El presidente nicaragüense Daniel Ortega conversó con el mandatario. Al igual que el canciller venezolano Nicolás Maduro, trasladó el mensaje del régimen al afirmar que "busca dialogar"

En la tarde del lunes, luego que la Cancillería británica confirmara las versiones sobre el asilo de Khadafi en Venezuela, el ministro de Relaciones Exteriores del país caribeño sorprendió cuando declaró que el dictador libio "se encuentra en Trípoli, ejerciendo los poderes que le otorga el Estado y haciendo frente a la situación por la cual atraviesa el país". De esta manera, Nicolás Maduro, titular de esa cartera, hizo las veces de vocero del régimen africano.

En sintonía, Ortega afirmó que Khadafi está "librando una gran batalla" y confió en que "se pueda resolver ese problema", aunque admitió que la situación es "dura" y "difícil".

"Yo he estado comunicándome telefónicamente con él [y] le transmití la solidadaridad del pueblo nicaragüense a todo el pueblo libio, la solidaridad de los sandinistas", señaló Ortega, un aliado de Khadafi desde que gobernó por primera vez su país en la década de 1980.

El mandatario sandinista aseguró, además, que el Gobierno libio "está buscando dialogar para defender la integridad de la Nación" y para detener la anarquía. "Hay saqueos de comercios, hay destrucción, es terrible, aquello es terrible", comentó.

No obstante, Ortega no reveló si Khadafi estaba en Libia al momento de su comunicación, en medio de insistentes rumores de que habría viajado a Venezuela, los que fueron desmentidos por los gobiernos de Trípoli y de Caracas.

Condenas internacionales

"El secretario general [de la ONU, Ban ki-Moon] está indignado ante los informes de prensa de que las autoridades libias han disparado contra manifestantes desde aviones de guerra y helicópteros", aseguró el vocero Martin Nesirky, previo a una presentación de Ban en un evento en Los Angeles.

Ban difundió su declaración horas después de decirle al líder libio Muammar Khadafi que cesara "inmediatamente" la violencia en el país norafricano, que sólo este lunes provocó la muerte de 250 personas.

"Tales ataques contra civiles, si se confirman, constituirían una seria violación del derecho internacional humanitario y serían condenados por el secretario general en los términos más enérgicos", agregó.

De su lado, la jefa de la diplomacia estadounidense, Hillary Clinton, afirmó que el mundo observa "alarmado" la situación en Libia, condenó la represión en las protestas y exigió el cese del "baño de sangre".