Por Alberto Muller

Hasta Fidel Castro -en su incómodo e ineludible retiro por enfermedad- ha escrito un galimatías reflexivo sobre la convulsa realidad política egipcia, que más bien parece dirigido en primera instancia a su hermano Raúl.
Los acontecimientos recientes en Egipto y Túnez, donde masivas manifestaciones de protestas, derrocaron a los gobiernos autoritarios de Hosni Mubarak (Egipto) y de Ben Alí (Túnez), se convierten en una amenaza real para todos los regímenes autoritarios del mundo y en un factor demostrativo para todos los pueblos subyugados y sin libertad del planeta, que por desgracia son unos cuantos.

Pero en medio de las turbulencias populares, que sacaron del poder en cuestión de días a dos poderosos jefes de gobierno del mundo árabe, leemos con asombro el último comentario firmado por Fidel Castro:

Primero Fidel intenta involucrar a Estados Unidos con el régimen autoritario de Mubarak, ocultando que el presidente Barack Obama pidió públicamente respeto por los manifestantes.

Segundo reseña como negativos los acuerdos de entendimiento pacíficos de Camp Davis entre Egipto e Israel.

Y es entonces cuando Fidel arremete en su reflexión contra el desempleo, la corrupción y la subida de los precios de la canasta alimenticia en estos dos países árabes, como desencadenante de la crisis.

Y precisamente en este giro es cuando el comentario firmado por Fidel, se convierte en un ‘boomerang’ que se dirige directamente a la cabeza de su hermano Raúl, inmerso en una Administración rodeada de corruptos dirigentes castristas, con un desempleo galopante y una subida maratónica en los precios de la canasta alimentaria, en medio de la pobreza aguda que padecen los sectores marginales del país.

En la Cuba gobernada por Raúl Castro, medio millón de trabajadores están siendo despedidos de sus empleos y en los próximos meses otros 800 mil correrán la misma suerte, en un esfuerzo gubernamental desesperado, pues según el propio Raúl, estos trabajadores estaban en plantillas, pero no producían.

La corrupción en Cuba ha sido denunciada ya por el prestigioso dirigente negro cubano –el comunista Estaban Morales- y por el mismo Fidel Castro, como el mayor de los peligros que podría provocar el derrumbe de lo que ellos dan por llamar la ‘revolución cubana’.

Pero para colmo de absurdos y de cara dura, ahora Fidel Castro acaba de declarar en su visita a la Feria del Libro en La Habana, ‘que el mundo debería ser una familia’.

Parece que al comandante se le olvidó los últimos fusilados de su gobierno, antes de su retiro por enfermedad, cuando ordenó el fusilamiento de los tres jóvenes negros que pacíficamente intentaron abandonar Cuba en el año 2003, dejando a tres familias cubanas en las más absoluta quiebra moral.

¡Vaya galimatías de Fidel para Raúl….!