El presidente salvadoreño designó a un militar retirado como nuevo director de la fuerza. A fines de 2011, el mandatario ya había nombrado a un general al frente del ministerio de Justicia. El crimen organizado jaquea el país

Francisco Ramón Salinas, que para asumir el puesto renunció como viceministro de la Defensa Nacional y pidió su retiro de las Fuerzas Armadas, sustituye al comisionado policial Carlos Ascencio, quien dirigía la corporación desde 2009, cuando Mauricio Funes asumió la presidencia y será asignado a una misión diplomática.

El nombramiento del general Salinas fue criticado de inmediato por el procurador general para la Defensa de los Derechos Humanos, Oscar Luna, quien aseguró que "viola la Constitución de la República y los Acuerdos de Paz", suscritos entre el Gobierno y el FMLN el 16 de enero de 1992 y que pusieron fin a 12 años de guerra civil. Luna recordó que los Acuerdos de Paz señalan que la policía será apolítica y deberá ser dirigida por civiles.

Funes sostuvo que el nombramiento del general Salinas no se trata de una "militarización" de la policía, y afirmó que al haber pedido su retiro de las Fuerzas Armadas, Salinas es un civil. "Salinas no es ya una autoridad militar, desde el momento que ha solicitado a la Fuerza Armada su retiro. Cuando lo nombro a él director de la policía, pasa a ser una autoridad civil, por lo tanto, la Constitución no se está violando", afirmó.

El mandatario aseguró que "busca profundizar el proceso de mejoramiento institucional a través de mejorar las condiciones en que trabajan los policías y continuar con la depuración de los elementos vinculados al crimen y la corrupción".

En noviembre de 2011, Funes designó como ministro de Justicia y Seguridad Pública al general David Munguía Payés. Desde que el presidente Funes asumió el 1º de junio de 2009, Munguía Payés, hombre de confianza del mandatario, se desempeñó como ministro de la Defensa Nacional, y llegó en sustitución del ex comandante guerrillero Manuel Melgar, quien renunció al cargo.

Munguía Payés asumió el ministerio de Justicia y Seguridad Pública, sin el respaldo del mayoritario partido Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que llevó al poder a Funes, y algunos sectores han criticado la decisión del mandatario, asegurando que está militarizando la seguridad pública del país.

El salvadoreño busca contener la violencia, particularmente las temidas pandillas, en un país que sufre unos 12 asesinatos a mano armada al día. El 2011 registró 4.353 homicidios, contra 3.987 de 2010.