La Conferencia de Amigos de Libia, primera gran cita internacional impulsada por Francia y Gran Bretaña para respaldar la transición a la democracia y la reconstrucción libia en la era post Muammar Khadafi, comenzó en la tarde del jueves en la sede de la Presidencia francesa en París.

Hasta allí llegaron 12 jefes de Estado, 17 jefes de gobierno, ministros y altos representantes de ocho organizaciones internacionales, entre éstas la ONU y la Liga Árabe. El cónclave cuenta, además, con la presencia de los máximos responsables del Consejo Nacional de Transición (CNT), órgano político oficial de los rebeldes libios que tiene el respaldo internacional.

Durante el encuentro, la jefa de la diplomacia de los Estados Unidos, Hillary Clinton, instó a los rebeldes libios a combatir el extremismo y proteger las armas de su país. "Tienen que trabajar con nosotros para garantizar que los depósitos de armas de Khadafi no sean una amenaza para los vecinos de Libia y el mundo", sostuvo.

Fuentes estadounidenses que acompañan a la secretaria de Estado indicaron que la responsable estadounidense transmitió el mismo mensaje al presidente del Consejo Nacional de Transición, Mustafá Abdeljalil, y a su número dos, Mahmud Jibril, con quienes se reunió antes de la apertura de la Conferencia de Amigos de Libia.

De la protección de los depósitos de armas, también habló con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, durante una reunión que mantuvieron en el Elíseo, sede de la Presidencia francesa, antes del cónclave internacional, según las mismas fuentes.

"Los bombardeos de la OTAN continuarán mientras Khadafi siga siendo una amenaza", indicó el jefe de Estado francés, quien llamó al CNT a entablar un "proceso de reconciliación y perdón".

Sarkozy también aseguró que existe un "pedido unánime" para desbloquear los haberes libios "pues el dinero malversado por Khadafi y sus allegados debe volver a los libios". En ese sentido, anunció un desbloqueo de 15.000 millones de dólares de los 50.000 millones del régimen que habían sido congelados.

Por su parte, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, abogó por el rápido envío de una misión. "El desafío inmediato es de orden humanitario", afirmó.

El secretario general de la ONU aprovechó este primer gran cónclave internacional para anunciar que el 20 de septiembre se llevará a cabo una "reunión de alto nivel" sobre Libia al margen de la Asamblea General de la ONU que comenzará el 13 de este mes en Nueva York. "El destino de Libia debe permanecer absolutamente en manos del pueblo libio", insistió.

En tanto, unas horas antes del encuentro, Rusia -uno de los países que más objeciones puso al accionar internacional contra Khadafi- informó que a partir de este jueves reconocerá a los rebeldes como autoridad legítima de Libia. La decisión significa una presión extra para países como China y Argelia, que hasta ahora se han negado a hacerlo.