Aunque llegó a negarlo en tres ocasiones la semana pasada, finalmente el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) cubano reconoció que en Matanzas circulan tres cepas del Covid-19, dos de ellas muy peligrosas, lo cual confirma los reportes obtenidos por DIARIO DE CUBA desde el poblado de Torriente, en Jagüey Grande.

Después de que en ese asentamiento se produjeran varias extrañas muertes, que según reportes no oficiales podrían haber causado hasta nueve decesos que las autoridades achacaron a enfermedades respiratorias agudas y al Covid-19, en una reunión del Partido Comunista se habría informado la pasada semana la presencia de una cepa del virus, según dijeron fuentes locales a nuestra redacción.

Pero casi diez días después de que los primeros rumores sobre extraños y fulminantes decesos de personas sanas en Torriente inundaran las redes sociales, Fernando Acebo, director de Higiene, Epidemiología y Microbiología en Matanzas, informó en una reunión del Gobierno provincial de la circulación en el territorio de la variante sudafricana en los municipios de Jagüey Grande, Colón y Jovellanos, y de la cepa de California en Cárdenas.

Según el reporte de la televisora oficial TV Yumurí, "la circulación actual de estas últimas cepas provocan como particularidades mayor nivel de contagio, más letalidad y diseminación. También ocasionan mayor agresividad al organismo".

De acuerdo con las autoridades, en Matanzas "aumenta la cantidad de personas en estado grave, críticos, así como los fallecidos. Matanzas reporta en los últimos días como promedio cien casos" diarios.

La pasada semana, el propio Fernando Acebo había asegurado que "se reportan casos con neumonías de varios tipos, pero ninguna es nueva ni diferente".

El sábado, el doctor Francisco Durán, director nacional de Epidemiología, volvió a negar un panorama de gravedad en Jagüey Grande. En su comparecencia televisiva diaria sobre la pandemia en Cuba, el funcionario dijo que en ese territorio matancero la situación es consecuencia de la transmisión de Covid-19 y descartó la posibilidad de que hubiera otros virus respiratorios como el H1N1.

Mas, el pasado martes la doctora en Ciencias María Guadalupe Guzmán, directora de Investigación, Diagnóstico y Referencia del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), reconoció que en la Isla se han detectado cinco cepas del coronavirus.

La funcionaria dijo que entre marzo y septiembre de 2020 predominó el Clado G (D614G, que sustituyó a la cepa original de Wuhan en el mundo), pero desde finales de diciembre del pasado año a marzo de 2021, en la Isla se han detectado cinco variantes genéticas y seis patrones mutacionales, con un incremento de las variantes notificadas en Sudáfrica y California.

Guzmán reconoció que las provincias de La Habana, Mayabeque y Pinar del Río muestran el mayor número de patrones-variantes, pero no mencionó a Matanzas, colindante con Mayabeque.

En las últimas horas, el Gobierno de Matanzas llamó a las personas a pasar el mayor tiempo posible en casa.

Matanzas, en fase de transmisión autóctona limitada, mantiene hasta la fecha 296 focos abiertos y un evento de transmisión local en el municipio de Jagüey Grande, además de 619 activos y una tasa de incidencia que supera los 140 contagiados por cada 100.000 habitantes.

Las variantes surgidas a raíz de la cepa originaria del SARS-CoV-2, causante de la pandemia global, conllevan un riesgo adicional debido no solo a su mayor transmisibilidad, sino también a su capacidad para "escapar" del sistema inmunológico, según estudios científicos.

La revista especializada Research Ideas and Outcomes (RIO) indicó que la cepa sudafricana, junto a la británica y la brasileña, son más transmisibles que la original, e incluso tales variantes harían necesarias vacunas "específicas" para cada una. Pero de todas, la sudafricana es la más letal.

Por su parte, la variante detectada en California a principios de febrero podría ser una amenaza adicional para el control de la pandemia del Covid-19 debido a que cuenta con la capacidad de eludir la inmunidad celular y tiene la posibilidad de aumentar su infectividad, es decir, su capacidad para invadir un organismo y provocar en él una infección.

Pese al empeoramiento de las cifras de contagio con el nuevo coronavirus desde fines de 2020 en Cuba, el Gobierno lo apuesta todo a sus candidatos vacunales, que están en la Fase 3 de sus ensayos clínicos. Hasta ahora, La Habana ni siquiera ha manifestado la intención de comprar lotes de la Sputnik V rusa para inmunizar a la población de riesgo.

DIARIO DE CUBA