Los negociadores readaptaron la propuesta árabe con el fin de que Moscú, aliado de Bashar Al Assad, dé marcha atrás con sus amenazas de veto. La diplomacia espera una respuesta en las próximas horas

Tras intensas negociaciones durante la jornada del miércoles, los miembros árabe-europeos del Consejo de Seguridad resolvieron hacer una nueva versión del texto que condena la violenta represión del régimen sirio contra su pueblo. Con ello, buscan quebrar la oposición de Rusia a la propuesta en la que se trabajaba en los últimos días y lograr consensos para emitir una resolución lo más pronto posible.

El nuevo proyecto "apoya la decisión de la Liga Árabe del 22 de enero", pero no menciona el traspaso de poderes del presidente Bashar al Assad a su vicepresidente para formar un "gobierno de unidad nacional", explicaron fuentes diplomáticas a la agencia AFP.

Las decisiones de la Liga "no son explícitas en el texto final, pero tenemos muy claro a qué se refieren", argumentó un negociador occidental. Otro sostuvo que hay una cláusula que establece que el Consejo vuelva a evaluar la situación tres semanas después de la adopción de una resolución.

Rusia, así como India, insistieron desde el comienzo de las negociaciones en que el Consejo no debía condicionar ninguno de los puntos de una transición democrática en Siria exigiendo a priori que el presidente Asad ceda el poder.

El nuevo texto se ocupa, además, de otros de los factores de la resistencia de Moscú: las sanciones económicas. Prescinde, así, de los pedidos de castigos decididos por la Liga Árabe contra Damasco en noviembre de 2011, así como de un párrafo en el que el Consejo denuncia la venta de armas a Siria, con la que Moscú quiere continuar.

Rusia aún no había reaccionado al nuevo texto, que fue enviado a las capitales para su consideración. "Estamos esperando las instrucciones que reciba el embajador ruso desde Moscú sobre las propuestas que se oyeron en la reunión del miércoles", señalaron a la agencia EFE fuentes del Consejo, que dijeron que se han logrado "compromisos", pero que "todavía se está muy lejos de obtener un resultado final".

"Lo importante para nosotros es que el texto incluya el apoyo a la iniciativa de la Liga Árabe. Ésa es nuestra línea roja, el resto se puede negociar", indicó un diplomático europeo sobre las negociaciones del nuevo texto.

El documento mantiene la condena a "las continuadas y extendidas graves violaciones de derechos humanos y las libertades fundamentales por parte de las autoridades sirias" y pide el cese inmediato de la violencia, la liberación de prisioneros, la retirada de las fuerzas de seguridad de la calle y el acceso de prensa extranjera, entre otros asuntos.

Hasta ahora, Rusia se ha mostrado inflexible, y su representante ante la ONU, Vitaly Churkin, incluso amenazó con un veto ruso si el Consejo votaba un texto que considerara "erróneo".

Rusia ya vetó, junto a China, una resolución presentada el pasado octubre por los países europeos y se ha opuesto abiertamente al texto presentado la semana pasada por Marruecos y apoyado por los miembros europeos y los Estados Unidos.

Washington ha instado en los últimos días a Moscú a dejar en claro "de qué lado está" y ha subrayado la necesidad de que el Consejo tome medidas lo antes posible para frenar la sangrienta crisis que afecta a Siria.