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Artigos: Cuba
Sin Rousseff no hay lineamientos PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Domingo, 26 de Octubre de 2014 12:00

Por Manuel Cuesta Morúa.-

La segunda vuelta de las elecciones en Brasil decidirá derroteros dentro y fuera del gigante suramericano. De perder Dilma Rousseff, estaremos frente a la primera gran derrota del populismo del siglo XXI en América Latina.

Dilma Rousseff y Aécio Neves

El impacto sobre Cuba de un revés del Partido de los Trabajadores tomará connotaciones demoledoras. Si la Zona Especial de Desarrollo de Mariel (ZEDM) tiene problemas ocultos, la victoria de Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), los sacará a relucir. También se darán a conocer otras dificultades asociadas a la calidad y al sentido estratégico del proyecto. Cuando la razón de Estado no se imponga, saldrán a la luz los protocolos secretos que evidencian la naturaleza de la colaboración económica entre los gobiernos de Cuba y de Brasil. Especialmente porque en este último país, la prensa funciona y se lanzará sobre esta información.

El hecho de que el puerto de Mariel no esté realmente en marcha ya es un problema grave para el gobierno cubano y hacia él apunta toda la responsabilidad. La empresa Odebrecht ejecutó el proyecto y el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) pagó las cuentas. Así que todos en el Gobierno de Brasil están contentos. Si Rousseff gana esta segunda vuelta electoral, solo tendrá que hacer ciertas preguntas discretas a las autoridades de la Isla y enviar emisarios de cuando en cuando para cuestiones de logística y asesoramiento. Si no quedaran opciones, pues el propio Lula da Silva podría intentar arreglar los entuertos. Hasta ahora, con el puerto de Mariel, Brasil solo se juega el prestigio de su visión estratégica fuera de sus fronteras.

La inversión brasileña en Mariel (...) responde a esa visión populista que intenta propiciar grandes inversiones y fuerte participación del Estado en mega proyectos

Por el contrario, si Rouseff pierde, el mal funcionamiento del puerto de Mariel será un problema agravado tanto para el Gobierno cubano como para el PT. Encima de eso, el debate soterrado en Cuba, tanto en ámbitos profesionales como ambientalistas, en torno a la necesidad y viabilidad de esa Zona de Desarrollo, volvería a encenderse con fuerza si mañana las urnas no favorecen al oficialismo.

Falta mucho por hacer en la ZEDM porque seis meses después de inaugurado el puerto, solo habían pasado por él 57 barcos. Para empezar, se necesita un dragado mayor para que puedan entrar los llamados barcos SuperPanamax, que transitarán por el renovado Canal de Panamá y el puerto de Miami, también reestructurado. Esto sin contar la competencia con Jamaica y otras islas del Caribe donde se desarrollan proyectos más económicos.

La inversión brasileña en Mariel, que fue la apuesta personal del propio Lula, responde a esa visión populista en economía que intenta propiciar grandes inversiones y fuerte participación del Estado en mega proyectos que, con cierta viabilidad económica, y disciplinando los ámbitos monetarios y fiscal, le garanticen ser agente principal del desarrollo por encima del sector privado y de las clases medias, y le posibilite controlar a la sociedad y manipular la agenda de la pobreza.

En Brasil, este modelo populista no ha llegado a triunfar completamente porque antes de Lula había allí ya una economía creciente y porque, con sus defectos, la democracia funciona a partir del gran consenso social entre todos los sectores de la sociedad. Pero la Venezuela degradada de Chávez implementó este modelo, con los resultados que estamos viendo.

Una victoria de Aécio Neves (...) haría temblar la diplomacia médica que explota mano de obra profesional

Esta opción estratégica comenzaría a cerrarse para Cuba si es que asistimos al funeral político de Dilma Rousseff. Se debilitaría la santa alianza populista que se ha activado en la región, de la cual Brasil, no la Venezuela de Maduro, es el principal garante, y el tema de la violación de los derechos humanos en Cuba tendría menos obstáculos en el hemisferio. No obstante, no habría que asumir que una victoria de Aécio Neves reanimaría sustancialmente el tema de la democracia y las libertades fundamentales tanto en la región como en Cuba.

Antes de Lula, estaba Henrique Cardoso y Brasil no destacaba entonces como un crítico visible y sistemático de la situación de derechos humanos en Cuba. Lo que responde a dos fenómenos tradicionales de la diplomacia brasileña: su búsqueda permanente del consenso internacional, evitando los conflictos o contenciosos diplomáticos, y su concepción continental de América Latina como Sudamérica, sin el Caribe.

La diplomacia puede cambiar, en tanto Brasil es un actor global de primera importancia, pero las tradiciones no tienden a cambiar con la alternancia de gobiernos.

Pero en todo caso, una victoria de Aécio Neves le daría menos terreno especulativo al gobierno cubano y haría temblar la diplomacia médica que explota mano de obra profesional. Más allá de los descalabros económicos que podría traer, una derrota del PT incidiría contra la continuidad del modelo geoestratégico de los nuevos populismos latinoamericanos, dentro del cual Brasil ha intentado insertar a Cuba.

Sin Rousseff, Castro tendrá que abandonar completamente los Lineamientos, disfuncionales, del Partido Comunista de Cuba. Estamos en la hora de los rezos.

14YMEDIO

Última actualización el Viernes, 31 de Octubre de 2014 09:32
 
Fue Cuba PDF Imprimir E-mail
Escrito por Tomado de INFOBAE   
Lunes, 03 de Noviembre de 2014 10:19

Por Carlos Alberto Montaner.-

Juan Bautista Yofre ha publicado otro importantísimo libro: Fue Cuba. Tata Yofre es un notable periodista argentino que dirigió la inteligencia de su país en tiempos de Carlos Menem. De esa experiencia le quedaron su pasión por la información exacta y algunos contactos muy valiosos.

Yofre tuvo acceso nada menos que a 11.000 documentos de la inteligencia checa que detallan minuciosamente la intervención clandestina de Cuba en los asuntos internos de medio planeta, y muy especialmente, en América Latina.

A ese espasmo imperial cubano se le llamó “Operación Manuel”. Los servicios checos, muy controlados por la URSS, fueron escogidos por Moscú y por el KGB para coordinar con La Habana los esfuerzos subversivos. Los soviéticos querían borrar sus propias huellas.

¿Qué hizo el castrismo en Argentina? Algo terrible: en los primeros años de la década de los sesenta contribuyó a descarrilar la débil instauración de la democracia civil en tiempos de José María Guido y Arturo Illia. Entonces pasaron por La Habana, en busca de ayuda y pertrechos, decenas de argentinos violentos, desde Mario Roberto Santucho hasta John William Cooke.

Cuba inspiró, adiestró, armó y lanzó un movimiento guerrillero contra una Argentina que, bajo la dirección de un médico honrado, Arturo Illia, luchaba por estabilizar la Nación, enterrar el militarismo y colocar de nuevo al país bajo la autoridad de la ley. Fueron a luchar contra la democracia.

En esa época, el periodista Jorge Massetti, encandilado por la experiencia cubana –vivía en La Habana y dirigió Prensa Latina— se infiltró en Salta, al noroeste de Argentina, al frente de un grupo armado, al que llamaron “Ejército guerrillero del pueblo”,  para recrear en su país de origen la experiencia castrista y erigir una dictadura comunista.

Massetti eligió el pseudónimo “Comandante Segundo”. El “primero” era su amigo Ernesto Che Guevara, quien se hubiera incorporado a la lucha, a la cabeza del grupo, tan pronto se consolidara un frente guerrillero. Pero no pudo ser. El ejército liquidó rápidamente aquella delirante aventura. El cadáver de Massetti jamás apareció.

En toda América Latina sucedió lo mismo. En Uruguay, la Suiza de América –como ha documentado convincentemente el expresidente Julio María Sanguinetti– la izquierda castrista, encabezada por los tupamaros, comenzó a robar armerías y bancos, y secuestró, asesinó y asaltó cuarteles, provocando la reacción violenta y, a veces, criminal, de los militares.

El actual candidato a vicepresidente por el Frente Amplio, Raúl Sendic, nacido en 1962, acabó estudiando en Cuba del 80 al 84 (lo que acaso lo vacunó contra ese disparate) porque su padre, de igual nombre, fue la cabeza, el corazón y la primera pistola de aquella lamentable banda terrorista que tanto daño le causó al país, aunque hoy intenten reescribir esa trágica historia.

¿Por qué Cuba tuvo tanta influencia? En esencia, por la personalidad mesiánica de Fidel Castro, quien, por desproporcionado y loco que fuese el proyecto, se decidió a conquistar el planeta y poner de rodillas al odiado vecino estadounidense, como advirtiera en una carta escrita en el verano de 1958 a su amante y confidente Celia Sánchez: “Cuando esta guerra se acabe –escribió–, empezará para mi una guerra mucho más larga y grande: la guerra que voy a echar contra ellos. Me doy cuenta que ése va a ser mi destino verdadero”.

Y así fue. A partir de la derrota de Batista, Castro convirtió a Cuba en una gran base revolucionaria dedicada a la acción armada internacional. Como me dijo un excomandante sandinista: “Más que un país, Cuba era un nido de ametralladoras en movimiento”.

“Hacer la revolución” en cualquier parte era el leitmotiv de Fidel Castro, su pasión más íntima y persistente. Para ello buscó la protección de la URSS, suscribió el modelo represivo estalinista y el no menos letal colectivismo marxista-leninista, se alió a todos los movimientos de liberación preexistentes, como el argelino, o contribuyó a crearlos en cualquier parte, como el ELN colombiano, ofreciendo armas, adiestramiento, dinero, y una metodología basada en la experiencia cubana, a la que llamó “foquismo”.

¿Por qué esa locura? Porque Fidel Castro, que creció en olor de tiroteos y gangsterismo, en su juventud, en 1947, durante la frustrada expedición contra el dictador dominicano Trujillo, montada en Cuba con la colaboración de la “Legión del Caribe”, y luego en el bogotazo de 1948, había adquirido “el síndrome del condottieri”, ese marcador trallazo de adrenalina que dan las aventuras militares y la posibilidad de realizar hazañas que te claven para siempre en la historia y en la atemorizada memoria de los hombres.

No en balde, por aquellos años tumultuosos, prediciendo su destino fulgurante, se cambió su segundo nombre. Se llamaba Fidel Hipólito y se puso Fidel Alejandro. Su destino era conquistar el mundo. Su caballo de batalla no se llamó Bucéfalo. Se llamó Cuba. Fue Cuba.

 
Cuestión de realpolitik PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Martes, 21 de Octubre de 2014 09:52

Por Jorge Olivera Castillo.-

En realidad, Raúl Castro no tiene por qué preocuparse. Cada día gana mayores credenciales como un dictador soportable.

Resulta curioso que las fugas desde Cuba apenas tengan eco mediático, cuando se trata de uno de los fenómenos sociales más críticos.

Semana tras semana decenas de cubanos se las ingenian para irse del país por vía marítima, a menudo sobre artilugios sin las mínimas condiciones que garanticen el arribo a los lugares de destino.

La lista de muertos y desaparecidos ha aumentado drásticamente a causa del número de personas que usan esta vía de escape y la mayor distancia a cubrir en condiciones tan precarias. Llegar a EEUU desde la Isla ya no es tan fácil como antes de la Ley pies secos-pies mojados que solo permite el ingreso de los balseros que logren tocar tierra.

Debido a estos impedimentos, la gente prefiere probar suerte dirigiéndose hacia las costas de Panamá, Nicaragua, Honduras o México con la intención de trasladarse hasta la frontera sur norteamericana, pagarle a algún guía furtivo y beneficiarse con la Ley de Ajuste Cubano.

Por otro lado no se detienen las "deserciones" de profesionales del sector cultural, deportivo y de la salud pública. Procedimientos de evasión generalmente exitosos, a no ser que el plan se frustre por algunos de los policías encubiertos que suelen formar parte de las respectivas delegaciones.

Dentro de la lista de olvidos hay que mencionar las incidencias represivas. La prensa internacional tampoco refleja en sus coberturas lo que sucede en las cárceles con los presos políticos, los actos de repudio que incluyen el vandalismo de las turbas parapoliciales contra los actividades proderechos humanos, entre otros asuntos que ponen de relieve la arbitrariedad del régimen.

El desbalance informativo favorece a Raúl Castro y lo que representa.

Al analizar los hechos se presume de la existencia de un proyecto transnacional que, en esencia, busca legitimar un estatus quo que podría evolucionar hacia formas menos autoritarias en plazos imposibles de prever.

La acogida a la dictadura cubana sin concesiones de peso en instituciones de la región e internacionales refuerza las sospechas de que se está apostando por la articulación, a mediano plazo, de un modelo similar al chino, con sus retoques para hacerlo viable en el Caribe insular.

El énfasis el levantamiento unilateral del embargo y la proverbial estrategia de no enfocarse en temas demasiado controversiales a la hora de hacer los reportes y análisis definen, en el caso de los medios foráneos acreditados en La Habana, una política que deja abierto el camino a las dudas.

Con esos truenos, cualquier indicio sobre la posibilidad de que se estructure una democracia en Cuba bajo el mando del General-Presidente, es falso.

Incluso con su sucesor (¿Díaz- Canel o Machado Ventura?) las oportunidades para el pluripartidismo y el pleno ejercicio de los derechos fundamentales seguirían siendo cuestionables.

Mientras se acerca el desenlace que podría ser la continuidad por otras vías, sigue la estampida con sus bajas colaterales y el contubernio político-  mediático.

En realidad, Raúl Castro no tiene por qué preocuparse. Cada día gana mayores credenciales como un dictador soportable.

DIARIO DE CUBA

Última actualización el Domingo, 26 de Octubre de 2014 12:08
 
La desesperada ofensiva de Raúl Castro PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Sábado, 18 de Octubre de 2014 22:32

Por Carlos Alberto Montaner.-

Raúl Castro ha desatado una desesperada ofensiva sobre Washington. Cree que en ello se juega el destino de la revolución. Le preocupa intensamente que la catástrofe venezolana acabe por eliminar o reducir drásticamente el subsidio que recibe Cuba.

La situación es apremiante. Raúl tiene 83 años y se siente abrumado. Se ha comprometido a dejar el poder en el 2018. Para entonces habrá gobernado inútilmente durante 12 años. Ya sabe que su reforma económica no funciona. Aumenta exponencialmente el número de balseros y desertores. Nadie tiene ilusiones con sus "Lineamientos". La consigna es huir.

Última actualización el Sábado, 25 de Octubre de 2014 12:33
 
¿Fin de los Héroes y las Utopías? PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Viernes, 17 de Octubre de 2014 12:49

Por Pedro Corzo.-

Una ojeada superficial al mundo permite apreciar los dramáticos cambios ocurridos en las últimas décadas en los campos de la ciencia, política y economía, aspectos que evidentemente han influenciado de diferentes maneras en el ser humano.

Un aspecto notable es que las personalidades de extrema vitalidad, carismáticas, que tal parecía interpretaban la voluntad de la naturaleza y hasta parecían sojuzgarla, porque poseían una voluntad y capacidad excepcional,  al parecer han disminuido.

Otro, sin que signifique en fin de las singularidades, es que los proyectos populistas globales no sintetizan designios ideológicos. Son exclusivamente métodos para alcanzar y conservar el poder, aunque es válido reconocer el renacimiento de visiones teocráticas, que aspiran extender su presencia y control a diferentes latitudes.

Pero evidentemente, salvo lo antes referido, los idealistas del presente tienen proyectos más modestos y dejan la tarea de un gobierno mundial, de un mundo sin fronteras, a los tecnócratas y financistas que han hecho posible la conversión del mundo en una aldea global.

Los líderes de estos tiempos no fundamentan su poderío en condiciones personales de excepción. Los paladines contemporáneos son, salvo excepciones, incluyendo los políticos, productos corporativos y del compromiso.

Existe una propensión a la negociación, al entendimiento, a procurar perder lo menos posible en bienes contables, porque los valores éticos-morales han disminuido en importancia en los diferendos internacionales, nacionales y  gerenciales.

Todo parece indicar que la globalización del conocimiento y de ciertas actividades ha estimulado la multiplicación de un hombre inteligente pero de convicciones flexibles y de tolerancia tan extrema que en algún momento puede hasta perder su  identidad e ignorar lo que decían representar.

No obstante en el mundo moderno persisten individuos y entidades que defienden numantinamente sus conceptos y valores, al extremo que un pragmático del cualquier tiempo los  calificaría de arcaicos y completamente desenfocados.

Estos reductos no disfrutan de simpatías porque en realidad son una especie de alienados en una sociedad de extrema laxitud y permisividad, porque conservan sus principios  y están dispuestos al sacrificio extremo.

Los héroes de antaño, ya fuese por su capacidad de interpretar la realidad o por su aptitud para vender quimeras junto a la no menos importante cualidad de poder seducir o aniquilar a los inconformes,  han marcado la historia con pasos tan firmes que los acontecimientos más importantes de ésta, están sintetizados en un nombre, en figuras paradigmáticas que no se pueden soslayar.

Sin duda estos personajes no siempre fueron justos,  pero las más de las veces estaban asistidos por convicciones que le permitían incursionar en los predios de la muerte y sobrevivir,  con  la  energía suficiente para imponer sus criterios.

La inteligencia y lucidez junto a la capacidad de riesgo eran el sostén de su propósito. Poseían vocación de sacrificio, contaba con una férrea disciplina y una fe tan profunda en alcanzar la meta que seducían a sus seguidores  de tal forma que eran capaces de entregar la vida por el ideal que el conductor decía interpretar.

Algunos se preguntaran el motivo de estas reflexiones,  y es porque se aprecia que los valores éticos que inculcaron padres y maestros del pasado,  están en una bancarrota tan aguda que las personalidades excepcionales de las últimas generaciones orientan sus cualidades a la consecución de sus propósitos personales sin o mínima preocupación, por el bienestar de su comunidad.

La indiferencia, y a veces hasta la repulsa ante el sacrificio de Abel, es más frecuente en estos tiempos que en ningún otro del pasado.

Aparentemente la última generación que fue capaz de concretar una voluntad de cambio sobre expectativas idealistas y en una dimensión mundial, fue la que directa o indirectamente participó, antes o después en lo que sintetizó Mayo del 68.

Aquellos jóvenes en una conjunción inexplicable de anhelos y propósitos y como obedeciendo un mandato telúrico que convocaba al cambio,  propugnaron la renovación de los valores éticos, el replanteo de la sociedad y exigió el respeto a su individualidad y el uso sin restricciones de sus derechos.

Paradójicamente en aquellos tiempos  donde apenas se expresó la juventud fue en los predios del totalitarismo, por lo que es conveniente preguntarse, ¿El proceso de desarrollo económico acelerado, tendrá los mismos resultados de domesticación del hombre que el totalitarismo?

Sin embargo es mejor que no haya necesidad de héroes. Es preferible una sociedad justa y equilibrada, donde los derechos de todos estén garantizados, sin tener que recurrir a gestas que traumaticen al individuo.

Pero también como se ha demostrado que los extremos son negativos, hay que estar alerta en que un civismo de  pragmatismo ramplón, no genere en el futuro un hombre nuevo que tenga como único objetivo la satisfacción exclusiva de sus propósitos, mientras cancela sus compromisos con la tribu.






Pedro Corzo

Periodista
Última actualización el Domingo, 26 de Octubre de 2014 11:02
 
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