Un grupo de personas se les une y gritan ¡libertad! ante la policía.

Cuatro meses después de un incidente que atrajo la atención de una multitud en el mismo centro de La Habana, dos disidentes cubanas realizaron el miércoles una llamativa protesta en el conocido Parque de la Fraternidad para denunciar la situación interna, el hambre y las necesidades de la población.

Ivonne Malleza Galano, de 33 años, y Blanca Hernández Moya, de 77, se plantaron durante al menos 20 minutos. Mostraron una enorme sabana blanca con lemas antigubernamentales y frases como “Cese la miseria, el hambre y la pobreza en Cuba”, según explicó a El Nuevo Herald, Marta Beatriz Roque, portavoz de la ilegal Red Cubana de Comunicadores Comunitarios.

“Estas mujeres, además de valientes, son inteligentes porque han tomado consignas que mueven al pueblo”, dijo Roque. “A la gente no le da temor que digan que pasamos hambre, es una realidad que toca a cada uno de nosotros”.

La protesta comenzó aproximadamente al mediodía. Las dos mujeres, integrantes del colectivo femenino Damas de Blanco Laura Pollán y voluntarias de la Red, comenzaron a gritar por la falta de alimentos en la isla, el desempleo y las desventajosas condiciones que encaran las personas mayores, entre otros problemas que sufren los cubanos de a pie.

Un numeroso grupo de transeúntes que pasaba por el lugar se solidarizó con las activistas cuando realizaban sus reclamos. Testigos presenciales relataron que un contingente policial llegó más tarde al parque e intentó arrestarlas a la fuerza mientras la multitud comenzó a gritar Libertad! Finalmente fueron arrestadas junto con otros ciudadanos y trasladados a la estación policial de Zanja y Dragones. Hernández salió en libertad al final de la tarde, mientras que Malleza fue conducida a una unidad de la Seguridad del Estado.

“La solidaridad del pueblo con ellas fue importante. Da una medida sobre el hecho de que se está perdiendo el miedo”, indicó Roque.

El 26 de agosto Malleza junto con Rosario Morales de la Rosa se plantaron durante al menos dos horas en el populoso mercado de Cuatro Caminos gritando consignas como “hay hambre” y “comida para los niños”. En esa ocasión aproximadamente 300 personas apoyó a las mujeres.

El cacerolazo fue incluso grabado en video y comenzó a circular en internet. Las imágenes muestran a un numeroso grupo de gente observando a las mujeres mientras hacen sus reclamos con cazuelas de metal y cucharas. El material también registró la intervención de agentes policiales cubanos. Cuando se las llevaron hacia una oficina de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), la multitud corrió tras ellos gritando “asesinos, suéltenlas”.

El incidente de Cuatro Caminos ocurrió poco después de otra incisiva manifestación realizada en las escalinatas del Capitolio Nacional. Coincidentemente la protesta fue liderada por cuatro mujeres que no se amilanaron frente a la actitud violenta y agresiva de la policía. Las cuatro estaban vestidas de negro y portaban una sábana blanca en el barrio de Centro Habana. Fueron arrestadas con amenazas y empujones y puestas en libertad al día siguiente.

Berta Soler, portavoz de las Damas de Blanco Laura Pollán, valoró el arrojo de Malleza y Hernández para exigir mejoras en las condiciones de vida.

“Ejercieron un derecho a título personal para que el pueblo pueda ver que debe terminar la injusticia, los engaños y el hambre. Lo más importante es que la población se solidarizó y no les dio la espalda”, manifestó Soler en una entrevista telefónica desde La Habana.

Los hechos ocurren en un momento especialmente delicado para el movimiento opositor, que está resistiendo una ola de arrestos injustificados y múltiples actos de hostigamiento.

Según datos de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) en Cuba se han registrado en total más de 3,070 arrestos por parte de la policía y la Seguridad del Estado. La cifra, contabilizada de enero a octubre, representa al menos 800 casos más que todas las detenciones temporales monitoreadas en el 2010.

Sara Martha Fonseca, una disidente extraordinariamente activa en los últimos meses, destacó la importancia de los reclamos sociales frente una dictadura que avala una política de tolerancia cero contra la oposición. Fonseca, de 41 años, ha llevado a cabo una serie de osadas protestas callejeras.

“Estoy muy contenta porque se logró realizar todo esto con la participación de un pueblo que se unió a los clamores de las mujeres”, comentó Fonseca. “En la unión está la fuerza para vencer tantos años de dictadura”.