EL FRACASO DEL CASTRO-SOCIALISMO |
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Escrito por Indicado en la materia
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Lunes, 09 de Agosto de 2021 17:27 |
Por Jorge Hernández Fonseca.-
Ningún estado le dijo a Edison que inventara la lámpara eléctrica, o le “orientó” a Bill Gates que desarrollara programas de computación, y mucho menos le pidió a Tesla que inventara la corriente alterna, o a Flemim que descubriera la penicilina… Sólo la libertad emprendedora de que disfrutaban estas personas no comprometidas políticamente fue lo que posibilitó los aportes que hicieron, sobre los cuales el estado carece de jurisdicción. Su nombre es muy simple y se llama “capitalismo”.
EL FRACASO DEL CASTRO-SOCIALISMO
Jorge Hernández Fonseca
7 de Agosto de 2021
La dinámica de la sociedad humana es extremadamente complicada. Las relaciones dentro de la familia --núcleo básico de la sociedad-- se sabe también lo complejo que resultan. Pero la sociedad progresa y se ha desarrollado cierto conocimiento sobre la mecánica social a lo largo del devenir histórico, en ese lento camino trillado por el hombre hasta nuestros días. Sin embargo, todavía carecemos del conocimiento suficiente para tener el dominio científico de la compleja dinámica social, de manera que algunos experimentos en este campo han resultado un verdadero fracaso. Tal es el caso del castrismo socialista-marxista.
Cuando una sociedad es sometida a guiarse solamente por los designios de un grupo reducido de personas, por talentosas y bien intencionadas que estas sean, la sociedad desperdicia su capacidad implícita en los talentos individuales de cada célula fuera del grupo dirigente, de cada ser actuante y capaz --individualmente-- de ofrecer soluciones, actuar positivamente y resolver problemas. Si una sociedad no cuenta con el talento encerrado en todos y cada uno de sus miembros, simplemente viola la regla más elemental del progreso en sociedad: el talento de un grupo social es la suma de todos los talentos individuales y no la del grupo dirigente solamente.
Ante la actual situación de penuria en que se encuentran hoy los cubanos de la isla, ¿cómo es posible imaginar –como imagina la dictadura cubana-- que un solo hombre, Raúl Castro, va a resolver el problema que tiene que ser resuelto por 11 millones de personas, por 3 millones de familias, por 500 mil empresas emprendedoras que nada tengan que ver con el estado? No se trata de culpar a los cubanos “de no querer trabajar” --como ahora dicen en los corrillos los dirigentes del partido comunista cubano-- se trata de que oficial y legalmente, cada uno de esos cubanos debe ser liberado para emprender, trabajar y ayudar a resolver los problemas de su sociedad. Sin libertad emprendedora nunca habrá solución nacional en la isla.
En una sociedad libre, si el estado decide que los recursos disponibles los va a dedicar al sector del turismo extranjero, debe haber libertad para que el resto de los ciudadanos tenga la posibilidad de resolver los serios problemas que tiene y que nada tienen que ver con el turismo, sino con las necesidades más elementales de sus miembros. Para ello hay que dar libertad económica, de manera que los emprendedores, atomizados por miles en toda sociedad, creen las empresas de producir comida, de comercializar productos, de reparar casas, de transportar personas, de hacer proyectos y un largo etcétera, que nada tiene que ver con el estado y sus prioridades, siempre asociadas a intereses políticos y gubernamentales.
Si el ciclón “castrismo” ha devastado la isla, ¿cómo el estado no va a permitir que los cubanos se organicen para solucionar los problemas de producción, comercialización y servicio que resuelvan los problemas que el estado no resuelve? La sociedad humana no funciona como un ejército. En las batallas hay que guiarse por una única orden, en la sociedad no. Cada célula social ha de especializarse en resolver el problema que ella entienda como prioritario sin intervención de estado y que sea el resto de los miembros de la sociedad quienes premien, o castiguen, la elección emprendedora de cada cual, según ésta se considere necesaria o no.
Ningún estado le dijo a Edison que inventara la lámpara eléctrica, o le “orientó” a Bill Gates que desarrollara programas de computación, y mucho menos le pidió a Tesla que inventara la corriente alterna, o a Flemim que descubriera la penicilina… Sólo la libertad emprendedora de que disfrutaban estas personas no comprometidas políticamente fue lo que posibilitó los aportes que hicieron, sobre los cuales el estado carece de jurisdicción. Su nombre es muy simple y se llama “capitalismo”.
Artículos de este autor pueden ser encontrados en www.cubalibredigital.com
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Última actualización el Sábado, 14 de Agosto de 2021 12:46 |
¿Cómo sería hoy Cuba sin los 65 años de peste castrista? |
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Escrito por Indicado en la materia
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Lunes, 01 de Enero de 2024 20:22 |
Por ROBERTO ÁLVAREZ QUIÑONES.-
La pregunta del título es inevitable entre los cubanos, de dentro y fuera de la Isla, al hacer su entrada en escena el nuevo año 2024, algo que desde mediados del siglo XX viene de la mano del recuerdo de la peste, no negra o bubónica, sino verde-olivo-castrista, que prácticamente acabó con Cuba.
Como vimos en un artículo anterior, al hacer su entrada triunfal Fidel Castro en La Habana en enero de 1959 —un jefe guerrillero que no combatió y permaneció refugiado toda la guerra en la Sierra Maestra bien acompañado por una mujer—, Cuba vivía el mayor boom económico de su historia.
En los seis años y nueve meses de la dictadura batistiana no hubo libertades políticas y se pisoteaban los derechos humanos, pero las libertades económicas permanecieron intactas y Cuba tuvo un auge inédito en la inversión de capitales privados cubanos y extranjeros.
Y también de inversión del Gobierno. En la infraestructura vial del país y en la construcción de obras monumentales como el conjunto de edificios públicos de la Plaza Cívica, que con 72.000 metros cuadrados es una de las más grandes del mundo. Así como el Coliseo de la Ciudad Deportiva y otras muchas.
Con aquel vertiginoso impulso, iniciado luego de finalizar la Segunda Guerra Mundial, Cuba avanzaba con un ritmo firme que le estaba permitiendo acercarse al llamado Primer Mundo, el conjunto de países con mayor desarrollo socioeconómico.
Pero como infelizmente dice la canción que nunca debió componer Carlos Puebla, "llegó el comandante y mandó a parar". ¡Y de qué manera! De país enrumbado al mundo desarrollado, Cuba se convirtió en el más atrasado y pobre del hemisferio occidental, si se excluye a Haití.
Como soñar no lo puede prohibir ninguna tiranía, al cumplirse ahora 65 años de caerle encima a los cubanos la peste castrista lancemos al vuelo la imaginación para visualizar a grandes rasgos cómo sería hoy Cuba, si no hubiese sido destrozada por la "revolución cubana".
Comenzaré con lo que creo sería uno de los mayores deseos en este jugar a soñar con los ojos abiertos: no colas interminables, no hambre, no falta de transporte, de medicinas. ¡Ni de nada! No PCC, UJC, ni CTC antiobrera. No diario Granma, CDR, Mesa Redonda en la TV. No esbirros, chivatos, brigadas de respuesta rápida. No propaganda mentirosa e idiota, ni presidio político, palizas en la calle por motivos políticos. No libreta de abastecimientos. No falta de libertades y derechos ciudadanos.
La economía de Cuba estaría casi ensamblada con la de EEUU
Ya en pleno sueño podemos suponer, conservadoramente, que con inversiones extranjeras y cubanas por 350.000 millones de dólares en estos 65 años, Cuba estaría hoy ya muy cerca del Primer Mundo, o quizás ya dentro. Y digo conservadoramente porque en 1958 el Producto Interno Bruto (PIB) de Chile y de Cuba era aproximadamente del mismo tamaño, y ese país sudamericano en solo en 2022 recibió inversiones directas extranjeras por 20.212 millones de dólares.
Por razones geográficas, y por pura lógica, lo más probable es que la economía cubana en la práctica estaría ensamblada con la del vecino gigante estadounidense mediante acuerdos de integración comercial-industrial posiblemente más abarcadores que el actual T-MEC entre EEUU, México y Canadá.
Estar físicamente tan cerca de la mayor potencia económica mundial es una privilegiada ventaja de Cuba, como la tienen Canadá y México. Hoy habría tal trasiego económico, comercial, turístico, y tecnológico entre la gran potencia mundial y la Isla que tal vez estaría ya construido un puente flotante, o sólido, entre Cayo Hueso y algún punto cercano a La Habana.
Las exportaciones cubanas de bienes y de servicios de verdad (no de esclavos de bata blanca) hoy podrían andar por los 80.000 millones de dólares, 38 veces los 2.100 millones de 2022. Chile el año pasado exportó bienes y servicios por valor de 97.000 millones de dólares.
Probablemente Cuba sería el segundo mayor polo turístico de América Latina, luego de México (38 millones de visitantes en 2022), con unos 15 millones de turistas anuales o más, que aportarían unos 20.000 millones de dólares.
Eso sería casi el doble de los ocho millones visitantes recibidos en 2022 por República Dominicana, o los siete millones de Bahamas, y mucho más que los 4,3 millones de Colombia, los 3,6 millones de Brasil, los 2,3 millones de Uruguay y los 2,4 millones de visitantes de Costa Rica, que fueron los mayores receptores turísticos de la región, según la Organización Mundial del Turismo.
En las playas cubanas habría resorts tan espectaculares como los de Florida, México, Bahamas y las Bermudas. Habría grandes terminales de cruceros. En general habría aeropuertos modernos, autopistas, trenes rápidos a lo largo de toda la Isla. La Habana tendría un megapuerto de categoría mundial en el Mariel, como centro neurálgico de transporte y transbordo mercante entre Sudamérica y Centroamérica con Norteamérica.
Sin "revolución" Cuba no habría perdido tan enorme cantidad de capital humano y know-how. Estarían en la Isla varios millones de cubanos más, entre los que han emigrado, sus hijos y nietos. No tendrían por qué haberse ido de su país natal, que antes de 1959 era un imán para atraer inmigrantes desde todas partes del mundo. En total, Cuba atrajo a unos dos millones de inmigrantes desde 1902.
En diciembre de 1958 el Ministerio de Estado (Relaciones Exteriores) batistiano tenía pendiente de aprobación la solicitud de 12.000 italianos que, con dictadura y todo, querían emigrar a Cuba.
La Isla tendría hoy unos 17 millones de habitantes (Chile tenía en 1958 aproximadamente la misma población que Cuba y hoy tiene 19,5 millones de habitantes). La fuerza laboral contaría con cuatro o cinco millones más de cubanos produciendo eficientemente, y consumiendo. El PIB podría ser al menos seis o siete veces superior al actual, con un per cápita de los más altos de Latinoamérica, y no el más bajo, como hoy, si se excluye a Haití.
Si La Habana en los años 50 ya era un centro financiero de envergadura, hoy con más razón podría ser el Hong Kong o el Singapur del Caribe y Centroamérica, y tan importante como el de otras grandes capitales de Latinoamérica. La Bolsa de Valores, cuyo edificio frente al Malecón quedó sin terminar en 1958 y fue convertido luego en el Hospital Hermanos Ameijeiras, sería una de las más importantes de la región.
Otros 15 presidentes de la República, 23 en total desde 1902
En 65 años se habrían elegido otros 15 presidentes de la República, que sumados a los ocho anteriores (Estrada Palma, Gómez, Menocal, Zayas, Machado, el propio Batista en 1940, Grau, y Prío) serían ya 23 los presidentes cubanos electos en las urnas desde 1902.
¿Que habría pobres, crímenes y droga? Sí, pero a quien haga esa pregunta izquierdosa hay que decirle que hoy con la "revolución" y el "hombre nuevo" hay en Cuba infinitamente más pobres y desamparados, más prostitución y crímenes (este año 2023 se cometieron casi 90 salvajes feminicidios), robos con violencia, y más drogas que en nunca antes en desde los tiempos de Diego Velázquez.
La Habana, que hoy suelta los pedazos, oscura, triste y apestosa, sería la fabulosa ciudad de siempre, una de las más seductoras, famosas y bellas del mundo. Con su célebre vida nocturna, deslumbrantes tiendas y malls, empinados rascacielos, anchas avenidas y líneas férreas por sobre la ciudad, y extendida ya la urbe extendida hacia el oeste más allá de Santa Fe, y hacia el este por la costa con cientos de edificios nuevos y hoteles hasta las inmediaciones de Playa Jibacoa, a 55 kilómetros del centro de La Habana.
Y basta por hoy. Calderón de la Barca decía: "los sueños, sueños son". Cierto, pero también lo es que muchos se pueden hacer realidad. Ojalá en 2024 termine la peste comunista y todos estos sueños cubanos al fin devengan realidad.
DIARIO DE CUBA |
Última actualización el Miércoles, 10 de Enero de 2024 15:04 |
Escrito por Indicado en la materia
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Sábado, 18 de Septiembre de 2021 18:42 |
Por Jorge Hernández Fonseca.-
Ya se ve la luz al final del largo túnel. Raúl Castro, probablemente muerto –o próximo a fallecer-- dará con su mutis el pistoletazo de salida de los cambios políticos que nos llevarán, en sucesivos encontronazos, a la anhelada clarinada democrática que los hijos de esa isla martirizada merecen. Díaz Canel será depuesto de inmediato por el sector histórico militar, del cual saldrán, más temprano que tarde, los patriotas que acaben con esa pandilla de facinerosos que mandan en Cuba como si fuera una cárcel donde nadie tiene derecho, siquiera al alimento.
Cuba castrista hoy
Jorge Hernández Fonseca
18 de Septiembre de 2021
Cuba, gracias a Dios --y a la lucha permanente de sus mejores hijos-- despertó. 62 años de un sufrido letargo, “revolucionario” de inicio, convertido posteriormente en pesadilla dictatorial por la traición de un hombre ególatra, imbuido de una ideología discriminatoria, hoy mantiene y refuerza la filosofía policiaca-represiva como patrón de gobierno. Hay una constitución para ser cumplida por “los otros”, porque la verdadera filosofía dictatorial es: quien manda, por encima del partido y del gobierno, son los gendarmes de la criminal policía política, sin ley ni orden.
El marxismo, sustrato ideológico del castrismo tiene en Cuba su mejor exponente práctico, expuesto impúdicamente por el dictador fundador de semejante bodrio opresivo: “Con la revolución todo, fuera de la revolución nada”. Esa frase es la “revolución misma”. La constitución y sus leyes, son letra muerta frente a la interpretación fronteriza de la fuerza policial ejecutora de semejante monstruo armado y listo para la paliza y el asesinato. Batista, Trujillo y Somoza fueron recatadas hermanitas de la caridad ante la “revolución” de los hermanos Castro.
En medio del desastre nacional cubano, Raúl Castro impone en la “presidencia” de la isla al hombre más insulso que encontró entre sus represivos seguidores. Hombre que es incapaz de refrenar los ímpetus represivos de las hordas policiales y que ante el reclamo pacífico y masivo de un pueblo cansado de tanta hambre y desatención, salió simplemente “a matar”. Esa señal pacífica debería haber servido para una respuesta respetuosa con el pueblo, que no sólo no fue escuchado, sino que el espíritu policial se manifestó de la forma que sabe: horca y cuchillo.
Ya se ve la luz al final del largo túnel. Raúl Castro, probablemente muerto –o próximo a fallecer-- dará con su mutis el pistoletazo de salida de los cambios políticos que nos llevarán, en sucesivos encontronazos, a la anhelada clarinada democrática que los hijos de esa isla martirizada merecen. Díaz Canel será depuesto de inmediato por el sector histórico militar, del cual saldrán, más temprano que tarde, los patriotas que acaben con esa pandilla de facinerosos que mandan en Cuba como si fuera una cárcel donde nadie tiene derecho, siquiera al alimento.
La Cuba castrista policial y represiva escribe hoy sus últimos días, si bien luctuosos ¡los últimos!
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Última actualización el Domingo, 26 de Septiembre de 2021 16:30 |
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Escrito por Indicado en la materia
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Sábado, 12 de Febrero de 2022 16:58 |
Por Jorge Hernández Fonseca.-
Que discurso tan diferente al del 1959, cuando se declaraba que la “revolución” se hacía “por el pueblo, con el pueblo y para el pueblo”, cuando ahora se justifica como de vida o muerte el exigirle a ese mismo pueblo que consiga dólares “como sea”, si quiere desayudar, almorzar y comer cada día, en un país que se gana en pesos y donde el dólar está “perseguido”. Eso sólo tiene un nombre: “Fascismo"
El Castro-Fascismo
Jorge Hernández Fonseca
11 de Febrero de 2022
El ministro de economía cubano acaba de acuñar el sello fascista de la dictadura cubana, que se auto declaraba “socialista” (con tránsito hacia el comunismo) al expresar impúdicamente --y como si nada-- que quitarle dólares a un pueblo que gana en pesos, es la salvación nacional.
Que discurso tan diferente al del 1959, cuando se declaraba que la “revolución” se hacía “por el pueblo, con el pueblo y para el pueblo”, cuando ahora se justifica como de vida o muerte el exigirle a ese mismo pueblo que consiga dólares “como sea”, si quiere desayudar, almorzar y comer cada día, en un país que se gana en pesos y donde el dólar está “perseguido”. Eso sólo tiene un nombre: “Fascismo”, y como ha sido engendrado por los hermanos Castro, pues Castro-Fascismo es el nombre más conveniente en el diccionario de la actual ignominia cubana.
La cúpula castrista 2022 “gobierna” para mantenerse en el poder y no para servir a su pueblo, que es el objetivo de todo gobierno. Un categoría “dirigente” cuyo objetivo es impedir a toda costa y a todo costo el desarrollo de la capacidad emprendedora de su pueblo, con leyes draconianas que lo limitan, impiden y cercenan como potenciales productores de los bienes y servicios que su pueblo está pidiendo a gritos y que la burocracia castro-fascista impide.
Las agobiantes limitaciones que los gerentes de la dictadura castrista imponen a su pueblo, harían palidecer de envidia a Adolfo Hitler, Benito Mussolini o Francisco Franco –principales líderes fascistas del Siglo XX-- que si hubieran obligado a semejantes barbaridades a sus propios pueblos, no hubiera sido necesario la entrada de EUA en la Segunda Guerra Mundial, porque los mismos pueblos, alemán, italiano y español, los hubieran eliminado, ya que aquel fascismo se enorgullecía de gobernar internamente para sus pueblos, sin la estulticia castrista.
El castrismo adicionalmente condena a penas de 25 y 30 años a jóvenes que lo único que han hecho es venir a público a manifestarse pidiendo “libertad”, cantando “Patria y Vida” y gritando “no tenemos miedo”. Es altamente aterrador que el Mundo mire hacia otro lado, cuando la injusticia castro-fascista cae con un peso desproporcionado contra lo mejor de la juventud de la isla. Pero ya se vislumbra la luz en el horizonte, con el brillo marcado por el 11 de Julio de 2021.
Ya el pueblo de la isla ha perdido el miedo, sobre todo las mil familias que tienen hijos y padres condenados injustamente, sólo para provocar el terror. Vamos a ver “a cómo tocamos” cuando les falte Raúl --a punto de “rendir cuentas” ante la divina providencia-- tribunal al que nadie escapa, por poderoso que se crea. Es entonces cuando “no ha de verse otra cosa que no sea Luz.”
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Última actualización el Miércoles, 23 de Marzo de 2022 19:48 |
Escrito por Indicado en la materia
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Sábado, 01 de Enero de 2022 23:39 |
Por Jorge Hernández Fonseca.-
La demostrada disposición de pueblo de la isla para enfrentar las injusticias “revolucionarias”, la división interna al seno de la dictadura y la presión externa del exilio militante, harán flaquear los despropósitos explotadores de los comunistas castristas para, más temprano que tarde, tener esa Cuba Libre que todos los cubanos merecemos y que ahora el castrismo limita.
2022: ¡Viva Cuba Libre!
Jorge Hernández Fonseca
1 de Enero de 2021
No hay otro futuro posible para Cuba que ser libre nuevamente. La farsa “revolucionaria” terminó el 11 de Julio pasado, con los cubanos de la isla pidiendo Libertad, con mayúsculas. Las “viudas” de Fidel Castro lo que ofrecen como futuro, es continuar su “guerrita” particular contra los Estados Unidos de América --el único “logro” tangible de la fallecida y pestilente “revolución cubana”-- logro que a ningún cubano le interesa, fuera de la cúpula dictatorial.
Una “revolución” que ofreció “villas y castillas” y que después de 63 años de engaños y mentiras, de miles de fusilados y cientos de miles de presos políticos, lo que nos presenta es hambre, desesperanza y desarraigo de lo mejor de la juventud cubana: ¡una vergüenza!
El único y esperpéntico argumento “teórico” de la pandilla que comanda la tal “revolución” para mantenerse en el poder a sangre y fuego, es “evitar el regreso de capitalismo explotador” y para eso, han inventado un “tinglado” nacional de pagarle a los cubanos en pesos y venderles lo que necesitan en dólares. Algo que ni el peor de los capitalismos explotadores se ha atrevido hacer.
No hay razones políticas, económicas y muchos menos morales, para continuar con el desenfrenado mecanismo “revolucionario” de sacrificar a los cubanos dentro de Cuba, solamente para que los hijo(a)s de Raúl Castro se adueñen de las casas de los exiliados, para que disfruten de vacaciones en el exterior --como hijos de reyes-- para que manejen Mercedes mientras los cubanos carecen de ómnibus. No hay razón ninguna y por eso ¡tienen que irse!
La sobrevivencia del régimen dictatorial cubano ya no depende solamente de las ideologías comunista o capitalista. Otras fuerzas internacionales se aprovechan de la opresión que la “revolución” tiene contra los cubanos, y amenaza con exportar su sistema a otros países de América Latina –negocio rentable y en expansión, como lo demuestran las victorias izquierdistas en Perú, Honduras, Chile y con peligros para extenderse a Colombia y Brasil-- lo que significa una sobrevida para la explotación comunista contra los cubanos de la isla.
La demostrada disposición de pueblo de la isla para enfrentar las injusticias “revolucionarias”, la división interna al seno de la dictadura y la presión externa del exilio militante, harán flaquear los despropósitos explotadores de los comunistas castristas para, más temprano que tarde, tener esa Cuba Libre que todos los cubanos merecemos y que ahora el castrismo limita.
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Última actualización el Domingo, 09 de Enero de 2022 19:48 |
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