El servicio diplomático europeo trata actualmente de obtener un consenso entre todos los países de la Unión Europea para avanzar hacia la normalización de las relaciones con Cuba y espera poder hacer una propuesta formal al respecto en los próximos meses.

EFE

BRUSELAS -- Según fuentes comunitarias, un grupo de Estados miembros “necesita algo más de tiempo” para entrar a fondo en el debate, que Bruselas tenía intención de plantear hace ya varios meses.

Aseguran, de todos modos, que no hay grandes resistencias de fondo entre las capitales.

Tradicionalmente, países como Suecia, la República Checa y el Reino Unido han sido los más reticentes a acercar posturas con La Habana, mientras que España es el gran defensor de la normalización de las relaciones.

La idea del equipo de la Alta Representante de la UE, Catherine Ashton, es presentar oficialmente sus ideas una vez que cuenten con un mínimo de consenso entre los Estados miembros.

Mientras tanto, se mantienen los contactos con las autoridades cubanas iniciados el pasado otoño.

Un documento interno comunitario al que Efe tuvo acceso en diciembre señalaba que, tras las primeras discusiones entre ambas partes, Cuba había manifestado a la UE su interés en lograr un acuerdo bilateral y en normalizar las relaciones, aunque insistía en que el bloque europeo eliminara su “posición común”.

La “posición común” europea, vigente desde 1996, vincula el desarrollo de las relaciones de la UE con Cuba a los avances en materia de derechos humanos y democratización en la isla, aunque siempre ha sido rechazado por La Habana por considerarla una injerencia.

Según fuentes comunitarias, los contactos continúan siendo constructivos, a pesar de que la visita a Bruselas que efectuó en febrero el canciller cubano, Bruno Rodríguez, no fue “particularmente positiva”.

La intención de Ashton y su equipo es poder plantear el asunto cubano ante los ministros europeos de Exteriores antes del parón veraniego, es decir, en la reunión que tienen prevista el próximo julio, pues no figura en la que tendrá lugar la próxima semana en Luxemburgo.

Fuentes del servicio diplomático europeo, insisten sin embargo en que no se puede confirmar que el tema pueda ponerse sobre la mesa entonces, con lo que quedaría retrasado como mínimo hasta septiembre.