El Episcopado colombiano volvió a ofrecerse como facilitador entre la guerrilla y el Gobierno. Exigió que el líder rebelde se entregue y afirmó que "la violencia trae más violencia"

"La Iglesia católica está dispuesta a hacer de facilitadores si el presidente (Juan Manuel Santos) lo permite", insistió el secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), Juan Vicente Córdoba.

El prelado subrayó que con diálogo, humildad y concertación es posible que los rebeldes "puedan hacer un proyecto político y hagan un partido y se lancen a elecciones para que sea el pueblo el que decida si ellos deben o no llevar liderazgos en el país".

Las declaraciones fueron ofrecidas en Bogotá tras la primera jornada de la XCI Asamblea Plenaria de la CEC, de la que también el nuncio apostólico, Aldo cavalli, y el secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), el chileno Santiago Silva Retamales.

Los dichos de Córdoba suceden luego de que el Ejército irrumpiera el pasado jueves en una de las bases del líder de las FARC, "Alfonso Cano", alias de Guillermo León Sáenz, un antropólogo de 62 años que asumió la jefatura tras el fallecimiento por muerte natural de su fundador Manuel Marulanda, alias Tirofijo, el 26 de marzo de 2008. Según afirmó el propio presidente Juan Manuel Santos horas más tarde, el cabecilla insurgente "está cerca de caer".

"A Cano le extendemos la mano, la mano de hermano colombiano para que podamos lograr la paz, de lo contrario, esto se nos va a recrudecer", señaló Córdoba. Y añadió que el jefe máximo de la guerrilla sabe que "la violencia solo trae más violencia y que Colombia lo que necesita es perdón". Por eso, reiteró que la salida al conflicto armado de casi medio siglo debe ser política, ya que si no al Estado sólo le queda una respuesta militar.

En tanto, Salazar destacó el trabajo de la Iglesia por "el tema de la paz, entendido no solo como cese del conflicto armado, sino también como el fruto de la construcción de la justicia social en el país".

"Lo ideal sería que viviéramos verdaderamente la paz, que no hubiera insurgencia armada y el Estado procurara por todos los medios la justicia en todos los campos. Nuestro mensaje ha sido siempre que por favor cese el conflicto", indicó el prelado. Y agregó: "Creo que Colombia ha evolucionado en los últimos años lo suficiente para que haya una verdadera concertación, un diálogo, que todos participen verdaderamente en la construcción de un país mejor".

Mientras, Santos mantiene su postura de condicionar la apertura de un diálogo con la guerrilla al abandono del secuestro, el cese de los ataques contra la población civil y del reclutamiento de menores de edad.