Por FRANK CALZÓN.-

La temperatura se desplomó anoche y la lluvia mezclada con nieve cubrió las aceras. Los árboles ya están desnudos de sus hojas que forman una alfombra multicolor en los jardines del Capitolio.

Volodímir Zelenski, el presidente de Ucrania, acaba de llegar a Washington para reunirse enseguida con senadores y congresistas y con el presidente Joe Biden, que sigue presionando al legislativo para que apruebe la ayuda militar a Kiev.

El líder ucraniano desconcertó a Vladímir Putin, que esperaba entrar victorioso en Kiev en cuestión de semanas. La guerra había comenzado y la expectativa era que los ucranianos no iban a poder detener el avance del ejército ruso. Varios gobiernos le ofrecieron a Zelenski un avión para que abandonara su país. Pero la resistencia de los ucranianos sorprendió a Putin y al mundo.

En un discurso en la Universidad Nacional de Defensa de Estados Unidos, un día antes de la proyectada visita a la Casa Blanca, el líder ucraniano dijo: "Sabemos lo que tenemos que hacer y pueden contar con Ucrania, y esperamos lo mismo, poder contar con ustedes".

En la prensa y en el mundo oficial de la capital norteamericana se discute el alto costo de la ayuda militar que Ucrania necesita para no convertirse en un satélite de Moscú. Más allá de las consecuencias geopolíticas, si Rusia logra ocupar a Kiev, Estados Unidos y Europa tendrían que aumentar considerablemente los presupuestos militares.

La crisis en Ucrania ha obligado a los especialistas, académicos, senadores y congresistas a examinar el papel que juegan en el conflicto Irán, China, Siria y Cuba

La crisis en Ucrania ha obligado a los especialistas, académicos, senadores y congresistas a examinar el papel que juegan en el conflicto Irán, China, Siria y Cuba.

Los cientos de jóvenes cubanos en el ejército ruso en Ucrania son parte de ese análisis. El Departamento de Estado acusó a La Habana de distribuir desinformación rusa alrededor del mundo y de servir a los intereses de Moscú en las organizaciones internacionales.

Cuba, apuntan varios diplomáticos, luchó contra viento y marea para que Rusia no fuera expulsada del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, pero su salida fue aprobada por la Asamblea General de la ONU, la misma asamblea que muchas veces ha criticado el embargo de Estados Unidos.

Recientemente, Suecia dijo tener pruebas del uso de la tortura en Cuba y ha pedido que la Unión Europea suspenda el acuerdo económico con la Isla, aduciendo que no cumple sus obligaciones sobre derechos humanos que son parte del tratado. Para los europeos la alianza de Cuba con Putin en Ucrania es importante, y pocos creen que La Habana no conocía los vuelos con cientos de jóvenes cubanos a Rusia.

Son asuntos difíciles pero no imposibles de resolver. El Ministro cubano de Relaciones Exteriores expresó su preocupación cuando expulsaron a Rusia del Consejo de Derechos Humanos, diciendo que los enemigos de Cuba tratarían también de expulsar a Cuba de organismo internacional.

Pero Cuba tiene aliados poderosos: China, Irán, Siria y Rusia, entre otros. Puede contar por lo menos en América Latina con los votos de Venezuela, Nicaragua, México, Bolivia, Colombia y varias naciones del Caribe inglés. A la oposición al régimen cubano de Uruguay, Costa Rica y algunos países centroamericanos se agregaron los recién electos gobiernos de Argentina y Ecuador. Ni La Habana, ni Caracas ni Managua fueron invitadas a la toma de posesión en Buenos Aires, donde se dieron cita figuras prominentes, incluyendo el Rey de España. Entre los invitados la periodista y ahora representante a la Cámara, la cubano americana María Elvira Salazar.

El voto en la Asamblea General para expulsar a Cuba del Consejo de Derechos Humanos, si llega a ocurrir, será secreto. Pero las especulaciones ya se han disparado.

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