Las protestas en Siria comenzaron a mediados de marzo como efecto contagio de lo que sucedía en Túnez, Egipto, Libia y Yemen; y se intensificaron con el correr de los días. El presidente Al Assad cambió su gabinete. Hizo ciertas concesiones, pero las movilizaciones continúan. Con una brutal represión, ya se contabilizan más de 600 muertos.

Siria es uno de los actores principales en Medio Oriente. Se trata en su mayoría de un país sunnita (75%), pero los Assad -en el gobierno desde principios de los 60- pertenecen a la secta Alawí, una rama de los chiítas. La pertenencia a esa rama facilitó que forjaran una relación con Teherán tras la revolución islámica de 1979.

Bashar al-Assad es el presidente de Siria desde 2000. Cual verdadera dinastía,  reemplazó a su padre después de haber sido designado por el Partido Árabe Socialista Baaz, que es el partido único en el país. Su padre,  Hafez al-Assad, había tomado el poder por medio de un golpe en 1971, después de participar en gobiernos militares desde 1963.

Desde 1963 regía el estado de Emergencia que, finalmente, se derogó este año. La ley del estado de emergencia que impone restricciones a la libertad de reunión y movimiento y permitía la detención de "personas que amenazan la seguridad". Aprueba,  además,  interrogar a las personas, vigilar las comunicaciones y la censura previa de todos los diarios, publicaciones, radios y otros medios de comunicación.

Sanciones

Mientras en este Viernes de Ira continúan las movilizaciones, la Unión Europea (UE) analiza -en una reunión en Bruselas- si impone sanciones contra el régimen de Damasco por la dura represión de las últimas semanas.

Los 27 analizan "varias opciones", entre ellas, la posibilidad de suspender las ayudas comunitarias europeas al país árabe, congelar bienes del régimen sirio o, incluso, la negación de entrada a Europa de personas miembros del círculo del presidente Bashar Al Assad.

También se estudia suspender el programa de cooperación de la UE con Siria entre 2011 y 2013, que se eleva a 129 millones de euros (192 millones de dólares) y que tienen por objeto impulsar reformas sociales y económicas en el país.

La corrupción, a la falta de libertades, la ausencia de sistemas democráticos más el empobrecimiento, el desempleo y la represión hacen que, sin expectativas, la protesta colectiva se vuelve la única vía. En algunos países, estas revueltas logran una transición pseudo pacífica: Túnez y Egipto. En otros, como en Siria, intentan frenar las protestas y la represión es brutal.