La crisis de los alimentos desatada tras el fallido aumento de los combustibles en el mes de diciembre le sigue generando serios inconvenientes al presidente de Bolivia, Evo Morales. La Central Obrera Boliviana, COB, ratificó para hoy un paro general por 24 horas, en reclamo de aumentos salariales que hagan frente al alza del precio de los alimentos.

Según el secretario ejecutivo de la central obrera, Pedro Montes, el paro “será movilizado y con marchas en los nueve departamentos” y ratificó que los sindicatos obreros fijaron “la canasta familiar en 8.309 bolivianos (1.250 dólares) como base de negociación con el gobierno de Evo Morales”.

Días atrás, Morales invitó a la COB a formar una comisión para analizar la situación de los salarios. “Aquí está la plata del Estado, y no es la plata del Evo”, dijo el jefe de Estado en la convocatoria. El mandatario reiteró que el aumento salarial de 2011 estará por encima del 7% de la inflación anual del año pasado.

Luego de que en diciembre el gobierno boliviano anunciara un alza de los combustibles del 83%, la COB realizó una multitudinaria manifestación, que obligó a las autoridades a retirar la medida. Sin embargo, el conflicto desencadenó un proceso inflacionario y de escasez que no se detiene.

La falta de azúcar y de harina para elaborar pan, y los elevados precios para la leche y la carne de pollo son ingredientes que a diario aumentan la crisis alimentaria y complican la gestión de Morales. Para aplacar las incesantes protestas por la falta de azúcar, el gobierno –por ejemplo– optó por importar de Brasil, Colombia y otros países unos 1,2 millones de quintales. También autorizó por tres meses a empresas privadas y grupos de comerciantes la importación de azúcar con arancel cero. Ahora hay azúcar en las góndolas, pero a precios altos.