Madrid – La Cuba pobre y sin libertad que hace esfuerzos por romper las talanqueras del totalitarismo y batalla todos los días por una apertura democrática, se ha visto de pronto iluminada en España. Retratada al detalle y respaldada por una banda sonora que no incluye música, se basa en el testimonio conmovedor de una mujer. Está aquí con ese mensaje directo Berta Soler, portavoz del movimiento Damas de Blanco Laura Pollán.

La líder de la agrupación de mujeres familiares de presos políticos que comenzó a actuar durante la llamada Primavera Negra de 2003, trae a Europa un recado comprometido de enfrentamiento a la dictadura y, al mismo tiempo, abre un campo para la inclusión y el respeto por las líneas de trabajo de otras individualidades y grupos opositores dentro de la isla y en el exilio.

La señora Soler ha expresado desde su primer minuto en territorio español que las llamadas reformas del régimen son cosméticas y la represión más violenta. Considera que no se puede levantar el embargo norteamericano a la dictadura, ni cambiar la llamada Posición Común de la Unión Europea con La Habana.

“Vengo a pedirle a los mandatarios que tengan mano dura con el gobierno castrista y le exijan cuentas”, afirmó.

Esas fueron las líneas generales de su discurso esta semana en una breve visita al presidente Mariano Rajoy, una reunión con el canciller José Manuel García Margallo y en la conversación con los portavoces de todos los grupos del Parlamento, con excepción, desde luego, de Izquierda Plural, aliada del castrismo.

La portavoz de las Damas de Blanco ha contado, tanto a los medios como a sus interlocutores privados, la experiencia de ella y de sus compañeras en sus encontronazos con la policía política.

Esto es lo que viven: La policía, explica, “golpea a las mujeres, simula disparos con pistolas, las bota por las carreteras, en la playa en horas de la madrugada, las amarra, les parten huesos... El gobierno ejerce el terrorismo de Estado. Nos golpea, nos arrastra, nos lleva a los calabozos”.

La gran prensa española, la radio, los diarios y la televisión han seguido paso a paso su programa de visita en Madrid y le ha dado espacios privilegiados. Todavía puede agregarse que se hace visible en algunas de las reseñas de esa cobertura que la visitante cubana ha provocado un clima especial de admiración y simpatía.

Berta Soler ofrece “una imagen tan poderosa que no le hace falta decir nada para recibir los aplausos de un público de pie”, dice la nota de Isabel Lantigua en el diario El Mundo.

Su colega María Torrens escribe que “vestida con un impoluto traje blanco en honor a las Damas, la belleza de esta negra cubana se antoja innegable. La sonrisa no se borra de su cara... nadie quiere perderse la oportunidad de conocer a una de las figuras más importantes de la oposición cubana”.

España está ahora más cerca de la Cuba verdadera. Las campañas de propaganda, los viejos trucos del rimel y el pintalabios se disuelven antes de hacer efecto cuando llega alguien como Berta Soler a contar la vida diaria en primera persona.

Tomado de EL NUEVO HERALD