EEUU responde NO a cubanoamericanos que reclaman a Biden 'normalizar' las relaciones con la dictadur

Un funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos dijo que Washington da ...

Catástrofe climática en Rio Grande do Sul, Brasil

Las devastadoras imágenes de las inundaciones en el sur de Brasil no ...

Persecución contra la prensa en Venezuela: la dictadura chavista acusó a periodistas de ArmandoInfo

El fiscal general de Venezuela, el chavista Tarek William Saab, acusó este ...

AstraZeneca retirará su vacuna contra el COVID-19 a nivel mundial. Peligro de coágulos

La farmacéutica anglo-sueca AstraZeneca está retirando su vacuna COVID-19 en todo el ...

Tragédia no Rio Grande do Sul chega a 100 mortos; 230 mil deixaram suas casas

A maior tragédia climática da história do Rio Grande do Sul continua ...

Artigos: Cuba
Cuba y Venezuela después de Chávez PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Sábado, 12 de Mayo de 2012 23:51

por Carlos Alberto Montaner.-

Chavez

(FIRMASPRESS) La parte más compleja de la herencia que dejará Hugo Chávez son las relaciones entre Venezuela y Cuba. Las que hoy existen están montadas desde una extraña subordinación emocional, política e ideológica del líder bolivariano a Fidel Castro y no responden a los intereses o a las preferencias de los venezolanos.

Encuesta tras encuesta, más del 82% de los venezolanos (lo que quiere decir que muchos son chavistas) responden que no desean que en su país se instale un modelo político similar al cubano. Presumiblemente, un porcentaje parecido tampoco está de acuerdo en que se continúe subsidiando con miles de millones de dólares el terco e improductivo colectivismo implantado por los Castro.

 

¿Por qué Chávez convirtió a Venezuela en el financista a fondo perdido de Cuba? Las razones son varias, pero la más importante es que el teniente coronel encontró en Fidel Castro una suerte de guía espiritual y político que le indicaba lo que tenía que hacer, y cómo y cuando debía llevarlo a cabo. Fidel era su gurú, su padre moral, su protector contra los peligros que lo acechaban en Venezuela y que en abril del 2002 estuvieron a punto de costarle el poder y la vida.

Fidel, además, lo dotó de una visión compatible con el marxismo y de una épica misión internacionalista que lo clavaría para siempre en la historia: derrotar a Estados Unidos y enterrar el capitalismo. Con la sabiduría de Fidel, enriquecida por tres décadas de aprendizaje de la santa madre soviética, más la impetuosa juventud de Chávez, unida a su caudaloso río de petrodólares, los dos triunfarían en la tarea de salvar al mundo, traidoramente abandonada por la URSS.

¿Cuánto valía para Chávez ese protectorado ideológico, estratégico, policíaco, tan diferente al poco fiable universo de sus propios colaboradores, generalmente corruptos y potencialmente desleales? Valía todo lo que Fidel necesitara y le pidiera. Chávez se entregó al Comandante de pies y manos. Era su única fuente de seguridad.

Llegó un punto en el que ambos líderes, sintonizados en el mismo delirio, planeaban federar ambos países, y hasta crearon una comisión mixta de juristas que comenzaron a estudiar cómo se llevaría a cabo ese proceso. En el trayecto, Chávez, de manera creciente, fue colocándose bajo la autoridad del habilísimo servicio de inteligencia cubano, cuerpo que le proporcionaba informaciones sobre todos los altos oficiales y sobre sus ministros y colaboradores cercanos.

Hoy nadie del entorno de Chávez se atreve a hablar sin temor a los micrófonos de La Habana. La oposición, es cierto, está controlada o vigilada por los cubanos”, pero el cerco y el humillante acoso a los chavistas es mucho más intenso.

Cuando Chávez desaparezca de la escena, para cualquiera que ocupe Miraflores, incluso si se trata de un chavista, ¿qué sentido tiene prolongar esta relación enfermiza, montada sobre el vasallaje emocional de un líder codependiente que ya no existirá, preocupado por controlar y espiar a su propia clase dirigente? ¿Por qué temerle a una Metrópolis menesterosa que vive de las dádivas de una colonia infinitamente más rica, poderosa y sofisticada?

El politólogo venezolano Aníbal Romero suele afirmar que los esfuerzos internacionalistas del castrismo siempre han terminado por fracasar. Las guerrillas castristas, a veces dirigidas por los propios cubanos, fueron derrotadas en toda América Latina en la década de los sesenta, setenta y ochenta. Apenas triunfaron en Nicaragua, paradójicamente ayudadas por los gobiernos de Venezuela y Costa Rica, pero sólo para perder el poder una década más tarde en unos comicios democráticos.

El peruano Velasco Alvarado, el panameño Noriega, el chileno Allende, gobernantes afines a La Habana, fueron desalojados del poder sin que Cuba pudiera evitarlo. Angola y Etiopía hoy tienen regímenes totalmente alejados del modelo comunista originalmente ayudado a implantar con sangre cubana. ¿Quién ha dicho que la influencia castrista puede conservarse en Venezuela tras la muerte de Chávez? ¿Por qué? ¿Para qué? Cuba se especializa en perder. Esa ha sido su historia.

 
POR QUÉ ME APARTÉ DE LA IGLESIA CATÓLICA CUBANA? PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Domingo, 06 de Mayo de 2012 11:33

Por Robert Solera.-

Primeramente aclaremos que no soy ejemplo a seguir ni modelo a imitar. Sólo soy un cubano de a pie –nunca me subí a ningún carro revolucionario en busca de prebendas ni ventajas económicas ni del oropel del éxito-- y sí me sumé a lo que creía –mucho antes del triunfo revolucionario de enero de 1959 – seria la revolución traicionada por los intereses espurios en los años 30s.

No soy ni fui comunista ni seguidor del socialismo proclamado por el Partido Socialista Popular antes y durante la segunda revolución traicionada…o tal vez no sea la segunda y sí una más de las muchas que han aquejado a Cuba mucho antes de su inauguración como república en mayo de 1902.

Crecí en el catolicismo desde muy niño, aunque mi padre no era precisamente religioso y mi madre ni siquiera era católica y siguiendo sus raíces anglosajonas  fue bautizada dentro del protestantismo –aunque ya en mi infancia ella asistía a la iglesia católica, según sus palabras para evitarnos a sus hijos el estigma sufrido por ella de no ser católica en un país que sí lo era.

Choqué con la doctrina católica al ver como nosotros sus hijos, técnicamente, éramos considerados por ésta como “ilegítimos”  pues la Iglesia católica no reconocía el matrimonio  de mis padres pues se casaron en una iglesia protestante—Presbiterania-- en Nueva York, donde vivían, lo que le permitió a mi padre, más tarde ya en los 40s, volver a contraer nuevas nupcias, tras su divorcio, nada menos que en la Catedral de Alajuela, Costa Rica, lugar de su nacimiento.

Fui miembro de la Congregación de San Estanislao de Kotska durante mi educación primaria y participé en múltiples Ejercicios Espirituales mientras estudiaba Bachillerato en Belén, en La Habana.

No obstante,  seguía asistiendo diariamente a misa, no sólo los domingos, mientras estuve estudiando en el Colegio de Belén, de los padres jesuítas en La Habana.

Tuve magníficos ejemplos de sacerdotes devotos a su Fé, como el Padre Daniel Baldor, S. J. Rector más de una vez del Colegio, con quien mantuve frecuente correspondencia hasta su muerte en Obra Manresa, en Santo Domingo, después de mi traumático choque con la estructura religiosa en la cual me había formado.

Mi desencanto tuvo mucho que ver de sentir que mi Iglesia no respondía como yo creía a los retos de una nueva situación en mi Patria y ver que se manifestaba contraria a un movimiento de justicia social, que en ese momento yo creía justo, no obstante los sangrientos excesos que sin duda se cometieron durante años de enfrentamiento ideológico y de tomar partido.

Ya en 1960 vi a la jerarquía católica utilizar –aún lo creo—la Fé de sus fieles con fines políticos donde mucho de lo mejor de nuestra joven sociedad se desangraba gritando “Viva Cristo Rey” –entre ellos Rogelio González Corzo, mi compañero de aulas en Belén y mi amigo, quien fue fusilado bajo un seudónimo –Harold Boves Castillo—y conocido en la clandestinidad como, “Francisco”, máximo dirigente del Movimiento de Recuperacion Revolucionaria magnífico individuo quien murió como un héroe, a mi juicio inutilmente. creyendo hasta el fin en la justicia de su causa.

He visto que la Iglesia tiene una dicotomía raigal, entre su poder económico y su misión espiritual, y que a menudo confunde  cuál es su verdadera y única misión: la espiritual. Sé que esa confusión no es reciente y es resultado de esa dualidad que tal vez nació dentro de los Estados Pontificios y su posterior Ciudad Vaticana.

La Iglesia estuvo adormilada y aplastada, prácticamente, hasta no hace mucho tiempo y rumiando su mala pata sin entender que ella misma había sido la culpable, no la única, de su ostracismo y su pérdida de influencia en la sociedad cubana. Todavía no acepta claramente que ha estado del lado equivocado más de una vez, como lo estuvo durante la lucha por la independencia, donde más respondió a sus intereses y raíces españolas que a su deber con los cubanos oprimidos por un despotico régimen que desangraba a Cuba como tierra conquistada.

Hoy anda por el mismo camino y se alía con un gobierno enemigo mortal de la libertad que se empecina en no ceder ni “un tantito así” como decía el difunto Ernesto “Ché” Guevara.

Sin duda la Iglesia cubana ha tenido representantes que merecen ser recordados por sus obras, como el Padre Lorenzo Spiralli, gestor no sólo de la Iglesia de San Agustín, en el Reparto Almendares, sino también de la de Santa Rita en Miramar y del Dispensario de San Lorenzo, en Buena Vista, sin olvidar la creación de la Universidad Católica de Villanueva.

Otros no tan gratos en el recuerdo como el padre Germán Lence que hizo causa con la revolución.

La jerarquía católica cubana ha sufrido la gesta de rumores sobre su moralidad en más de una ocasión aunque yo nunca vi en Belén nada denigrante ni criticable sino lo contrario.

Esos rumores surgen desde los tiempos de Manuel Cardenal Arteaga Betancourt y hoy se mencionan a sotto voce con el Cardenal  Jaime Lucas Ortega Alamino, quien a mi juicio –equivocadamente—apoya la tiranía imperante en Cuba. En su empresa no está sólo y. tras décadas de exilio hay quienes creen, unos desinteresadamente y otros mirándose a los bolsillos que el camino de una “fementida reconciliacion” rumbo a la democracia pasa por una colaboración inmoral con los traidores de hoy.

Yo, mísero mortal he perdido mi Fé. No sólo en la Iglesia que me educó sino también en una revolución que apoyé con todo mi corazón y además también en un futuro que no comparto para mi adorada patria, que digna de mejor suerte ya no existe, sino en el recuerdo.

¿Culpables? Yo, Ud. El, Nosotros, Vosotros, Ellos!

Todos somos culpables. Y los dos que se enzarsan en conversaciones semisecretas dizque para salvar a Cuba son los máximos responsables, ayer y hoy de su futura desgracia.

Última actualización el Domingo, 06 de Mayo de 2012 11:43
 
LAS PALABRAS TRAUMATICAS DEL CARDENAL ORTEGA PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Sábado, 05 de Mayo de 2012 13:03

Por Oscaer Elías Biscet.-

El Conde de Richelieu llegó a ser cardenal, en 1622, y primer ministro de Francia, entre 1624-1642 con ideas siniestras como las citadas al comienzo de este trabajo. Todo esto demuestra que los hombres dominados por  ambiciones personales, hambrientos de poder, carentes de conciencia e invadidos por el cinismo tienen la capacidad de ascender en la sociedad pisoteando todas las normas morales de convivencia civilizada. La versión cubana de Richeliu se llama Jaime Ortega Alamino.

En nada me complace repetir los comentarios desafortunados del Cardenal pero es necesario citarlos para una mejor comprensión de este artículo. Con respecto a los compatriotas que ocuparon pacíficamente la Basílica de la Iglesia de la Caridad de La Habana, el Cardenal Ortega dijo: “Ellos eran un grupo […] de antiguos delincuentes…, había toda gente allí sin nivel cultural, algunos con trastornos sicológicos”. Esto lo dijjo nada menos que en un foro, auspiciado por el Centro de Estudios Latinoamericanos David Rockefeller, de la Universidad Harvard, en Cambridge, Massachusetts, EUA. Una plataforma desde la cual sus palabras denostando a un grupo de patriotas cubanos y restando credibilidad a la causa de nuestra libertad beneficiaron a los tiranos y llegaron a los cuatro rincones del globo.

Sin embargo, el Cardenal se equivocó porque la realidad es muy diferente.

Porque, cuando la gran mayoría de nuestros ciudadanos callan ante las injusticias, estas personas tuvieron la dignidad de levantar sus voces en defensa del pueblo cubano y de sus derechos humanos. Derechos que han sido cercenados por esta tiranía desde hace más de medio siglo. Estos hombres y mujeres no son delincuentes. Por el contrario, son herederos de nuestro glorioso Ejército Libertador Mambí.

Como los mambises del Siglo XIX estos mambises de la Iglesia de la Caridad eran un pequeño grupo de hombres y mujeres de cultura, y el resto, eran personas humildes. Pero son personas que, desde su sabiduría popular, comprenden perfectamente la necesidad de una Cuba independiente, libre y soberana. Al igual que aquellos mambises calumniados por el gobierno colonial y el clero monárquico unido a la metrópolis española, estos mambises de nuestro tiempo han sido atacados en forma despiada. Pero, como sus antecesores en la manigua, la grandeza de su causa y la entereza de su carácter los convierte en la verdadera vanguardia de la lucha por la libertad de la patria.

Todo parece indicar que, para el Cardenal Ortega, estas personas no merecen ser tomadas en cuenta porque no son eruditos con conocimientos de obras como la de Alejandro Magno. Si es así, es altamente probable que desconozcan las palabras de Eumenes, uno de los generales de Alejandro Magno que resumió en una frase las palabras del Cardenal en la Universidad de Harvard cuando dijo: “¿Acaso no sabias que las palabras pueden matar más que la espada?”

Ahora bien, lo más doloroso de este episodio cardenalicio fue el el franco desprecio de las propias escrituras del evangelio por parte de alguien a quién se le concedió el altísimo honor de ser llamado príncipe de la iglesia. Sepa el señor Cardenal que resaltar el pasado negativo de cualquier persona para denigrarla, es una maldad de la peor especie. Es estar bien apartado de la bondad del Señor.

Cuando Jesús Nazareno fue crucificado en la colina del Gólgota otras dos personas que habían cometidos delitos que denigraban al ser humano fueron crucificadas junto a él. Uno de los penados se burló de Jesús mientras el otro reprendió esa actitud. A este último, por su actitud de arrepentimiento, el hijo de Dios lo premió con un lugar en el paraíso.

Cuando una mujer adúltera estaba a punto de ser lapidada alguién le preguntó a Jesus cual sería una condena justa.  Este les dijo que tirará la primera piedra quién estuviera libre de pecado. La mujer  no fue apedreada  y la turba se marchó con la carga de sus propios pecados. Por su parte, el Nazareno emitió  su sentencia: "Yo no te condeno, vete y no peques más". Esta es la verdadera misericordia de Dios, amar al prójimo como a ti mismo. ¿Se considera usted, señor cardenal, libre de pecado cuando durante años ha sido cómplice con su silencio, y ahora mismo aliado público de la tiranía que oprime al pueblo que usted está obligado a defender?

Tengo la firme impresión de que usted no está preocupado en lo más mínimo por las opiniones sinceras de sus contemporáneos. Pero tenga usted la certeza de que la historia lo condenará como ya lo condena una proporción considerable de nuestro pueblo “… Ministro codicioso y hambriento de poder”; escribió Alejandro Dumas sobre Richelieu, en su obra "Los Tres Mosqueteros. En 1793, la historia le pasó la cuenta al Cardenal Richeliu. Una multitud penetró en la capilla Sorbona, profanó su tumba, lo degollaron, echaron su cuerpo en una fosa común y alguien se llevó su cabeza como trofeo. Dios es el dueño de la historia y es un juez que no puede ser burlado.

Por supuestos que no deseo un sacrilegio de tal naturaleza contra persona alguna y, mucho menos, contra uno de mis conciudadanos. Mi verdadero anhelo es que la obra de Jesucristo se ponga en práctica para beneficio de todos los cubanos. Que los verdaderos pastores del pueblo cubano: Boza Masvidal, Pérez Cerantes y Agustín Román sean paradigmas imperecederos para la obra de Dios en nuestra nación. Entonces podré regocijarme en las palabras del poeta bíblico: “La senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto”.

VISITENOS: A los efectos de tener acceso a comentarios como el que usted acaba de leer y a otros temas y noticias de actualidad internacional lo invitamos a que visite http://www.lanuevanacion.com

 

 
La Iglesia como Brazo del Castrismo PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Miércoles, 02 de Mayo de 2012 18:38

Por Jorge Hernández Fonseca.-

No es una traición a los principios cristianos de libertad para el pueblo cubano oprimido. Es el accionar de marxistas infiltrados en el aparato católico, controlándolo, discursando y llamando a la unión con la dictadura, para “dentro de 5 años tener algo mejor”, como descarnadamente propagandizan en el seno de nuestro exilio, atónico ante una realidad que sobrepasa la imaginación más atrevida: La Iglesia Católica Cubana, ya no está plegada a Raúl Castro, sino, incluida totalmente dentro de la nómina de sus aparatos.

La Iglesia Católica Cubana como Brazo del Castrismo

Jorge Hernández Fonseca

25 de Abril de 2012

Después de la visita del Papa Benedicto XVI a Cuba se ha producido un verdadero asalto a las posiciones opositoras por parte de las huestes de la dictadura cubana usando a la Iglesia Católica como brazo ejecutor. Tal parece como si la visita papal a la isla hubiera dado luz verde para el ataque coordinado en forma de conferencias, eventos y reuniones excluyentes, que han tomado como tema aparente la “reforma migratoria” anunciada por los oficiales castristas, pero lo que en realidad han hecho es dar un recado directo a la oposición: El castrismo raulista será el que encabece la transición a cualquier tipo de sociedad futura, con el apoyo de la Iglesia.

Una sucesión de noticias, frases y posicionamientos surrealistas han corrido a raudales por las páginas de Internet y las cadenas de noticias, pronunciadas en los eventos políticos organizados por la Iglesia dentro y fuera de la isla --controlados por el castrismo y sus colaboradores externos-- donde se han expresado conceptos que van desde afirmar que “la apertura política no es necesaria”, hasta que “Raúl Castro es la persona indicada para encabezar las reformas que la isla necesita”, una verdadera barbaridad para el futuro de Cuba.

Hasta el presente, el esquema de análisis colocaba a la jerarquía de Iglesia Católica Cubana como siendo controlada por personeros afines a negociar con el castrismo un apoyo interno, a cambio de ganar determinado espacio para expandir su credo, en fase a lo que se podría imaginar de una Iglesia que hasta ahora era sometida a un aislamiento limite dentro de la sociedad cubana, donde los valores políticos priman por sobre cualquier tipo de creencias.

La Iglesia Católica Cubana nos ha demostrado en estos días que en realidad el castrismo ha conseguido convertirla en una correa de transmisión más para el control de la sociedad cubana y ahora la lanza al exilio como parte de la campaña de cooptar la oposición externa, basado en que los mensajeros son religiosos y no políticos, ni “del partido”.

La Iglesia Católica Cubana, junto a los Sindicatos, los CDR y las Brigadas de Respuesta Rápida, cumplen su misión dentro de la isla de manera similar, tal es la penetración que los cuerpos de espionaje cubanos han conseguido hacer entre sus laicos y religiosos. No se trata del posicionamiento de grupos o de tendencias de subsistencia lo que se observa. Es un control claro y determinante en cuanto a ideología política, línea de procedimientos y ejecutoria, tratando de minimizar la oposición interna y denigrando al exilio que lucha por la libertad.

No es --como se podría imaginar-- una traición a los principios cristianos de libertad para el pueblo cubano oprimido. Es el accionar de marxistas infiltrados en el aparato religioso, controlándolo, discursando y llamando a la unión con la dictadura, para “dentro de 5 años tener algo mejor”, como descarnadamente propagandizan en el seno de nuestro exilio, atónico ante una realidad que sobrepasa la imaginación más atrevida: La Iglesia Católica Cubana, ya no está plegada a Raúl Castro, sino, incluida totalmente dentro de la nómina de sus aparatos.

Una sucesión de acontecimientos confirman lo dicho: primero, la dictadura anunció la reunión de representantes del régimen con exiliados seleccionados por su comportamiento dócil ante el castrismo, pero antes de producirse, una avalancha organizada por la Iglesia Católica Cubana --asociada al mismo tema-- ejecutó una reunión excluyente y a puertas cerradas dentro de la isla; celebró una conferencia en Nueva York invitando a un vocero de la nueva tendencia castrista de la Iglesia Católica Cubana, que vino al exilio a decirnos algo así como “perded toda esperanza”; hasta que finalmente el Cardenal Ortega en persona viajó a Estados Unidos para pronunciar el “úkase” definitivo: “hay que apoyar a Raúl, con mucha tolerancia y paciencia”.

El descubrimiento ahora es que estamos ante una Iglesia Católica Cubana que actúa como un brazo más del partido comunista de Cuba --ni más ni menos-- basado en la penetración profunda que el aparato de espionaje castrista ha logrado tejer en estos últimos 50 años dentro de sus esquemas jerárquicos y de mando, tanto religiosos como laicos. Todo con vistas a utilizarlo precisamente ahora, cuando es evidente el fracaso socialista. No se trata de una iglesia colaboracionista, se trata de una Iglesia penetrada, que cumple órdenes del partido.

Es la única manera de explicar lo sucedido desde que Raúl se vio en la necesidad e reunirse con la Iglesia como Institución --aparentemente independiente-- para resolver la crisis generada por la muerte del máritr Orlando Zapata, la huelga de hambre de Guillermo Farías y las manifestaciones de las Damas de Blanco. Es la explicación al silencio cómplice por la represión durante la visita del Papa. Es la explicación al espacio limitado que la dictadura ha ido dando a su nueva “organización de masas” y es la explicación más en fase con lo que hemos escuchado y leído en las últimas dos semanas y lo que probablemente todavía falta por escuchar y leer.

Este procedimiento de una dictadura derrotada en el aspecto ideológico, sometiendo a sus órdenes a la dirigencia católica cubana, puede producirse únicamente debido a que todavía mantiene dentro de la isla un control total de la información y los acontecimientos y quiere con esta nueva imagen (del apoyo católico a su régimen) ganar cierta credibilidad, para de esa manera continuar en las riendas del gobierno, que de otra forma sería imposible, en función del descalabro social, político, económico y moral al que ha sometido a la sociedad cubana.

Es posible que exista algún tipo de diferencia aleatoria entre los dirigentes católicos de la Iglesia cubana penetrada y la línea futura determinada por Raúl y sus generales, pero nada diferente a los enfoques diversos que hay entre el propio Raúl y alguno de sus asesores, en cuanto a conveniencias o no de algún aspecto secundario de lo que debe hacerse. Independiente de detalles más o menos importantes, lo cierto es que estamos ante un brazo más de la dictadura que nos oprime desde hace medio siglo y que pretende continuar oprimiéndonos.

De manera que, la Iglesia Católica Cubana ha pasado --debido a su compromiso castrista de dependencia-- a ser una Iglesia apócrifa, no importa el apoyo que el Papa le ha dado recientemente. La dictadura seguramente no tomará decisiones en el aspecto interno doctrinal y probablemente tampoco en cualquier otro aspecto que pueda lesionar la acción católica como comprometida con la religión y al mismo tiempo con los valores comunistas de la dictadura (cosa difícil) pero que en la Iglesia de Cuba no parece serlo, por su compromiso castrista.

Los católicos de dentro de la isla deberían tomar providencias, sabiendo separar los aspectos asociados a la fe y los asociados a los deberes con una patria libre, que en este caso deben estar por encima de cualquier mandato institucional eclesiástico, ya que nunca estará claro el objetivo de cada pronunciamiento que provenga de los dirigentes católicos cubanos de dentro, sean religiosos o laicos, pues este pudiera haber sido elaborado en los laboratorios de la policía política del régimen, para ir llevando el rebaño al matadero. Oswaldo Payá denunció adecuadamente estos procedimientos espurios, pero ahora se trata de algo más serio, la Iglesia Católica Cubana como Institución actúa como brazo de la dictadura en sus planes de dominio.

Dos aspectos quedan claros: primero, Raúl Castro pretende liderar la transición de Cuba hacia el capitalismo que sus generales imaginan (conservando las riendas del poder) y segundo, para esta aventura innoble cuentan con la iglesia Católica Cubana, ya “destapada” como uno de sus “organizaciones de masas”. Lo anterior luce muy bien en el contexto de apoyo latinoamericano y de sectores estadounidenses. Solamente no “cierra” por la oposición monolítica del exilio, de la oposición interna y de los millones de hombres y mujeres dignos dentro y fuera de la isla.

Artículos de este autor pueden ser encontrados en http://www.cubalibredigital.com

 
El Cardenal no tiene quien le olvide PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Miércoles, 02 de Mayo de 2012 18:33

Por Pedro Corzo / Radio Martí, Especial para martinoticias.com

Ver y escuchar a Jaime Ortega y Alamino es un viaje en el tiempo, una visita a las cortes europeas cuando los petimetres y majos hacían de las suyas en la sociedad de la época.

Por supuesto que el rol que le aviene a Ortega y Alamino es el de petimetre. Es acicalado, presuntuoso y vanidoso, el pecado preferido de Satanás, como apunta Al Pacino, en el Abogado del Diablo.


Ortega y Alamino es de esas personas que por sus palabras y conducta genera numerosas críticas, por lo que sería interesante conocer las relaciones de este individuo con sus compañeros en el Seminario y cuales fueron las características que le distinguieron de sus pares para llegar a ocupar la posición de Príncipe de la Iglesia.


Por su conducta se puede suponer que  escogió la carrera eclesiástica, más por interés que por fe. En la Cuba castrista tenía tres avenidas a elegir, gobierno, oposición y la iglesia, esta última, si se asumía con obediencia al poder temporal, sería menos escabrosa y con su conducta  dúctil y obediente, tenía el futuro asegurado


El que tal vez sea el obispo mas petulante en toda la historia eclesiástica cubana, no honra en ninguna medida el evangelio que predica y menos todavía puede inspirar la confianza necesaria para que partes en conflictos intenten conciliar diferencias y vincularse a un propósito común con posibilidades de éxito.


Ortega es incapaz, y de ahí la interrogante de cómo fue que llegó a Cardenal,  de insuflar los valores del cristianismo y menos aun de predicar la ética sobre la que se sustenta el mundo occidental y si alguien tenía dudas al respecto debieron quedar disipadas cuando dijo que Monseñor Agustín Román le había planteado que no hablara en el exilio de Reconciliación porque era un asunto escabroso.


La manifestación de Ortega presenta a Monseñor Román como un hipócrita, con un proceder bien contrario a la conducta de un pastor que siempre favoreció la verdad, la justicia y la reconciliación.


Román  nunca predicó el odio y fue un incansable laborante por un mayor entendimiento entre cubanos, en particular entre las dos orillas de la Iglesia, lo que si es seguro, sin haber estado próximo a Monseñor Román, es que jamás hubiera favorecido un entendimiento con Fidel y Raúl Castro, como evidentemente Ortega propicia.


Ortega y Alamino comparte la tesis de la clase dirigente castrista de que es necesario destruir los paradigmas de la Cuba del futuro y Monseñor Román como el también desaparecido Obispo,  Eduardo Boza Masvidal, son referentes éticos para los cubanos de hoy y de mañana.


Ortega también traiciona lo que predica cuando muestra un extremo desprecio por aquellas personas que en su opinión no tienen formación académica o un bajo nivel cultural, todo parece indicar que solo predica para generales y doctores, para personas que  considera sanas mentalmente,  porque al parecer opina que para enfrentar el totalitarismo hay que estar loco de remate, y evidentemente el es un sacerdote muy cuerdo. Ortega que mintió cuando dijo que los ocupantes de la Iglesia de la Caridad habían sido expulsados sin violencia, al parecer ignora que la mentira es un grave pecado.


Durante su lamentable presentación en la Universidad de Harvard, acusó a los exiliados de organizar y promover las protestas en Cuba, lo que ofende a ese notable grupo de hombres y mujeres en la isla, que sin la protección del Vaticano y sin más escudo que sus convicciones, sostienen una firme lucha por sus derechos, que una parte  de la jerarquía católica cubana prefiere ignorar.


El cardenal de un país que vive en la miseria viste ostentosamente. Gusta del perfume y de uñas arregladas, pero lo que es peor, es de una hipocresía sin límites. Hasta su amabilidad es falsa y marca distancia con su interlocutor si considera que este no se ajusta nivel en el que supone se encuentra. Sigo, nada mas lejos del Cristo que dice haber abrazado.


Para concluir Ortega y Alamino, reproduce el lenguaje denigratorio del exilio que práctica la dictadura y sus asociados fuera del país.


Describe un exilio intolerante, odiador de oficio, capaz de perseguir y execrar a quienes disienten de la mayoría, como si no fueran amplios sectores del exilio los que históricamente han trabajado económica y políticamente a favor del pueblo cubano y mostrado una solidaridad activa cuando así lo han demandado las circunstancias.


Por otra parte el exilio no es una entidad centralizada, no responde a un liderazgo sublime, por lo que no se debe hablar del exilio como una ente único.


Cardenal, la represión esta en Cuba. La violencia oficial esta en la isla. El exilio no es una entidad homogénea, pero existe democracia hasta para equivocarse,  porque no  responde a la voluntad de caudillos ni jerarcas que distan mucho del amor y comprensión que Cristo predicó.

 
«InicioPrev351352353354355356357358359360PróximoFin»

Página 351 de 481