La presidente de Brasil mantuvo en alza su popularidad a pesar de los escándalos y quejas que derivaron en dos cambios ministeriales en una semana. El 49% de los ciudadanos aprueban su gestión

Dilma Rousseff pasó positivamente la primera prueba de aceptación popular tras la dimisión del jefe de Gabinete, Antonio Palocci -denunciado por corrupción- y las presiones de los alíados en el Congreso para remover al ministro de Relaciones Institucionales, Luiz Sergio de Oliveira, lo que finalmente sucedió. Salió airosa, también, del escenario de inflación en alza.

La mandataria, que asumió en enero, obtuvo un respaldo de 49% de los brasileños que consideraron a su gobierno bueno o muy bueno. La cifra supera en dos puntos porcentuales a la registrada en marzo, informó el diario Folha de Sao Paulo, que divulgó parcialmente el resultado del sondeo de la encuestadora Datafolha, el cual publicará íntegro el domingo.

La encuesta, no obstante, indica que la mayoría de los brasileños quiere que el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva opine sobre las decisiones de su sucesora.

El estudio fue realizado el jueves y el viernes, dos días después de la dimisión de Palocci, acusado en medios de prensa de haber multiplicado su patrimonio en los últimos años haciendo consultoría privada cuando fue diputado y también coordinador de la campaña de la actual gobernante.

La consultora entrevistó a 2.188 personas en todo el país, y tiene un margen de error de dos puntos porcentuales.