Los analistas coinciden que el año 2010 será decisivo para la comunización o la democratización de Venezuela de cara al futuro. El oficialismo insiste inconstitucionalmente con el Primer Plan Socialista 2007-2013 que en esencia es quitarle poder al individuo y traspasarlo al estado. La oposición debe mostrar su propia agenda a favor de la gente en contra del poder avasallante desde Miraflores.

Agenda no es sólo la lucha por ganar curules en la asamblea nacional sino aquella que ofrezca soluciones en materias sensibles a la población como la inseguridad, el costo de la vida, el desempleo y la pobreza, la educación y la familia, la salud pública, la infraestructura y la construcción de viviendas, escuelas y hospitales.

Agenda es mostrar a la gente como salvar a PDVSA y las empresas de Guayana del desastre gerencial-productivo y como resolver la escasez de agua y la falta de generación eléctrica. Como incentivar la producción nacional de alimentos frente a su insensata importación fuente de corrupción.

Agenda es confrontar, tanto ideológica como políticamente, los planes dictatoriales encaminados a suprimir la autonomía de los poderes públicos, a utilizar la justicia como arma para destruir a adversarios políticos, a profundizar la politización de las fuerzas armadas, a despojar la propiedad a sus verdaderos dueños, a impulsar el poder comunal y acabar con la institucionalidad de gobernaciones y alcaldías.

Esta agenda debe comenzar formando alianzas de lucha con los trabajadores, empresarios, educadores y profesionales, a fin de conseguir un mayor impacto popular que coloque al régimen militar a la defensiva.

En el 2010, hay que ir por el presidente y su entorno corrupto e ineficiente que ha entregado el país a grupos privilegiados y  su soberanía a gobernantes extranjeros. La estrategia es la confrontación en todo terreno con una agenda propia que movilice y entusiasme a las grandes mayorías.

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