El ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca Díaz, hizo anuncios el jueves de que el Gobierno permitirá exportar al sector privado cubano, aunque lo obligará a pasar por empresas estatales, y también que los emigrantes "no tienen límites" para invertir en Cuba.

Sobre ambas cuestiones DIARIO DE CUBA conversó con los economistas Enix Berrio y Elías Amor. Las medidas fueron descritas como "superfluas", que no van a la raíz del problema y siguen evadiendo "reformas profundas" en el sistema. Para Elías Amor "hay que tener en cuenta que el sector privado (cooperativas, principalmente) no podrá exportar libremente, ya que tendrán que hacerlo a través de una entidad estatal intermediaria, lo que tiene varias consecuencias".

Entre ellas citó el aumento del coste de la operación, "ya que habrá que retribuir los servicios de estas empresas, dejando fuera de mercado las operaciones por costosas".

Estas exportaciones proporcionarían "directamente ingresos al Estado, por la mediación, ya que las empresas son estatales" y "al multiplicar el número de interlocutores, el comprador internacional puede percibir cierta confusión y complicación en las transacciones, lo que provocará su huida".

"A final, el problema es el de siempre, ¿qué podrán exportar los agentes privados si apenas producen para atender las necesidades internas? ¿Alimentos, de los que tan necesitada está la población?", se preguntó Amor.

En opinión del analista, "estas limitaciones vienen provocadas por las trabas y obstáculos que el régimen establece para impedir el crecimiento del sector privado, el aumento de rentabilidad y de riqueza de las empresas".

"Para que este tipo de iniciativas tengan sentido, lo primero es atender las necesidades internas, y una vez cubiertas, proceder a la comercialización de los excedentes en el exterior", añadió.

"En Cuba, el sistema social comunista vigente impide que se logren estos objetivos. Las reformas que se tienen que realizar son profundas, de gran calado, y no simples retoques superficiales. Dudo que esta medida llegue a buen puerto. Acabaría creando más problemas que oportunidades. Parece un anuncio 'populista' del ministro en momentos muy complejos como el actual", consideró Amor.

A juicio de Enix Berrio, "en el paquete de medidas que están implementado las autoridades cubanas hay muy poco de novedad".

"En primer lugar yo creo que en Cuba hay trabajadores por cuenta propia que exportan siempre a través del monopolio del grupo empresarial de comercio exterior, por ejemplo, los productores de carbón", mencionó.

"Lo que es importante saber es que Cuba está enfrentada a un escenario macroeconómico por un modelo fallido. Con las restricciones al turismo por la situación [de la pandemia] el Gobierno de Cuba no tiene ingresos. La economía cubana depende de las importaciones. Por cada dólar que se produce en Cuba, el Gobierno requiere tres para importaciones", recordó Berrio.

"No creo que de las 123 actividades autorizadas para el trabajo por cuenta propia realmente se generen recursos a través de la exportación. El que produce alimentos evidentemente no es para la exportación. Podrá haber algún productor de calzado o de ropa que exporte sus bienes, pero es insignificante, porque de hecho las actividades son de muy bajo valor agregado", abundó.

Berrio también recordó que "el monopolio cubano de Comercio Exterior es disfuncional, con muchas carencias técnicas, en definitiva, el mecanismo que tiene el régimen para centralizar las divisas. Por tanto, hay una contradicción".

"El sector privado siempre está asfixiado, siempre se le pone cortapisas para su desarrollo, a pesar de que no hay dudas de que es el sector que más puede generar prosperidad si se le desataran las trabas", estimó.

"No hay inversión extranjera, el turismo en Cuba como parte de un contexto no tiene perspectiva de desarrollarse en lo que queda, tal vez, hasta 2021. Hay sectores paralizados. La empresa estatal cubana está constreñida a ser pequeña y deficiente, por tanto, es solo retórica".

Así, señaló el economista, el Gobierno quiere hacer creer que se está liberalizando las fuerzas productivas.

Por otra parte, añadió, "las empresas cubanas se caracterizan por los impagos. Ahí el trabajador privado que genere productos exportables tiene que hacerlo a través del monopolio estatal y mayormente sus divisas las necesita el régimen".

"Por tanto, va a sufrir las cadenas de impagos, y al mismo tiempo no le van a dar recursos para poder exportar. Esto requiere posicionamiento, créditos para los embalajes de comercialización, etc. Eso las empresas estatales lo hacen mal, por tanto, son medidas de corto alcance, más publicitarias a mi juicio y de bajo impacto (…) El Gobierno lo hace por falta de recursos financieros".

'Otro episodio más de caza de divisas'

Sobre el pronunciamiento de Malmierca de que los cubanos residentes en el extranjero "no tienen límites para invertir en Cuba", Berrio consideró que es una declaración que "tiene que ver con medidas anteriores, como la creación de cuentas bancarias en el sistema cubano para adquirir bienes en moneda libremente convertible" en las tiendas de la Isla.

"Están desesperados, las autoridades cubanas no tienen capacidad para manejar la crisis, y después de la crisis no hay recurso ninguno para poder soportar un crecimiento económico. El problema no es de ahora, es de antes de la situación de la pandemia. Ahora me parece que es un forcejeo, un guiño, un discurso hacia lo interno y hacia algunos sectores de la diáspora", añadió.

"¿Qué queda claro? Que Cuba necesita inversión extranjera, no genera recursos, pero la legislación cubana no favorece estas inversiones y hay antecedentes bastante polémicos y cuestionables respecto al derecho a la propiedad y a la preservación de la misma", reflexionó el economista.

En este sentido, otra cosa que "tiene que estar clara es que donde único hay potencialidad de inversión real, mucho más allá de lo que requiere Cuba, es con los cubanos de la diáspora, pero para ello tiene que cambiar mucho la legislación cubana".

Berrio abogó por "transformar la Ley 118 de 2014 sobre la Inversión Extranjera para que dé confianza", pues "el inversionista es temeroso de que lo incauten, que le nacionalicen".

"En un escenario postpandémico no hay recursos suficientes para la inversión extranjera y al mismo tiempo Cuba no forma parte de los mecanismos financieros internacionales como el Fondo Monetario, el Banco Mundial. Si se concretara ese llamado va a ser siempre selectivo (…) Están jugando a la propaganda y tiene que ver con la necesidad imperiosa de recursos financieros por parte del Gobierno de Cuba", concluyó.

Ante esta misma cuestión, Elías Amor coincidió en que "en Cuba no se protegen, ni en la Constitución, ni en ninguna norma legal o administrativa, los derechos de los cubanos no residentes".

"Este es el término que utiliza el régimen castrista para referirse a la diáspora. Incluso, cuando han detectado alguna operación económica por parte del exilio, han procedido a eliminarla de raíz", cuestionó.

"Los no residentes son sujeto de deberes, pero no de derecho. Pagan el pasaporte y visado cubano para regresar a su patria, las tasas aduaneras en su caso y cualquier impuesto que recaiga en su gasto en la Isla, pero carecen de derechos. Es muy peligroso abordar operaciones en Cuba que supongan movilizar o invertir recursos económicos. Los riesgos no justifican la posible rentabilidad que se pretenda conseguir", advirtió.

Para Amor, "el 'anuncio' realizado por Malmierca en la Mesa Redonda no se concreta en ninguna norma legal, por lo que cabe atribuirle todas las características de un mensaje populista para atrapar incrédulos".

"Confiar el dinero propio al régimen castrista, con su veleidades expropiatorias y sus mecanismos de extorsión, es muy arriesgado. Cuando se publiquen los incentivos que dice Malmierca, si es que se publican, entonces cabrá realizar un análisis más detallado de la norma. Estamos ante un eventual episodio más de 'caza de divisas', pero este tendrá muy poco éxito. Eso espero", confió.

DIARIO DE CUBA