Las autoridades de la dictadura castrista terminaron en abril una reforma constitucional que ratificó al Partido Comunista como único y “fuerza dirigente superior de la sociedad”, realidad que una ignorada disidencia trata de cambiar.

Los opositores alegan estar respaldados por el artículo 56 de esa carta magna. “Los derechos de reunión, manifestación y asociación, con fines lícitos y pacíficos, se reconocen por el Estado siempre que se ejerzan con respeto al orden público y el acatamiento a las preceptivas establecidas en la ley”.

“Invitamos a todos los ciudadanos a la participación desde abajo. Deliberación es ciudadanía: la conversación racional entre diferentes, con respeto a los demás y con tolerancia a los diversos puntos de vista para construir de una vez la Cuba de los ciudadanos”, señalan los promotores de la iniciativa disidente.

Con información de INFOBAE/AFP