Por Antonio Pons.-

En nuestras guerras de independencia, aquellos aguerridos Mambises, generales de múltiples batallas, ya canosos, héroes de nuestra libertad pasada,  saltaron de sus “butacas "  cuando comenzaron a oir la voz firme de un pino nuevo, José Martí, que los instaba a otras nuevas batallas  en busca del mismo fin.

Cuenta la historia que Máximo Gómez se negó a hablar con él y es cuando nuestro apóstol le envía la carta en la que le dice "Generalísimo, un pueblo no se manda como se manda un cuartel" Todos miraban asombrados aquel joven de levita empinarse a nivel de las nuevas circunstancias con nuevos bríos y diferentes tácticas. El generalísimo Gómez apenado acepto reunirse con José Martí.

Un poco más tarde, cuando la invasión de la Fernandina Martí envía a Antonio Maceo, nuestro Titán de Bronce, un poco de dinero para que se lanzara a la invasión. Maceo dice que esa suma no era suficiente para tal empresa. Martí le contesta: dale el dinero a Flor Crombet que el si va. A lo que Maceo le responde, no, yo voy.

No parangoneo a la jonen Yoani con Marti solo me remito a la historia para acentuar que no podemos mantenernos sentados en aquellas aguerridas butacas de la década de 1960 y posteriores, con los brazos cruzados, sin las bombas de aquel entonces, sin las acciones, las osadías y temeridad de esa época. No tenemos nada que perder!

Que vociferen aquellos agentes de la dictadura que pululan en este exilio. Que salgan de sus cuevas los amigos de la tiranía; que murmuren los envidiosos.

Para este exilio digno, o los dignos de este exilio, repito, no tenemos nada que perder.

Hay una nueva generación que surge,  no es solo  Yoani o Berta Soler hay otros muchos que se están empinando con nuevas tácticas en busca de la libertad de Cuba,  a su modo,  con las palabras que les han ensenado, con las estructuras que conocen y en el medio que viven.

A mi humilde entender, a pesar de las heroicidades de las décadas pasadas, a pesar de nuestros respetados mártires en las montañas y calles de Cuba, a pesar de los miles de fusilados, las cruentas cárceles que sufrimos  y tan larga historia escrita con sangre tanto en el exilio como dentro de Cuba, el mundo que nos rodeo fue ciego, sordo y mudo ante nuestros reclamos. La voz del asesino y dictador rugía con más fuerza que la nuestra. Los inocentes o tontos útiles le creyeron, los no inocentes, los no tontos, fueron a sacar provecho de nuestra desgracia y los gobiernos se cogieron el turismo, el azúcar, los mercados. prefirieron taponar sus oídos y congraciarse con el dictador que le daba la oportunidad de obtener nuevas fuentes de ingreso.

En este momento  nuevas voces  se levantan, a pesar de haber nacido dentro del sistema que trato de adoctrinarlos y que ellos ahora combaten, esas voces en un corto tiempo, están llegando mucho más lejos que las nuestras lanzadas al aire durante 54 años. Respetémosle.!!!

No tenemos otra opción sino la de apoyar toda voz que se levante contra la tiranía si es que deseamos una Cuba libre.

Ellos, a su forma, buscan el mismo fin: libertad y democracia. Nos suenan distintos porque no usan nuestro lenguaje ni nuestras tácticas. No seamos obsoletos ni entes petrificados en una historia pasada, y que esa sangre nueva ilumine un mejor camino hacia la libertad

Antonio Pons