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El brasileño Thiago Pereira consiguió una sorpresiva medalla de plata con 4:08.86, mientras que el japonés Kosuke Hagino se llevó el bronce con 4:08.94.

Phelps, dueño de 14 medallas olímpicas de oro —récord absoluto—, necesita tres presas de cualquie metal para pasar a la historia como el deportista que más veces a subido al podio olímpico. En la actualidad tiene 16 medallas, dos menos que la gimnasta soviética Larisa Latynina.

Al terminar la prueba, Phelps casi ni pudo salir de la piscina.

“Fue una carrera horrible”, expresó. “Me sentía bien en los primeros 200 metros. Pero a partir de allí, no sé qué pasó. [Los demás] hicieron carreras mucho mejores que la mía, más inteligentes, y estuvieron mejor preparados que yo. Por eso subieron al podio”.

Fue la primera vez desde los juegos de Sydney del 2000 que Phelps, por entonces un desconocido de 15 años que se clasificó para una sola prueba, no ganó al menos un bronce. Desde entonces, subió al podio en 16 pruebas seguidas, cosechando 14 oros y dos bronces.

Lochte salió de la piscina con una gran sonrisa, saludando al público y sin signos de cansancio. Había dicho que este sería su año.

“Estoy anonadado’’, declaró Lochte, quien cronometró 4 minutos, 05 segundos y 18 centésimas; Pereira 4:08.86 y Hagino 4:08.94. Phelps fue 4.10 segundos más lento que Lochte.

Ambos volverán a chocar el miércoles y jueves en los 200 libre y allí se verá si lo de este sábado fue casualidad o si Lochte es el nuevo fenómeno de la natación.

Agregó que Phelps “dio todo lo que tenía y eso es lo máximo que se le puede pedir”.

La actuación del sábado hace que surjan dudas respecto a las posibilidades de Phelps de ser el primer nadador que gana una prueba tres veces seguidas. Frustrada esta primera oportunidad, todavía podría hacerlo en los 200 combinado y los 100 y 200 mariposa. En total, Phelps competirá en siete pruebas en Londres.

Su debacle fue un shock, teniendo en cuenta que se trata de un nadador que ganó seis medallas de oro en Atenas y ocho en Beijing, fijando una marca que será difícil igualar.

Phelps se retrasó desde el comienzo, en el estilo mariposa, su fuerte, y de allí el dominio de Lochte fue abrumador. Fue ampliando su ventaja de espalda y pecho, y cerró con un libre sin apuros, sacándole más de tres cuerpos a sus rivales más cercanos.

Pasado el estupor, no tanto por el triunfo de Lochte sino por la estrepitosa caída de Phelps, llegó el turno de las otras tres pruebas.

Y fue entonces que China se hizo notar con creces con triunfos de Sun Yang en los 400 metros libres para hombres y de Ye Shiwen en los 400 metros combinados para mujeres.

Sun Yang batió el récord olímpico que estaba en poder del australiano Ian Thorpe con un tiempo de 3:40.14; el surcoreano Taehwan Park se llevó plata y el estadounidense Peter Vanderkaay el bronce.

Su compatriota Ye Shiwen demolió el récord del mundo con 4:28.43. La marca anterior la ostentaba la australiana Stephanie Rice desde Beijing con 4:29.4l.

La estadounidense Elizabeth Beisel se alzó con la plata y la china Xuanxu Li se llevó el bronce.

Australia atrapó oro, Holanda plata y Estados Unidos bronce en los 4x100 metros estilo libre.

La segunda jornada del domingo repartirá otras cuatro preseas doradas.

Tras la jornada, Lochte rindió tributo a su compatriota Michael Phelps.

“Gracias @MichaelPhelps, no habría podido conseguirlo sin ti”, escribió en su cuenta de Twitter Lochte, de 27 años, en referencia a su compatriota, de su misma edad, considerado como el más grande nadador de todos los tiempos y a cuya sombra tuvo que pasar buena parte de su carrera hasta finalmente destacarse en el 2009.

“Es raro no tener a Michael conmigo en el podio. No sé si esto me pone como uno de los más grandes del mundo, no es a mí a quien toca decirlo. Pero él es uno de los más grandes y siempre será recordado así”, comentó Lochte tras la carrera.

“Está orgulloso de mí y un poco molesto consigo mismo, pero eso le va motivar para el resto de los Juegos”, añadió Lochte.