Por Huber Matos Araluce.-

En Cuba las directrices que deben seguir los periodistas de las agencias de prensa extranjeras al reportar desde la isla son las de manejar la información con cuidado y adicionar suficiente  propaganda para que la dictadura quede contenta.  Ese es el arte de la infoganda y quien la practique puede permanecer en La Habana.

Un caso ilustrativo es el recién artículo de AFP desde La Habana: Cuba desea exportar más médicos, fuente clave de divisas. En el mismo se dice que:  “Casi 40.000 médicos cubanos cumplen misiones en 66 países de América Latina, Asia y África, a los que podría agregarse Brasil, que evalúa llevar 6.000 para suplir el déficit de personal de salud”.

El artículo de AFP omite señalar que: “El Consejo Federal de Medicina, que reúne a los médicos brasileños, calificó de irresponsable el proyecto y señaló que la calidad técnica y ética de los médicos cubanos está en duda. Su presidente, Geraldo Ferreira Filho, aseguró en una audiencia en el Congreso que en algunos años, el 95 por ciento de los galenos extranjeros que intentaron revalidar sus títulos en Brasil fueron reprobados”.

AFP tambien omite que: "Luego de que gremios y organizaciones se opusieran al anuncio del canciller brasileño, Antonio Patriota, de la colaboración con Cuba, el Gobierno prefirió llenar las vacantes con doctores de otras nacionalidades. ‘Brasil quiere traer escoria’, dijo Florentino Cardoso, presidente de la Asociación Médica Brasileña. ‘Desafío a cualquiera a demostrar la excelencia de la medicina cubana’.El Gobierno, posteriormente, anunció que se incluiría únicamente a médicos de España y Portugal”.

El artículo de AFP  no menciona problemas con la formación de médicos en Cuba, por ejemplo que:

“La mayoría de los médicos graduados en Cuba que intentaron revalidar su título en la Universidad de Costa Rica (UCR) para ejercer en ese país resultaron descalificados, debido a graves deficiencias en su formación académica.  El Director de la Escuela de Medicina de la UCR, Ricardo Boza, aseguró a medios de prensa que en los últimos tres años, 138 médicos graduados en el exterior reprobaron la prueba de homologación requerida y 59 de ellos eran graduados en la Escuela Latinoamericana de Medicina de Cuba (Elam).

Como contrapartida el artículo de AFP proporciona una información que si el lector la analizara podría sacar conclusiones no muy favorables a la dictadura en la isla.  AFP dice que la mayor parte del los seis mil millones de dólares que recibe anualmente Cuba se deben en que: “Venezuela compra a Cuba los servicios médicos de unos 30,000 médicos, paramédicos y otros por los que paga al contado”.

Si aplicamos la aritmética de dividir 6000 mil millones de dólares entre 30,000 cubanos el gobierno venezolano está pagando al gobierno cubano aproximadamente $200,000 anuales por cada cubano enviado a Venezuela, una suma exorbitante. Como el cubano recibe una pequeña fracción de ese pago en realidad lo que ha estado haciendo el gobierno chavista es sosteniendo a flote a la dictadura castrista.

Además de esos seis mil millones de dólares el artículo agrega que Venezuela envía a Cuba diariamente 100,000 barriles de petróleo, esto equivale aproximadamente a casi cuatro mil millones de dólares adicionales para un total de casi 10,000 millones de dólares de subvención chavista al castrismo.

El citado artículo señala que por el turismo y por las remesas de los exiliados  a sus familiares en la isla, el gobierno cubano tiene un ingreso adicional  de 6,100 millones de dólares.  Ante estas cifras es evidente que los ingresos por casi 10,000 millones de dólares que llegan de Venezuela son el cordón umbilical que impide el colapso de la dictadura en Cuba.

En conclusión, la mayor parte de los ingresos por la exportación de servicios médicos de Cuba son el resultado de una alianza política entre el chavismo y el castrismo y encubren una subvención de Venezuela a Cuba que es económicamente injustificada.  Alardear de que Cuba puede aumentar sus ingresos por exportaciones aumentando el envío de médicos al extranjero es un titular apropiado para la propaganda pero difícil de sustanciar.