El presidente colombiano pidió a las fuerzas armadas que "estén atentas porque una mano negra quiere amedrentar a campesinos" que regresan a sus campos. Restituyó las primeras hectáreas mediante la ley de víctimas

Durante un acto público en Ayapel, localidad del norteño departamento de Córdoba, donde hizo entrega de 4.225 hectáreas de las que se había apoderado un grupo narco, el mandatario afirmó: "Hay esos enemigos agazapados que van a querer sabotear, como ya hemos visto, amedrentando a los campesinos que, con todo el derecho, quieren reclamar esa tierra que les quitaron".

"Es esa mano negra de la izquierda y la derecha que va a querer sabotear", subrayó luego de recordar que en el Congreso hubo enemigos que se interpusieron a la restitución.

Para evitar que las tierras caigan en manos de los ilegales, Santos les pidió a los integrantes de la fuerza pública y al ministro de Justicia, Juan Carlos Esguerra, trabajar para detectar y judicializar esos casos.

En la finca Las Catas, que se dividirá para ser repartida entre 304 familias, se llevará a cabo un proyecto piloto de desarrollo rural integrado que, según Santos, "empezará a cambiar la historia del campo colombiano". "Iniciamos la gran revolución agraria en Colombia", agregó.

El presidente decidió que la primera entrega de tierras fuera en Córdoba, región que hasta mediados de la pasada década era un bastión de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), disueltas en 2006 tras la desmovilización de más de 31 mil paramilitares.

La finca Las Catas, apropiada para la cría de ganado y el cultivo, con abundante agua y vegetación, perteneció a los hermanos José Francisco, William y Gerardo Moncada, capos del narcotráfico muertos en disputas con rivales en la década de 1990.