Las pruebas realizadas sobre el cadáver del ex presidente de Chile confirmaron la versión oficial del suicidio. Allende murió el 11 de septiembre de 1973 en su despacho de La Moneda, asediado por los militares golpistas

Mario Carroza fue el magistrado que llevó a cabo la investigación, que durante años generó controversia. La familia siempre sostuvo lo ratificado por las autoridades, pero algunas especulaciones quisieron instalar durante cuatro décadas que el presidente había caído por el ataque a la Casa de la Moneda, el 11 de septiembre de 1973.

Carroza tomó en sus manos el caso del deceso de Salvador Allende luego de que la Corte Suprema le ordenara investigar la muerte o desaparecimiento de 726 personas durante la dictadura del general Augusto Pinochet, incluido el del mandatario. Las causas dormían en los tribunales, sin que nadie tomara la determinación de reabrirlas.

El régimen militar (1973-1990) dejó 40.000 víctimas, incluidos 3.095 opositores muertos o desaparecidos.

El juez puso fin a varios mitos en torno al final de Allende que se alimentaron de la creencia popular por casi 40 años, hasta que en mayo último ordenó la exhumación de sus huesos, que fueron cotejados con el ADN de sus hijas y con otras pruebas realizadas en laboratorios locales y extranjeros.

Los exámenes científicos concluyeron que el jefe de estado se suicidó con el fusil AK 47 que le regaló su amigo Fidel Castro, cuando visitó Chile en 1971.

La noticia confirmó la versión del suicidio que sostuvo la familia Allende durante 38 años y por el doctor Patricio Guijón, uno de varios médicos y asesores que acompañaron a Allende hasta último minuto el día del golpe militar, a pesar de las balas, el bombardeo y los gases lacrimógenos.

Carroza estudió tres tesis en el caso: la del suicidio, la de participación de militares en el deceso y una que habla de la intervención de uno de sus escoltas, según el documento de cierre del sumario.

Considerando que la investigación comprobó que no participaron terceros, el juez quedó en condiciones de sobreseer o cerrar el caso, en el momento que lo estime conveniente.