Los restos del preso político cubano Wilmar Villar Mendoza, muerto el jueves tras una huelga de hambre de 50 días, fueron sepultados este viernes en su pueblo natal en el oriente de la isla, bajo fuerte vigilancia policial, informó una activista de la oposición.Los restos de Villar, de 31 años, fueron sepultados en el cementerio de Contramaestre, en la provincia de Santiago de Cuba, 900 km al sureste de La Habana, en una ceremonia reservada a sus familiares y realizada “bajo fuerte vigilancia policial”, contó a la AFP por teléfono la activista Ana Luisa Bedey, del grupo opositor Damas de Blanco.”Dudo mucho que algún opositor haya podido llegar al cementerio, pues nunca vi movilizar a tantos camiones, guaguas (autobuses) y patrullas de policía como hoy”, dijo Bedey, quien explicó que la esposa de Villar, Maritza Pelegrino, que también integra las Damas de Blanco, no asistió al sepelio porque “estaba muy sedada y no se sentía bien”.Dijo que “algunos opositores”, incluidas “varias Damas de Blanco”, asistieron al velatorio de Villar, en la funeraria de Contramaestre, en torno a la cual hubo gritos de consignas e “incidentes” que fueron “rápidamente controlados” por la policía.

Villar, miembro de la opositora Unión Patriótica de Cuba, que dirige el ex preso político José Daniel Ferrer en Santiago de Cuba, murió la noche del jueves en un hospital de esa ciudad por “fallo multiorgánico por sepsis generalizada”, según publicó un bloguero oficialista.Había iniciado su huelga de hambre luego de que un tribunal cubano lo condenara en noviembre a cuatro años de cárcel por “desacato, desobediencia y atentado”.El opositor Elizardo Sánchez explicó que Villar era secundado políticamente por su esposa, pero repudiado por otros parientes que son “partidarios del gobierno” comunista.Sánchez, quien dirige la ilegal pero tolerada Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, denunció que “un número indeterminado de opositores” fue detenido “en Santiago de Cuba y las provincias vecinas de Guantánamo, Granma, Holguín, para evitar que asistieran al funeral”.Ferrer, quien aseguró no haber podido asistir al sepelio por estar retenido por agentes de la policía en su casa, dijo que la madre del difunto “se encargó de todo, marginando a la esposa” del sepelio.