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Artigos: Cuba
REFLEXIONES SOBRE LA VISITA DE BENEDICTO XVI A CUBA PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Domingo, 01 de Abril de 2012 19:28

Por Francisco Condis y Troyano.-

La visita de  Benedicto XVI no fue un triunfo para la dictadura sin llegar a ser un éxito para la oposición. Sin embargo, hay que reconocer  que si la Iglesia consigue después de este viaje, aumentar SU propio espacio de libertad (religiosa), quiere decir que se ha dado un paso más hacia la libertad “de los derechos fundamentales”, como dijo el Papa.

Ese espacio creado se irá ampliando necesariamente, quiera o no el cardenal Ortega. Por qué?

Simplemente porque los feligreses irán creando  grupos de interés (estudiantes católicos, damas de la caridad, etc.), es decir, se irán” contando” unos a otros y aglutinando socialmente frente al Poder del Estado. De ahora en adelante ellos podrán ampararse en esas declaraciones de Benedicto XVI sobre la creación de una “ una sociedad de amplios horizontes, renovada y reconciliada… sin que nadie se vea impedido de sumarse a esta apasionante tarea por la limitación de sus libertades fundamentales, ni eximido de ella por desidia o carencia de recursos materiales”.

Durante la  dictadura de Batista la “Acción Católica” fue un fermento de oposición y dio muchos mártires a la traicionada revolución. Siendo yo parte de esos grupos creados en las iglesias, recuerdo perfectamente como de la reflexión de una sociedad verdaderamente cristiana surgió la idea de una sociedad libre y democrática.

En lo que respecta la libertad “económica” (sin libertad política como declaró el vocero del Gobierno) sabemos por experiencia que es un mito. Los “pseudo -marxistas” de Cuba (que aparentemente han leído “El Capital” al revés…) no se han enterado todavía que el gran Marx dejó establecido científicamente que la “Infraestructura “(económica y social) DETERMINA (en el  más profundo sentido científico de ese concepto) la “superestructura “ideológica, es decir el sistema político y moral de la sociedad.Yo comparto en  gran parte ese “axioma” de su teoría sobre los sistemas  sociales en la historia.

Este fue el gran fallo de la perestroika que quiso reformar la economía sin tocar lo político y desembocó en la implosión del sistema soviético. Los chinos están viviendo el mismo problema, aunque la velocidad del crecimiento económico de ese país (y la complicidad por parte de los países desarrollados que mantienen una demanda creciente de productos chinos) frenan las exigencias políticas internas. Es decir, la reserva de mano de obra barata que tiene ese país, le permite un aumento casi constante de productividad del trabajo (y del beneficio de los nuevos ricos) sin tener que aumentar los salarios.

Cuba no puede esperar tener la misma trayectoria que los chinos porque la dimensión de su mercado laboral interno no le permite absorber casi indefinidamente una fuerza de trabajo indigente  (barata) para mantener una competitividad internacional.

O sea que a medida que la economía se irá abriendo al sector privado y éste aumente su productividad, la fuerza laboral (el “proletariado”…) exigirá mas y mas, lo cual disminuirá el beneficio del sector (ya se ven esos indicios en el sector turístico donde se han levantado peticiones de aumento salarial). Esta contradicción dialéctica hará emerger nuevas exigencias de libertad (política y social). Por otra parte, la dicotomía de dos monedas y dos economías (privada y socialista) para establecer un equilibrio social, ha fracasado dondequiera que se ha intentado construir esa aberración social.

En Polonia el Partido intentó salvar el sistema (en los años 80) permitiendo que el pueblo pudiera abastecerse en el mercado negro de unos dólares que luego el Estado absorbía en las tiendas creadas para mantener ese doble sistema paralelo. Se sabe como termino el sistema…

Esta lectura “marxista” de la historia de los cambios sistémicos en la sociedad humana, está también a la base de las “deslocalizaciones” en los países capitalistas, donde la mano de obra se ha encarecido frente a un mercado internacional abierto y mundializado. Es también parte de la “inconclusa” teoría marxista del imperialismo (como la Sinfonía de Schubert…).

Inconclusa porque Marx se dio cuenta que su bella teoría de la Revolución Mundial suponía que la clase obrera de los países ricos se haría solidaria de los obreros de los países pobres. Pero como Gunnar  Myrdal demostró  en su teoría del desarrollo económico, los obreros de los países ricos son solidarios más bien de los clientes de sus productos, es decir la burguesía de los países pobres (que consumen Mercedes, perfumes Chanel y buen vino francés…).Incluida la nueva burguesía china…

La economía y la política (como demostró Karl Marx…) no son dos dimensiones paralelas de la sociedad sino las dos facetas de una misma actividad humana. O esta actividad (la libertad) se frena en ambas dimensiones (y volvemos al capitalismo estatal) o ambas se liberan mas tarde o más temprano. Quieran o no Raúl castro y Jaime Ortega…

Francisco Condis y Troyano
Profesor Honorario de Economía
Universidad de Lovaina
Delegado del CID para Europa del Este

 
Con la Iglesia hemos topado PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Domingo, 01 de Abril de 2012 11:48

Por Hector Carbonell.-

La iglesia católica es una institución que conserva una indiscutible influencia en nuestra sociedad, a pesar de que las directrices oficiales en materia de moral son frecuentemente ignoradas tanto por sus fieles como por sus líderes, o quizás en parte debido a eso, a que se tolera ser católico “ a mi manera “.

Desde que nacemos la iglesia nos pone un sello, el nombre de un santo católico. Nuestra vida social se desenvuelve entre acontecimientos que no son más que formas sacramentales católicas : bautizos, primeras comuniones, bodas, funerales etc., hasta las fiestas patronales de nuestros pueblos se celebran en honor de un santo católico. Inclusive las vacaciones como Navidad, Semana Santa son conmemoraciones de la iglesia.

Este control social, su contubernio con las fuentes del poder y el prestigio de miles de sus miembros que a través de la historia dieron ejemplo de valor y abnegación siguiendo el ejemplo de Jesús de Nazaret justifican que, casi dos mil años después siga ostentando poder y prestigio a pesar de las horribles atrocidades que cometió durante siglos.

Si alguien piensa que exagero solo tiene que leer los 35 artículos, cada uno mas repugnante que el anterior, de La Taxa Camarae promulgada en 1517 por el bochornosamente celebre Papa León X. Es un monumento a la corrupción, las aberraciones y la impunidad. Ahí se tarifan violaciones, asesinatos, pecados contra natura con niños y bestias, adulterios, fraticidios, herejías, incestos etc. Cualquier acto ilegal o inmoral podía ser perdonado e irse derechito al paraíso con la contribución correspondiente a las arcas papales. Miles de cristianos, judios y musulmanes fueron torturados y quemados vivos en hogueras por disentir de sus dogmas o por poseer propiedades que la iglesia ambicionaba.

Todos estos abusos y una serie de acontecimientos fueron minando el control absoluto de los Papas : el desarrollo de la imprenta moderna, la deserción de Enrique VIII, la rebelión de los protestantes, la ejecución de personajes populares, la Revolución Francesa y el desarrollo de la democracia a partir de la Revolución Norteamericana.

Hoy en día su poder monárquico se halla reducido al minúsculo estado Vaticano, pero su enorme capacidad financiera, una activa representación en casi todos los países del mundo y el empleo de tácticas mas astutas y sofisticadas mantienen su fuerza en la política internacional.

Hago esta breve exposición porque muchos cubanos de buena fé  creen que la visita del Papa  traerá un cambio importante en sus vidas, que ablandará al régimen o que extenderá su manto protector a los opositores para procurar que se respeten sus derechos humanos. Nada de esto sucederá porque la posición oficial de la iglesia católica esta siempre del lado de los que ostentan el poder, a menos que presientan que están a punto de perderlo. Se han hecho misas por la salud de Hugo Chávez y Fidel Castro, pero ninguna por Orlando Zapata Tamayo o alguno de los patriotas que han fallecido en huelga de hambre por reclamar un trato digno. Nuestro apóstol José Martí lo comprendió cuando escribió “ la iglesia fue siempre aliada excelente de los poderosos “.

Abundan los ejemplos que confirman esta afirmación. Cuando Adolfo Hitler hizo su entrada triunfal en Viena el Cardenal Innitzer ordenó que todas las iglesias católicas hicieran repicar las campanas en su honor y se colocaran esvásticas en los campanarios. Su declaración pública, firmada junto con seis arzobispos, de apoyo y bendición terminaba con el correspondiente Heil Hitler. Rafael Leonidas Trujillo, posiblemente el dictador latinoamericano mas sanguinario hasta 1959, después de haber masacrado mas de 25,000 haitianos y un sin numero de dominicanos, recibió en Junio 15 de 1954 de manos del Papa Pio XII la GRAN CRUZ DE LA ORDEN PIANA. Ya antes en agosto de 1931 el arzobispote Santo Domingo Adolfo Noel lo distinguió con la ORDEN HIEROSOLIMITANA DEL SANTO SEPULCRO. Solo dos muestras de hasta donde puede llegar la iglesia cuando de poder se trata, claro estos apoyos no fueron gratuitos.

La no tan nueva estrategia actual de la iglesia consiste en seguir apoyando los poderes constituidos pero a la vez permitir que algunos sacerdotes militen en el bando contrario. Permisividad que será mayor o menor de acuerdo con la apreciación que tengan de la fortaleza de esos poderes. Así podrán servir de puentes para negociar con los nuevos gobernantes en caso de un derrocamiento. En Colombia mientras se apoyaba oficialmente al gobierno, los sacerdotes Manuel Pérez y Domingo Laín lo combatían con las armas en la mano junto a las guerrillas sin ser excomulgados. En Cuba, cuando Castro tomó el poder, la iglesia calculó que los Estados Unidos no permitirían un gobierno comunista a noventa millas  de sus costas y entró de lleno a conspirar, pero sin expulsar a los curas revolucionarios. Cuando llegó a la conclusión de que Castro se había consolidado acordó cesar sus actividades para que liberaran los sacerdotes presos y comenzó un largo proceso de adaptación que ha terminado con el maridaje entre Raúl Castro y el cardenal Jaime Ortega, pero sin castigar a los sacerdotes ya fallecidos Miguel Angel Loredo y Pedro Meurice que supieron honrar la memoria del padre Félix Varela sin renunciar a su fé, que defendieron su patria sin ofender a Jesus.

La visita papal anterior nos regaló la frase : “no tengan miedo” y a continuación reclamó el fin del embargo estadounidense, definitivamente no había que tener miedo para hacer esta reclamación. Los preámbulos : desalojos, arrestos y amenazas no auguran nada bueno.  Ojala no nos entusiasmen con otra frasecita como “ liberemos todos los presos “ y seguidamente pedir la libertad de los presos cubanos en Estados Unidos, no la de Eduardo Arocena a quien, en 29 años, nunca le ha llegado la caridad católica, sino la de los cuatro espías castristas que quedan presos.

Quisiera equivocarme, pero estoy seguro que los resultados de la visita del Papa, quien no tiene un minuto para la damas de blanco pero estará ansiosamente disponible si Fidel Castro quiere recibirlo, no serán nada alentadores para la libertad de Cuba. Un mayor prestigio internacional para la tiranía, mas facilidades para la iglesia católica, que ya tiene acceso a la televisión estatal, y palo seguido a los opositores hasta que pongan la otra mejilla o le desbaratan la primera. Pero, los pueblos soportan hasta un día.

 

Hector Carbonell

Marzo 20 del 2012

 

UNA ANÁLISIS CRÍTICO SOBRE EL ARTíCULO ANTERIOR

SANCHO, REPITE Y PON
Por Manuel Barba
Los enemigos de la Iglesia, alborozados y alborotados, se lanzan a la palestra para
calumniar o  ayudar a calumniar y difamar a la Iglesia Catolica.  No es nada nuevo. 
Por mas de 2,000 años han surgido “ofensivas revolucionarias” entre estos elementos
cada vez que las circunstancias lo aconsejan. Hace solo unos días “el Vizconde de
Troya” lanzó varias acusaciones, sin pruebas,  contra la Iglesia,  en un artículo
tildado por algunos como “equilibrado”, que al final resultó estar lleno de
falsedades. Ahora un insigne “historiador” del patio se tira a fondo con filo,
contrafilo y punta para darle el golpe final a la Iglesia.  Lo que sucede es que el
esgrimista “historiador” utilizó, en vez de un florete o una espada un viejo
destornillador oxidado y herrumbroso fracasando en su intento y acabando como un
triste “esgrimista-historiador-comediante”.
La propaganda anti-iglesia del articulo en cuestión titulado cervantinamente “Con la
Iglesia hemos topado” muestra varios temas apócrifos con los que el autor quiere
darle el puntillazo a la Iglesia. Los temas, como siempre ocurre en estos tristes
casos alcanzan un período histórico muy largo.  En este  remedo de artículo empiezan
en la época del papa León X culminando en el siglo XX en la tierra de Chapitas al
ritmo de un merengue dignificado por las condecoraciones que eran el lado flaco del
Benefactor de la Patria Nueva.
Como hay mucha tela por donde cortar y ya el “historiador-sastre” ha confeccionado
su traje a la medida yo no voy por ahora a comentar todos los temas del artículo
quijotesco.  Sería muy largo. Por lo tanto me voy a limitar a tratar el caso del
Cardenal austriáco Innitzer.
Sin mas preámbulos, dice nuestro ilustre intelectual que (sic) “Cuando Adolfo Hitler
hizo su entrada triunfal en Viena el Cardenal Innitzer ordenó que todas las iglesias
católicas hicieran repicar las campanas en su honor y se colocaran esvásticas en los
campanarios. Su declaración pública, firmada junto con seis arzobispos, de apoyo y
bendición terminaba con el correspondiente Heil Hitler.”  Hasta aquí la parte del
artículo correspondiente al cardenal  Innitzer 
Cuando se narra un hecho histórico y se omite parte del mismo, la parte que no
conviene al que está exponiendo su punto de vista, entonces el autor está
tergiversando la historia a su conveniencia.
Veamos la exposición de Wikipedia sobre el caso Innitzer.
Innitzer nació en Nové Zvolani, Bohemia, Austria Hungría.  Hijo de un obrero fabril.
 Después de completar la enseñanza mínima obligatoria se inició como aprendiz en una
fábrica textil. El decano de su parroquia ayudó económicamente al joven lo cual le
permitió asistir al gymnasium (instituto) y graduarse de bachiller.  En 1898 ingresó
en el seminario en Viena.  Fue ordenado sacerdote en 1902 y en 1906 recibió el
doctorado en teología. De 1929 a 1930 desempeñó el cargo de Ministro de Asuntos
Sociales en el tercer gobierno del Canciller Johann Schober. En 1932 fue designado
Arzobispo de Viena y finalmente en 1933 recibió el capelo cardenalicio.
El rol de Innitzer a principios del siglo XX permanece debatible debido a su
participación en la política. Esta situación surge debido a su cooperación con el
gobierno austro-fascista de Engelbert Dollfus y Kurt Schuschnigg desde 1934 a 1938,
que basaban muchas de sus políticas económicas y sociales en las enseñanzas de la
Iglesia Católica.  Innitzer y otros obispos austriacos firmaron una declaración
apoyando la anexión de Austria por Alemania redactada por el Gauleiter Josef Burckel
y firmada por Innitzer con un “Heil Hitler”-  Sin el consentimiento de los obispos
el régimen nazi diseminó la declaración a través de toda Alemania.  Al enterarse de
lo sucedido el Papa Pio XI le ordenó al cardenal Innitzer que firmara una
aclaración, la cual fue entonces publicada en el Osservatore Romano. Radio Vaticano
emitió una vehemente denuncia de la acción nazi y el cardenal Pacelli (que pronto se
convertiría en el Papa Pio XII) ordenó a Innitzer que se presentara en el Vaticano. 
Antes de la reunión con Pio XI Innitzer se reunió con Pacelli, quien estaba
indignado por las declaraciones de Innitzer.  Pacelli le hizo saber a Innitzer que
tenía que retractarse de la declaración original y que tenía que emitir una nueva a
nombre de todos los obispos austriacos que pusiera bien en claro “Que la solemne
declaración de los obispos austriacos…no tenía la intención de aprobar algo que no
era compatible con la ley de Dios”.  El periódico del Vaticano también reportó  que
la declaración original de Innitzer había sido emitida sin la aprobación de la Santa
Sede y que el Papa no aprobaba el documento.
En los meses siguientes Alemania canceló el concordato con la Santa Sede y prohibió
las instituciones de la Iglesia y los periódicos católicos.  En Abril de 1938, en
honor del cumpleaños de Hitler el Cardenal Innitzer había ordenado que todas las
iglesias de Austria desplegaran la bandera de la swastica, tocaran las campanas y
rezaran por Hitler.  En Octubre de 1938 miles de jóvenes católicos acudieron a la
Catedral de St. Sephen en Viena a rezar y a meditar.  En su sermón Innitzer declaró
“Solo hay un Fuhrer: Jesucristo.”  Al día siguiente alrededor de 100 nazis saquearon
la residencia del cardenal.
El cardenal Innitzer falleció en Viena en Octubre de 1955.  El Arzobispado de esa
ciudad fundó el premio Cardenal Innitzer que se otorga todos los años a científicos
y académicos destacados.
Cuando se lee la versión de “Con la Iglesia hemos topado” se ve claramente que la
intención no era la de criticar al cardenal Innitzer per se, sino la de involucrar a
la Iglesia Católica como complice de un acto inconsulto del cardenal .  Si además
traemos a colación la referencia del “Vizconde” calificando a Pio XII de
simpatizante nazi queda bien en claro que la intención real era la de atacar a la
Iglesia Católica. Lamentablemente hay quienes se hacen eco de rumores y calumnias
sin averiguar lo que realmente sucedió.  Antes se decía que el papel  lo aguantaba
todo. Ahora es la internet quien ha sustituido al papel.  Esa es la fuerzo y al
mismo tiempo la debilidad de la internet.
 
Manuel Barba
Abril 3 de 2012
Última actualización el Miércoles, 04 de Abril de 2012 11:34
 
EL CARDENAL QUE CUBA MERECIA PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Sábado, 31 de Marzo de 2012 21:28

 

Por Pedro Corzo.-

Monseñor Eduardo Boza Masvidal, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de La Habana, titular de Vindas, rector de la Universidad Católica Santo Tomas de Villanueva y párroco de la iglesia Nuestra Señora de la Caridad, la misma de la que fueron expulsados trece activistas pro democracias porque el cardenal Jaime Ortega se lo solicitó a las autoridades de la dictadura, fue un hombre de fuertes convicciones que nunca acató el mandato oficial, a cambio de que la Iglesia sobreviviera al despotismo castrista.

Boza Masvidal, que servía a la fe y a la dignidad humana por encima de cualquier conveniencia política, como la mayoría de los prelados de su época, asumió el camino más difícil, que era la defensa de sus convicciones y de sus feligreses.

Los artículos y pastorales del Arzobispo de La Habana Manuel Cardenal Arteaga, Monseñor Enrique Pérez Serante, arzobispo de Santiago de Cuba, y de Boza Masvidal, en los años del cuero duro como diría el historiador Enrique Encinosa, no hacían concesiones al castrismo y demandaban con energía respeto a la Iglesia y a sus feligreses.

El Cardenal Arteaga, tuvo que asilarse en la embajada de Argentina en Cuba, en una de sus pastorales atacó las directrices marxistas que asumía la revolución cubana y su régimen político y agregaba  que la  iglesia está "profundamente preocupada" por la inclinación de altos funcionarios cubanos hacia sistemas que prevalecen en los países comunistas especialmente en la Unión Soviética. El Obispo Pérez Serantes, fue enfático cuando dijo en “Por Dios y Por Cuba, “No puede decirse que los enemigos están en las puertas, porque en realidad están dentro, hablando fuerte”.

Por su  parte Monseñor Eduardo Boza Masvidal, un profundo pensador de gran sensibilidad social escribió: “Los católicos, no nos hemos opuesto a la revolución, a la que hemos ayudado tremendamente, deseando los grandes cambios sociales que tan necesarios eran en Cuba. Pero no podemos aprobar o apoyar el materialismo y al totalitarismo comunistas, que están en completa oposición con las ideas por las cuales tantos cubanos han luchado y muerto". Monseñor añadía que el régimen de Castro ha negado la dignidad y la libertad humana, el respeto al derecho natural de la propiedad, que es indispensable para ejercer la libertad individual y el respeto al buen nombre de los semejantes.

El régimen trato de acallar la Iglesia, pero como sus pastores se opusieron, la persecución contra ellos y los creyentes,  fue una dolorosa realidad. Numerosos sacerdotes dieron a la extrema unción a los cientos que murieron ante el paredón de fusilamiento gritando Viva Cristo Rey. Ellos entregaron su vida en la confianza de una Iglesia que no les abandono nunca y que decidió correr el riesgo de desaparecer,  antes que ceder en los valores trascendentales sobre los que se constituyó.

Los Obispos cubanos dirigieron una carta a Fidel Castro, que decia:  “Es innecesario recordarle al señor Primer Ministro que la iglesia ha enseñado siempre como norma fundamental la primacia de los valores del espíritu sobre los intereses de orden material y por ello la Jerarquia Catolica Cubana siguiendo el ejemplo de los cristianos de todos los tiempos, esta dispuesta a sacrificarse sin temor alguno y a perderlo todo antes que claudicar en sus principios”.

Monseñor Eduardo Boza Masvidal, obispo de La Habana, rector de la Universidad Católica ha efectuado duras declaraciones contra el régimen de Fidel Castro. Los católicos, ha dicho, no nos hemos opuesto a la revolución, a la que hemos ayudado tremendamente, deseando los grandes cambios sociales que tan necesarios eran en Cuba. Pero no podemos aprobar o apoyar el materialismo y al totalitarismo comunistas, que están en completa oposición con las ideas por las cuales tantos cubanos han luchado y muerto".

Las declaraciones de monseñor Boza Masvidal también hacían referencia a la violación de la dignidad humana y las libertades fundamentales por el régimen de Fidel Castro y demandaba el respeto al derecho natural de la propiedad, que es indispensable para ejercer la libertad individual y el respeto al buen nombre de los semejantes.

La represión contra la Iglesia fue inmediata. Los ataques verbales se incrementaron. El gobierno negó permiso para la Procesión de la Virgen de la Caridad, septiembre 8 de 1961. Los fieles marcharon a la Iglesia, la policía y sus sicarios tirotearon a los fieles asesinando a Arnaldo Socorro, de la Juventud Obrera Católica.

Monseñor Boza Masvidal fue arrestado por cinco días y deportado junto a otros 135 sacerdotes. En el exilio continuó su apostolado por la Iglesia y Cuba y nunca cesó en su defensa de la dignidad humana, sin que importara el país o el régimen al que tuviera que enfrentar.


 
Benedicto XVI en Cuba: ¿triunfo o fracaso de la tiranía? PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Jueves, 29 de Marzo de 2012 22:36

Por Huber Matos Araluce

La visita de Benedicto XVI a Cuba ha tenido consecuencias. Este artículo no analiza la persona del Papa. Ni lo que él debió hacer y no hizo. Trata de explicar hechos relacionados con su visita y de determinar el saldo de su viaje.

Antecedentes:

El Papa fue a Cuba con el aparente único propósito de celebrar el cuadragésimo aniversario de la aparición de la Virgen de la Caridad del Cobre. Eso no es todo, ya que con su presencia va a sellar un acuerdo entre el gobierno castrista y la Iglesia Católica.

La tiranía le ha dado más espacio a la Iglesia a cambio de colaboración política. El Cardenal Ortega ha viajado al exterior cabildeando secretamente contra el embargo estadounidense y pidiendo a la Unión Europea que modifique la Posición Común. También el Cardenal se ha mantenido a prudente distancia de la oposición en la isla.

El entendimiento entra la Iglesia y el castrismo está enmarcado en la estrategia de convencer a personalidades y gobiernos de que el régimen se aleja del esquema marxista-leninista. Es lo mismo que se le ha ofrecido en secreto al gobierno de Obama.

La dictadura, que cada vez está más aislada, necesita que el Vaticano la ayude en su desesperada campaña para que los Estados Unidos levante el embargo. Sin esta restricción las inversiones estadounidenses podrán ayudar al régimen a sobrevivir. No puede ya contar con la Unión Europea y en España, sus aliados socialistas han perdido el poder.

El castrismo necesita a la Iglesia cubana y el respaldo del Vaticano en el exterior. La única condición es excluir de la ecuación a la oposición en Cuba e incluir en ella nada más a los exiliados que cooperen con el esquema de cambios sin condicionamiento a una transición hacia la democracia. Es decir los que están dispuestos a “montarse en el tren” según la expresión del empresario cubano Carlos Saladrigas.

Por estas razones el régimen se esforzó en que la visita fuera un éxito publicitario. El Papa sería recibido por multitudes controladas y la oposición estaría completamente neutralizada. La jerarquía eclesiástica nacional no solo estuvo de acuerdo sino que colaboró en que así fuera.

Este es, sobre todas las cosas, un evento para consumo exterior con el propósito de darle legitimidad al gobierno cubano y ganarse el respaldo del Papa.

Benedicto XVI, quien ha estado dispuesto a colaborar en el proyecto de cambio ofrecido secretamente por Raúl Castro y respaldado por la jerarquía Católica cubana, tiene suficiente experiencia. No se va a arriesgar a pasar a la historia como el Papa al que los hermanos Castro le tomaron el pelo.

Él fue a Cuba, habló de los cambios; pero hizo públicas sus condiciones.

Con anterioridad, cuando se negoció el viaje del Papa a Cuba, se llegó al acuerdo de que Benedicto XVI no se reuniría con representantes de la oposición. El Vaticano, seguramente aconsejado por la jerarquía católica cubana, equivocadamente creyó que el asunto no tendría mayor repercusión.

Las demandas en Cuba y en el exterior a favor de un encuentro del Papa con la disidencia cambiaron esa percepción. La represión desatada contra los opositores antes de la visita y el error del Cardenal Jaime Ortega de solicitar a la policía política el desalojo de un grupo de opositores de una iglesia, hacían aparecer a Benedicto XVI como un pusilánime o un cómplice de estos hechos.

Por estas razones antes de iniciar su viaje el propio Benedicto XVI declaró que en Cuba se practicaba un marxismo anacrónico. Esto se había conversado en secreto con el propio gobierno cubano, pero hacerlo público implicaba una acusación indirecta a los responsables de ese error histórico, Fidel Castro en particular.

El cardenal Bertone trató de justificar el viaje diciendo que el Papa podría ayudar al proceso de cambio. Con ambas declaraciones el Vaticano convirtió la visita en un asunto político. Todo lo contrario de lo que decía la Iglesia Católica en Cuba.

La evidencia apunta a que el Vaticano a última hora se vio obligado a radicalizar su mensaje. Creyó que lo podía hacer y que el gobierno cubano tendría que aceptarlo.

Si esta hipótesis es equivocada, que lo puede ser, tendríamos que pensar que el Vaticano planeó con anticipación un ataque al castrismo y que la estocada inicial fue declarar que el marxismo era la razón del fracaso en Cuba. Algo improbable.

Independiente del “más allá o más acá” de esta interpretación el viaje del Papa a Cuba no parece haberle dado al régimen castrista los réditos que esperaba. Opino que fue un fracaso de relaciones públicas en el mundo.

No creo que la figura de Raúl Castro haya salido beneficiada, por el contrario. La entrevista con un desgastado Fidel Castro no benefició su imagen. Creo que el gobierno cometió un gran error en hacerla pública. Fidel está acabado.

Hechos y consecuencias:

1) Nadie puede negar que la prensa extranjera, que seguía de cerca la visita, informó ampliamente sobre la represión de la tiranía contra los disidentes. Esto resaltó la importancia de la oposición ante los ojos del mundo. Exactamente lo contrario que pretendía la dictadura. Sin el viaje, esto no hubiera sucedido. La represión jugó a favor de la oposición.

Que esto se pueda diluir en unas semanas es parte de la naturaleza del mundo dinámico en que vivimos, lo que no quita importancia a una percepción cada vez más aceptada en el exterior de que en Cuba existe una oposición pacífica a la que se le reprime constantemente.

2) Por mucho que la tiranía trató de evitar actos de protesta, un solo cubano –de a pie–, fue suficiente para destacar el desencanto de la población. La forma violenta en que se le agredió, grabada y circulada en el exterior, simbolizó la represión de la que son víctimas los cubanos. Esto es otro subproducto del viaje.

3) La declaración del Papa antes de llegar a la isla diciendo que en Cuba se practicaba un marxismo inconsecuente con la realidad actual tomó por sorpresa al régimen. Esta declaración pública refutó la legitimidad de medio siglo de castrismo. Esto lo han dicho otras personas antes, pero ahora lo decía el Papa Benedicto XVI a un mundo en el que hay más de mil millones de católicos, de los cuales la mitad viven en nuestro continente.

La cadena de televisión católica mundial WNTG y la Radio Católica Mundial dieron seguimiento continuo a la visita. El panel estaba compuesto de tres personas: El sacerdote cubano exiliado José Luis Menéndez, Pepe Alonso y en la isla, Alejandro Bermúdez. Con profesionalismo cada uno fue analizando detalladamente los mensajes del Papa en su contexto religioso y político.

Los comentarios y las críticas de este panel a la tiranía fueron inteligentes y certeros todo el tiempo. Alejandro Bermúdez, entre muchas observaciones, dijo desde Cuba que, el en el segundo día de la visita había viajado 14 horas por la isla y que no se había encontrado a nadie que defendiera al gobierno y que no quisiera un cambio. El Padre Menéndez calificó el discurso de despedida de Raúl Castro como el más cínico de toda su vida.

4) Las exhortaciones del Papa sobre la necesidad de cambios en Cuba, reflejadas en la prensa internacional y escuchadas por el pueblo cubano, obligaron al régimen, en la persona del vicepresidente Marino Murillo, a declarar que en Cuba no habría cambio político. Fueron declaraciones tajantes contra una transición política en Cuba en el momento en que en el país hay 800 periodistas extranjeros. Los individuos y gobiernos que proponen que los cambios económicos abrirán el camino a una democracia en Cuba fueron refutados oficialmente.

5) Un análisis de las declaraciones del Papa en Cuba merece el espacio que no podemos dedicar. Todo lo que dijo allí estaba dirigido a los cubanos. La descripción de la sociedad en la isla, su decadencia moral y sus limitaciones no favorecen al castrismo.

6)En su despedida el Papa condenó el embargo sin mencionarlo como tal. No lo considero como el único responsable de las limitaciones materiales que padecen los cubanos. Insiste en su visión de una Cuba plural y se refiere a la falta de libertades de quienes quieren y deben participar en la creación de una nueva sociedad:

"la luz del Señor, que ha brillado con fulgor en estos días, no se apague en quienes la han acogido y ayude a todos a estrechar la concordia y a hacer fructificar lo mejor del alma cubana, sus valores más nobles, sobre los que es posible cimentar una sociedad de amplios horizontes, renovada y reconciliada".

"Que nadie se vea impedido de sumarse a esta apasionante tarea por la limitación de sus libertades fundamentales, ni eximido de ella por desidia o carencia de recursos materiales. Situación que se ve agravada cuando medidas económicas restrictivas impuestas desde fuera del País pesan negativamente sobre la población".

Se puede decir que la visita del Papa a Cuba no cambiará nada. Se puede decir cualquier cosa. Pero nadie puede saber el efecto que su presencia y mensaje tendrán en los miles de jóvenes católicos cubanos y en los jóvenes no católicos que lo escucharon.

En todo caso esa no es la propuesta de este artículo. Lo planteando aquí es que la visita ha sido negativa para la dictadura. Mucho más dañina en el exterior que en Cuba, donde la desesperanza del pueblo predomina y donde los medios de comunicación están controlados por el Estado.

No puedo dejar de mencionar que a propósito de esta visita, la prestigiosa revista The Economist, leída ampliamente en el mundo y uno de los medios más influyentes de nuestros tiempos, dedicó un reportaje sobre Cuba de diez páginas. Retrata el desastre que hay en nuestro país y la falta de capacidad y voluntad del gobierno para superarlo.

Creo que la presión de la disidencia, del exilio y de la comunidad internacional provocó que el Papa decidiera dejar claro el tipo de transformación que él desea para Cuba.

Atacar al Papa por lo que pudo haber dicho o haber hecho, o por lo que hizo y no nos gustó es válido pero inconsecuente. Es regalarle a la dictadura una victoria que no pudo alcanzar. Es privarnos del resultado de las presiones que se hicieron, de la solidaridad que nos acompañó y del sacrificio de la oposición en la isla.

 
Los Compromisos incumplidos del castrismo con la Iglesia Católica PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Sábado, 24 de Marzo de 2012 21:13

Por Pedro Corzo.-

 

El régimen cubano y sus dirigentes nunca se han distinguido por hacer honor a los compromisos contraídos con personas, incluido el pueblo cubano, o instituciones.

 

Desde la Revolución Verde como las palmas que derramó  en nombre de castrocomunismo la sangre de miles de cubanos, hasta la consignas “armas para qué”,  para en poco tiempo constituir el ejército mas poderoso que ha tenido cualquier país de América Latina, las promesas incumplidas han sido una constante del castrismo.

 

Tal vez una de las pocas promesas que hizo realidad y  que la mayoría del pueblo aplaudió, fue la inolvidable e incomprensible “elecciones para qué”.

 

En 1961 Fidel Castro le prometió a la madre de Humberto Sorí Marín, comandante del ejército rebelde y su compañero de la Sierra Maestra, que su hijo apresado en una conspiración contra el régimen no sería ejecutado. En unas horas Sorí Marín murió frente al paredón de fusilamiento en La Cabaña.

 

Hay muchos aspectos a destacar en las relaciones del totalitarismo cubano con la Iglesia Católica pero hay uno que en este apretado recuento no se puede soslayar y es el abuso de que fue objeto el sacerdote Miguel Ángel Loredo.

 

En 1964, Loredo fue designado párroco en la Iglesia de San Francisco de Asís, en La Habana Vieja, y Guanabacoa. Un hombre de principios sólidos y consecuentes con su ministerio, en poco tiempo se ganó el odio de los esbirros de la tiranía, en una época en las que las relaciones entre la iglesia y el estado totalitario, oficialmente ateo, eran particularmente complicadas.

 

El padre Loredo fue acusado en abril de 1966 de dar albergue en la iglesia de San Francisco de Asís al autor de un intento de secuestro de un avión de Cubana de Aviación, durante el cual murió el piloto, también le acusaron de esconder un alijo de armas. La policía ingresó a la iglesia con fusiles y pistolas, contra candelabros e imágenes de santos en las paredes, contra un hombre que era contrario a la violencia.

Sin extendernos en más ejemplos que en su momento deberán estar recogidos en los libros de historia de Cuba, el gobierno de los Castro se comprometió con las autoridades eclesiásticas cubanas y con el Vaticano, a respetar la vida de ocho personas, tres mujeres y cinco hombres  que habían interrumpido violentamente en la Nunciatura en La Habana.

Las autoridades cubanas rodearon la sede, entraron en contacto con representantes del Vaticano y se pusieron de acuerdo para negociar con los ocupantes.

 

Los funcionarios de la embajada, en este caso clérigos, les aseguraron a los refugiados que si salían del recinto se buscaría una solución a su deseo de abandonar Cuba y que con ese objetivo,  diplomáticos de otros países, participarían en las negociaciones.

 

Los ocupantes fueron al patio de la embajada, lugar que habían acordado para reunirse con los diplomáticos, pero se percataron que en realidad los individuos eran agentes de la policía política armados, lo que originó un tiroteo en el que murió el custodio civil de la sede diplomática.

Los ocupantes fueron juzgados y los tres hermanos García Marín, Ventura, Cipriano y Eugenio, 19, 21 y 25 años, respectivamente fueron fusilados y su madre la señora, Margarita Marín Thompson sancionada a 20 años de cárcel, por no haber informado a las autoridades de los planes de sus hijos.

La señora Marín Thompson, relató el doctor Ricardo Bofill al autor, rindió testimonio ante la Misión de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas que visitó Cuba en 1988 y le dijo a la delegación que no sabía donde estaban sepultados los restos mortales de sus “muchachos” fusilados.

A pesar de estas experiencia el Cardenal, Jaime Ortega y Alamino, solicitó a las autoridades castristas que procedieran al desalojo, sin violencia, de trece activistas del opositor e ilegal Partido Republicano por Cuba, que habían ocupado la iglesia de Nuestra Señora de la Caridad en La Habana para demandar que el papa Benedicto XVI interceda en sus demandas políticas relacionadas con la democratización de la sociedad cubana durante su visita a la isla.

 

Según la información las autoridades también se comprometían a no procesar a los activistas y no tomar represalias contra su integridad física, sin embargo en cuanto fueron sacados de la Iglesia les condujeron a una estación de policía en la que les tomaron fotos, cortaron pedazos de cabello, análisis de orina y les hicieron firmar un acta de advertencia, lo que deja abierta las opciones para cualquier acto represivo en contra de los activistas.

 

Quien garantiza que no habrá actos de repudio. Acoso policial. Arrestos y en el mejor de los casos detención domiciliaria.

 

La pregunta de rigor, después de las experiencias de la Iglesia Católica Cubana con el régimen de Fidel y Raúl Castro, hay espacios para creer en las promesas de respetar la integridad de los Trece de la Caridad, cuando ningún ciudadano cubano es respetado por la dictadura.

 

 

Última actualización el Sábado, 24 de Marzo de 2012 21:40
 
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