Las nuevas autoridades dijeron que Saif al Islam recibirá un juicio justo, pero en Libia. Un video difundido por los rebeldes muestra que, a diferencia de su padre, fue bien tratado por sus captores

El ministro de Justicia interino, Mohamed al Alagui, ha confirmado la decisión de las autoridades rebeldes de no entregar a Saif al Islam, detenido el pasado viernes 19, a la Corte Penal Internacional (CPI).

El primer ministro libio interino, Abdelrahim al Kib, afirmó la semana pasada que Saif al Islam, tendría un "juicio justo, en el que los derechos y la ley internacional estarán garantizados". Según el primer ministro interino de Libia, "el sistema judicial va a comunicar con la Corte Penal Internacional (CPI) para examinar donde Saif al Islam será juzgado", subrayó.

"Toda cooperación con los organismos internacionales es bienvenida", añadió Rahim al Kib. Sin embargo el fiscal general de la CPI, Luis Moreno Ocampo, se reunió con él para intentar que fuera su organismo el que se encargara de investigar no sólo a Al Islam, sino también del ex jefe de los servicios secretos, Abdalá al Senusi. Sobre ambos pesa una orden de detención de la Corte Penal Internacional por posibles crímenes de lesa humanidad, y el tribunal esperaba hasta ahora tener la posibilidad de juzgarlos para que no tuvieran el mismo fin que Muammar Khadafi, asesinado por los rebeldes el pasado 20 de octubre.

En un comunicado difundido esta mañana por la Corte, Ocampo aseguró que las autoridades libias "están obligadas a cooperar con la CPI" y que tanto Al Islam como el ex jefe de la inteligencia libia "deben rendir cuentas ante la justicia".

Por otro lado, los rebeldes exhibieron un video donde se muestra al Saif en buenas condiciones, dialogando con sus captores, mientras le quitan las esposas en el salón de una casa.  "¿Están filmando?", son las primeras palabras del detenido. "Sí, es nuestro derecho", le responden.

Uno de los comandantes rebeldes de Zintan, Al Ajmi Elaeteri, se dirige luego a la cámara para explicar que el hijo del dictador fue arrestado "de noche, en un lugar llamado Al Ramla entre Obari e Idri". Después, fuera de plano, añade: "Me atrevo a hablar en nombre de todo el pueblo libio y te garantizamos un juicio justo, seremos limpios, no intentaremos hacerte caer en una encerrona, al contrario, podrás elegir el abogado que quieras. Si se te declara culpable afrontarás el castigo adecuado, y si no, te liberaremos".

Tras estas promesas, Saif al Islam intenta predispooner a sus captores contra algunos de los líderes revolucionarios. "He andado por el valle por el que suben ustedes, y sé lo que hay arriba. Sigan pensando que ellos son los buenos y yo soy el mentiroso, pero recuerden mis palabras, porque juro ante Dios que he tratado muy bien a esos dos hombres y me han pagado con la traición. Les aseguro que Abdul Hakim Bilhaj (jefe militar de Trípoli) y Ali al Sulabi no les traerán nada bueno", asegura Saif.

Saif permanece retenido en Zintán (al suroeste de Trípoli) y no en Trípoli, donde se encuentra el Consejo Nacional Transitorio (CNT), un órgano político débil e incapaz de desarmar a los suyos. Aministía Internacional ha denunciado los ha acusado de cometer abusos y torturas, lo que según la organización, "mancha la nueva Libia".