Tras los hechos, el Gobierno de Guerrero destituyó al procurador local y al jefe de policía. Manifestantes denunciaron la desaparición de "más de 15 compañeros"

El gobernador de Guerrero, Angel Aguirre, señaló a Radio Fórmula que en un intento por facilitar las investigaciones decidió separar de sus cargos al procurador Alberto López; al secretario y subsecretario de Seguridad Pública, Ramón Almonte y Ramón Arreola, respectivamente.

 

La Procuraduría estatal había informado horas antes que la investigación continuaba, pero adelantó que en el lugar se localizaron un fusil de asalto y ocho granadas, mientras estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa que participaron en la protesta rechazaron que pertenecieran a ellos.

La policía y los estudiantes se enfrentaron el lunes en una carretera que une la capital del país con el puerto turístico de Acapulco, después de alguien en el lugar lanzó un artefacto que ocasionó el incendio de una gasolinera. Hubo 24 detenidos, la mayoría sin relación con la institución educativa, según el procurador Alberto López, pero lo estudiantes denuncian la desaparición "de más de 15 compañeros".

La Red de Defensa de los Derechos Humanos indicó el lunes por la noche en un comunicado que "mediante uso desmedido de la fuerza, los elementos policíacos desalojaron a los estudiantes con disparos de armas de fuego y gases lacrimógenos". Y agregó que "ante la situación de violencia los jóvenes corrieron para escapar de los disparos. Los jóvenes que no pudieron resguardarse fueron alcanzados con disparos a la cabeza lo que hace manifiesto que los cuerpos policíacos actuaban de forma premeditada".

En sintonía, los medios locales publicaron fotos y divulgaron las imágenes que muestran a uniformados y hombres vestidos de civil juntos, apuntando armas hacia los manifestantes. Sin embargo, el procurador afirmó en declaraciones a MVS Radio que no se trató de "un acto de represión. Fue un episodio donde agentes ajenos a la Normal y al gobierno dieron este lamentable suceso", señaló.

La protesta se realizó a la altura de Chilpancingo, capital de Guerrero y a más de 270 kilómetros al sur de la ciudad de México. Según López, los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa solían realizar protestas en el pasado, pero dijo que la manifestación del lunes tuvo elemento "muy inusitados", porque "hubo una violencia excesiva de los manifestantes".

Sin embargo, los estudiantes afirmaron en una rueda de prensa el martes en Guerrero que no estaban armados y acusaron a las autoridades de poner armas en la escena para justificar los asesinatos. Dijeron que un tercer estudiante estaba herido de gravedad.

Los estudiantes protestaban en demanda de más recursos, mejores condiciones para su escuela y garantizar trabajos para los jóvenes que se gradúen. Las escuelas Normales rurales en México, algunas creadas en la década de 1930 con una filosofía socialista, han sido lugares de donde han surgido activistas locales, muchos de los cuales han sido asesinados.