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Artigos: Cuba
En Cuba sí que hay una crisis humanitaria PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Domingo, 03 de Marzo de 2024 19:26

Por ROBERTO ÁLVAREZ QUIÑONES.- 

¿Cuál es la definición internacional de crisis humanitaria? Con total exactitud no hay ninguna. El consenso en Naciones Unidas y entre los expertos es que hay una crisis humanitaria cuando un país o región sufre conflictos armados, desastres naturales, o el deterioro de la economía causa altos niveles de mortalidad y malnutrición, contagio de enfermedades, o falta de agua potable.

Esa amalgama a priori parece adecuada, pero está incompleta. Por eso nadie en el mundo considera que en Cuba hay una crisis humanitaria. Sucede lo mismo que con "Estado fallido", se aplica la tesis del poeta español Ramón de Campoamor: "todo es según el color/ del cristal con que se mira".

Mal asunto. No puede haber distintas coloraciones para conceptuar algo tan serio como el hambre y la malnutrición prolongada de seres humanos, la miseria extrema masiva, la muerte o agravamiento de enfermedades por falta de medicamentos. Y todo eso está ocurriendo en Cuba ahora mismo.

Y como todas las crisis humanitarias no tienen la misma magnitud, a mi modo de ver se hace imperativo establecer gradaciones. Clasificarlas como de categoría (A) las de gran magnitud, (B) las de mediana intensidad; y (C) las de baja intensidad. O a la inversa, o como se les quiera llamar.

La de Cuba quizás podría considerarse como B, o C, comparada con otras peores, pero crisis humanitaria al fin.  La izquierda, hoy más gramscista que marxista, influye o domina infinidad de medios de comunicación, gobiernos y la burocracia de la ONU, y abrumadoramente se sigue hablando de Cuba a los acordes ya desafinados del mito inventado por Fidel Castro de la "revolución cubana", humanista, socialista, en la que no puede haber tragedias sociales.

Pamplinas. En Cuba hay gente que muere de hambre causada por una desnutrición crónica prolongada, o aguda, que deteriora fatalmente el sistema inmune, causa un debilitamiento extremo imposible de revertir en la Isla por falta de alimentos, medicamentos y suplementos dietéticos.

Pero el régimen de Raúl "el Cruel" las oculta. Atribuye esas muertes a otras causas, como hizo cuando la pandemia. Reitero aquí que una prima hermana mía y su esposo murieron de Covid-19 en julio de 2021 en Ciego de Ávila, pero el certificado de defunción dice que murieron de asma. Ninguno de los dos jamás padeció de asma.

Son terribles los reportes de periodistas independientes acerca de personas, sobre todo ancianas, en harapos, demacrados, visiblemente desnutridos, extremadamente delgados. No pocos se desmayan en las calles.

Ancianos cubanos desfallecen en la calle, abatidos por el hambre

Recientemente, en La Habana, un anciano de 83 años llamado Rafael, llorando, casi sin voz, medio desfallecido, le dijo al periodista Javier Prada: "Mi'jo, en la bodega no hay nada, en mi casa no hay nada". Rafael no había desayunado, no había comido la noche anterior y no recordaba si había almorzado el día anterior.

Como promedio los cubanos de a pie comen una sola vez al día y muy poco. Muchas veces ninguna, como Rafael. El desayuno ya no existe. Y lo poco que comen tiene bajísimo valor proteico, calórico y vitamínico.

Más del 90% de los cubanos vive en la extrema pobreza. Para el Banco Mundial hoy viven en la extrema pobreza quienes tienen un ingreso inferior a 2,15 dólares diarios, el doble del ingreso promedio actual en Cuba, donde el salario promedio es de unos 4.200 pesos mensuales, 34,14 dólares al cambio oficial de 123 pesos por un dólar, o sea 1,13 dólares diarios.

Pero eso es nominal. Realmente el ingreso promedio es de 14 dólares mensuales al cambio de 300 pesos por dólar en el mercado monetario callejero. El salario mínimo no llega a los 7,00 dólares, las pensiones de los jubilados no alcanzan los 5,00 dólares mensuales.

El sistema de salud pública está prácticamente colapsado. Muchas personas mueren, se enferman de gravedad, o empeoran de sus males por falta de medicamentos y de la atención médica necesaria.

Cientos de miles de ciudadanos viven en casuchas o chozas improvisadas sin suministro de agua, ni alcantarillado, ni electricidad, en barrios rodeados de aguas negras. La otrora deslumbrante ciudad de La Habana se cae a pedazos, se desploman más de 1.000 casas o edificios al año. Pululan los basureros nauseabundos en las calles, y personas harapientas buscando algo de comer, o para vender y poder comprar algún alimento.

La mayoría de las personas no huele bien. Carecen de productos para el aseo personal, y para lavar los platos en los que comen. Hay masivos apagones diarios debido al abandono del Gobierno ante la obsolescencia de la vetusta industria energética, y por falta de combustible.

Muchos ciudadanos se trasladan a pie, o en carretones por falta de transporte debido a la escasez de combustible, de vehículos y piezas de repuesto.

Bandas de criminales asesinan a cualquiera en la calle para robarle el teléfono, o asaltan y saquean viviendas, autobuses, trenes y automóviles. Constantemente hay salvajes feminicidios.

Imaginemos que en Uruguay o Argentina ocurriese lo mismo

Ahora hagamos una abstracción muy ilustrativa. Imaginemos que en Uruguay o Argentina ocurre lo mismo que en Cuba.  Muy probablemente sería clasificada como crisis humanitaria. De entrada, por pura sorpresa y asombro, por tratarse de una desgracia inesperada en dos de los países de mayor nivel de vida en América Latina, que azotados por una súbita gran desgracia se han desplomado y necesitan ayuda internacional.

Pues bien, Cuba en 1958 junto a Uruguay y Argentina conformaba la tríada de naciones con más alto nivel de vida en América Latina. El ingreso per cápita cubano duplicaba al de España y superaba al de otros seis países de Europa. O sea, si no hubiese sido sovietizada, Cuba estaría entre los países de Latinoamérica con más alto nivel de vida, y posiblemente más cerca del Primer Mundo que los demás. Y si no lo está y su gente pasa hambre ha sido igualmente por una gran desgracia, solo que esta vez no súbita, sino que tiene ya 65 años de edad.

Si al socialista secretario general de la ONU, Antonio Guterres, o a los también izquierdistas Tedros Adhanom, director de la OMS, y Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, o a los presidentes Gustavo Petro, Lula, o López Obrador, o a la mayoría de los gobernantes de Africa y Asia, les preguntan si en Cuba hay una crisis humanitaria lo negarían. Dirían que las "dificultades" que tiene Cuba son causadas por el embargo de EEUU.

No solo los conflictos bélicos y las catástrofes naturales provocan crisis humanitarias. Y tácitamente así lo considera la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), al informar que hay en el mundo 235 millones de personas que necesitan asistencia humanitaria, y casi la mitad de ellos vive en países en los que no hay guerras.

Sin pan hasta fines de marzo

Otro detalle: según la FAO, entre otros factores el hambre en los países pobres de Asia y Africa aumenta "debido al rápido crecimiento de la población" y hay más bocas que alimentar. En Cuba hay cada vez menos bocas que alimentar con la emigración masiva, y el hambre sigue aumentando. ¿Por qué? La FAO no ha dicho ni pío al respecto.

No hay guerra en Cuba, pero ahora mismo no hay pan en las bodegas, hasta fines de marzo, lo cual agravará el hambre de mucha gente. El país necesita que México y Venezuela le regalen el 66% del combustible que consume, que periódicamente lleguen a puertos cubanos barcos con alimentos donados. Y si no hay muertes masivas por hambre es porque la diáspora envía a la Isla miles de millones de dólares y paquetes de alimentos.

Hace unos días de Brasil llegó al puerto del Mariel un barco con leche en polvo, arroz, maíz y harina de soja, por valor de 50 millones de dólares, todo pagado por el régimen medieval de los Emiratos Árabes Unidos. También de China, Vietnam, Rusia, y otros países arriban barcos con alimentos donados. Y desde EEUU, el ogro que la "bloquea", la Isla recibió en 2023 donaciones humanitarias por más 36 millones de dólares.

Conclusión: no importa el color de los cristales, en Cuba sí hay una crisis humanitaria. Y si por ahora no es de gran intensidad, lo será si la comunidad internacional la sigue ignorando, y si no se sanciona a la mafia gubernamental que la causa, cada vez con mayor impunidad.

DIARIO DE CUBA

Última actualización el Domingo, 17 de Marzo de 2024 22:58
 
La “Revolución Cubana”, un bodrio carente de virtudes para los cubanos PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Sábado, 24 de Febrero de 2024 23:21

ESPAÑA SE AFERRA A SU COLONIA CUBANA. Por Alfredo M. Cepero. - Cuba  Democracia y Vida

Por Jorge Hernández Fonseca.- 

Todo lo mal hecho se justifica en la Cuba de los hermanos Castro como siendo producto de lo que la dictadura llama “bloqueo imperialista” de los Estados Unidos, como si el asesinato por fusilamiento de miles de cubanos fuera producto del “bloqueo” y no de la ideología marxista que llama a eliminar a todo “el enemigo de clase”, es decir, fusilar a aquel que simplemente no esté de acuerdo con el desastre revolucionario. Como si el “bloqueo” fuera el culpable de que confiscaran las tierras de los campesinos, y a los pocos que quedaron se les prohibiera vender sus productos agrícolas directamente.


La “Revolución Cubana”, un bodrio carente de virtudes para los cubanos

Jorge Hernández Fonseca

4 de Febrero de 2024


Resulta extraño --comprendo-- asociar la palabra “virtud” a la llamada “revolución cubana”, incluso sabiendo que la misma ha implantado una dictadura, que siempre va a carecer de tal adjetivo. Sin embargo, el ideólogo que concibió un sistema como el cubano, Vladimir Lenin, defendió la ‘dictadura del proletariado’ como siendo un procedimiento lleno de virtudes, debido a que esa dictadura protegería lo que imaginaba fueran ventajas para la mayoría del pueblo ‘explotado’, ya que impediría que el capitalismo regresara y continuara ‘explotando’ al pueblo.


Sin embargo, la “revolución cubana” implantó una dictadura que ha destruido la economía, el tejido social, la cultura nacional, la estructura física de las ciudades y pueblos de la isla, sin haber podido evitar los males que ellos enunciaron del capitalismo, como son la explotación de los trabajadores --hoy más que nunca-- la pobreza, extensiva a todas las clases sociales en la isla, la miseria, creciente debido a los bajísimos salarios, y un largo etcétera de deterioro cultural, moral y social, como no ha habido antes en la historia de la isla de Cuba.


Todo lo mal hecho se justifica en la Cuba de los hermanos Castro como siendo producto de lo que la dictadura llama “bloqueo imperialista” de los Estados Unidos, como si el asesinato por fusilamiento de miles de cubanos fuera producto del “bloqueo” y no de la ideología marxista que llama a eliminar a todo “el enemigo de clase”, es decir, fusilar a aquel que simplemente no esté de acuerdo con el desastre revolucionario. Como si el “bloqueo” fuera el culpable de que confiscaran las tierras de los campesinos, y a los pocos que quedaron se les prohibiera vender sus productos agrícolas directamente. Como que la falta total de mantenimiento de ciudades, acueductos, aeropuertos, hospitales, escuelas en la ciudad y en el campo (ya no queda una) fuera culpa del “bloqueo”. Simplemente, no hay nada positivo en la “revolución cubana”, porque la misma está atada a un anti-norteamericanismo enfermizo, que no es ni utilitario ni virtuoso.


Cuando un pueblo decide hacer una revolución, siempre es pensando en mejorar. Sin embargo, en la Cuba castrista no hay ningún acápite que pueda señalarse como que ha mejorado, salvo la vida de los “cuatro gatos” que dirigen el partido comunista cubano. La culpa siempre la carga el “bloqueo”, que, incluso también es culpa de la propia “revolución cubana”, que confisco sin compensaciones todas las propiedades norteamericanas en la isla, que si hubieran sido adecuadamente compensadas económicamente, no hubiera habido justificación para el ‘embargo económico’, que es la reacción natural al no pago de las propiedades norteamericanas.


Por todo lo anterior y por el desastre económico, social, financiero, material y moral que ha significado la implantación de la “revolución cubana” en la isla contra el sufrido pueblo cubano, no hay razón para que la cúpula gobernante castrista permanezca detentando y mal utilizando el poder de continuar oprimiendo y empobreciendo a la sociedad cubana.


Artículos de este autor pueden ser encontrados en http://www.cubalibredigital.com

Última actualización el Viernes, 15 de Marzo de 2024 23:14
 
El plan castrista para exprimir más el bolsillo de los emigrados PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Sábado, 24 de Febrero de 2024 22:47

Por ROBERTO ÁLVAREZ QUIÑONES.-

"Los que no tienen el coraje, los que no quieren adaptarse al esfuerzo, al heroísmo de la revolución, que se vayan, no los queremos, no los necesitamos": ese fue el mensaje que Fidel Castro, en su condición de presidente de Cuba (no electo nunca) envió el Primero de Mayo de 1980 a la nación cubana.

Hizo burla pública de una genial conclusión de José Martí: "Cuando un pueblo emigra, sus gobernantes sobran". Para Castro I era exactamente al revés: quienes sobraban eran los que no estaban de acuerdo con él.

Aunque aquel desplante fue dirigido a toda la población, estaba proyectado en particular contra los más de 10.000 cubanos que poco antes, el 4 de abril, habían entrado a la Embajada de Perú. Y contra todos los que querían también emigrar.

Finalmente, gracias a la blandenguería del presidente James Carter, el dictador orquestó el éxodo de 125.000 cubanos hacia EEUU por el puerto del Mariel.

Con su discurso desbordante de odio anticubano, el Destructor en Jefe exacerbó los "actos de repudio" contra quienes solicitaban emigrar. Eran, y siguen siendo 44 años después, la versión fidelista de lo que hacían las "camisas pardas" (milicias nazis) en Alemania contra los judíos y ciudadanos no fascistas. Porque estos atropellos eran igualmente alentados públicamente por el jefe de Gobierno, como antes hicieran Hitler y Mussolini.

Turbas enardecidas convocadas por el PCC lanzaban piedras, huevos podridos, rompían ventanas y puertas de las viviendas de quienes solicitaban emigrar. Las manchaban con asfalto y excremento de animales, destruían sus jardines, mientras gritaban obscenidades contra las familias encerradas en sus casas, con niños llenos de pánico llorando.

En un policlínico del Vedado, cerca de la UNEAC, una turba violenta sacó a la fuerza a una psicóloga que deseaba emigrar, le pusieron un gorro medieval (con un pico parecido a los del Ku Klux Klan) y agarrada fuertemente por dos esbirros civiles fue paseada por la calle 17, mientras cientos de personas le gritaban improperios.

Como si fuera poco, desde 1959 hasta bien entrado el siglo XXI, la dictadura castrista expropiaba las viviendas con todo adentro a quienes emigraban. Las familias no solo perdían la casa, o el apartamento, y todas sus propiedades, sino miles de dólares en muebles, equipos, ropa y efectos personales. Hasta los relojes de pulsera les confiscaban.

Encima, eran enviados como peones agrícolas al campo, a dar pico y pala en la construcción, o a barrer las calles de las ciudades como empleados municipales, a veces por muchos meses, hasta que les llegaba "la salida”, un telegrama con el aviso de que tenían la visa para viajar.

El plan se enfoca a emigrados que fueron humillados y saqueados

Y hay algo muy importante a tener en cuenta. El sistema comunista-estalinista destruyó de tal manera la economía cubana que el régimen ya no solo no califica de "traidores" a quienes emigran, que constituyen hoy la mayor fuente de divisas de la dictadura luego de la explotación de médicos en el extranjero, sino que facilita la emigración.

Pero eso no borra la historia de humillaciones, atropellos y saqueo del Gobierno durante décadas contra los emigrados que se fueron hace años. Y para colmo de las ironías, son ellos quienes hoy lógicamente tienen más solvencia económica para enviar dinero a Cuba, mucho más que los recién llegados.

Y es a esos otrora "traidores", "cobardes" y "escoria" a quienes va dirigida esta maniobra para exprimirles más el bolsillo. Este plan surge cuando el régimen anuncia que en 2024 tendrá que gastar mucho más dinero del que va a ingresar.

El déficit fiscal será equivalente al 18,5% del PIB, algo nunca visto en América Latina. Se agravará la inflación, la erosión del poder adquisitivo de la gente y la carestía del dólar, que el 10 de febrero (2023) rompió la barrera histórica de 300 pesos por cada billete verde. Y serán aumentados los impuestos al sector privado.

El plan castrista: hibridación de chantaje con poca vergüenza

Pero para enfrentar ese exceso de gastos sobre los ingresos del Estado el régimen no va a liberar al fin la economía para producir más y aumentar la oferta de alimentos, bienes y servicios. Como proxeneta internacional que es, el régimen de Raúl Castro quiere "tumbarle" más dólares a la diáspora.

Se trata de una hibridación de chantaje con poca vergüenza. Chantaje, porque explota los lazos familiares y sentimentales entre los cubanos, al decirles a los que se fueron que si no envían dinero y paquetes con alimentos y medicinas a sus familiares pasarán hambre, o pueden morir por falta de medicamentos. Y desvergüenza, porque eso es vivir a costa de los saqueados "gusanos" que tuvieron que irse de su patria por no querer "resistir y defender la revolución".

En esto la dictadura contará infraestructuralmente con la Western Union. Esa compañía de EEUU, que actúa a veces como aliada de la dictadura castrista, ya informó que trabaja arduamente con la parte comunista (GAESA) para reanudar "lo antes posible" el envío de remesas, que quedó suspendido por nebulosas razones técnicas nunca bien aclaradas. Por cierto, ahora la Administración Biden permite enviar hasta 96.000 dólares anuales a Cuba por remitente.

El Gobierno ya prorrogó el no cobro de aranceles en las aduanas cubanas por los inmensos bultos repletos de productos que llevan a la Isla los viajeros. El premier Manuel Marrero exhorta a "incentivar la recuperación de las remesas" para crear negocios privados enchufados al Gobierno, incrementar las recargas de teléfonos móviles, las tarjetas de crédito, y potenciar el comercio electrónico para recibir directamente pagos desde el exterior en los bancos de GAESA.

En vez de enviar dinero hoy se prioriza que huyan del comunismo

Pero difícilmente esta maniobra tendrá los resultados esperados por el castrato. No corren ya los tiempos en que la diáspora enviaba a Cuba hasta 7.000 millones de dólares anuales entre remesas, paquetes, o en el bolsillo los cubanos que viajaban a la Isla, y las "mulas".

El flujo de cash de los emigrados hacia la Isla disminuye, en vez de crecer. De unos 3.500 millones recibidos en 2018, la cifra en 2023 cayó a 1.972 millones. Y eso ocurre mientras en el resto de América Latina se registran récords. Según Bloomberg, en 2023 la región recibió 156.000 millones de dólares en remesas, un nuevo récord histórico. Impusieron nuevas marcas México (64.300 millones de dólares), Guatemala (19.110 millones), Colombia (10.202 millones), República Dominicana (10.125 millones), El Salvador (8.198 millones) y otros países.

Incluso Nicaragua, con un millón menos de emigrantes que Cuba, en 2023 obtuvo 4.660 millones de dólares en remesas, más del doble que Cuba, que recibió la misma cantidad que 13 años atrás, en 2010.

A mi modo de ver son cuatro los factores que explican ese descenso en las remesas a Cuba:

  • En los últimos cuatro años han emigrado posiblemente más de 650.000 cubanos que en su gran mayoría eran receptores de remesas, de visitantes cubanos, y de "mulas".
  • Otros miles de cubanos continúan emigrando (solo en diciembre llegaron a EEUU ilegalmente 25.060 más).
  • Los emigrados ahora en vez de enviar dinero a Cuba prefieren invertirlo en sacar a sus familiares del infierno comunista.
  • Muchos han reducido sus envíos de dinero por la inflación que los golpea, y por otros factores.

En resumen, en Cuba hay cada vez menos familiares a quienes enviar remesas y paquetes, y también menos para recibir emigrados con dólares en sus billeteras.

Cuántos cubanos emigrarán en 2024 nadie lo sabe, pero la estampida continuará a no ser que Raúl "El Cruel" acepte por fin que se desmantele el sistema estalinista y se restablezcan las libertades individuales. Si no, la crisis multisistémica cubana devendrá crisis humanitaria.

DIARIO DE CUBA

Última actualización el Viernes, 08 de Marzo de 2024 12:46
 
Lección castrista de ordeño a distancia PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Sábado, 02 de Marzo de 2024 12:40

Una gasolinera en La Habana.

Por RAFAELA CRUZ.-

Como jamás han temido el disgusto de un pueblo sojuzgado, el castrismo acaba de aprobar la dosis más "agresiva" del paquetazo socialista que está aplicando con fórceps, pero sin vaselina. Subir precios a combustibles y electricidad es un evento sísmico cuyas ondas pulverizarán lo que queda de valor al peso y multiplicarán por cero la exigua dignidad de una nación —en la isla o emigrada— mayormente cómplice de sus verdugos.

Después de lograr que la alimentación del país la paguen los que se fueron, sin pudor alguno, maniobra ahora el castrismo para que paguen además el combustible. En Punto Cero o donde sea que tengan su guarida los dueños de este archipiélago, ya no les importa guardar las socialistas apariencias más allá de los balbuceos incoherentes de ministros títeres que aparecen en TV explicando, con seriedad pitagórica, la imposible cuadratura del círculo de reducir la inflación subiendo precios.

Para enmendar olvidos y comprender lo que va a suceder, refresquemos el cuento de la buena pipa del castrismo y las ventas en dólares, una artimaña que repiten como estribillo pegajoso —pegajoso como el napalm— que dice así: "venderemos solo una parte pequeña de X en divisas, para poder financiar las ventas de X en moneda nacional, porque lo que nos importa es el pueblo trabajador, que nadie se alarme ¡jamás dolarizaremos!"… y seis meses después, zasss, solo se puede encontrar X pagándola en dólares.

Pero lo "hermoso" de esta nueva puñalada trapera es cuánto la pensaron, lo bien que la prepararon con inmisericorde alevosía para causar el mayor daño posible en el bolsillo de esos que ni queremos ni necesitamos. El castrismo, para refinar el efecto de la medida, debe haber consultado a economistas y psicólogos.

La jugada está en cómo van a cobrar, los medios de pagos aceptados para comprar combustible en divisa son las tarjetas Visa, Mastercard, las rusas MIR, de prepago emitidas por BANDEC, AIS, Viajero y la nueva tarjeta Clásica que vende Cadeca.

Pero la trampa no está en con qué se puede, sino en con qué no se puede pagar, y no se puede con las tarjetas MLC o las cuentas bancarias en divisas congeladas a miles de cubanos —muchos de ellos médicos de misión— hace ya cuatro años.

El castrismo, con desparpajo, parece dar por zanjado el atraco que perpetró a los incautos que tenían dólares y euros en bancos estatales y, otra vez, ni los devuelve ni permite a los titulares canjearlas por bienes y servicios. El Gobierno se comporta como abusón de patio de colegio, solo que en este caso el abusón es además el director de la escuela.

Pero excepto para aquellos que fueron robados —que tampoco es que hayan protestado mucho—, lo de las cuentas congeladas es agua bajo el puente, pero lo de las tarjetas MLC es otra historia, esa es herida abierta a punto de gangrenarse ¿Cómo es posible que tarjetas que se recargan con divisas desde el exterior sean aceptadas para adquirir alimentos, pero no para adquirir combustibles?

Esa pregunta la hicieron reiteradas veces a CIMEX, en foro abierto por esta empresa militar en Cubadebate, cuando se anunciaron los nuevos precios de combustibles y electricidad; pero la "inquietud" fue repetitivamente respondida —copy and paste— con una lista de los medios autorizados más una sencilla frase: "las tarjetas MLC no estaban concebidas para esto".

Y aunque los foristas ingenuos no comprendían y continuaban preguntando, la respuesta era cierta y acertada, pues las tarjetas MLC están concebidas para lo que podemos describir como "atraco alimento"; el "atraco combustible" va aparte. Si se permitiese usar las tarjetas MLC para ambas cosas, el consumo de ambos bienes —alimentos y combustibles— se dividiría, pues los emigrados que las recargan pedirían a sus familiares que distribuyeran la remesa habitual entre ambos tipos de bienes.

Pero el castrismo es demasiado rata inmunda para que ese detalle se le escape y, para sortearlo, han recurrido —de manera totalmente injustificada más allá de su avaricia— a segmentar el mercado haciendo que el dinero que vale para comida no valga para gasolina, imponiendo medios de pagos independientes para alimentación y combustibles.

Ahora será difícil que desde Miami —en Cuba se cree que allá todos son ricos y prósperos— le digan a la familia: "caballero, de los 200 que mando mensuales, cojan algo pa' combustible". ¡Qué va! Habiendo medios de pagos diferenciados el emigrado está forzado a ser quien ponga ese "algo" para combustible, mientras difícilmente tendrá gandinga para decirle a su hambreada familia que le reducirá lo que envía para alimentación.

Es verdaderamente complicado encontrar en los anales de la humanidad otro amo que haya llegado a niveles de tan exquisito refinamiento cuando de exprimir a su dotación se trata. Para encontrar algo similar, más que libros de historia habría que consultar manuales de ganadería intensiva. Aunque es muy dudable que ni siquiera allí se encuentren técnicas tan avanzadas para ordeñar desde La Habana, ubres en Miami o Madrid.

DIARIO DE CUBA

Última actualización el Jueves, 07 de Marzo de 2024 12:36
 
La llamada “Revolución Cubana” fracasó PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 15 de Enero de 2024 19:37

Por Jorge Hernández Fonseca.- 

No solamente la “Revolución Cubana” fracasó, como que es una verdadera vergüenza que hombres que tuvieron el coraje de alzarse en armas contra una dictadura política (si --porque la falta de libertades antes era restricta al campo político-- había comida, libertad de viajar, de invertir, de comprar y vender, que ahora no hay nada de eso) ahora sean opresores de horca y cuchillo.


Hay una justificativa teórica, marxista, “Impedir con una ‘dictadura del proletariado’? (que también es oprimido) que el capitalismo regrese”. Pero el capitalismo-comunista regresó con el “paquetazo” inhumano y neoliberal que los opresores (insignificantemente minoritarios) han impuesto a los oprimidos (muy mayoritarios). Hay una segunda justificación, esa práctica. “No permitir que el imperialismo yankee mande y ordene en la isla”. Esa otra justificación es más risible, cuando todos saben que aquí ya mandó la URSS, mandándonos a Angola a guerrear; y ahora manda Rusia, que nos manda a pelear contra Ucrania. Es decir, ya no hay justificación ninguna para la llamada revolución cubana.

Última actualización el Sábado, 02 de Marzo de 2024 13:17
 
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