa del porqué que no se encontraba el chofer.
De acuerdos con los reglamentos militares, lo Generales de División deben estar permanentemente acompañados de un chofer y un ayudante.
c] No se efectuó ningún tipo de honras fúnebres militares, ni se mencionaron las tradicionales coronas del Ministro de las FARC y del Cmte. en Jefe. No hubo despedida de duelo.
d] De acuerdo de los supuestos deseos del fallecido, de un hospital que no se conoce, al crematorio y de ahí al Panteón de las Farc. Hay que recordar, que el General Mendiondo, llega a tan alta posición a finales del 2000, periodo muy caliente en los altos mandos militares debido a la información suministrada por Ana Belén Montes, cuando informa de “la existencia de un alto jefe militar cubano, que colabora con la CIA”. A partir de ahí conocido por NUESTRO HOMBRE EN LA HABANA. Esta información, verdadera o falsa, determinó cambios, sustituciones, retiro y la sombra permanente de la duda.
El jefe de la Fuerza Aérea, Gral., Rubén Martínez Puentes es retirado, al igual que el Gral. Manuel Benítez—ambos muy amigos de Raúl—y vinculados de forma directa al derribo de las avionetas de Hnos. Al Rescate. En este contexto surge el Gral. Mendiondo.
La última actividad oficial del Gral. Mendiondo, fue participar con Raúl en el recibimiento y reuniones con el General de Ejército Kim Kyo Sik (foto a la izquierda), Jefe del Estado Mayor del Ejército Popular de Corea EL 2 DE JULIO DEL 2013. El Gral. Kim Kio, visitó varias escuelas militares, asi como bases de la Fuerza Aérea. Ver el periódico Granma.
-A principio de Agosto es detenido en Panamá el barco norcoreano CHONG CHONG GANG, y al ser registrado se encuentran, debajo de sacos de azúcar, medios de combate y aviones procedentes de Cuba. -Los inspectores de la ONU reconocen que es una violación de las sanciones aplicadas a Corea del Norte. Y solicitan, sin explicación, ir a Cuba, todas las pruebas y el delito en sí están en Panamá. El gobierno cubano, no ha dado respuesta. -El gobierno cubano, por orden directa de Raúl Castro ordena una investigación ministerial, a la Fuerza Aérea y la Defensa Antiaérea, por ser los custodios de los medios de combate, ocupados en Panamá.
-Por lo que se conoce. La operación era indetectable, la armas estaban cubiertas por más de 300 mil sacos de azúcar. No se justifica de ninguna manera una descarga de esa magnitud si no había información concreta sobre la existencias de las armas.
Se pudo conocer, que ninguno de los oficiales que participaron en la carga del buque y en el enmascaramiento de las armas, sabían del destino del buque, teniendo en cuenta el compartimiento de la información. Solo tenían conocimiento por la parte cubana, Raúl Castro y Pedro Mendiondo.
Se sabe que Mendiondo murió en un accidente automovilístico el 25 de agosto, pero no se sabe, ni como, ni lugar ni hora. “Cumpliendo sus deseo”, fue cremado en 24 horas. Sin ningún tipo de honras militares.
¿HABRÁ MUERTO EL HOMBRE DE LA CIA EN LA HABANA?
Tomado de NUEVO ACCIÓN
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Médicos cubanos: Esclavos de Bata Blanca |
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Escrito por Indicado en la materia
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Jueves, 29 de Agosto de 2013 18:49 |
Por Jorge Hernández Fonseca.-
Cuando la prensa brasileña habla de “médicos cubanos contratados en régimen de esclavitud” no están hablando de “propaganda anti-cubana”, como lo caracteriza el castrismo internacional, ni siquiera de figuras literarias del Siglo XIX ya desaparecidas, sino de la caracterización real de lo que el contrato formal de trabajo a que son sometidos los médicos cubanos en las eufemísticamente llamadas (por la isla) “misiones internacionalistas”.
Médicos cubanos: Esclavos de Bata Blanca
Jorge Hernández Fonseca
23 de Agosto de 2013
Brasil, igual que Cuba, ya tuvo un sistema de producción rural basado en la esclavitud --básicamente de negros-- literalmente cazados en África como animales y traídos a América para largas horas de trabajo obligado en el campo. Cuba por su parte fue un país en el qué, producto de sus guerras de independencia, el negro esclavo asumió en su momento un papel ciudadano sumándose como soldado --y a veces como jefe-- a las tropas independentistas cubanas.
De esa manera, el negro cubano se igualó al blanco en coraje y sacrificio de guerra. Muchos negros comandaron las tropas cubanas en sus esfuerzos bélicos, siendo su general más insigne el general Antonio Maceo, un negro en toda la línea. Así, los negros cubanos surgieron de la guerra contra España igualándose socialmente al resto de la población blanca, aunque subsistió --y todavía subsiste en Cuba-- cierto grado de discriminación por el color de la piel.
Como Brasil no tuvo la experiencia de guerra por su independencia, sus negros esclavos ganaron la libertad de manera burocrática y formal. No existen héroes negros en el gigante sudamericano, como sí existen muchos en Cuba. Parcialmente por eso, la discriminación en Brasil con sus antiguos esclavos, además de racial, es de tipo social.
La producción esclavista era mayoritariamente rural, por lo que mucho después de la proclamación de la libertad para todos los esclavos en Brasil, una gran mayoría de ellos continuaron viviendo en sus barracones tradicionales y continuaron trabajando para sus antiguos amos de una manera muy similar a como lo hacían cuando eran esclavos.
En las grandes haciendas brasileñas la costumbre traspasó el siglo XIX y entró en el siglo XX con un sistema de relaciones en el campo muy similar a la esclavitud. De hecho, en las zonas rurales del Brasil profundo actual, subsisten hasta hoy formas de producción agrícola de tipo esclavista, contra lo cual todavía se lucha en ese enorme país.
Debido a lo anterior, aparecen continuamente en la prensa del coloso sudamericano noticias de “liberación de trabajadores agrícolas sometidos a régimen de esclavitud” en algunas de las grandes haciendas del norte amazónico del país donde hoy se desbrava todavía la selva virgen en lugares apartados.
En función de lo anterior, para la opinión pública brasileña la esclavitud no es un cuadro del siglo XIX que nos llega como un recuerdo lejano de injusticias de época asociados únicamente al color de la piel, o trabajando solamente en labores agrícolas. Es un cuadro contemporáneo de la explotación que todavía se hace con personas humildes, analfabetas, en busca de un trabajo donde ganar el pan de cada día, que caen en trampas preparadas al efecto.
Esta realidad brasileña ha hecho que jurídicamente se haya caracterizado lo que se denomina en lenguaje del derecho civil como “trabajo esclavo”. No es un recuerdo lejano de lo que ocurrió con los africanos en los siglos XVIII y XIX, sino, una figura jurídica real y actual, que se ejecuta contra personas desposeídas que recurren a mayorales desalmados, los cuales brindan hospedaje y alimentación, a cambio del trabajo de largas horas en los campos del Amazonas brasileño, o en las calurosas factorías de San Pablo, fundamentalmente con inmigrantes indocumentados, sin esperanzas.
De manera que, cuando la prensa brasileña habla de “médicos cubanos contratados en régimen de esclavitud” no están hablando de “propaganda anti-cubana”, como lo caracteriza el castrismo internacional, ni siquiera de figuras literarias del Siglo XIX ya desaparecidas, sino de la caracterización real de lo que el contrato formal de trabajo a que son sometidos los médicos cubanos en las eufemísticamente llamadas (por la isla) “misiones internacionalistas”. Eso mismo, en el Brasil del Siglo XXI es esclavitud, caracterizado como una figura jurídica penalizada.
¿Cuáles son las características del trabajo esclavo para la legislación actual de Brasil? En principio, el artículo 149 del Código Penal brasileño caracteriza el "trabajo esclavo" y coloca como características principales el “someter a la persona a un trabajo obligado, en jornadas exhaustivas, con remuneración incomparablemente menor que la labor realizada, basado en deudas contraídas con el patrón”, colocando como definitorio el hecho de que “a las personas les está prohibido dislocarse del sitio o lugar de trabajo”. Cualquier perecido con el régimen de los médicos cubanos en el exterior, no es pura coincidencia. Hacen trabajo esclavo.
Probablemente en Venezuela, donde hubo y todavía hay muchos médicos cubanos trabajando como esclavos, no existan los antecedentes de Brasil y en ese país no haya una caracterización legal para el trabajo esclavo, por lo que la población venezolana no se pronunció en ese sentido, al menos de la manera masiva como lo está haciendo la sociedad brasileña actualmente con los “esclavos de bata blanca” que Brasil quiere importar de Cuba por razones ideológicas, para subsidiar a la dictadura castrista por el envío de sus esclavos de bata blanca.
Así las cosas, la sociedad brasileña ya han comenzado acciones en el sentido de denunciar ante los tribunales el contrato de trabajo esclavo que el gobierno federal quiere llevar a delante con los médicos cubanos, de manera que no sería muy descabellado que la justicia (en Brasil es independiente del gobierno) declare nulo e ilegal el contrato firmado con Cuba para esclavizar médicos cubanos.
De manera que calificar como trabajo esclavo lo que hacen los médicos cubanos en sus “misiones” no es pura propaganda política contraria a la dictadura castrista, sino simple caracterización de sus procedimientos contra los médicos cubanos, en su afán de “vender mano de obra barata”.
La dictadura cubana justifica el régimen de esclavitud a que somete a su pueblo argumentando que los médicos cubanos han sido formados en universidades financiadas por el estado socialista y que por tanto, el diploma de médico se lo deben parcialmente al gobierno comunista.
Esta justificativa en Brasil vuelve a chocar contra la realidad del país sudamericano, donde la casi totalidad de los médicos formados estudiaron en universidades públicas --y en algunos casos en centros privados-- estudios que son financiados --en ambos tipos de universidades-- por el estado democrático (en universidades privadas hay becas que pagan las mensualidades para estudiantes carentes) que lógicamente no les reclaman nada a cambio al terminar sus estudios, porque la educación se reconoce como un derecho y no como una dádiva que el gobierno les ofrece, en función de que el financiamiento que hace el estado brasileño con la educación, pública o privada, sale de los impuestos que todo el pueblo paga.
Con los médicos cubanos el razonamiento debe ser similar. El financiamiento de los estudios de medicina en Cuba no se hace con el dinero del partido comunista, ni de la familia Castro Ruz, sale de la diferencia entre el salario de 4 mil dólares mensuales que pagará Brasil a cada médico (y que es lo mínimo que debería pagarse a los médicos en Cuba, o cualquier otro lugar del mundo) y los miserables 30 dólares mensuales que el castrismo les paga en la isla.
Se comprueba con esta paradoja que no solamente en Brasil los médicos cubanos trabajarían en régimen de esclavitud, sino que en Cuba lo que hace la dictadura es someternos a un régimen esclavista, sin ninguna base financiera, legal y mucho menos moral. Este razonamiento es válido para el resto de los profesionales cubanos y puede extenderse a toda la sociedad de la Cuba de hoy.
Artículos de este autor pueden ser encontrados en http://www.cubalibredigital.com |
Escrito por Indicado en la materia
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Jueves, 29 de Agosto de 2013 18:46 |
Por Fernando Dámaso.-
La autodenominada "nueva izquierda cubana", sin papel protagónico en el socialismo vigente en el país, al tratar de fundamentar su necesaria presencia en el debate económico, político y social actual —lo cual nadie discute—, tal vez por inercia repite ciertos gastados argumentos gubernamentales, bastante ajenos a la realidad histórica.
Al referirse a la República, esta "nueva izquierda" da por sentado que era neocolonial, sometida, pseudo, plattista, mediatizada, etcétera, y que solo una exigua minoría vivía bien mientras el resto de la población lo hacía en la miseria, sin educación, servicios de salud ni trabajo, además de que imperaba la discriminación racial y de las mujeres. Las actuales autoridades han sido pródigas en demonizar épocas, hechos y personas. Y más, existen quienes lo aceptan como verdades absolutas y, además, las repiten.
En realidad, este cuadro tenebroso no era tan así: Cuba ocupaba primeros lugares en la producción agrícola e industrial, servicios de salud, educación, salarios y derechos laborales, además de poseer uno de los más elevados Productos Internos Brutos de la región, lo cual la convertía en un apetecible destino migratorio para ciudadanos de otros países. Tenía una desarrollada y pujante clase media, y nuestros pueblos y ciudades se encontraban en constante desarrollo, tanto desde el punto de vista económico y urbanístico como de sus infraestructuras. En definitiva, la mayor parte de lo valioso que aún poseemos, se lo debemos a esos años republicanos. Obviar esta verdad —a pesar de la politiquería y de otras insuficiencias y problemas que existían, y que aún no estaban resueltos— es ocultar una cara de la moneda.
Al referirse, por otra parte, a los funestos años del socialismo, esta nueva izquierda cubana lo califica de "real", "autoritario", "estatalista", "stalinista", etcétera, centrando la atención únicamente en estas características deformantes, haciéndolas responsables de todos los fracasos, como si no fuera precisamente el sistema, independientemente de sus aberraciones y de las personas, el que ha fracasado dondequiera que se ha tratado de implantar.
Al referirse al futuro, la "nueva izquierda" rechaza el regreso al pasado, suponiendo que pueda producirse algo tan absurdo como volver al capitalismo de la década de los años cincuenta del siglo anterior. Por otra parte, a todos aquellos que proponen abandonar el "modelo" raulista, se les señala como responsables de la posible pérdida de la independencia y de la soberanía (términos cada día más fuera de uso en este mundo globalizado), o de sometimiento al poderoso vecino del Norte, repitiendo, tal vez sin darse cuenta, el discurso oficial: "conmigo o sinmigo".
A excepción de una pequeña elite que detenta el poder y la riqueza, lo único que ha distribuido el socialismo cubano a partes iguales entre la mayoría de la población es la pobreza. Esta es la igualdad que aplauden sus defensores internos y externos. El socialismo cubano ha disfrutado de 54 años de oportunidades fallidas, debido a lo cual es poco probable que la población esté dispuesta a darle más oportunidades en el presente o el futuro.
Como se dice popularmente, el modelo castrista "ya consumió su cuarto de hora". Por lo tanto, las nuevas oportunidades deben corresponder a otros proyectos políticos, económicos y sociales, a los cuales pueden y deben incorporarse todos los ciudadanos que sientan por Cuba, pero sin pretender imponer conceptos estrechos, independientemente de que se denominen socialistas democráticos, participativos, críticos, conservadores, liberales, capitalistas, anarquistas, racionalistas, centristas, descentralizadores, pluralistas, renovadores, etcétera.
Es natural que este destape político ocurra después de años de una concepción única ideológica, política, económica y social. De la nueva variedad de componentes, debe salir el plato capaz de satisfacer el gusto de la mayoría de los ciudadanos, pero este plato no puede ser preparado por un único chef, sino que en él deben tener opinión y participación principal quienes lo van a consumir, y debe aportar desarrollo económico, libertades y justicia social.
El objetivo es insertarnos en el torrente mundial actual y avanzar con él, por las vías que decidan la mayoría de los ciudadanos en ejercicio pleno de democracia, con la participación de todos, sin nuevos y absurdos experimentos políticos, económicos y sociales, y sin ese nacionalismo que lo único que ha logrado es separarnos a años luz del resto de las democracias mundiales.
Tomado del DIARIO DE CUBA
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