Medios españoles, citando fuentes de la lucha antiterrorista, reportaron el jueves que las autoridades venezolanas habían arrestado a los etarras, quienes contaban con un amplio prontuario de actividades terroristas, incluyendo secuestros, asaltos armados y colocación de artefactos explosivos.

Antonio María Delgado

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Elena Bárcena Argüelles (alias “Neska”), José Ignacio Etxarte Urbieta (alias “Garbi”) y Javier Pérez Lekue fueron detenidos por las autoridades venezolanas luego de que la embarcación en que se encontraban encallara en la isla de Los Roques tras varios días de travesía.

Los tres etarras se encuentran detenidos bajo cargos de entrada ilegal al territorio venezolano, reportaron los medios españoles.

En una carta firmada en febrero por Bárcenas y Pérez, los etarras habían repudiado las grandes limitaciones impuestas contra ellos por el régimen cubano, declarando que su permanencia en la isla se había tornado insoportable.

Ambos etarras habían manifestado en la misiva que llevaban ya varios años que querían abandonar el país, que se había convertido para ellos en una “cárcel” y que no querían permanecer en él “ni un día más”.

El ex comisario de la Dirección General Sectorial de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP) de Venezuela, Johan Peña, dijo que este tipo de situaciones son frecuentes entre integrantes de grupos subversivos que viajan a la isla caribeña para recibir entrenamiento.

“Eso pasó muchas veces con grupos guerrilleros venezolanos que fueron a entrenarse a Cuba. Algunos de ellos pasaron años -a veces hasta cinco años- varados en la isla, pidiendo que los dejaran salir”, dijo Peña, quien formó parte de la lucha contra la insurgencia izquierdista en el país sudamericano.

Urbieta es uno de los presuntos miembros de ETA procesados por el juez español Eloy Velasco, de la Audiencia Nacional (principal instancia penal española) en el marco de su investigación sobre la supuesta relación entre ETA y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Las dos organizaciones armadas se habrían entrenado en la selva venezolana, según la justicia española, cuya investigación consta de documentos que detallan que etarras afincados en Cuba construyeron armamento, incluyendo lanzagranadas, que querían probar en Venezuela.

Velasco había emitido contra este activista una orden de busca y captura internacional y había solicitado su extradición desde Cuba.

Bárcena, por su parte fue responsable del comando “La Piedra”, que operaba en la zona de San Sebastián, en el País Vasco, y es sospechosa de haber ordenado la colocación de distintos artefactos explosivos.

Asimismo, Bárcena es acusada de haber participado en diversos secuestros, entre ellos, el del capitán Martín Barrios en 1983, en cuyo posterior asesinato también habría participado.

Detenida en Francia en 1985, Bárcena fue deportada un año después por el gobierno francés a Cabo Verde, de donde se fugó a Cuba vía Angola.

Pérez llevaba al parecer años viviendo en Cuba con documentación falsa y previamente había pasado algún tiempo en Nicaragua.

ETA, responsable de 829 muertes en más de 40 años de violencia para reclamar la independencia de Euskalherría (País Vasco, la vecina Navarra y el País Vasco francés), cumple un alto el fuego “general” y “permanente” desde el 10 de enero.

El ex embajador de Venezuela ante las Naciones Unidas, Diego Arría dijo que la detención representa un delicado problema para el presidente Hugo Chávez, cuyo gobierno lleva años brindado protección a integrantes de la organización vasca.

“¿Qué va a hacer el gobierno venezolano con unos tipos que ellos mismos han defendido ilegalmente? Esto es una prueba fuerte para Venezuela. Estos son etarras, no tienen la nacionalidad venezolana, y esto va a poner a prueba la posición del país ante el terrorismo”, comentó Arria desde la nación sudamericana.