Por Huber Matos Araluce.-

Entre Cuba y Siria hay similitudes y diferencias. En los dos países imperan dictaduras que tienen vínculos estrechos.   La mayoría de los sirios y de los cubanos quieren un cambio hacia la libertad.

Los regímenes de Rusia y de China apoyan al dictador Bashar al-Assad contra la opinión de casi toda la comunidad internacional.  En su ocaso, el castrismo quiere creerse que es un actor mundial y apoya a la dictadura siria, aunque esto lo perjudica ante el mundo entero.

Siria tiene una importancia estratégica vital en la zona, Cuba no tiene ninguna en Latinoamérica. Hasta Obama dice que Venezuela no es problema. Siria es el único aliado de Irán en la región. Quien quisiera golpear a Irán podría apoyar a los revolucionarios sirios.  Es hacerle la guerra a Irán sin enfrentar sus ejércitos ni sufrir las consecuencias. La dictadura siria no se dio cuenta  de que su conflicto interno la convertía en el talón de Aquiles de Irán.  La soberbia de Assad no lo dejó entender su vulnerabilidad.

Los tiranos son intrínsecamente soberbios.  Por esa razón no escuchan consejos y son tan  estúpidos.  En esto Assad y Fidel Castro se parecen.  La vanidad los paraliza, y no tienen escrúpulos.

La oposición siria tiene un apoyo real.  La oposición cubana tiene un apoyo virtual; a la hora de buscarlo no hay mucho que encontrar.  Los revolucionarios sirios tienen el respaldo político y material de los países árabes, incluso el de Turquía. También tienen el respaldo de las potencias occidentales. La prensa mundial a sus pies.

Los gobiernos latinoamericanos respaldan a la dictadura castrista, no a la oposición democrática. El apoyo del gobierno estadounidense a los demócratas cubanos es más bien simbólico y obligado por la realidad electoral.  La Unión Europea está sentada esperando que se mueran los Castro.  La prensa occidental en espera de las reformas de Raúl Castro que aplaudieron anticipadamente.

A Bashar al-Assad lo apoya la minoría musulmana alauita, lo apoya la minoría cristiana de Siria y el sector empresarial del país.  Tiene un ejército formidable, entrenado y con armamento moderno.  En Cuba el ejército tiene un equipo de chatarra y difícilmente masacraría al pueblo para defender al régimen. Además, una masacre a  noventa millas del estado donde viven dos millones de cubanos no es fácil de asimilar.

Los dos Castro tienen mucho menos apoyo en Cuba que el que tiene Assad en Siria. Pero los Castro tienen la pasividad de los Estados Unidos y de la Unión Europea, tienen la complicidad de los políticos latinoamericanos y a un exilio sentado en la gradería esperando un levantamiento popular que no ayuda a organizar.