Pocos cubanos se han expresado mejor que el Dr. Oscar Elías Biscet para exponer el cuadro de Cuba y lo que debe hacerse para hallar camino hacia la democracia.

Sus pimeras declaraciones, precisamente a DIARIO LAS AMERICAS al quedar en libertad tras muchos años de injusto encierro, fue exigir la renuncia de Raúl a la jefatura del Estado y de ese modo dar paso a un gobierno de transición.

Esto dicho por un personaje como el Dr. Biscet, es un desafío a la dictadura de los Castro, a quienes nadie se atreve a señalarles defectos, y mucho menos pedirle que se vayan.

Tenemos ante nosotros un portavoz de la verdad, y un valiente vocero del sentimiento popular que no calla su protesta ni esconde lo que siente.

En segundo lugar calificó de dictadura totalitaria al régimen que gobierna a los cubanos, comparándola con la tiranía de Hitler y de Stalin.

Esta calificación, además de ajustarse a la verdad, entraña la más fuerte acusación dicha hasta hoy en Cuba, por un miembro de la oposición.

Nos preguntamos cuál será la reacción del pueblo cubano ante tales declaraciones, y cuál será la reacción del régimen castrista.

Tales declaraciones, al ser hechas por teléfono a un periódico de Miami, seguramente no serán conocidas por la gran mayoría de la población cubana, como sí lo serían si se hubiesen hecho en rueda de prensa en alguna ciudad de Cuba.

De todos modos, tales expresiones del Dr. Biscet tienen una trascendencia enorme, y sirven para dejar bien claro cuál es el problema fundamental de la situación cubana y cuál sería su solución a corto plazo.

Pero ¿tendrán eco suficiente estas declaraciones como para avivar una protesta masiva del pueblo contra la tiranía castro-comunista? ¿Será la personalidad del Dr. Biscet lo suficientemente inspiradora para impulsar un movimiento de ese alcance?

¿Servirán estas declaraciones como chispa que encienda el sentimiento del pueblo cubano y lo impulse a manifestarse contra el sistema opresivo que hoy impera en la Isla?

No somos pesimistas, pero nos damos perfecta cuenta del estado de parálisis del pueblo cubano, víctima de la más feroz política represiva, para enfrentarse a la poderosa maquinaria gubernamental.

Hay otra manifestación del Dr. Biscet que merece comentarse. Y es aquella que denuncia al régimen castrista como antisemita, antinorteamericano y antinegro. Estas afirmaciones, que no habíamos escuchado antes de boca de opositor alguno, revelan una faceta poco estudiada del problema cubano.

No alcanza el espacio para considerar esta importante acusación. Bástenos decir que las valientes palabras de Oscar Elías Biscet han dejado expuestas, con claridad meridiana, el triste cuadro de la Cuba contemporánea, donde sólo una labor bien coordinada entre elementos internos y externos, apoyada por la comunidad internacional, podrá dar al traste con la tiranía que por más de medio siglo se ha enseñoreado de Cuba y ha destruído la República.
Por Guillermo Cabrera Leiva
Del DIARIO DE LAS AMÉRICAS