Rompieron el sitio del gobierno sobre la estratégica Misrata y se encaminan hacia el Oeste, donde está la capital. Alemania los reconoció como los únicos "representantes legítimos del pueblo"

En la batalla más fuerte el lunes cerca de Misrata, un fotógrafo de la agencia AP en el frente de los rebeldes dijo que éstos han avanzado a lo largo del Mar Mediterráneo hasta ubicarse a 10 kilómetros de Zlitan, la siguiente ciudad hacia el oeste desde Misrata.

Un comandante insurgente señaló que sus fuerzas, utilizando armas decomisadas de depósitos del gobierno y nuevo armamento enviado desde Bengasi, planean entrar a Zlitan el martes, en su camino hacia Trípoli, todavía fuertemente controlada por el líder Muammar Khadafi y blanco de numerosos ataques de la OTAN en los últimos días.

Los rebeldes también ganaron impulso diplomático cuando el ministro alemán de Relaciones Exteriores Guido Westerwelle dijo en una visita a Bengasi, virtual capital de la insugencia, que el naciente gobierno de oposición es "el representante legítimo del pueblo libio". El funcionario viajó hacia esa ciudad para abrir una oficina de enlace y entregar suministros médicos.

Westerwelle no dio un reconocimiento diplomático total al Consejo Nacional de Transición, como lo ha hecho Estados Unidos, y prefirió aguardar la expulsión de Khadafi, tras más de 40 años al frente del gobierno de la nación del norte de África rica en petróleo.

El apoyo de Alemania no es menor, ya que Berlín se negó a participar en la ofensiva aérea de la Organización del Tratado del Atlántico Norte sobre Libia y no respaldó la resolución de las Naciones Unidas que autorizó los ataques.

Lo que comenzó como una insurrección pacífica contra Khadafi se ha convertido en una guerra civil, en la que los combatientes insurgentes con poco armamento y sin entrenamiento militar han tomado el control en el este de una tercera parte del territorio de Libia y algunos puntos en el oeste de la nación.

El poder de Khadafi ha sido mermado considerablemente por los ataques de la OTAN, así como por deserciones en las fuerzas armadas y el gobierno.

En Londres, analistas libios reportaron este lunes que Khadafi perdió otro funcionario cercano, quien desertó y huyó del país. Sassi Garada, uno de los primeros hombres que se unieron al gobernante cuando tomó el poder, dejó Libia a través de Túnez, según Noman Benotman, un analista libio en Londres que estuvo en contacto con amigos y familiares de éste. Guma el-Gamaty, organizador del consejo interino libio en Gran Bretaña, también confirmó la deserción.

Hubo reportes iniciales de que Garada escapó a territorio británico, donde tiene varios familiares, pero Benotman dijo que estaba en Suiza.

Funcionarios británicos, quienes pidieron no ser identificados, señalaron que no podían confirmar si Garada estaba en el Reino Unido. Carole Waelti, vocera del ministerio suizo de Relaciones Exteriores, dijo a la AP que el gobierno "no estaba informado sobre la posible presencia del señor Garada en Suiza".