El máximo órgano de la ONU se ocupará, en enero, de los proyectos sobre el conflicto que ya ocasionó más de 6 mil muertes. Francia volvió a presionar por un pronunciamiento contra el baño de sangre de Al Assad

Los quince miembros del Consejo aprobaron, este miércoles, el programa de trabajo que tienen previsto para este mes, en el que la crisis siria tendrá un papel destacado con la celebración de una sesión el próximo 10 de enero en la que recibirán un informe del Departamento de Asuntos Políticos.

El embajador de Sudáfrica, Baso Sangqu, presidente de turno de ese órgano, precisó que el encuentro tendrá lugar una vez que empiecen a conocerse los primeros detalles sobre la misión de observadores de la Liga Árabe que se encuentra en ese país árabe.

Sangqu recordó que en estos momentos hay sobre la mesa una propuesta de resolución sobre el conflicto sirio, pero dijo que los países que la patrocinan se están tomando su tiempo "para considerar todos los elementos", por lo que seguirán a la espera de ver cómo evolucionan las negociaciones.

En tanto, el ministro de Exteriores francés, Alain Juppé, dijo: "La Liga Árabe dejó claros sus objetivos. Si esos objetivos no son alcanzados, estamos decididos a trabajar en conjunto, en el Consejo de Seguridad, para que se pronuncie finalmente sobre la situación en Siria".

Desde Lisboa, junto a su homólogo portugués Paulo Portas, el diplomático calificó de "inaceptable" y "salvajada" la represión que, según cálculos de la ONU, ha causado en 2011 más de cinco mil muertos, pero que de acuerdo a reportes del Comité de Coordinación de la Revolución Siria asciende a 6.153.

Decenas de observadores de la Liga Árabe se encuentran en Damasco para garantizar que el régimen cumpla con su promesa de poner fin a la violencia contra los manifestantes que piden una democracia desde marzo. Juppé valoró "la iniciativa", pero reclamó que estos enviados "no se pueden dejar manipular por el régimen".

La declaración del ministro coincide con las críticas que la misión recibe de la oposición local, que denuncia que es engañada por el régimen de Bashar Al Assad para limpiar su imagen ante el mundo.

Por su parte, el portugués Portas se sumó a la posición del francés y se mostró dispuesto a apoyar una respuesta a la represión desde el interior del Consejo de Seguridad. "La violencia y la represión del régimen de Assad son absolutamente intolerables y tenemos que darnos cuenta de que la comunidad internacional está paralizada mientras todos los días se matan a personas", consideró.

Este llamado a tomar medidas ante la violencia ocurre horas después de que el Gobierno de los Estados Unidos dijera que "ya es tiempo de que la ONU actúe en Siria", lo que fue interpretado como un nuevo gesto de presión a la parálisis del Consejo, producto de las resistencias de China y Rusia a sancionar a su aliado Assad.

El pedido de Washington fue replicado por Damasco este miércoles. "Las declaraciones estadounidenses (...) son una injerencia flagrante en la (misión) de la Liga Árabe y un intento injustificado de internacionalizar" el caso sirio, afirmó el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, Jihad Makdesi.